Capítulo 5: Superman
Un escudo de energía amarilla rodeaba a Superman y al recién llegado Yellow Lantern.
—Gracias por el respiro —habló el kryptoniano mientras se ponía de pie—. Estos robots ya me tenían contra las cuerdas.
—Es sorprendente que haya alguien en este mundo -aparte de mi- capaz de enfrentar a Brainiac.
—¿Qué es lo que sabes de este tipo?
—Es un alienígena que invade planetas, roba toda la información y tecnología que le parece relevante, y los destruye por completo —afirmó el Linterna mientras disparos de energía golpeaban contra su escudo.
—¿Alguna relación con los kryptonianos?
—Se enfrascó en una guerra contra ellos y los exterminó hace más de veinte años. ¿Por?
—Hace unas semanas me entere de que soy kryptoniano.
—Pues lamento lo que le ocurrió a tu mundo. ¿Quieres vengarlo? —preguntó Hal, con una sonrisa.
El escudo de energía empezó a aumentar enormemente su grosor antes de explotar, liberando enormes cristales y picos que atravesaron a los robots que los tenían rodeados. Ambos guerreros se alzaron al cielo, disparando sus rayos de energía a todas direcciones.
—¿Tienes alguna idea de como atravesar el escudo de Brainiac? —preguntó Superman mientras atrapaba un androide en el aire y lo partía a la mitad—. Ya intente con mi visión calorífica y a golpes, e incluso usando a sus juguetes como ariete.
—Su escudo absorbe la energía —aseguró Yellow Lantern, lanzando varias cadenas con cuchillas en las puntas para destrozar a sus enemigos—. Podríamos intentar sobrecargarlo de alguna manera o darle un golpe con tanta fuerza que no pueda absorberlo.
—Tengo una idea —afirmó Superman mientras calcinaba a varios drones—. Necesito que me cubras.
—Cuenta con ello.
Superman salió volando en dirección contraria a la acción mientras Yellow Lantern apretaba el puño. Rápidamente lo lanzó hacia adelante y creó un ejército de gárgolas que impacto contra el ejército de robots. Luces verdes y amarillas chocaban como si se tratasen de fuegos artificiales. Las criaturas del miedo rasgaban y mordían a los robots mientras se mantenían en el aire gracias a sus alas de murciélago. De pronto, todos los monstruos de energía explotaron y diezmaron a los androides. La energía residual se unió para crear a un gigantesco dragón que embistió con ferocidad a la nave de Brainiac, provocando un choque entre ambas energías. Más de aquellos drones y androides comenzaron a salir de la nave nodriza para atacar como carroñeros a un animal herido. El dragón se convirtió en un enorme guante con cuchillas y empezó a rebanar a los autómatas. En el interior de la nave, Brainiac observaba todo con los dedos cruzados frente a su rostro.
—Iniciar rastreo de la firma energética del kryptoniano —exclamó, generando una especie de radar en una de las pantallas.
Pero cuando descubrió su posición, ya era tarde. Superman embistió con los puños de frente al escudo de la nave, provocando una explosión en el lugar del impacto y el colapso total de aquella protección. El kryptoniano atravesó la nave del invasor por completo, provocando pequeñas explosiones por donde pasaba hasta salir de esta. Sin embargo no pudo detener su impulso y terminó cayendo al pavimento, con algunas heridas en su cuerpo y parte de su traje roto.
—¡Ahora, Lantern! —gritó con gran dolor, mientras intentaba levantarse.
—¡Reinicio de los escudos ahora! —exclamó con furia Brainiac.
Pero antes de que la nave pudiera empezar el proceso, cientos de misiles amarillos impactaron contra esta.
—"Ignora el dolor. Ignora el dolor —se repetía Superman en sus pensamientos, mientras se arrastraba por el suelo—. Es jodidamente difícil cuando nunca había sentido algo así".
La nave de Brainiac dejaba escapar varias explosiones pero seguía manteniéndose en el aire, mientras más de aquellos robots escapaban de su interior para intentar protegerla.
—En el día más oscuro —exclamó Yellow Lantern, juntando poder en su anillo—, en la noche más brillante. Teme a tus miedos hechos luz.
Que aquellos que pretendan oponerse a lo que es bueno, ardan como mi poder... ¡¡La luz de Sinestro!!
Una enorme criatura de horrendas características se materializó. Aquel grotesco ser parecía una quimera horrorosa de varios animales como serpientes y abejas. Aquella abominación impactó contra la nave de Brainiac y la empezó a destrozar con sus garras y dientes, logrando lo que nadie había logrado antes.
—No es posible... —exclamaba Brainiac con sorpresa, mientras aquel ser hecho de energía se abría paso por su nave.
La nave de Brainiac explotó con fuerza, provocando que algunos pedazos de esta cayeran hacia las calles. Enormes manos amarillas atrapaban los pedazos, salvo uno que fue atrapado por un cansado Superman.
—Lo logramos —afirmó Yellow Lantern mientras aterrizaba cerca de Superman.
Pero antes de que pudieran festejar, un rayo verde impacto a Yellow Lantern para enviarlo a volar. Superman se volteó y fue rápidamente atrapado por los tentáculos metálicos de Brainiac.
