07

Y en momentos como este la morena daba razón a la frase "Lo más grande que te puede suceder es que ames y seas correspondido".

Mientras la mayor tenía un remolino de ideas en su cabeza, "¡¿Qué rayos estoy haciendo?!, la estoy besando, tal vez por instinto, pero ¡diablos! Sus labios saben tan bien, sí, como a... chocolate, y ¿desde cuando Chou besa tan bien?".

El beso seguía y de fondo el sonido de la radio, pasando algunos anuncios o con musica de relajacion, la calle era solitaria, el semaforo ya había iluminado verde al menos unas tres veces, pero la conductora de la camioneta no tenia intencion de moverse, no por ahora, no en ese momento.

La pelinegra entrelazaba sus dedos con el cabellos castaños de su compañera dando sutiles caricias, Tzuyu paso su brazos por la cintura de Sana tomándola calidamente. Alejaron sus labios, pero sus cuerpos estaban fundidos en un abrazo, sus alientos se mezclaban entre sí, ambas respiraban irregularmente, sus pechos subían y bajaban.

──¿Cómo haces eso? ──preguntó la castaña sin soltarse del abrazo.

──¿Hacer qué?

──El que tengo todos mis planes, lo que pienso hacer o lo que quiero decir ──explicaba. ──, pero cuando estoy contigo... ──acarició con delicadeza la mejilla de Sana. ──cuando me besas... ──sonrió. ──mi cerebro se vuelve tan estúpido...

──Eso no es algo nuevo, Chou. ──dijo con burla la japonesa, Tzuyu hizo un puchero. ──solo es un beso.

──¿Solo un beso? ──preguntó la menor. ──¿en serio crees eso?

──Si, un beso, se dan todos los días, no es nada especial. ──comentó la pelinegra.

──Puedo escuchar los latidos de tu corazón. Yo sé que estás mintiendo. ──inquirió Tzuyu con una sonrisa llena de cariño.

Sana por un momento se quedo muda, un pequeño rubor abarcó sus mejillas. ──¿escuchas mis latidos? No puedes, es decir... no podrías, ni siquiera estás cerca de mi pecho.

"¡Rayos!" pensó Tzuyu. ──quiero decir, me imagino, tu corazón debe estar latiendo con prisa. ──corrigió y suspiró.── ...al igual que el mío.

──T..tú no sabes eso, ¡Agh! Solo cállate. ──dijo Sana para besar otra vez a la castaña, no era profundo pero fue largo. ──mucho mejor. ──comentó al separarse y dejar muda a la morena.

──C..creo que mejor vamos a tu casa. ──inquirió la latina acomodándose en el asiento de conductor. ──tu papá me pidió que llegaramos temprano.

El camino fue silencioso, pero no incómodo, llegaron a la casa Minatozaki, la morena bajó para abrir la puerta del copiloto y que Sana saliera, acompañándola hasta la puerta.

──Buenas noches, Chou. ──se despedía Sana abriendo la puerta de entrada a su casa.

──Espera. ──inquirió la morena haciendo a la pelinegra voltear con duda. ──me preguntaba si... ¿esto fue una cita?

──En las citas, las personas se besan, pregúntatelo tú. ──con una sonrisa burlona Sana se metió a su casa.

"¿Eso fue en sí?"

Con felicidad la morena llegó a la granja, la familia estaba dormida, se puso una camisa cómoda y quitó los pantalones, no le costó mucho cuando cayó en sueño.

Al día siguiente, la castaña vistió unos pantalones blancos con cinto negro al igual que sus zapatos de piel con cordones delgados, una camisa beige obscuro de manga larga que enrollo hasta sus codos.

Bajó las escalera para entrar a la cocina. ──Buenos días. ──saludó alegre a su familia.

──Parece que alguien amaneció de buen humor. ──dijo con una sonrisa su padre.

──Permíteme corregir, a alguien le fue bien anoche. ──inquirió Yizhou con una mirada pervertida.

──¡Yizhou! ──reprochó Tzuyu.

──¿Qué? ──preguntó con indignación.

──Vamos, no peleen tan de mañana. ──habló Yenling sirviendo huevos para el desayuno. ──pero, cómo te fue bebé.

