La estrella de fuego
En algún lugar del espacio:
Los últimos tres días habían estado bastante cargados. El grupo había liberado al menos a 8 planetas, y habían mandado un mensaje: iban a pelear con todo contra Dimentio. En esos días Mario había empezado a practicar su poder de metal, y ya era capaz de mantenerlo por al menos 15 segundos. Geno se estaba encargando de entrenarlo, pero para no ser irrespetuoso con él al no conocer su verdadero nombre, Mario comenzó a referirse a él como "maestro".
Cappy : Y ¿cuándo vamos a llegar a este lugar especial?
Geno : Abre bien tus ojos bonetano, ya llegamos.
Mario y Cappy se asomaron a la ventana y observaron el lugar. Mario lo reconoció al instante: era la galaxia Magma Monstruoso. Comenzaron a dirigirse a una gran estrella al centro de la galaxia, una estrella que Mario no había visto en su vida, casi parecía del tamaño del sol de su sistema solar natal. Ya estaban bastante cerca, cuando Geno giró la nave bruscamente.
Mario (levantándose del suelo): ¡Qué fue eso!
Geno : Parece que tenemos compañía.
Mario y Cappy observaron por el frente de la nave y, efectivamente, ya había otra nave cerca del sol. Esta era enorme, cómo si fuera un portaaviones, pero en lugar de llevar aviones llevaba cazas de combate. En la cima había una pequeña cápsula de la que irradiaba una poderosa luz roja.
Mario : Déjame adivinar ¿ya tienen la estrella de fuego?
Geno (asintiendo): Así es, parece que tendremos que pelear por ella.
Cappy : ¡Y cómo pretenden hacer eso! No se si se han dado cuenta, pero esta nave no tiene armas.
Mario : ¡Claro que las tiene!
En ese momento, dos esferas de fuego aparecieron en sus manos. Cappy volteó a ver a Geno, esperando que él si poseyera algo de sentido común, pero al ver una pequeña sonrisa en su rostro, Cappy golpeó su cara con su mano (al estilo facepalm).
Cappy (suspirando): Vamos a morir.
El destello maestro salió de la gorra de Mario y asintió, mayoría gana. El plan era sencillo: Geno se acercaría lo más posible y Mario saltaría de la nave a la nave enemiga mientras se encargaba de los cazas de combate. Geno lo seguiría una vez acabado el peligro y Cappy se quedaría en la nave para sacarlos de allí lo antes posible.
Geno : Aún no has empezado ni a pensar en el poder del vuelo, por lo que dependerás completamente de la voluntad del pequeño destello.
Mario : Entendido.
Geno ya le había explicado su relación con el destello. Aparentemente, fusionarse con el destello no sólo le permitía respirar en el espacio, sino también otras mejoras, como un salto giro o el poder ayudarle a movilizarse en el espacio.
Mario abrió la puerta de la Odyssey, y luego de dar un gran suspiro y calmarse, se arrojó al combate.
Las naves no tardaron en notarlo y se lanzaron al ataque. Mario trató de coordinarse con el destello, pero siendo que mentalmente el destello era cómo un niño de 8 años, la cosa no fue muy bien que digamos. Por suerte, había parado en un pequeño planeta a recargar algunas vidas, porque las naves le dieron en varias ocasiones.
Mario (disparándole a una nave) : ¡Ey destello, ten más cuidado!
Destello M. (acelerado): ¡Eso es lo que intento, tienes idea de lo difícil que es maniobrar así!
Una vez destruidas todas las naves, Mario y Geno aterrizaron en la "cubierta" de la nave.
Mario : Creo que el traductor universal se averió.
Destello M. : ¡Cómo que se averió! ¿Crees que no puedo hablar bien mi propio idioma?
Geno : No se averió, es sólo que lo programé para buscar palabras más formales, ya sabes, para que puedas captar bien los mensajes.
Ni Mario ni el destello replicaron nada. Mario se acercó a la puerta de entrada a la parte central de la nave y volviéndose de metal la arrancó.
Mario : ¡Knok, knok! ¿Se puede?
Algunos secuaces de Dimentio salieron volando hacia el espacio. Una vez adentro, Mario activó la puerta de emergencia y la parte central se volvió a presurizar. Mario volteó a ver preocupado hacia la puerta, hasta este entonces nunca se había enfrentado realmente a los secuaces de Dimentio.
