♧Temporada 2♧ {Cap 17}

☆☆☆☆☆

Sus movimientos eran bruscos y desordenados, guiado de sus impulsos e instinto usaba su fuerza bruta y sus poderes sin pensar.

La venda en sus ojos le obligaba a no bajar la guardia, sus vellos estaban de punta y su pecho subía y bajaba sin control.

-Sam, concéntrate, ¿Qué es lo que haces? -La voz de la directora retumbo por los altavoces-

Su alumno había estado distraído, sus sentimientos le estaban ganando y gracias a ello nuevos hematomas aparecerían en su piel.

Su cuerpo se movía por inercia y sus mismos reflejos era lo único por lo que seguía de pie.

Sus dientes puntiagudos y sus garras largas y oscuras le delataban.

No le estaba llendo bien en ese entrenamiento, puede que su cuerpo estuviese en medio de una pelea pero sus pensamientos estaban muy alejados de ella.

Estaba irritado, no estaba acertando sus golpes y la insistente voz de la mujer retumbando en la sala le desesperaba, sobra decir que su orientación estaba más que perdida. Y en un arrebato de ira termino rompiendo el vidrio templado en pedazos.

Después del desastre de sonido que aquello causó, el silencio reino por todo el salón.

-Sal de allí -Ordenó Anita con un semblante serio-

El albino nisiquiera dudo en quitarse la venda de un tirón y fusilarla en sus manos, saliendo con su mirada baja y su mandíbula apretada.

-¿Qué es lo que pasa?.. se nota a kilómetros que estas distraído e incluso puedo decir que estas frustrado, así que no te atrevas a responderme con un simple "nada"

-Estoy bien -Murmuró cansado-

-No has estado durmiendo correctamente -Dijo al notar las ojeras debajo de sus ojos-

El menor nego abriendo su botella de agua y simplemente dejando que esta  caiga sobre su cabeza, mojando su cabello y su cara.

-Pesadillas -Respondió con diversión-

-No estoy para bromas, ve a descansar, si no quieres decirme que es lo que ocurre lo entiendo. Dejamos el entrenamiento hasta aquí, tomate el día libre. -Espero una respuesta del contrario pero esta jamás llego, le miro con detenimiento, su rostro era inexpresivo pero sus ojos estaban perdidos-

-No se que hacer Anita... -Murmuró sin apartar su vista del suelo, observando las gotas de agua caer desde las puntas de su cabello-

-¿Qué es lo que ocurre? -Preguntó con suavidad la mayor-

-Mis recuerdos están volviendo en forma de sueños. -Explicó después de un suspiro- Y no son los bonitos..

-¿Tu pasado te atormenta? -Cuestionó sentándose a su lado-

-Me hace repetir esa pérdida noche tras noche.. -Aclaró apenas audiblemente- No lo entiendo, no se porque...

-Max y Marissa -Dedujo en un murmullo acertado-

-Creí que ya lo había superado pero al parecer simplemente lo olvidé.. -Habló bajo con un tono tambaleante, se estaba perdiendo en su propio mundo, de nuevo-

-No es tu culpa, ¿Me escuchas?, no tienes la culpa de nada. Tu cerebro creo una barrera protectora, bloqueo tus recuerdos para que no te lastimaran emocionalmente, te estaba protegiendo.. -La mayor acarició su espalda en un intento de calmarlo-

-Que estúpida forma de proteger mi estabilidad emocional -Dijo entredientes sintiendo su garganta arder-

-Pero ahora que lo recuerdas, puedes dejar de hacerlo aún lado y enfrentarlo ¿No?, eso es lo que harás...

El menor solo guardo silencio, tratando de controlarse antes de decir algo que pudiese lamentar en el futuro. Su cuerpo se calentó en advertencia y Anita se alejo rápidamente de el, observó a su alumno irse con la furia de la flama viva.

...
.












.

.
.

El cielo en sus ojos brillaba con una extraña intensidad, observando en silencio el collar que sostenía cerca de su rostro.

Estaba impregnado de recuerdos y emociones, eh incluso algunas de ellas no le pertenecían.

Era una pieza delicada de cristal brillante sostenida por una delgada cadena de plata.

Aun recordaba cuando se le había otorgado, fue un regalo de su séptimo cumpleaños. 

Cuando sus padres estaban lejos por el nacimiento de su hermana, quedó al cuidado total de sus tios por diez meses.

Ese día, recordaba que al despertar todo estaba en silencio, se había levantado con ánimos, esperando ver a su padres llegar a la casa con su nueva hermanita y comer pastel todos juntos, pero eso nunca paso.

Puede que sus padres no estuvieran, pero tenía a sus tíos. Y con ellos jamás se sintió solo.