—Siempre supe que tu raza, kryptoniano, me causaría problemas.
Electricidad hecha a base de kryptonita empezó a recorrer el cuerpo del héroe, obligándolo a arrodillarse en el suelo.
—Te felicito por haber destruido mi nave, pero esta no es más que una extensión de mi voluntad —afirmó el ciborg mientras los restos de su nave empezaban a flotar para volverse a unir—. Tu lucha es en vano. El destino de este mundo ya está sellado, igual que lo estaba el de Krypton.
Superman apretaba los ojos con toda su fuerza, pero al abrirlos reveló que estos se encontraban completamente rojos. Un poderoso disparo de su visión de calor impactó contra el torso de Brainiac, logrando fundir parte del metal en este. Usando toda su fuerza de voluntad se impulso hacia adelante y le conectó un feroz derechazo al rostro, quebrándole la mandíbula. Brainiac salió disparado hacia atrás, soltando a Superman en el proceso. El poderoso invasor empezó a levantarse pero recibió un gigantesco tren amarillo que lo arrastró varias calles.
—¿Este tipo no se rinde? —preguntó Linterna.
—Solo hay una forma de detenerlo —afirmó Superman, con sus ojos rojos largando humo.
Algo agitado, Superman corrió al ataque mientras Brainiac se levantaba nuevamente. Ambos superseres entrelazaron sus dedos y empezaron a forcejear. Los tentáculos de Brainiac se elevaron para volver a atacar pero el hombre de acero lo arrojó bruscamente a un costado. Velozmente se alzó y disparo su visión calorífica contra los tentáculos del invasor, logrando destruir dos de estos. Gabriel uso su aliento de hielo contra Brainiac, el cual se cubrió con su escudo de energía. Superman se lanzó en picada y atravesó el escudo para propinarle un golpe en el pecho. Rápidamente lo sujetó de la armadura y empezó a arrancarle pedazos de esta, antes de ser expulsado por una descarga de energía verde.
—Soy el poder y el conocimiento de diez mil mundos —habló Brainiac, antes de ser impactado por los pedazos de uno de sus androides.
—¡Hablas demasiado! —exclamó Yellow Lantern mientras creaba un cañón anti-aéreo para dispararle a los robots y a los cazas que se aproximaban.
Brainiac alzó su mano hacia Yellow Lantern pero Superman lo embistió desde un costado para llevárselo consigo.
—¿Te crees qué puedes atacar mi mundo? —cuestionó Superman, tomando del cuello a Brainiac mientras le daba veloces golpes al rostro.
Brainiac cargo energía verde en su puño izquierdo y le conectó un terrible golpe en la cabeza a Superman. Ambos alienígenas cayeron al suelo, separados por pocos metros.
—Dijiste que tu nave era una extensión de tu voluntad, y supongo que lo mismo pasa con tus robots —habló Superman, levantándose—. Para detener esta invasión, debo terminar con tu vida.
Superman disparó su visión de calor y esta impactó contra el escudo energético de Brainiac. El invasor reunio energía en su mano y la disparó hacia el héroe, pero este ya no se encontraba. De pronto, el hombre de acero salió del suelo por detrás de Brainiac y le sopló su aliento gélido en la espalda. Sin perder tiempo le atravesó desde la espalda hasta el pecho con uno de sus puños. Repitió la acción con su otro brazo y rápidamente alzó a Brainiac por encima de su cabeza. Haciendo alarde de su fuerza partió a la mitad el cuerpo de su enemigo, dejando caer ambos pedazos.
—Esto no es posible —decía Brainiac, empezando a arrastrarse.
—Si esto fuera otra historia, ahora te diría que fuiste vencido y que serás encerrado en algún lugar extremadamente complicado —afirmó Superman mientras sujetaba del cráneo a Brainiac—. Pero no es ese tipo de historias, y yo no soy un boy scout.
Superman disparó su visión de calor y destrozó el cráneo de Brainiac, a lo cual le siguió el resto del cuerpo.
Los robots de Brainiac cayeron al suelo al igual que las naves cazas. Al mismo tiempo, la luz volvía alrededor de todo el mundo así como la función de todo aparato electrónico.
—Esto fue toda una victoria —afirmó Yellow Lantern, poco después.
Ambos héroes se encontraban en la cima de un edificio, con el atardecer en el horizonte.
—Por suerte el ejército de robots no atacó a los civiles, pero aún así hubo bajas —dijo Superman, con algo de pesar.
—Como en toda guerra —afirmó Yellow Lantern—. Pero si te sirve de consuelo, Brainiac no volverá a lastimar a nadie más en el universo. Tarde o temprano hubiera llegado a la Tierra, y gracias a ti este mundo pudo sobrevivir.
—Supongo que sí —dijo Superman, esbozando una pequeña sonrisa—. Deberíamos hacer esto más seguido.
—¿Y si creamos nuestro propio equipo para patearle el trasero a los invasores? —preguntó Yellow Lantern.
—Podría ser divertido —dijo Superman.
—Por cierto, soy Hal —habló el hombre, extendiendo su mano—. Hal Jordan.
—Gabriel —afirmó Superman, estrechando la mano de su contrario—. Gabriel Wayne.
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