Geno : Tranquilo, son sólo robots. Dimentio no se fía de nada vivo que no sea él. Tú ve por la estrella, yo entretengo a los guardias de abajo.
Mario : ¿Seguro?
Un guardia se acercó y antes de que pudiera hacer nada, Geno le dejó un agujero en el pecho al dispararle con un cañón que salió de su brazo.
Mario : Sí, se ve que lo tienes bajo control.
Mario salió corriendo hacia el elevador.
30 pisos de destrucción robótica después:
Mario llegó hasta la cúpula en lo alto de la torre y se sorprendió al encontrarse a Luigi de espaldas a él, observando a través del cristal de la cúpula. Luego de limpiarse algo de aceite de sus guantes, Mario comenzó a caminar hacia su hermano.
Mario : ¡Lugi!, pero ¿cómo? creí que Dimentio te había capturado...
Fue entonces cuando Mario lo notó. De Luigi emanaba una especie de fuego entre verde y negro.
Luigi : ¿Luigi? No, ese perdedor ya no existe Mario.
Luigi se volteó y Mario notó que sus ojos eran completamente verdes. Fue entonces que lo entendió, no estaba hablando con Luigi, estaba hablando con la estrella de fuego. La habían incrustado dentro de Luigi, pero ¿cómo lo había poseído? su maestro nunca le advirtió de tales efectos secundarios.
Luigi : Veo que estas confundido, déjame ayudarte: yo no soy ni Luigi, ni la estrella de fuego, soy un ente creado por ambos. Dimentio me dio vida al fusionar este débil cascarón con la agonizante estrella de fuego.
Mario : Sí, sí, muy inspiradora la historia, ¡Ahora devuélveme a mi hermano, fenómeno!
Luigi : Si lo quieres devuelta, deberás resolver una antigua duda Mario, ¿realmente eres el más fuerte de los dos?
Una gran pared de fuego verde apareció y rodeó a Mario y al cuerpo de Luigi, encerrándolos en un círculo. Mario vio fijamente a aquel ser que ahora estaba en el cuerpo de su hermano y recordó la promesa que le hizo a su madre antes de partir al Reino Champiñón: 'Yo siempre protegeré a mi hermano menor'.
Sin dudarlo ni un segundo, Mario lanzó una enorme ola de fuego contra el ser, quien rápidamente la esquivó. Mario se lanzó contra el ser y los puños de ambos chocaron, creando una enorme onda que rajó los vidrios de la cúpula. Comenzaron a pelear a base de puño en llamas. Mario lograba contener todos los ataques del ser, quien no corría la misma suerte. De un certero puñetazo Mario lo mandó a volar y lo hizo estrellarse contra el cristal central. Mario cayó exhausto de rodillas. El destello comenzó a darle palabras de ánimo para que se levantara.
Luigi : ¡SÍ, SÍ, ESTO ES LO QUE QUERÍA!
En ese momento, un enorme dragón de fuego apareció a la par de Luigi. Mario se volvió a poner de pie, sabía que tenía sólo una oportunidad. Se volvió de metal y comenzó a correr tras la figura, esta, aterrada, le mandó al dragón el cual Mario fue capaz de atravesar sin ningún problema. Tomando al ser del cuello, ambos se arrojaron a través del cristal de la cúpula. Mario lo agarraba del cuello.
Mario : ¡Yo... soy... el amo del fuego!
Ambos se estrellaron contra la plataforma principal, causando grandes daños a la nave. Esta perdió el sustento que poseía y comenzó a ser atraída por la gravedad del pequeño sol. Cappy acercó la nave lo más que pudo sin caer en la gravedad del sol, y Geno logró aterrizar en la nave.
Cappy : ¡Dónde están Mario y el Destello!
Justo en ese momento, algo cayó encima de la nave. Geno salió a ver que era y entró de nuevo a la nave con el cuerpo inconsciente de Luigi. Atrás de él venía Mario, pero sus ojos estaban encendidos en llamas y llevaba dos alas como de dragón, pero hechas de fuego.
Mario (Hablando con una voz mucho más grave): Ya va una, faltan seis.
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