Recordaba que al bajar a la sala, se asusto por una explosión de confeti junto a los gritos de sus tíos deseándole un feliz cumpleaños.

Las paredes estaban decoradas con listones y el suelo lleno de globos. En el comedor encontró un pastel gigante y seis regalos alrededor.

Entre aquellos regalos, se encontró con el famoso "Corazón de cristal" el cual estaba presente en la historia que su tío Max le había contado alguna vez antes de dormir, la cual se había vuelto su favorita ya que relataba como había conocido a sus padres y lo geniales que eran.

Sonrió con melancolía, colocándose el collar y sosteniendolo con fuerza en su pecho, minutos después salió de su habitación con toda la determinación que pudo reunir.

Necesitaba ver a su hermana menor. 

...
.

.

.

.

Después de unos minutos buscándo, encontró al grupo de adolescentes en el bosque, ¿Qué demonios estaban haciendo?, no tenía ni la más mínima idea.

Camino con más rapidez y escucho los conocidos gritos de la directora.

Cuando estuvo lo suficientemente cerca, divisó que todos estaban rodeando un estanque redondo lleno de agua, el cual tenia un tablón de madera circular flotando en su interior. Este era más chico que el estanque y de inmediato dedujo el tipo de actividad que estaban realizando.

Era un desafío de equilibrio, el ojiazul observo con diversión a Espagueti y Rebobinar a cada extremo del tablón de madera intentando mantener el equilibrio mientras que en sus manos sostenían un largo y delgado palo bambú.

Ambos intentaban luchar sin terminar empapados de agua, cosa que claramente no lograron.

-Con todo respeto directora, pero esta actividad me resulta imposible -Se quejo Anna mientras ayudaba a Lessly a escurrir su cabello-

-Nada es imposible, tienen que intentarlo hasta que lo logren. -Hablo la mayor con una pequeña sonrisa divertida-

Cierto abache de ojos oscuros sintió una conocida calidez en su espalda, sonrió con cariño al voltarse y encontrar unos brillantes azulejos mirándolo.

Lo tomo por la cintura y retrocedieron en silencio, quedando detrás del grupo de alumnos mientras escuchaban a la directora explicar la actividad.

-¿No deberías estar entrenado? -Preguntó con un tono bajo sonriéndole al revoltoso albino-

-Debería.. -Respondió de igual forma correspondiendo su sonrisa y robandole un pequeño beso a su pareja-

-¿Qué haces aquí? -Volvió a preguntar al separarse, con las manos en su cuello pudo notar cierto collar desconocido para el, jamás lo había visto antes en el pecho de su novio-

-Vine para secuestrar a Guppy, necesito hablar con ella de un asunto familiar. -Explicó antes de que el abache pudiese cuestionarlo de nuevo-

-¿Familiar?, ¿Tus padres se encuentran bien? -Habló esta vez preocupado, sacandole una sonrisa al rostro ajeno-

-Si, no te preocupes bonito, no me refería a eso. -Susurró con dulzura mientras acariciaba la suave mejilla del menor-

-¿Sam? -Murmuró Rebobinar al voltear por notar la ausencia de Comodín a su lado-

-Oigan tortolitos, vengan acá antes de que la directora los vea -Dijo Espagueti al escuchar a su amigo-

El abache rodó los ojos y tomo de la mano a su pareja, entrelazando sus dedos lo jalo hasta estar aún lado del moreno.

-Eres un aburrido -Le susurro al chico de rulos, sacandole una risa silenciosa-

-Mira quien lo dice, jonialeatorio -Contrataco observando con gracia la mueca que se formaba en la cara de Comodín

-Oh, vamos. Sabes que no lo veo tan seguido y cuando tengo la oportunidad llegas a interrumpir, metido. -Soltó con su entrecejo fruncido y una pizca de diversión-

-Sabes que no es mi intención, son una pareja de atrevidos que fácilmente pueden comerse la boca frente a todos y no les importaría, te estoy salvado aunque no lo creas -Se defendió con rapidez ganándose una mirada del albino-

-¿Porqué escucho tanto murmullo por allá? -La voz de la directora los mando callar abruptamente, lanzándose miradas de pánico todos quedaron en silencio- Eso creí..

-Ahora, como ya se los explique esta es una actividad que requiere de equilibrio, esto les ayudara a poder desplazarse y defenderse en cualquier superficie -Volvió a hablar la mujer mayor con autoridad recibiendo una respuesta positiva de sus alumnos- Van a pasar cuantas veces sean necesarias hasta que lo logren.

El primer dueto en pasar, fueron Thomas y Mark, quienes intentaron pelear bajo el tembloroso y resbaladizo pedazo de madera.

Aunque unos minutos después ambos terminaron cayendo sonoramente en el agua.