──Bien. ──dijo con una sonrisa la morena. ──¿debería pedirle ser mi novia ya? ──rascó su nuca con nerviosismo y un rubor abarcó sus mejillas. ──es decir, decirle que me gusta y todo eso

──Yo creo que ya, si no te va ver constante y no queremos que piense que quieres abarcarla, la clave es estar pendiente pero no ser asfixiante. ──pronunció con sabiduría el señor Chou.

──Ya veo. ──habló la menor comiendo su desayuno.

──Oye Tzu, creo que el autobús ya nos dejo. ──era la voz de Yizhou viendo su reloj de mano. ──¿nos vamos? ──preguntó con una sonrisa.

──Claro. ──afirmó la castaña y así salieron de la casa, no sin antes despedirse de sus padres, Tzuyu tomó en brazos a su hermana, y corrió con su velocidad hizo una pequeña parada consiguiendo algunas quejas de Yizhou, después de esto y en cuestión de segundos estaban en JYPE.

Yizhou corrió por alguna audición que habían anunciado, la morena entró con más calma a los pasillos de la escuela, parecía que la japonesa todavía no llegaba.

──¡Holis! ──fue el saludo de Nayeon que pasaba por los pasillos.

──Hola Nay. ──saludó la menor. ──¿Has visto a Sana?

──Nope, todavía no llega. ──respondió la pelirroja. ──¿y...?

──¿Qué pasa? ──preguntó alegre la castaña.

──Sana y tú, se ven muy lindas juntas. ──exclamó con ternura Nayeon.

Tzuyu no sabía qué decir pero sus mejillas cambiaron de color. ──Sana y yo. ──pronunció rascando con nerviosismo su nuca. ──Pff... emm ¿te ha dicho algo?

──Soy algo infantil, pero tienes que admitir, son más que obvias. ──habló. ──bueno... quedé de ayudar con un escenario. ──se despidió entre risitas marchándose con saltitos.

"Esta niña es todo un caso" pensó con una sonrisa la morena "Por otro lado... ¿dónde esta Sana?, por más que pienso en como declararme, no puedo, es decir... veamos.. ¡hola! Qué onda, ¿cómo la pasas Sana?... ¿en que estamos los 80's?... Hola Sana te he estado buscando ¿podemos hablar?... si, si, eso en definitiva no se escucha tan mal, veamos... ya ves, hemos estado saliendo y... bueno, aunque me encantas como amiga, éstas eran citas y no vas a citas con tus amigas, bueno si, pero al salón de belleza o ¿se podría decir cita a salir con una amiga?, lo que quiero decir es, que eran citas... como las que tendrías con un chico, pero las hacías conmigo... para enamorarte... porque me gustas, me gustas mucho."

Seguía divagando en su mente cuando su sentido del oído, escucho unas voces provenientes del armario del conserje, para comprobar dio unos pasos más cerca, viendo por la puerta entreabierta, se encontraban Sana y Momo.

──Vamos solo admítelo ──habló Momo. ──, te conozco, déjame ayudarte.

──Eres una idiota, Momo. ──dijo Sana con una sonrisa burlona pero "esta sonrisa, estaba llena de cariño... se notaba." pensó por un momento Tzuyu. ──¿lo sabías?

──Contigo no se puede. ──pronunció Momo.

Luego de eso, la castaña no escuchó nada más, la imagen era todo lo que podía ver, ambas abrazándose, con ternura, se sonreían mutuamente, "como cuando eran pareja".

El solo recuerdo oprimió su corazón, las imágenes torturaban su cabeza, caminó pesadamente hasta su casillero ocupaba unos libros para su primera clase, poco pasó y Sana estaba ya por los pasillos, sin pensarlo se aproximó a ella.

──B..buenos días, Sana. ──saludó la castaña.

──Chou. ──fue el saludo cortante de la mayor.

──¿Café? ──preguntó con una pequeña sonrisa la morena.

