13. El libro sagrado
Después de haber logrado su objetivo, los cazadores regresaron al búnker. Dean se adelantó a ingresar, no halló rastro de Gabriel ni Balthazar, lo que significaba que todavía no habían regresado de su viaje.
Ya que Sam se fue a la ducha, el de ojos verdes, decidió ir a la cocina y coger una botella de cerveza. Con el licor en mano, fue hasta la mesa del gran mapa, cogió una silla y tomó asiento, estiro sus piernas sobre la mesa.
—Esto si es vida —se dijo así mismo—Nada más relajante que una cerveza, para refrescar la mañana.
Hoy tenía que disfrutar del silencio del búnker, ya que mañana lo más probable que sería todo un loquerio. Decidió no pensar eso, quería vivir su momento, pero sus pensamientos lo traicionaron, su mente trajo los recuerdos de la última conversación con el ángel de ojos azules. Dean no podía olvidar aquellos ojos tristes que vio en su amigo.
—¿Por qué eres tan idiota siempre? —Se pregunto a si mismo —. Nunca puedes cerrar tu boca, siempre debes lastimar a los que te rodean.
Todavía sentía culpa de lo que había dicho, no olvidaba las lágrimas recorrer en las mejillas de Cas, y eso le hacía sentir desgraciado, la peor persona del mundo. Pero lo que le sorprendió más, fue la actitud del ángel al día siguiente. Castiel los citó en la mesa donde se encontraba ahora, les mencionó acerca de un viejo libro, pero para que este funcione necesitaba a una bruja y un demonio, mejor dicho necesitaban aliados.
A pesar que el buscaba la mirada del ángel, el ser celestial solo mantenía contacto visual con Sam, eso de una manera le molestó, pero entendió que no tenía derecho a reclamar. Su amistad estaba rota; eso creyó hasta el día de hoy. El no tenia la intención de llamar a Castiel, fue idea de Sam, el menor insistió, se sorprendió lo amable y preocupado en que la voz de Castiel se escuchaba, cuando mencionó el inconveniente con Crowley, ¿a quien engañaba?, Cas siempre era así. No importaba los problemas, el nunca dejaba de preocuparse por ellos. Se sumió más en sus pensamientos, al punto de no prestar atención a su alrededor.
Dean estaba tan ido que no se dio cuenta de la llegada de Castiel y su hijo. El de la gabardina apareció en el búnker, lo primero que hizo fue mirar alrededor y se encontró con la imagen de Dean, el cazador estaba en la mesa con una botella en su mano derecha, pero este lucia perdido, sus ojos miraban a la nada y eso de alguna manera le preocupó.
—¿Dean? —el ángel llamó a Dean.
El rubio levantó la cabeza, se encontró con aquel iris azul que tanto le gustaba; si alguien le preguntaba que era lo que más le gustaba del ángel, sin duda alguna la respuesta sería sus ojos, aquellos que le transportaban al océano, que era su lugar favorito.
—H-Hola —contesto Dean.
—¿Estas bien?
—¿Eh? —Dean sacudió su cabeza—. Sí, estoy bien —dio un sorbo a su cerveza.
El cazador para evitar mirar a Castiel nuevamente, se giró a ver a su hijo, pero lo que recibió por parte del chico fue un desplante.
—Papá, iré a mi habitación —le dijo Bob, a Castiel y paso a retirarse del lugar dejando solos a sus padres.
Dean suspiro.
—Creo que nunca me ganaré su cariño —dio otro sorbo a la botella.
—No digas eso, el tiene un gran corazón. Solo que no te has acercado a el lo suficiente para que te conozca.
—¿Por qué debería hacer eso?
—Eres su padre, ¿Quién te entiende, Dean? —Castiel no comprendía la aptitud del cazador.
—¿A que te refieres con eso?
—Que te quejas porque nuestro hijo no te respeta, pero cuando te digo lo que debes hacer, para que Bob te tome cariño lo tomas a mal.
—Lo siento, pero no tuve figuras paternas, así que no se como hacerlo.
Castiel se siento mal, claro que Dean no sabia como actuar como padre, pero el sabia que si podía, además el había cuidado a Sam.
—No tienes que tener figuras paternas para saber cómo hacerlo, haz con Bob lo mismo que hiciste con tu hermano.