-¡Mierda! -Gritó Thomas con frustración, levantandose con rapidez y saliendo de aquel estanque con un dolor de espalda, sin embargo su atención se desvío con brusquedad al escuchar una risa burlona-

-¿Quién carajos se está riendo? -Pregunto con enojo observando como el grupo se hacia a un lado, dejando ver unas inconfundibles hebras albinas-

-Oh, me temo que ese fui yo -Admitió con sorna sin que su sonrisa burlesca abandonará su cara-

-Oh.. eras tu -Susurró con desinterés Marck, que al igual que Thomas desvío su atención a aquel sonido-

-¿Y tu que demonios haces aquí? -Le cuestionó irritado observando con asco al ojiazul-

-Creo que ya a sido suficiente de las palabras mal sonantes, Thomas. -Regañó Anita con sus ojos entrecerrados-

-Lo siento directora, pero ¿Qué hace Sam aquí? -Preguntó con más calma mientras miraba a su superior-

-Esa es una respuesta que a mi también me gustaría saber. -Contestó desviando su atención hacía el ojiazul, quien dejó de sonreír al recibir la mirada fulminante de la mayor-

Dejando los juegos Sam se acercó en silencio hacia Anita y le murmuró una explicación que no fue audible para los demás, recibiendo un asentimiento de su contraria.

-Ya me voy a largar niño, deja de llorar -Se burló nuevamente al notar la mirada matadora del castaño, mientras tomaba a su hermanita de la mano-

-¿Por qué no entrenas con nosotros?, ¿La nena es delicada? -Habló con el mismo tono antes de que pudiera irse-

-No te incumbe -Murmuró rodando sus ojos-

-No me digas que te da vergüenza, ¿Eres tan débil que te da pena que los demás te vean? -Siguió molestando, obteniendo una represalia de Anita, quien lo golpeó con su bastón ordenando que se calmara-

-Thomas, déjalo hermano, que va. No es alguien importante -Murmuró Marck poniendo un hombro en la mano del chico, que se movió con brusquedad por su toque-

-Si tanto pides que te humille, de acuerdo. Veamos quien se moja los pantalones, novato. -Respondió ocultando su enojo con una leve sonrisa-

Sus pasos avanzaron decididos, sin esperar a nadie, soltó la mano de la pequeña y tomo un palo de bambú, subiendo sin problema a la plataforma de madera.

-¿Quieres que te ayude a subir o que? -Preguntó con gracia al ver que el moreno se había quedado en su lugar mirándolo como un bicho raro-

Thomas no tardo ni un segundo más y subió con nerviosismo, sosteniendo con fuerza el bambú en sus manos,

-Creí que el más fuerte era mejor en todo -Empezó a murmurar el albino manteniendo el palo de bambú sobre sus hombros, siendo sostenido por ambas manos a cada extremo- Se suponía que eras tu, pero veo que no es así. ¿No puedes hacer algo tan simple como mantener el equilibrio?

Ante aquella pregunta el moreno frunció su entrecejo con enojo, abrió  la boca para soltar insultos pero esta se cerró casi al instante, pues su contrario había saltado deliberadamente sobre la plataforma, desestabilizandolo.

-¿Eh?, ¿Ibas a decir algo?, dilo entonces. -Habló mientras empezaba a caminar sobre el perímetro de la madera- ¿Te arrancó la lengua el tiburón?

De no ser por su concentración en no caerse, Thomas con gusto ubiera respondido a sus burlas, estaba complementamente irritado. Y los murmullos de sus compañeros no le ayudaban en nada.

-¡¿Estas jodidas jugando?! -Preguntó alterado, viendo con incredulidad la tranquilidad ajena- ¡Callate y pelea!

Con aquel grito demandante, el castaño dirigió con fuerza su arma directo a la cabeza del contrario, siendo rápidamente esquivado terminó golpeando la plataforma logrando que esta comenzará a moverse y ambos se balancearan en busca de equilibrio.

-Qué malo eres en esto -Murmuró el albino con burla al verlo en cunclillas tratando de estabilizarse, mientras que el seguía de pie-

-¿Lo dice la princesa perdida? -Respondió de inmediato subiendo la mirada-

Aprovechando su posición atacó las piernas de su oponente, pero lo que no contaba era que el ojiazul respondería con un gran salto.

Al caer la plataforma se inclinó de sobremanera provocando que el castaño rodará y cayera al agua.

-Pero que buen chapuzón -Felicitó el albino observado como se había empapado completo- Aunque me encantaría quedarme, ya terminamos con esto. Fue un buen juego Thomas.

-Esto no a acabado.. -Siseo entre dientes el moreno-

...
..
.

.

.




















.

-¿Por qué me sacaste del entrenamiento? -Preguntó la menor moviendo ligeramente sus manos unidas- ¿Pasó algo?

