16. La Prueba-Parte 1

Dean abrió los ojos, se encontraba parado en medio del pasillo que daba a las habitaciones del búnker.

“¿Pero qué demonios…?”

Tenia miles de preguntas en su cabeza, una de ellas era ¿cómo había llegado al bunker? ¿dónde está Castiel? Si ellos dos estaban juntos.

Luego recordó a Thot, estaba seguro que ese tipo tenía algo que ver. Decidió pedir ayuda a su hermano, así que camino hasta la habitación del peli-largo, al llegar a la puerta del alcoba de su hermano decidió entrar, pero recordó que ahora compartía cama con el arcángel y lo más seguro es que estuvieran haciendo algo. Saco entonces su celular, iba a mandar un mensaje, pero tenía señal; no le quedaba otra que tocar la puerta.

Al llevar su mano a la madera esta la atravesó, causando un gran susto en el cazador. Se quedo mirando su mano, se sobo los ojos, tal vez había visto mal, pero al querer tocar nuevamente la puerta volvió a pasar lo mismo.

Sin embargo eso no fue lo peor, pues la puerta de la habitación se abrió y su hermano salió de ella, atravesando su cuerpo haciéndole desvanecer en forma de humo, pero a los segundos recuperó su forma, cosa que le terminó asustando aún más.

Vio como su hermano camino hasta la habitación de Cas, tocó la puerta y el ángel le abrió.

—¿Listo, Cas? —preguntó Sam.

—Sí, déjame ponerme mi gabardina —Castiel cerro la puerta, pero no tardo en salir nuevamente y esta vez llevaba puesto la gabardina —. Ahora, si. Vamos, Sam.

Cazador y ángel caminaron por el pasillo,  Dean sin entender lo que sucedía, se paró frente a ellos, pero volvió a suceder lo mismo de hace rato.

“Tal vez he muerto y ellos no lo saben.”

—¡¡Sammy!! —gritó, pero su hermano no giró.

Intento con Castiel.

—¡¡Cas!!

El de la gabardina si se giró, hasta detuvo su andar, pero no lo veía y se daba cuenta de ello porque Castiel, miraba a todos lados, como si buscara algo o alguien. Entonces, su hermano intervino.

—¿Pasa algo, Cas?

—Eh… Sonara raro, pero crei escuchar mi nombre, hasta diría que era tu hermano.

—¿Dean? No, eso es imposible, el esta en la sala.

—Tienes razón, seguro no fue nada.

El par de amigos siguió su camino, lo único que pudo ver Dean, fue como esos dos desaparecieron por el pasillo.

—¿Te estas divirtiendo, cazador? —Dean se giró al escuchar aquella voz.

—¿Tú?

—Hola —saludo Thot, camino hasta acercarse al rubio —Este lugar es… agradable.

—¿Qué sucede? ¿Por qué nadie puede verme? —Dean estaba enojado.

—Tranquilo, no pasa nada. Además este  tu mundo no es el tuyo.

—¿Qué?

Thot soltó un suspiro.

—Creo que no tendré de otra que mostrarte.

Con su báculo golpeo el suelo tres veces y ambos estaban en la mesa del gran mapa; Dean no creía lo que miraba frente suyo, estaba el, sentado en la silla, junto con Castiel y su hermano.

—¿Qué es esto? —preguntó a Thot, pero el dios lo mando a callar.

—Guarda silencio, se va poner interesante.

En la mes una pequeña charla se daba.

—Esto es serio, no puedes ir con ella, no es seguro Dean. —Castiel se veía preocupado.

El grupo se estaba enfrentado a la oscuridad, Dean, todavia se recuperaba de la marca.

—Es necesario, ella me quiere a mi y si con eso consigo salvar al mundo, no tenemos de otra.

—Dean… Se que estamos en aprietos, pero apoyo lo que dice Cas, ella es peligrosa, no sabemos si te volveremos a ver. —Sam, trato de persuadir a su hermano.

—Solo es una reunión, una cita.

Castiel rodó los ojos.

—“Esa cita", como tu lo llamas no es… Dean, por favor —puso su mano sobre la del cazador —, no vayas.

Dean apartó su mano, se levantó se la mesa.

—Ya tome una decisión, iré a ver a Amara…

En eso el escenario cambio, Dean se vio envuelto de imágenes de el mismo, con su hermano y Castiel. Las pequeñas pantallas daban vueltas alrededor de el, pero luego de un par de segundos de detuvieron.

Al abrir sus ojos el cazador se encontraba en su habitación, pero no estaba solo, se veía a el mismo sentado en la cama. Tocaron la puerta y su otro yo fue abrir la puerta.

—¿Qué deseas, Cas? Ya hemos hablado.

—No, tu lo has hecho. Ni a Sam, ni a mi nos has dejado opinar —Castiel entro a la habitación, Dean cerró la puerta.

—Esa mujer me quiere a mi, ustedes no tienen nada que ver.

—Somos tu familia, tu eres importante para mi… Dean, yo…

—No lo digas.

—¿Por qué?

—No es correcto, Cas. Somos hombres.

—Te amo, Dean.

—Sal de mi habitación, quiero dormir.

Castiel con los ojos entristecidos, camino hasta la puerta, antes de salir echo un último vistazo al cazador, quien le daba la espalda.

—Adiós, Dean.

Dean quería golpear a su otro yo por ser un idiota, Castiel era familia, ¿cómo le podía tratar así? Cayo en cuenta que el también lo había hecho, el también lo había despreciado los sentimientos del ángel.  

