03;
CHAPTER
THREE
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Los días se volvieron semanas y las semanas se convirtieron en meses, cuando menos lo esperaba ya se habían cumplido seis meses desde la primera vez que se conocieron. Seis meses donde las salidas se hicieron cada vez más largas, la confianza entre ambos creció hasta el punto en el que se atreverían a saltar frente una bala por el otro.
Eran exactamente las once de la noche cuando Alaia regresó a casa, Tony estaba en su taller intentando mejorar sus trajes, lo de siempre. En el momento en el que la rubia puso un pie dentro de la casa la voz de Jarvis la recibió. Claramente estropeando su entrada silenciosa a la casa.
—Bienvenida a casa, señorita Stark.—Alaia cerró los ojos agudizando los oídos para escuchar si Tony estaba enterado de algo.—El señor Stark subirá en unos momentos, por favor espere antes de ir a su habitación.
Un suspiro de derrota se le escapó, era la primera vez que llegaba tan tarde a casa después de pasar la tarde con Steve, estaba muy cansada y tener que enfrentar el seguro regaño de Tony no le parecía nada bien. Arrastró sus pies hasta el enorme sofá en la sala de estar y se dejó caer sobre él mientras sacaba su teléfono del bolsillo de su abrigo, tenía un mensaje de Steve preguntándole si había llegado a casa.
Una sonrisa inconsciente se formó en su rostro cuando respondió el mensaje y recibió un "Buenas noches" del otro. La puerta del taller de Tony fue abierta poco después, enseguida guardó su teléfono y se puso de pie, lista para escapar si era necesario.
—Nunca habías llegado tarde a casa—lo primero que observo de su tío era el cansancio en sus ojos.
—¿Cuándo fue la última vez que dormiste más de seis horas?—sus ganas de dormir se esfumaron al ver el, muy, mal estado en el que se encontraba el pelinegro.
—Probablemente hace una semana, cuando me obligaste a dormir—la rubia le dio una mirada seria—. Iré a dormir cuando me sigas con quien estabas.
—Te dije que no voy a decirte nada, ya déjalo.
—Voy a dejarlo—una pausa—, pero solo por un tiempo.—el mayor se dio la vuelta para regresar a su taller—Recuerda que mañana nos iremos a la torre, no tardes.
Negando con la cabeza la rubia se encaminó escaleras arriba, casi olvidaba que se mudarían a la torre Stark. También casi olvida que tendría que dejar de ver a Steve más seguido.
Era medianoche cuando por fin pudo acostarse en su cama y dormir, a lo lejos podía escuchar el murmullo de Tony hablando con Jarvis pero estaba muy cansada como para poner atención a lo que decía.
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La torre Stark estaba destinada a ser el mejor edificio en toda Nueva York, el gran letrero con el apellido de la familia era su mayor atractivo. Honestamente a Alaia no le gustaba llamar la atención, pero de nuevo, su tío amaba la atención así que tenía que vivir con eso. En la torre tenía su propia habitación y aparte de esa Tony había reconstruido la habitación que tenía en SHIELD, la habitación donde estaba activo el holograma que su madre puso en su nave antes de enviarla a la tierra.
Alaia amaba la torre, en todo el lugar solo las habitaciones tienen paredes de plomo, para tener más privacidad, había dicho Tony. Desde ahí se podía ver toda la ciudad, una vista hermosa por la noche. También había un laboratorio en la torre, el taller de Tony y muchas habitaciones desocupadas, también había una habitación de entrenamiento. Y, claro, una bóveda de seguridad con la última kriptonita del mundo, por razones de seguridad solo Tony tenía acceso a ella.
Parte de su tarde se ocupó en recorrer la torre y arreglar lo que faltaba de su habitación, Tony le había contado que planes tenía a futuro con las habitaciones vacías. Había recibido varios mensajes de Steve durante la tarde, mensajes que respondía de inmediato sin pensarlo mucho, incluso si Tony la molestaba por estar 'hablando con su novio'.