Apenas perdieron al grupo de adolescentes a sus espaldas, miró con atención a su hermano esperando a que hablará, pero nada salió de su boca. Simplemente seguía con su rostro neutral y su vista de frente.

-Hablaremos en tu habitación -Informó en un bajo murmullo-

Guppy simplemente asintió y no pudo evitar sentirse nerviosa empezando a recordar todas las pequeñas travesuras que había hecho a escondidas. ¿Se habrá enterado?...

Al llegar a su habitación, cerró la puerta y ambos se sentaron frente a frente en su cama.

El mayor soltó un largo suspiro revolviendo su cabello, se sacó el collar de su cuello y se lo tendió a la menor.

-Es probable que no lo recuerdes por que eras muy pequeña, mamá y papá no hablaron de ellos después de aquel día, y yo tampoco. Pero, ¿Recuerdas de quien era este collar?
-Preguntó dejando que la rubia lo tomara entre sus manitas-

-Es muy bonito -Halago con una sonrisa-

-Si, además de frágil. -Murmuró acomodándose a su lado, mientras la pequeña se acurrucaba en su hombro, empezó a relatar- Le pertenecía a nuestra tía, se llamaba Marissa. Ella era alguien muy enfermiza y siempre tenia frío. Vivía en una casa muy acogedora cerca de la nuestra con nuestro tío Max. El era amigo de nuestros padres. Cuando era niño ambos se tuvieron que ir, tu todavía eras una bebé...

-Mamá una vez los mencionó, ahora que lo recuerdo. -Susurró la menor sin dejar de ver el collar- Fue cuando, ya sabes, eras muy enojon...

-¿Enserió?, Te dijo que estaba así por que los extrañaba, ¿Cierto? -Dedujo después de soltar una pequeña risa, ganándose un asentimiento de su contraria-

-Bueno, esas eran otras circunstancias. Llevo un tiempo recordandolos y creí que te gustaría saber de ellos.. te llegaron a cuidar un par de veces -Volvió a hablar el albino acariciando las hebras rubias de su hermana-

Eran muy buenas personas, conocían a nuestros padres desde que eran niños por lo que les tenían mucha confianza.

Eran un grupo genial, nuestro tío Max era un soñador, creaba historias y escribía libros. Su casa era como una biblioteca, aunque claro, siempre estaba fría, algo extraño pero asi era. Tenía una imaginación increíble y siempre jugaba conmigo.

Nuestra tía Marissa era la reina de hielo, era hermosa. Siempre llevaba puesto un suéter de lana cuando estaba en casa, disfrutaba mucho de las bebidas calientes, en especial el té de limón con miel. Ella era completamente diferente a nuestro tío, era tranquia y transmitía una paz increíble.

El tío Max me contaba historias antes de dormir, pero siempre le pedía una en específico. La historia de Sharkboy y Lavagirl, de cómo conoció a nuestros padres de jóvenes y juntos salvaron el planeta Drull.

Mamá y papá trabajaban mucho en ese tiempo, sus misiones eran largas por lo que no todo el tiempo podían estar conmigo. Además de que siempre intentaban conseguir los medios necesarios para que pudiera vivir con todas las comodidades. Así que la mayoría del tiempo estaba en casa de nuestros tíos. De ellos aprendí demasiado, pero que se fueran fue algo muy feo para mi. Me ubiese gustado que los conocieras mejor. Pero el pasado se deja atrás. Aveces para poder avanzar tienes que perder algunas cosas. Pero eso no tiene que ser triste, por que lo que consigues es aún mejor. ¿Sabes que fue lo que conseguí?

-¿El collar? -Respondió dudosa mientras sus ojos delataban una  curiosidad amontonada-

-No.. conseguí una pequeña revoltosa que se llena los cachetes de comida y corre por la casa en pañales -Respondió con diversión recordando cuan desastrosa era su hermanita años atrás-

-Yo ya no uso pañales -Respondió con un puchero en sus labios y sus cejas fruncidas-

-No hagas eso, te van a salir arrugas -Dijo colocando su índice en el entrecejo de la menor-

-Pero tu siempre lo haces -Señalo relajando sus cejas mirándolo con reproche-

-¿Y eso que?, que yo lo haga no significa que tu debas hacerlo.. -Contestó desviando la mirada y alejando su tacto-

-¿Puedo escuchar la historia de como conocieron mamá y papá al tío Max? -Preguntó con ilusión y genuino interés-

-La forma correcta sería, como el tío Max conoció a mamá y papá -Corrigió con una sonrisa-

...
..
.


.

.

.






















.

.

.
.

Los días pasaron y aquella charla con su hermana menor fue simplemente reparadora para su cabeza.

Realmente necesitaba sacarlos de su mente. Aunque ambos terminaron hablando hasta tarde, y con eso me refiero a Sam contando las divertidas anécdotas de sus jóvenes padres y la loca que fue la vida cuando ella nació.

