6. Vas a llegar lejos, chico

Kenny sabía que algo iba mal cuando Kyle salió hecho una furia de la casa sin siquiera tomar su chaqueta -el idiota iba con pantalones de pijama y una camisa delgada manga corta, y afuera estaba nevando-. Dovah iba tras de él, nerviosa. Después, Heidi salió llorando del lugar, y Wendy bajó pensativa. Stan fue el primero en pararse, solo para ser detenido por Wendy.

–Creo que ellos pueden arreglarlo–.

Butters iba a hacer algo, pero con lo que Wendy dijo, solo suspiró y se acomodó.
Kenny no se detuvo. Escuchó a la pelinegra llamarle, pero eso no evitó que saliese. Heidi no estaba en ningún lugar donde pudiese verla. Pero Kyle y Dovah estaban debajo del árbol. Estaba lo suficientemente cerca para escuchar al chico gritar frustrado de diferentes cosas, y para ver a la chica escucharle en silencio. Se acercó un poco, dudando si entrar en escena o dejarlo desquitarse tranquilo.
Decidió acercarse cuando escuchó algo. Gritos de ayuda. Se notaba que estaban lejos, así que salió corriendo. Sabía que Dovah y Kyle lo habían visto por que escuchó un "¡Kenny, espera!" Detrás de si mismo. No tenía tiempo para hacer de Mysterion. Llegó rápido. Era una pandilla con la que ya había lidiado antes con su parte de héroe, y aparentemente no aprendían, pues molestaban a dos chicas. Por un momento olvido que no iba como debía.

–¡Ustedes!– llamó con su voz de Mysterion. Los hombres voltearon aterrados, para que sus rostros se volviesen de burla ante el chico.

–Mira que tenemos aquí, un chico intentando hacerse el héroe–.

"Mierda".

Uno de ellos se lanzó con una barra de metal hacia el rubio, quien se agachó, evitando la barra, y se levantó dándole un cabezazo en barbilla al hombre, quien retrocedió adolorido. –¡pequeña mierda!– intentó recuperarse pero el golpe fue muy fuerte. Otro sacó una navaja y atacó a Kenny sin siquiera pensarlo. El chico esquivo varios ataques, aunque al final la punta del arma alcanzó a rozarle la mejilla. Lanzó un golpe hacia arriba, haciendo que la navaja cayese por ahí, y dándole oportunidad de una pelea más justa. No se dio cuenta de que iban a atacarlo por detrás hasta que escuchó a alguien gritar y volteó un poco para encontrarse con Dovah ahorcando a un hombre al menos el doble de su tamaño, y jalándolo hacia atrás. Reaccionó cuando lo golpearon en las costillas, y acostumbrado a esto, se recuperó enseguida, para darle una fuerte patada a su enemigo.

–¡¿Donde está Kyle?!– preguntó el chico inmortal, esquivando con un salto una patada.

–Fue por ayuda– respondió la voz suave de la chica, quien estaba golpeando a aquel grande delincuente como si fuese un juego de esos que jugaban casi todos los niños en la infancia.
Pronto se escuchó a alguien llegar corriendo. Stan había llegado a ayudar, dando un golpe a otro tipo que estaba más atrás, manteniendo de Rehén a las dos jóvenes. El hombre que estaba aturdido por el cabezazo silbó, y llegaron otras cuatro personas. Demasiadas para los chicos.

–¿como es que SIEMPRE nos metemos en este tipo de cosas?– jadeó Stan, retrocediendo en el momento en el que dos hombres se lanzaron a atacarlo.

–¡Quince años de amistad y todavía no tengo idea!– respondió Kenny bloqueando los ataques con los brazos, cansándose rápidamente.

Entonces Kyle llegó, dándole una gran patada voladora a aquel que estaba haciendo daño a Kenny. No se detuvo a hablar. De los cuatro hombres que estaban cuando Kenny llegó, y los otro cuatro que se unieron en media pelea, 2 estaban tirados, noqueados, y heridos en el suelo. Stan peleaba como podía con otros dos, Dovah y Kenny trabajaban juntos para deshacerse de otros tres, y Kyle peleaba contra el que parecía ser el líder -para disgusto de sus amigos-.
Entonces, aquel contra quien peleaba el pelirrojo, tiro al chico al suelo, y sacó un arma, disparando al cielo y asustando a todos, deteniendo así la pelea. Apuntó hacia el chico, aterrado en el suelo, y quito el seguro de nuevo.