—Ya me voy, tratare de llegar para la cena—se despidió con un beso en la mejilla.
—Suerte en tu cita—gritó Tony cuando su sobrina se había alejado corriendo por el pasillo.—Un día eres lo que más aman y al siguiente no eres nadie.
Alaia bajo en el elevador, hubiese volado hasta el lugar donde se encontrarían pero Steve había escogido una cafetería cercana a la torre, además no quería llamar la atención cuando bien podía caminar sin problema alguno. Sus pasos eran apresurados, apenas había salido de la torre varias personas la miraban, claramente la habían reconocido, como odiaba que todos la conocieran.
Empujo la puerta de la cafetería con una mano y buscó con la mirada a la persona que más quería ver en aquel momento, lo encontró sentado en una de las mesas del fondo con una gorra cubriendo parte de su rostro y dos tazas de café en la mesa. Con una linda sonrisa adornando su rostro caminó hasta la mesa y se sentó frente al rubio llamando su atención.
—Siento la demora, tenía muchas cajas que mover—se disculpó una vez la atención del otro estaba sobre ella.
—Supuse que estarías ocupada, recién trajeron tu café así que no está muy frío—empujó una de las tazas en su dirección.
—Gracias, lo necesitaba.
El silencio reino en la mesa mientras bebían sus cafés, siempre era así, tomaban café en silencio y luego iban a caminar para hablar de cualquier cosa. Aunque hoy sería muy diferente a las veces anteriores, ambos lo sabían.
—Mañana no podremos vernos—comenzó ella con algo de duda—, tengo que ayudar a Tony en la torre.
—Supongo que después de hoy no podremos vernos tan seguido—el rubio observó detenidamente el rostro de la chica.
—Perdí algunas horas de trabajo en la empresa, tengo que llenar el lugar de Tony de algún modo—Alaia apretó los labios y bajó la mirada—. Cuando todo se arregle en la empresa podemos vernos.
—Eso me gustaría—admitió el ex-soldado con una sonrisa.
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Su salida no se alargó tanto como le hubiese gustado, Tony la había llamado después de tres horas pidiendo su ayuda para reparar algo en la torre, se había despedido de Steve con un abrazo y la promesa de volver a verse pronto, aunque probablemente no pudieran cumplir esa promesa. Tras su regreso a la torre había ayudado a Tony con el laboratorio, había algunos equipos que necesitaban ser configurados, el resto de su tarde y noche fueron ocupados por los equipos y Tony quejándose, nada nuevo.
En cuanto terminó de configurar el ultimo equipo escapo del laboratorio para ir a comer algo, en todo el día lo único que había comido, y no era una comida, era el café que Steve le compro. Tenía todo listo para preparar un emparedado, pero como siempre algo tenía que interrumpirla, la alarma de su teléfono sonó deteniendo todos sus movimientos, una voz robótica le aviso que una de las bases de SHIELD estaba bajo ataque, fue entonces cuando reaccionó.
Dejando atrás su comida la rubia salió de la torre sin pensarlo, en el camino a la base intento llamar a Fury pero este no respondía sus llamados, eso ya era preocupante. Cuando estaba cerca de la base captó movimiento en la tierra y sin pensarlo dos veces aterrizó, reconoció a la persona de pie mirando al horizonte como Nick Fury, la persona que había estado intentando llamar.
—¿Qué sucedió?
—Supergirl, que bueno que estás aquí—el director ignoró su pregunta—, necesitamos tu ayuda para sacar a sobrevivientes...
—¿Qué fue lo que pasó?—insistió.
—Te contaré todo cuando sea el momento, ahora necesito que rescates a mis hombres.
Aun con dudas respecto a lo que había sucedido, no dijo nada, simplemente se dedicó a sacar a los sobrevivientes de los escombros. Ni siquiera preguntó nada cuando vio que el lugar donde debía estar la base no era más que un agujero. Pero no pudo evitar el mal presentimiento que crecía dentro de ella.
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