—No compares a Sam con Bob, son cosas completamente diferentes.
—Lo único diferente es que Sam es tu hermano, y Bob, tu hijo.
—¿Estas seguro que lo es?
Esa pregunta hizo enojar a Castiel, se siento tan estupido, ¿cómo era posible que se preocupara por ese hombre? Ahora, daba razón a la frase que una vez escuchó, el amor te hace idiota, si, era verdad. Su amor por Dean, le estaba volviendo un idiota.
Castiel camino hasta la salida de la sala, antes de irse completamente, le hablo al cazador, quien tenía su mirada fija en la mesa.
—Dean… —empezó hablar— cuando todo esto acabe, me iré con Bob a vivir a otro lugar. Si alguna vez quieres verlo, solo debes llamarme —Una vez terminado de hablar, el ángel se fue.
Dean por su parte, solo se quedó bebiendo su botella.
—Uy… eso fue… extremo —La voz chillona de Gabriel se hizo presente —. Mu hermano si que ha seguido mis consejo, hacerse el difícil, ¿no crees que soy un buen profesor?
Dean frunció el ceño, posó su vista hacia el arcángel. Que se veía sonriente, como si disfrutara de lo que estaba pasando.
—¿No tienes cosas mejores que hacer? Tal vez, acosar a Sammy.
—Eso lo puedo hacer en cualquier momento, rubio.
—Iré por otra cerveza, adiós.
—Claro, el cobarde siempre huye.
Dean se hartó de las palabras de Gabriel, así que lo encaró.
—¿A quién llamas cobarde? —Dean se paró enfrente del arcángel.
—Pues… a ti —le apunto con el dedo —. Cuando algo no te gusta, siempre te alejas, primero lo hiciste con Castiel, ahora lo haces conmigo.
—Estas equivocado, yo no huyo.
—Entonces, ¿cuándo vas a reconocer lo que sientes?
—¿Lo que siento? —preguntó confundido —, no se a que te refieres.
—Tu amor por Castiel, ese amor que temes decirlo, a eso me refiero.
—Ja, ja, ja. No me hagas reír, eso lo que dices no es cierto. —Dean aparento que no le afecto las palabras que dijo Gabriel.
—Puedes seguir negándolo, pero no será por mucho tiempo —Gabriel paso a un lado de Dean y antes de salir de la sala, dio media vuelta—. Espero que no sea tarde cuando decidas hablar, Dean.
Dean escucho como las pisadas de Gabriel se alejaban, justo en ese instante las palabras de Castiel, se hicieron presente.
“Cuando todo esto acabe, me iré con Bob a vivir a otro lugar”
No sabe porque, pero su corazón empezó a doler.
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La mañana había llegado, la mesa del gran mapa era el centro de reunión; una reunión muy peculiar. Por un lado estaban los cazadores, por el otro los invitados, por así decirlos. Rowena junto con el rey del infierno, estaban en la mesa; estos dos llegaron a la hora acordada.
Solo faltaba Castiel; el de los ojos azules, había salido con su hijo a entrenar y como era el anfitrión de la reunión, no podían empezar sin el. No tuvieron que esperar demasiado, Sam le mando un mensaje y en cuestión de segundos apareció en el búnker.
—Siento la demora —se disculpo.
—No tienes que disculparte, hermoso —le dijo sonriendo Rowena —, tus amigos nos explicaron tu ausencia. —Las palabras de la bruja hicieron que Castiel se avergüence—. Hasta sonrojado eres más bello.
—Bien, creo que es hora de comenzar —dijo Dean, en tono molesto.
Todos en la mesa, notaron el enojo del cazador, Crowley no perdió tiempo e inició sus bromas.
—Madre, yo que tu tendría cuidado, recuerda que la ardilla es muy territorial, solo míralo.
Dean no soporto las burlas del demonio, y le lanzo una mirada asesina, a lo que Crowley, dijo:
—¿Qué pasa ardilla? ¿Dije algo que te hiciera enojar? —hablo en tono burlesco.
—Chicos, por favor —Sam, quiso poner orden —. Recuerden la razón del porque estamos aquí.
—Pues dile eso a ese tipo, Sam —dijo Dean. Era evidente su enojo —. Dice puras tonterías, si esto va seguir así, prefiero irme.