Volvió a cambiar de escenario, esta vez apareció frente a una fabrica, el conocía bien ese lugar. Como había imaginado, el otro Dean, estaba ahí. Esa era la fabrica abandonada donde encontró a la oscuridad a punto de matar a Castiel, pero no lo hizo, sino que se lo llevó.

Camino hasta le entrada, el otro Dean atravesó la entrada y como había sido anteriormente, Amara tenía sujeto a Castiel.

—¡¡CAS!! —grito Dean.

Amara vio como los ojos de su sobrino y el hombre que había escogido para ella se miraban.

—Entiendo… —murmuró la mujer —. No tengo más opción, debo acabar con lo que te ata a este mundo.

La oscuridad sacó la espada de la manga de Castiel y lo tiró al suelo, para poner su mano en la cabeza de su sobrino.

El de la gabardina comenzó a temblar, se podía notar pequeñas venas negras en su cuerpo.

—¡¡No!! —gritaron ambos Dean.

El cazador vio correr a su otro yo con Castiel, quien había caído al suelo. El intento hacer lo mismo, pero Thot lo sujeto del brazo.

—¡Suéltame! —El ojiverde intentó zafarse del agarre del dios.

—Recuerda, este no es tu mundo, no intervengas.

Al cazador no le quedo de otra que quedarse quieto, mirando aquella escena, una escena que le partía el corazón en dos.

Amara, antes de desaparecer, le dijo a Dean.

—El se lo busco, ahora no tienes nada que te ate a este mundo. —diciendo eso desapareció.

—Cas… —Dean, se puso de rodillas y pasó sus brazos alrededor de la nuca del ángel.

—Dean… Lo siento, tenías razón. Fue una idea estúpida.

—No Cas, no lo fue —Dean se secó sus lagrimas con la manga de su camisa—No debiste hacerlo, tal vez… hubiéramos encontrado otra solución.—Castiel negó suavemente con la cabeza.

Ellos se miraban como si no hubieran mañana, aquellas miradas que siempre se daban y transmitían todo sin tener que decir palabra alguna.

Dean, acaricio la mejilla del ojiazul.

—Te amo, Cas.

Te amo, aquella palabra que el ángel había esperado escuchar desee hace años. Y solo en esa situación pudo decirle aquella frase.

— Yo… también… te amo, Dean… —Castiel, sentía que los ojos le pesaban, sabia que el momento de irse estaba cerca—. Dean… besame, por favor.

Dean no necesito pensarlo para unir sus labios con los del moreno, no era un beso lindo, pero era el beso que necesitaban ambos, un beso que necesitaba Cas, para sentirse amado.

—Dean… —Escuchó Dean, de los labios de Castiel.

El rubio se separo lentamente del Ángel, quería perderse en los ojos azules que tanta alegría le daban, aquellos ojos que le miraban con amor; pero lo que encontró fue unos ojos sin vida.

—¡¡Ahhhhh!!

Dean gritaba mientras se aferraba al cuerpo inerte de Castiel. Unos metros más allá, el Dean del otro mundo, cayo de rodillas, podía sentir sus lagrimas caer, no deseaba estar aquí, no lo quería.

—Sácame, sácame de aquí, por favor —suplico.

El dios golpeó el suelo con su báculo y cambiaron de escenario. Se encontró en una habitación oscura, donde no había ningún rayo de luz, excepto la luz que emitía el dios.

—¿Te gusto lo que viste? —pregunto Thot.

Dean estaba en shock no podía creer lo que había visto. El final tan triste que tuvieron aquellos hombres.

—¿Qué fue eso?

—Una prueba. —contestó el dios.

—¿Una prueba?

—Si, una que necesitabas pasar. Te mostré un mundo donde tus perjuicios y el esconder lo que sientes, acaba con la persona que amas. Ese puede ser tu final, claro que si admites que amas a Cas, tal vez puedas ser libre y feliz.

¿Admitir que amaba a Cas? ¿Pero el mismo no sabía lo que sentía? Claro que la compañía del ángel le hacia sentir bien, que le gustaba verlo reír, le gustaba sus ojos; pero ahí de amarlo, no sabia si eso era amor o significaba estar enamorado.

—Veo que sigues sintiendo dudas, no queda más remedio que mostrarte más.

—¿Qué…?

Thot, golpeo el suelo con su báculo, este brillo y el escenario empezó a cambiar, pero antes que el cambio se de, el dios le dijo.

—Esta vez serás tu solo, tendrás que encontrar tus sentimientos por tu cuenta.

—No…

Dean abrió sus ojos, miró a todos lados, reconocía el lugar, era su habitación, pero no estaba solo, pues sintió un peso sobre el, miró hacia abajo y su cuerpo se paralizó.

En su pecho estaba recostado alguien, pero no era una desconocida, si no un… conocido.

—Dean, buenos días —Vio como aquella figura se acercaba a el y pegaba sus labios contra los suyos.

—¿Ca…? ¿Cas?

—¿Qué pasa amor?

Los ojos de Dean se abrieron como plato.

—¡Ahhh…!




¡Hola!

Espero que estén bien, muchas gracias por el apoyo, decidí adelantar el capítulo del viernes.

Además quería festejar que "El secreto de Castiel" va llegar ya a los 2k de lectura. Mil gracias por su apoyo 🥳🤯.

Sin ustedes esta historia quedaría en el olvido. Si pueden compartir la historia para que siga creciendo me ayudaría.

De nuevo mil gracias, espero sus comentarios y votos del capítulo.

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