Nuevamente era fin de semana, su novio había sido raptado por Espagueti hace horas, mientras que Guppy había mencionado un campo de rosas y las chicas. Algo fácilmente deducible.

Caminaba sin preocupaciones entre los estantes de la biblioteca, la leve música de violín que se reproducía desde abajo era lo único que se escuchaba.

Nadie solía estar allí en su tiempo libre, excepto el. Por lo que era el lugar perfecto para aislarse un rato y perderse en otro mundo.

No negaba que su mente estaba más en orden que antes, el remolino de sensaciones se había calmado por ahora. Pero realmente no hablo de lo que era importante.

Sus sueños habían cambiado, talvez desbloquear esa parte de sus recuerdos no fue tan buena idea después de todo. Ahora sus pesadillas se resumian en la muerte de sus seres queridos en distintos escenarios, en distintas etapas de su vida.

Cada noche, jamás lograba salvarlos.

Aunque había vuelto a la normalidad en sus entrenamientos, en el silencio se perdía en sus pensamientos.

De repente detuvo su andar, retrocendiendo unos pasos al observar a alguien por el rabillo del ojo, su cuerpo se inclino hacia atrás y su cabeza se asomó por detrás de un estante.

Desde la lejania, esa cabellera abache la reconocería entre mil. ¿Junto a un rubio?

Ambas cabezas sobresalían del respaldo del sillón, de espaldas a el, juntas.. muy juntas.

Su seño se frunció al escuchar la suave risa de su pareja, sus dedos apretaron el libro que sostenía con las páginas abiertas.

¿Qué están haciendo aquí?, ¿Qué hace el aquí?, ¿Por qué están juntos?, ¿De qué se ríen?, ¿Por qué están tan pegados?, ¿Cuál es la necesitad de acercase tanto?, ¿Por qué no se aleja?, ¿Acaso no tiene más amigos?, ¿Por qué siempre esta con el?, ¿Qué carajo le pasa con su novio?...

No dijo nada, no hizo nada tampoco, solo apretó su mandíbula con enojo.

Cerró su libro con fuerza y lo acomodó sin cuidado en el estante a su lado.

Sus piernas se movieron con rapidez sintiendo un oscuro sentimiento apoderarse de su mente.

Salió de allí con la cabeza baja, su mirada clavada en el piso, intentando calmar su instinto.

Podía sentir el ardor de sus uñas perforando sus palmas por la presión ejercida y sin prevenirlo alguien chocó con el.

-Lo siento, disculpa no fue mi intención no te vi, perdóname -Se apresuró a decir una voz nerviosa pero conocida, deteniéndose levemente al notar a su líder en el suelo y rapidamente ofrecer su mano para ayudarlo a levantarse-

Al elevar la vista, Sam observo a Cámara lenta, suavizando su mirada al notar el susto del chico.

-No te preocupes Cam, no fue tu culpa. -Habló levantandose con ayuda del nombrado- ¿A dónde ibas tan deprisa?...

-Venía a buscar un libro que me pudiese ayudar en un tema que no entiendo del todo.. ¿Y tu?, ¿Todo bien? -Murmuró lo último con preocupación al notar su mirada perdida-

-Todo bien. -Respondió con un asentimiento, retomando su caminata-

-Espera -Llamó con nerviosismo sosteniendo su muñeca- Sabes, no me emociona tanto hacer tareas... crees.. ¿Crees que te podría acompañar?

Los ojos azules se clavaron como estacas en su cara, su lenta respiración, el nudo en su garganta y el ardor en sus manos no ayudó. Dando un suspiro, cerró sus ojos y sonrió con levedad.

-Cam.. no creo que sea buena idea -Respondió suavemente-

-Insisto. -Se apresuró a decir acercandose con un poco de temor- No tienes porque hablar conmigo solo déjame acompañarte.

Lo miró por unos segundos y finalmente asintió con pesar.

.










.

.

Caminaron en silencio por un largo rato. Se escuchaba con claridad el sonido de sus pisadas sobre la tierra y las hojas secas crujiendo con su peso, el menor simplemente seguía al ojiazul.

Sam nisiquiera tenía un rumbo fijo, solo caminaba con la intención de estar lo más lejos posible, solo quería escapar por unas horas.

Por alguna razón, todo se estaba llendo a la mierda.

Ese indebido sentimiento volvía cada vez que esos estúpidos ojos verdes se clavaban en su pareja, su tonta sonrisa y su repugnante cabello rubio que cegaba con fastidio. Era como un sol. Y el siempre a odiado al sol.

Su instinto de tiburón pedían a gritos que lo descuartizara. Eran demaciado posesivos para su gusto y su temperamento de mierda no le ayudaba.