Sana no dijo nada solo lo tomó y dio un sorbo. ──mucho mejor. ──pronunció "¡Rayos!, es que siempre tiene esa sonrisa tonta en la cara.. bueno se ve linda, muy linda cuando sus mejillas se elevan y muestra esa dentadura perfecta... es muy linda cuando sonríe... ¡Diablos!, como no me di cuenta, los detalles, mi reacción a ellos, las citas, los regalos, los halagos, poco a poco, no lo sé... Para cuando lo noté... ya me había enamorado."

──¿Podemos hablar? ──preguntó la morena.

──No.

──¿Eh?.. ¿p..por qué no?

──No quiero, Chou. ──fue la simple respuesta de la pelinegra "esto va pasar, yo no soy lesbiana, no me gusta Chou, si me alejo pasará... todo esto pasará".

La menor siguió insistiendo en todo el día, pero la japonesa le seguía rechazando, ese día Nayeon y Sana tendrían una pijamada, mientras que los demás saldrían por ahí a comer, sí, Tzuyu estaba entre los ellos.

Estaban en la casa Minatozaki, en la habitación de la japonesa, Nayeon se encontraba dibujando una cebra, o un caballo, o una vaca, bueno... algo así, mientras Sana estaba recostada en su cama cambiando los canales del televisor.

──Hey, Sana. ──fue el saludo de Riki abriendo un poco la puerta para ver a su hermana. ──¿no vino, Tzu? ──preguntó.

──No. ──fue la tajante respuesta de la pelinegra.

──¿Sabes si está en su casa?

──No, no lo sé, no tengo idea, ¿por que tendría que saber yo?... ¿Me ves cara de mapa busca Chou, o qué?

──Sana, no seas mala con tu hermano. ──reprochó la pelirroja. ──creo que salió con los chicos a comer o algo así, como salida de amigos.

──Oh, ya veo. ──habló Riki. ──¿tienes su número?

──Sip. ──afirmó Nayeon.

Luego de eso la pelirroja dictó el número de Tzuyu a Riki, después este salió del cuarto, la japonesa cerró la puerta con seguro.

──¿Riki conoce a Tzu? ──preguntó Nayeon.

──Chou ha venido un par de veces, jugaron fútbol y ya son súper amigos. ──pronunció con fastidio la pelinegra.

──Ya veo...

──¿Chou salió con los chicos? ──preguntó la japonesa tratando de sonar desinteresada.

──Sí, ya sabes, se lleva muy bien con ellos ──contestó la pelirroja.

──¿Y qué crees que vayan hacer?

──No lo sé... comer, hablar de deportes, ver el trasero de las chicas, ver porno, entrar a un club, romper una ventana jugando fútb...

──¡Espera! ¿qué dijiste? ──interrumpió Sana.

──iba decir jugando fútbol, pero me interrumpiste.

──No Nayeon, antes de eso.

──¿entrar en un club?

──No lo de ver a las chicas

──Oh... ¿ver el trasero de las chicas?

──¿De donde sacas que van hacer todo eso?

──¡Por Dios, Sana!... ¿Nunca has visto películas?, uno dice "¿ya viste?" viendo a una chica y el otro dice "si le doy un nueve, a la de allá si le doy con todo", cosas así...

──¿Chou va incluida en esto?

──Pues Tzuyu es gay, no me sorprendería si lo hiciera ──aclaro la pelirroja. ──pero, ¿por qué te importa? ──preguntó curiosa. ──hoy la ignoraste todo el día, la trataste feo.

──No... la ignoré.

──Si lo hiciste, ella te decía "¿podemos hablar?" o "vamos, Sana es algo importante para mí" y tú solo decías "No" con cara enojada y salías con prisa.

Sana gruñó con frustración, y cambió de tema, viendo una serie en televisión.

Por otro lado en un club, Momo consiguió credenciales falsas para todos, así los dejarían pasar, el lugar se llamaba "La taberna" luces fosforescentes lo azulaban, había bancos y mesas de madera, la mayoría ocupadas, los chicos escogieron una esquina con una mesa rectangular para sentarse, pidieron una pizza, unos refrescos y cervezas.

──Vamos Tzu, al menos lo intentaste. ──habló Jihyo.

──Pero en verdad... quiero hablar con ella. ──dijo en un suspiro la menor.