–Bien, ya me hartaron, mocosos–.

–¡Kyle!– gritaron casi al unísono sus dos amigos, desesperados.

Se escuchó el arma soltar munición, pero no murió nadie, y la chica no estaba herida. -¡no! No es un error-.
Detrás de escuchó a alguien caer con fuerza en el suelo, y a un chico con la capucha de su sudadera de algún color obscuro puesta. De sus dedos desprendía la misma energía que Kenny vio antes, el día anterior. Kyle fue alejado con brusquedad de donde estaba el hombre, y el arma de este explotó en sus manos, lanzando proyectiles que no le dieron a nadie en realidad. Se escuchó el grito del dolor del hombre, y a la policía llegar a lo lejos. El héroe volteó a Kenny, y dio una pequeña sonrisa divertida.

–Me gustaría verte de nuevo en un momento en el que no te intenten matar–.

Con esto, salto por unas escaleras de incendios que estaba por ahí, y entre vueltas llegó al techo, desapareciendo. Cuando volteó a ver a su amigo, el pelirrojo, el tampoco estaba, y Stan se veía tan confundido como el mismo. Dovah.. seguía siendo la misma inexpresiva de siempre.

–¡Manos arriba!–.

————

Wendy se quitó el gorro y la chaqueta del chico Broflovski, mientras el guardaba la sudadera y lo demás en una mochila. Extendió la mano cuando el pelirrojo le ofreció su suéter, y se lo puso sin dudar. Ambos murmuraron un "gracias", y corrieron a la casa antes de que los demás llegaran. Butters estaba afuera, esperándolos preocupado cuando llegaron. Quedaban al menos dos horas para que la escuela terminara, así que tampoco había mucho movimiento.

–¿Todos están bien?–.

–Por lo que yo vi, si. El héroe llegó a salvarnos– sonrió Kyle, fingiendo temor. El temor que Wendy fingía no tener. –Aún así, yo salí corriendo poco antes de que llegara la policía. Uno de ellos me apuntó con un arma, y- Bueno. Necesitaba alejarme–.

–Yo me perdí de camino– sonrió Wendy, nerviosa. –Entre a buscar algo con que defendernos y cuando salí ya no había para donde dirigirse. Me disculpare con los chicos cuando lleguen–.

Los tres se decidieron a ordenar un poco.
Terminaron para las cuatro. Bebe llegó hablando con la hermana de Butters y la hermana de Kenny. Detrás de ellas, venía Clyde y Token, bromeando. Finalmente Tweek y Craig, simplemente disfrutando de un poco de café mientras caminaban. Cuando se enteraron de lo sucedido, se quedaron a esperar a Stan, Kenny y Dovah. De cualquier manera, de ahí solo irían a la casa de Bebe a la fiesta. ¿Que les costaba esperar un poco?
Los tres llegaron a las cinco de la tarde, heridos y cansados. No había más que decir. Toda la historia había sido contada por Kyle -o en realidad por Wendy, quien le contó todo al chico por mensajes mientras el contaba las cosas-.

–Nosotros estamos bien– dijo Kenny, abrazando a su hermana quien estaba llenándolo de curitas. –¿Y tú, Kyle? Te apuntó con un arma. No estás herido, pero...–.

–Yo estoy bien– sonrió, nervioso. –Lamentó haber huido. Simplemente no lo aguante–.

El rubio le sonrió. –No te preocupes. Lo entiendo–.

Las chicas más grandes -Wendy, Bebe y Dovah- habían subido. Las menores estaban comiendo dulces y curando a los mayores, que traían moretones, raspones y heridas. Todos los chicos hablaban entre sí de diferentes cosas.

–¿Y? ¿Van a ir a la fiesta?– interrumpió Clyde de la nada.

–Yo y Tweek iremos– respondió Craig comiendo unas cuantas papitas.

–Es Tweek y yo– le corrigió Token, revisando los juegos que estaban en la consola.

Craig sonrió, por que el chico moreno cayó redondo en la broma que le había hecho. –Pero tu no vas, Token. Tus padres no te dejaron–.

El chico le miro mal, y rodó los ojos. –Bien, ganaste esta vez, idiota–. Luego sonrió, con su cara coloreándose. –Al menos Nichole nos acompañara a la cena en la que estaremos–.