Sabía que no era culpa de Comodín, el era demaciado inocente para notarlo, incluso debes en cuando le contaba sobre el. Dionicio. El estúpido niño rubio. El amable y educado chico que le enseñó sobre la naturaleza..

Imbecil.

¿Por qué cuando está en su peor momento llega otro para contradecirlo?, para burlarse en su cara y decirle que su "peor momento" claramente no es el peor, y que todo puede empeorar.

Es completamente estúpido, el es estupido, todo es estúpido.

-Te gustan mucho los libros, ¿Verdad? -Murmuró cuidadosamente Cámara lenta, sacándolo de sus pensamientos-

Había estado carcomiendose el cerebro minutos después de empezar a caminar, se sentía un idiota. ¿Por qué carajos se metió en algo que no le concierne?, no es que Sam no le agradará, el lo admiraba demasiado y creía que era un increíble lider. Le había ayudado mucho y jamás lo ignoro. Solo que, talvez el no lo quería ahí, talvez solo quería estar solo, se sentía un intruso.

Todo por culpa de su imprudencia..

¿Pero que puede hacer?, ya llegó hasta este punto. No puede irse sin más, así que intento pensar en algo de lo que hablar. No era bueno en eso, y tenía claro que Sam estaba más que perdido en su propio mundo, así que opto por preguntar lo primero que le vino a la mente. Sabía con certeza que el no quería hablar de aquello que le atormentaba.

El albino le miro unos segundos con confusión y el abache se apresuró a hablar con nerviosismo.

-Quiero decir, algunas veces te e visto ir hacia la biblioteca o salir de allí, además de verte leyendo libros en nuestra sala común -Aclaró gesticulando con sus manos con rapidez-

-Lo resolviste, me encanta leer. -Respondió con una suave sonrisa- ¿Y a ti?

-Bueno, personalmente no me agrada, prefiero las cosas.. Al aire libre, ¿Entiendes?, no es por menospreciar la lectura, es genial pero, no me gusta estar encerrado. -Terminó murmurando mientras miraba al suelo como si fuera lo más interesante del mundo-

-Lo entiendo Cam, tranquilo -Soltó una suave risa que logro hacer sonreír a su contrario- Sabes que no muerdo, ¿Cierto?  -Agregó con diversión al notar lo nervioso que estaba el chico a su lado-

-Lo se.. -Susurró avergonzado con un leve sonrojó asomándose por sus mejillas-

-Es agradable venir a caminar por aquí, ¿No? -Comentó con ligereza  mirando con sutileza los alrededores-

-Lo es. Realmente es sorprendente, e recorrido todo el perímetro cientos de veces y jamás me cansaría de hacerlo. -Admitió mientras alzaba la vista, dejando ver un brillo en sus ojos-

-Pienso lo mismo -Respondió con suavidad-

-¿Vienes seguido? -Preguntó viéndolo con más confianza-

-Frecuentemente.. nunca esta de más sentir el aire fresco, el aroma de la naturaleza es tranquilizante...

-Si este aroma te gusta, entonces el aroma del campo de rosales te encantará, es muy fresco. Puedes llevar a Comodín un día para que vean las flores juntos. -Informó con una suave sonrisa mirando el perfil del albino-

-Eso es lindo Cam. Lo tendré en mente.. aunque nisiquiera se por donde esta.. -Murmuró correspondiendo la sonrisa del contrario-

-¿Quieres ir?, puedo llevarte. -Propuso con inocencia parando su caminar-

-No estaría mal.. -Respondió el ojiazul parando unos pasos más enfrente y girandose a verlo-

Con un asentimiento Cámara lenta lideró el camino por unos cuantos minutos, hasta que un aroma llamativo llegó a sus narices, encontrando frente a ellos un lindo campo lleno de flores de diferentes tipos, separadas por franjas de tierra y rodeando el perímetro se encontraba una valla de madera pintada de blanco.

-Esto es muy bonito, no sabía que estaba aquí -Habló el albino con una  curiosidad notable-

-Bueno, Anita no quería que nos acercaranos. Cuándo yo vine a ver solo estaban las vallas impidiendo el paso y los pequeños brotes apenas se veían.

Ambos chicos se vieron envueltos en una pequeña platica mientras caminaban cuidadosamente entre las angiospermas y después de un recorrido salieron de allí del lado contrario al que entraron.

Sam no tenía ánimos de volver, y Cámara lenta no tenía intenciones de negarse.

Ambos caminaron a la par, compartiendo sonrisas y pensamientos al azar. Sin un rumbo fijo, decidieron parar enfrente de un gran campo abierto, que Sam podía identificar por un recuerdo con su pareja, era la misma área en donde salían luciérnagas al anochecer.