──Ya hablarás con ella, pero por ahora, diviértete ¿si?. ──pronunció con simpatía Taehyung. ──queremos pasar un rato con nuestra amiga.

──Si, no veo por qué no divertirme un rato. ──afirmó la castaña.

El club-bar tenía la música alta, y todo se empezaba a llenar, los chicos pasaron a la pista de baile, cuerpo con cuerpo no había espacio para un pelo mas en el lugar, la morena bailaba con encanto y sensualidad, eran varias las que pasaban enfrente de ella para re-pegarle el trasero, o el busto.

──Hey Tzu. ──gritó Momo. ──¿cuál te gustó?

──Le voy a la de blusa rosa. ──apostó Jihyo.

──Yo a la de azul. ──dijo Taehyung.

──Chicos, ya me gusta alguien... enserio, no puedo sacarla de mi cabeza. ──exclamó Tzuyu tomando un refresco.

──Bueno... eso lo sé, pero en realidad le iba a la de blanco, tiene mejor trasero. ──inquirió Momo con media sonrisa.

Jihyo, Taehyung y Tzuyu, vieron a la muchacha de blanco, linda cara y cuerpo, el pelinegro tenia razón respecto al trasero. ──Tienes razón. ──afirmaron los tres.

Después de salir del club, en la camioneta de la castaña llegaron a la granja Chou, se sentaron en la mesa circular del patio.

Un celular comenzó a sonar, era el de Momo.

──¿Bueno? ──contestó.

──Holis Momo. ──saludó al parecer Nayeon.

──Hey, Nay. ──saludó la pelinegra.

──¿Estás con los chicos?

──Sip, ¿por?

──Pon el altavoz.

Al instante Momo pulso un botón y el altavoz se activó.

──Hey, chicos saluden a Nayeon. ──gritó.

──¡Hola Nay! ──era la voz de Jihyo, Taehyung y Tzuyu.

Todos los chicos estaban tan alegres, por tomar unas cuantas cervezas en el bar, no estaban tan mal pero rebosaban felicidad.

──¡Holis chicos! ──saludó alegre la pelirroja.

──Nayeon. ──habló Tzu. ── ...un nombre muy tierno. ──dijo y todos rieron.

──Cierto. ──afirmo Taehyung. ──una conejita linda. ──aduló.

La risita de la pelirroja resonó por el altavoz. ──que gracioso eres Tae.

──Hey... ¡hip! Tambien estoy yo. ──inquirió Tzuyu

──Si, Tzu.. también eres muy graciosa. ──dijo con ternura Nayeon, la menor sonrió ante el comentario.

──Bueno. ──pronunció Momo. ──¿somos graciosos? ¿por eso llamas?

──Sana está conmigo ──inquirió la pelirroja. ──, está escuchando.

──¿Están borrachos? ──era la voz incrédula de la japonesa.

──Nooo... ──todos negaron. ──bueeeno, si... tal vez, poquito. ──terminaron diciendo

──¿Estás ahí, Chou? ──preguntó.

──¡Aquí estoy! ──exclamó con gracia la morena.

──¿Qué rayos te dieron? ──preguntó.

──Bueeeno... ──empezó hablar la latina. ──primero Taehyung, una cerveza para divertirme; Jihyo otra para olvidarme y bailar; Momo otra para relajarme, después... unas más para mas diversión y... bueno creo que la chica del trasero me dio otra, y un papel con ¡hip! va..varios números.

──¡¿Chica del trasero?! ¿Qué chica?

──Oh... si la chica de blanco. ──inquirió Beck.── qué buen trasero.

──Si~ ──balbucearon todos.

──Creo que en el papel venia su número, y..yo lo quiero. ──pronuncio Taehyung con simpatía tambaleando en su silla.

──¿Están en la granja Chou? ──fue la tajante voz de Sana.

──Oh.. sí, si estamos. ──respondió Jihyo todos saltaron encima de ella para taparle la boca, era tarde, la japonesa ya había escuchado.

Luego de eso Nayeon y Sana subieron a el auto de la pelinegra, pasaron unos minutos y llegaron a la casa Chou, abrir no fue problema la puerta estaba medio-abierta. Pasaron por la cocina para llegar al patio.