–Juro que son la pareja perfecta– añadió Tweek, después de sorber un poco de café de su taza, acomodándose mejor en el sillón. –Son la pareja de South Park con récord de tiempo–.

–Oh, hablando de parejas. Estoy seguro que Wendy irá, y tan pronto como le esconda las llaves a mi padre, también me uno– dijo Stan, molestando a Token, y cambiando la selección que el Moreno tenía en el monitor de la consola.

–Yo.. supongo que y-Yo también iré– se unió Butters.

–Yo no creo-– Kenny iba a hablar para ser interrumpido por Kyle.

–Kenny y yo también iremos– afirmó sin dudarlo, solo quedándose con la mirada extrañada de Kenny.

Nadie dijo nada. Cambiaron de tema,  y así pasaron la tarde. A las siete todos se retiraron de la casa de Dovah, quien con un gran suspiro empezó a levantar todo. Habían dejado un verdadero desastre ahí dentro, y como era su casa, ella tenía el castigo de limpiarlo.
Kenny por su parte llevó a Karen a casa de una amiga, y con pena llamó a su hermano, viendo como su hermana entraba a la casa de su amiga tras saludarla, desde el carro.

–¿Bueno?– se escuchó al otro lado de la línea.

–¡Kevin! Eh, yo... escucha, quizá no te agrade, pero- hoy tampoco fui a trabajar–.

–Oh, si, me llamaron de tus trabajos. No te preocupes por eso, Kenny. Con lo que hemos ahorrado, tenemos suficiente para aguantar lo que queda del año, ¿Sabes? Aún no entiendo por qué sigues exagerando tanto con los trabajos– el menor de los hermanos pudo imaginarse a su hermano sonriendo.

–Supongo que es la costumbre– dio una pequeña risa nerviosa, encendiendo el carro y acomodando su teléfono en el hombro para hablar mientras conducía. –Más que eso, tenía que avisarte que me invitaron a una fiesta. Ya Sabes, de esas. Iré a casa de Bebe. Iba a faltar pero, el joven chico Broflovski no pudo soportar su vida sin mi– añadió con burla, deseando que Kyle estuviese a su lado para verle rodear los ojos con fastidio y recibir un pequeño empujón de parte del chico. No estaba ahí, pero aún así Kevin se encargó de rodar los ojos. No que el rubio lo viese, claro, pero es que el chico conocía bien a su hermano y sabía que era lo que hacía en ese momento.

–Deberías decirle que te gusta– Kenny se sonrojó totalmente y detuvo un poco el carro.

–B-Bueno, ¡lo dire! Pronto... ¡pero no antes de que tú le digas a Shelly que te gusta!–.

–Bueno, entonces es tiempo de que se lo digas mocoso. Por que oficialmente Kelly Marsh y yo somos novios– contestó con tono de coquetería, y el menor juró escuchar a Kelly decir a su lado un "cállate, idiota, no le digas eso".

–No hay manera, ¿¡en serio se lo dijiste?!–.

–¡claro que si-!–.

–En realidad– se notó como se cambiaba el audio del teléfono de su hermano a altavoz. –Yo se lo dije–. El joven rubio aguantó a una risa, viendo en su mente la imagen de la hermana mayor de uno de sus amigos sonreír victoriosa, y a su hermano derrotado. –Pero aún así, de parte de una chica, díselo, idiota, por que si no alguien te lo robará, por idiota–.

–si, si, bueno, ejem, Kenny, ve a tu fiesta y no hagas un desastre por favor. No quiero recogerte de la policía– habló su hermano quitando el audio general para hablar ya de manera personal. –Y cuídate, Kenny. Yo recogeré a Karen. Te quiero para las 3 de la mañana máximo–.

–Hecho. Adiós, bro–.

–Adiós, Kenny–.

Colgó Kevin. Kenneth sonrió divertido, guardando el celular y estacionándose en su casa. Salió del carro, viendo su vivienda con orgullo. Se veía mil veces mejor que cuando eran niños, y finalmente habían conseguido quitar esa basura de SoDoSoPa para tener más espacio. Había que agradecérselo a Gerald, el padre de Kyle, por ofrecer su apoyo. Ahora tenían una casa bastante bonita y bien cuidada.
Entró a casa, no sin antes cerrar el carro, y fue a su habitación.

–Bien, ¿que me pondré?–.

No notó que alguien estaba observando por la ventana.

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