-Cam, ¿Cómo volviste a la velocidad adecuada? -Preguntó por mera curiosidad, aunque sabía vagamente del tema por lo que le habían comentado y sus propias suposiciones, no sabía a ciencia cierta por lo que pasó el chico-

-Oh.. realmente no es la gran cosa. -Habló rascando su mejilla mientras desviaba la mirada- Simplemente entrené con mi padre, después del relevó el tuvo toda su atención en mi. Estaba decidido a sacarme del bucle y yo estaba harto de la lentitud con la que me movía. Me llevaron a un nuevo laboratorio, incluso la señorita Granada me ayudó un poco. Eh de admitir que nunca volví a verla igual.. pero me ofreció sus instalaciones, así que, no estuvo tan mal. Después de una serie de experimentos, vuala, normal de nuevo...

-Entiendo.. me alegro por ti, fue una linda sorpresa la primera vez que te vi a la velocidad normal.

-Gracias, a mi también me alegro saber que habías salido del hospital en una pieza. -Recordó provocando  una suave risa del albino-

-Si.. esa si fue una mala experiencia. -Susurro con una suave sonrisa-

Recordaba como le llegaban flores y globos al hospital de cada uno de los integrantes de su equipo, deseándole que se mejorará pronto.

Aunque el nisiquiera sintiera el cuerpo del cuello para abajo.

Comodín fue el primero en visitarlo, quedándose con el todo el día hablando de cualquier cosa, le visitaba casi a diario y le llevaba comida de vez en cuando, incluso llegaron a dormir en la misma cama de hospital, el jamás soltó su mano.

No fue de las mejores experiencias para el, pero almenos logró que ambos se acercaran aún más.

-Puedo preguntar, ¿Qué es lo que te molesta? -Habló delicadamente el abache, mientras se giraba en dirección, doblando las piernas y acercandolas a su pecho-

Debajo del árbol, ambos sentados al lado del otro, Sam cambio su semblante por un instante, imperceptible ante los ojos de su contrario.

-¿A que te refieres? -Preguntó inclinando la cabeza con ligereza-

-Puedo notarlo Sam, no soy tonto. Y también puedo jurar que Comodín lo nota. Tus ojos te delatan, ¿Qué es lo que te molesta? -Repitió aquella pregunta estúpida ante la mente del albino-

Una mueca se formo en su cara, dejó escapar un suspiro y levantó ligeramente las comisuras de sus labios, pero su intento de sonrisa apenas se notó.

Duraron unos minutos así, en silencio mientras el albino se preparaba para algo que nisiquiera el sabía, y el abache esperaba con paciencia una respuesta del otro.

Su vista se giro, observando el lindo paisaje se sorprendió al ver como el sol se iba escondiendo entre las montañas. ¿Cuanto tiempo habían pasado caminando? Aunque si lo pensaba, tenía sentido. Literalmente platicaron de absolutamente todo, incluso abrieron un debate sobre una mariposa que volaba por allí.

Sonaba estúpido, pero almenos les saco una sonrisa a ambos.

-Aunque no es necesario que me cuentes esas cosas a mi. Se que realmente no nos hablamos mucho. Pero si necesitas ayuda en cualquier cosa, puedes contar conmigo. -Murmuró con calma admirando la linda combinación de color que el atardecer le ofrecía-

-Digo lo mismo niño. -Susurró en respuesta, inclinando su cabeza en el árbol a sus espaldas, observando las nubes-

Un cómodo silencio les rodeo, aunque para Cámara lenta todo estaba en calma y normalidad, la mente de Sam discutía contra mismo, ¿Acaso debería...? A la mierda.

-Solo son recuerdos de gente que no está conmigo ahora. Si es que lo captas. -Admitió en un suspiro sin quitar su vista del cielo, empezando a juguetear con el collar en su pecho-

Había insistido en que su hermana se lo quedara, pero ella no lo acepto por ningún motivo, diciendo que no lo necesitaba y que seguramente lo terminaría rompiendo. Así que aquel objeto terminó con su dueño de nuevo.

-Yo tenia tíos, ellos cuidaron de mi cuando era pequeño. Y volví a recordarlos recientemente. Eso es todo... -Aclaró al notar su mirada confundida-

-Comprendo. -Respondió con suavidad el abache- Al final todos tenemos a alguien a quien recordar, ¿No?..

El ojiazul le asintió con una pequeña sonrisa, nuevamente ambos terminaron con un cómodo silencio entremedio.

Disfrutando del paisaje y los sonidos característicos de la naturaleza, el viento suave que empezaba a aparecer y la compañía del otro.

Aunque Cámara lenta decidió que era momento de irse a las habitaciones, Sam insisto en quedarse hasta que el sol se fue por completo y la luna se abrió paso entre las estrellas.