──Nayeon, conduce la camioneta de Momo, y llévalos a sus casas ──ordenó Sana. ──dile a Yizhou que su hermana se queda hoy a dormir en mi casa.

──Sip. ──respondió la pelirroja riendo al ver a sus amigos tambalearse bailando encima de la mesa.

──¡Hey, conejo! ──fue el saludo alegre de Jihyo.

──Chou, nos vamos. ──fue la orden de Sana tomando a Tzuyu del brazo.

──¿A... a dónde vamos? ──preguntó confundida la castaña.

──A mi casa. ──contestó la pelinegra.

Entraron al carro negro de Sana, el camino fue silencioso con la mirada de la morena clavada en la japonesa, llegaron a la casa Minatozaki, Sana pasó el brazo de la castaña por su cuello para sostenerla y que no tropezara. Pasaron las escaleras de la casa, por suerte los señores Minatozaki tenían una importante fiesta familiar, regresarían por la mañana, llegaron al cuarto de la pelinegra, Tzuyu se sentó con comodidad en la cama de esta.

──Te he salvado. ──aclaró la mayor. ──tus padres te matarán si te ven así.

──¿Por qué? ──preguntó con un puchero adorable la morena.

──Solo olvídalo. ──dijo con gracia la pelinegra, caminó hasta su armario para buscar algunas pijamas.

La castaña caminó hasta Sana. ──¿qué haces? ──preguntó.

──¿Qué usas de pijama?

──No lo sé. ──pronunció sonrojada Tzuyu. ──no uso, duermo en bóxers y con mi camisa.

──Bueno... tú lo pediste. ──pronunció con cierto tono seductor la japonesa.

──¿q..qué?

Ahora Sana volteó hacia Tzuyu, tomando su cinturón.──e..espera q..qué haces. ──tartamudeó la menor, la pelinegra desabrochó algo brusco el cinturón, para quitarlo, desabrochó también el botón y bajo el cierre, en un movimiento rápido bajo los jeans de la castaña hasta sus tobillos.

──Solo te puse la pijama. ──contestó con media sonrisa Sana ante la vista que tenía, la morena tenía unos bóxers grises, sus esbeltas y largas piernas relucían era bastante sexy. ──voy a ponerme mi pijama.

Después de un instante, la pelinegra tenía un blusón largo negro, la latina quedó con su camisa, los bóxers y calcetas. Se acostaron en la cama mientras la televisión mostraba una película.

──¿Por qué me ignoraste hoy? ──inquirió Tzuyu.

──¿Ignorarte?... no lo hago.

──Si hoy lo hiciste, sin razón alguna, últimamente hemos estado saliendo; el concierto, la película... ¿hice algo mal?

──No, no lo haces, pero... ¿por qué lo haces?, el invitarme a salir, aunque siempre te estoy tratando mal, ¿por qué?

La castaña tomó un momento en contestar, observó a la pelinegra para mostrarle una sonrisa cálida y suspirar. ──Porque no puedes rendirte sin luchar..

El silencio se formó en el cuarto, la pelinegra se acomodaba para pararse pero la latina la tomo de la muñeca. ──¿qué pasa? ──preguntó la mayor.

──¿A dónde vas?

──Solo voy a poner alguna película... ya vuelvo.

──No... ──se quejó la castaña, un rubor abarco sus mejillas. ──quédate conmigo.

──Mmm.. con una condición.

──¿Cuál?

──Quiero que dejes de mirar el tra... digo, a.. ya sabes... otras chicas...

──Está bien. ──dijo con una sonrisa Tzuyu. ── ... tú eres la más bonita.

Sana volvió a acostarse acercándose más a la morena, tomándola con suavidad de la cintura, sus miradas estaban conectadas. ──¿sabes qué más quiero? ──preguntó la pelinegra acariciando la mejilla colorada de la morena, esta tragó saliva audiblemente. ──Te quiero besar. ──así como lo dijo, empujo sus labios contra los de la menor, tierno y apasionado, el sabor del chocolate y el café, en ese momento, solo estaban ellas.

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