—Te recuerdo, hermano, que estamos aquí por Bob, quien resulta ser tu hijo, Dean —Sam, miro al demonio, que no dejaba se sonreír —. Será mejor que te controles, la próxima no voy a detener a Dean, estas advertido.
Crowley se cruzó de brazos.
—Haber mis niños, saben que me encantan estas cosas, cuando se quieren matar entre ustedes —empezó a decir la bruja—, pero yo vine por que el hermoso de ojos azules, me dijo que tenía un maravillo libro con hechizos antiguos, quiero saber más de eso.—finalizó.
—Rowena, tiene razón, no perdamos el tiempo en cosas sin sentido—dijo Castiel —, será mejor que empiece.
—Ya te estabas tardando, Cassie. Recuerda que soy un hombre ocupado—comentó Gabriel.
—Basta, por favor —solicito Sam —. Yo también deseo que todo esto termine, pero deben cooperar, ¿si?
—Ya dije que si, alce —dijo Crowley.
—Empiecen cuando gusten —dijo por su parte la bruja.
—Por mi no hay problema, cariño —dijo lanzado un beso al aire hacia Sam.
Sam se giró donde su hermano, era el único que no había contestado.
—¿Dean?
—No queda de otra, ¿cierto? —Sam negó —. Bien, acepto. Pero si ese idiota de Crowley o Gabriel me dicen algo, yo …
—Ok, ya entendimos—Sam coloco su mano en el hombro de su hermano para calmarlo—. Bueno, Cas. Ahora si, cuéntanos sobre eso libro.
—El libro sagrado, es un libro escrito por Thot…
—¿Thot?—interrumpió Sam —. ¿Ese no es un dios egipcio? —pregunto.
—Sí, ese mismo. Dios de la escritura y sabiduría, fue un dios benevolente.
—Y lo conoces, ¿por? —esta vez fue Dean quien intervino.
—Trabajé con el, era como mi señor. Aunque el sabia quien era realmente, en ese tiempo tenía otro recipiente.
—Ahhh…
—Se que suena extraño, pero es la verdad.
—Bien, ya sabemos algo de historia y del pasado de plumitas, pero no nada acerca del gran libro, ¿podemos llegar a ese punto? —Hasta este punto, Crowley ya estaba perdiendo la paciencia.
—A eso iba. Thot, fue el creador de Hamunaptra, y si, antes que interrumpan, no es una ciudad ficticia, es real —Castiel explicó —. Como dios de la escritura, Thot, creo muchos libros, pero el más resaltante, fue el libro sagrado, el al saber de mi verdadera naturaleza escribió hechizos que capaces de frenar los poderes celestiales, era un tipo inteligente.
—A lo que quieres llegar, es que si tenemos ese libro, vamos a tener ventaja sobre tus hermanos, ¿verdad? —quiso saber Dean.
—Exacto, pero hay un problema.
—¿Qué tipo de problema, Cas? Y por tu bien, no vayas a obviar nada. —le advirtió el rubio.
—Se donde esta el libro, pero desconozco en qué lugar exactamente.
—Cas, ¿podrías ser más específico? —le consulto Sam.
—Thot escondió el libro en alguna parte de la cuidad, ya que hubo una guerra y para que el libro no cayera en malas manos, decidió esconder la ciudad del ojo humano.
—¿Quieres decir que…?
—Si, Dean. La convirtió en una ciudad invisible. A la vez que construyo otra ciudad para los aldeanos y para que no haya vestigio de Hamunaptra les borro la memoria.
—Ya veo de quien aprendiste hacer eso. —murmuró Dean. El rubio por ese comentario, recibió un golpe de su hermano.
—¡Auchhh! —se quejó el rubio—. ¿Por qué hiciste eso?
—Por impertinente, ya compórtate, ¿quieres? —Sam regreso su mirada a Castiel —. En conclusión, Cas. Tu sabes como llegar a la ciudad, lo que quiere decir es que tu iras por el libro, ¿verdad?
—Sí, Bob irá conmigo.
—Amigo, no creo que sea buena idea, recuerda que los ángeles le buscan.
—Concuerdo con el alce —intervino el demonio —. No puedes andar por ahí con el chico, seria peligroso. Porqué no llevas a la ardilla, se nota a leguas que desea un momento a solas contigo.