En el mismo campo ambos disfrutaron de la aparición de las luciérnagas. El abache corrió entre estas con rapidez, recorriendo todo el campo en cuestión de segundos, aquellos bichos luminosos se elevaron al mismo tiempo iluminando el cielo por completo.

En sus ojos se reflejaban las pequeñas y numerosas lucesitas verdes, con suaves risas de fondo ambos jugaron entre el pastizal, atrapando con brevedad a los animalitos luminicentes.

Cuando ambos se cansaron, decidieron volver, pasando por una extraña banca de bambú entre los árboles.

Caminaban con la luz de la luna guiándolos, a la par, Sam observó a su compañero frotando sus brazos con su seño fruncido y un leve temblor en ellos.

Así que sin pensarlo se detuvo y se sacó su sudadera ofrenciendosela al chico, quien lo miró confundido y negó con su cabeza segundos después.

-Tienes frío Cam, pontela. -Volvió a ofrecer su suéter, siendo negado nuevamente-

-No tengo frío, estoy bien -Aseguró el abache en un murmullo-

-Literalmente estás temblando, esta haciendo mucho viento y no quiero que te de hipotermia, deja de ser terco y ponte mi suéter. -Ordenó con el seño fruncido volviendo a poner la prenda en sus hombros- yo estoy bien, puedo elevar mi temperatura corporal.

-¿Estas seguro? -Preguntó con preocupación, dejando que el albino le colocará el suéter, cuando metio ambls brazitos en la prenda soltó un suspiro al sentir la calidez de este-

-No hay problema. -Respondió subiendo por completo la cremallera y separándose del abache que al instante se abrazo a mismo-

-Gracias, esta muy calientita -Admitió frotando sus manos bajo la tela-

Aunque le quedase grande, era lo bastante cómoda como para dormir con ella. Sonrió con felicidad sintiendo como el calor le envolvía por completo y abrió sus ojos al escuchar la suave risa de su líder.

-Y decías que no tenias frío -Se burló con una sonrisa empezando a caminar-

-Talvez un poco.. -Admitió siguiéndolo de cerca-

-Ponte el gorro -Le dijo deteniéndose momentáneamente para subir la capucha tapandole la visión a propósito-

-Sam.. -Se quejo en un murmullo subiendo la tela a la altura adecuada-

El nombrando volvió a reír dejando ver sus dientes blanquesinos. Mientras Cámara lenta le miraba con reproche, dándole un leve golpe en el hombro con una suave sonrisa, se quedó unos minutos mirándolo sorprendido.

-Oye.. estas calientito -Habló con suavidad picandole el brazo-

-Te lo dije -Comentó alejando la mano ajena-

-Aveces olvido que literalmente puedes prenderte fuego... -Dijo mientras divagaba en sus pensamientos por un instante-

-Si, yo también lo olvido. -Respondió en un murmullo pasando su brazo por los hombros del menor, calentando su suéter lo suficiente para que el chico estuviera más cómodo-

-¿Mejor? -Preguntó al separase y observar con una pequeña sonrisa divertida al abache aferrándose a su suéter mientras asentía con felicidad, le recordaba a su pequeña hermanita-

Unos minutos después, ambos salieron del bosque y fueron directo a su sala común, pero antes de entrar se encontraron a tres siluetas conocidas frente a ellos.

El ojiazul levantó una ceja al ver a Espagueti, C/c y Rebobinar con sus brazos llenos de comida que seguramente robaron de la cafetería.
Mientras que Cámara lenta les miraba con confusión.

-Que bonito -Pronunció a sus espaldas con seriedad en su voz-

El trío de chicos se quedó petrificado, con el corazón bombardeando a mil por aquel susto, voltearon lentamente mostrando sonrisas nerviosas al ver a su líder con sus brazos cruzados frente a ellos acompañado de  Cámara lenta.

-¡Sam!, que sorpresa verte, ¿Qué haces a estas horas? -Murmuró Espagueti ganándose un codazo de parte de Rebobinar-

-Nuestro genial, asombroso y valiente líder ¿Salió a pasear? -Esta vez habló C/c siendo callado al instante-

-¿Por qué se quedan ahí parados?, ¡Entren ya! -Ordenó el albino viendo como los tres entraban de inmediato con torpeza-

Oculto una sonrisa divertida y entró con el abache a su lado.

-Nos vemos mañana Cam. Gracias por acompañarme hoy -Susurró con una suave sonrisa bajando de nuevo la capucha del oscuro suéter-

Para cuando Cámara lenta subió la tela para poder ver, el ojiazul ya se había ido.

...
..
.

.

.























.
—————————————————

Esta vaina esta super larga, jaja.
Siempre le meto cosas pero no lo que realmente quería escribir lptm.

¿Qué te pareció?

(Perdóname el retraso, tqm)

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top