—Crowley… —le regañó Sam.
—Solo digo la verdad, la ardilla se muere de amor por el angelito.
—Te dije que no me iba a contener —dijo Dean, sacando su arma y apuntando al demonio —. Anda, dilo de nuevo, ¿quién está enamorado de quien?
Crowley se puso de pie.
—Tu —señaló.
—Prepárate para morir…
—¡Ya basta! —grito Castiel.
El ángel estaba enojado, se suponía que estaban ahí para buscar soluciones para la guerra que se aproximaba, pero ese par no ayudaba en nada.
—Dean, por favor —su hermano se paró enfrente —, te dije que te controles.
—Yo estuve tranquilo, es el —señaló al demonio —quien no me deja en paz, Sam.
—Esto esta mejor que los dramas de la televisión —comento Gabriel con su peculiar voz.
—Gabriel, una sola palabra más, y te juro que duermes en el sofá —amenazó Sam —. Ahora, ustedes dos —señaló a su hermano y a Crowley —. Si vuelve a pasar algo así de nuevo, les encierro juntos, así se pueden matar entre ustedes.
Dean se sorprendió mucho, nunca había visto tan enojado a su hermano. Pero entendía la razón de su enojo, estaban en algo serio, no había tiempos para estas tonterías.
—Lo siento —se disculpó con todos los presentes —. No volverá a pasar, Cas, continua.
—Ya dije todo lo que tenia que decir, estábamos discutiendo que no puedo llevar a Bob, conmigo.
—Como decía, Crowley. No puedes llevar a mi sobrino a ese viaje, disculpen si menciono esto, pero estoy de acuerdo con el gordito que debes ir con Dean, además, ustedes ya han trabajado juntos.
—Pero…
—Si, Cas —interrumpió Sam —Gabriel, tiene razón. Ustedes se conocen mejor que nadie, deberían ir.
Castiel analizó la situación, ellos tenían razón, el había trabajado con Dean antes, un caso más no sería un problema, claro de su parte no, pero… Sentía que el rubio se iba a resistir, eso creía.
Todos miraron a Dean, el ojiverde sabía que estaban esperando su respuesta, el por supuesto iba a decir que no, la verdad no se sentía preparado para trabajar con Cas, pero esto no era una cita, era un caso, un caso que ayudaría a salvar la vida de Bob; aspiro y exhalo aire, sabia lo que debía hacer.
—Acepto, iré con Castiel en esta misión. Además siempre quise ir a Egipto, tal vez conozca a Cleopatra.
—Lo dudo, ella está muerta, pero si gustas puedo llevarte a su tumba, claro que primero debemos hablar el libro sagrado.
—Bien, ya está decidido, Dean y Castiel iran por el libro.
—Entonces, ¿eso es todo? —quiso saber el rubio.
—Sí, Dean.
—Bien, iré por una cerveza… — se puso de pie —compermiso —termino por irse.
—Ahí va de nuevo, no les digo, siempre huye.
—Crowley, será mejor que hables en voz baja, porque si se arma otro…
—Sí, si. Ya lo dijiste. No diré nada, alce —estiro su mano hacia su madre —. Vámonos madre, te invitare el té en mi casa.
—Claro —la bruja se puso de pie —. Nos vemos, niños.
Madre e hijo desaparecieron del búnker.
Los demás partícipes de la reunión también comenzaron a marcharse, el único que quedó en la mesa fue Castiel, rogaba en sus adentros que el próximo viaje fuera de lo más tranquilo, sobre todo para Dean, pues sabía que el cazador no estaría cómodo. Se levantó de la mesa y fue haber a su hijo.
Lo que no sabían ambos, era que ese viaje sería el punto de quiebre para ambos.
¡Hola!
Aquí les dejo otro capítulo de la historia, por favor, espero sus comentarios y votos si le agradó el capítulo.
Un agradecimiento especial a todos los que han leído el fic, hemos llegado a los 1.47k de lectura, me alegra mucho esto. No pensé que iba a gustar tanto la historia, y lo mejor es que ustedes han compartido la historia, de verdad estoy muy feliz con su apoyo.
Les mando un abrazo y un beso a la distancia, cuídense.
Atte: Brenda_yurico.
Posdata.
Ya pueden ver el tráiler nuevamente.
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