Una prometida para el príncipe
Pasaron distintos aceites de aromas exquisitos por la piel bronceada del joven, lo envolvieron en las telas más suaves y lujosas de todo el reino y cepillaron su cabello de forma tal que parecían finos hilos de oro, colocaron suavemente la corona sobre su cabeza y deslizaron con delicadeza en su dedo anular el anillo con el sello real.
El príncipe Denki estaba listo.
—Es una lástima que no se pueda hacer nada con esa horrible cara que tienes. –Murmuró por lo bajo Bakugo mientras caminaban hacia el gran salón donde se estaba desarrollando un baile, un baile en honor al vigésimo primer cumpleaños del príncipe Denki, sexto hijo del linaje Kaminari.
El joven se giró hacia Bakugo Katsuki, caballero real y aquel que era encargado de disciplinarlo, el de ojos rubí no se encogió ante la mirada del príncipe, más bien lo desafió a que dijese algo, pero Denki no era un tonto y ya conocía las consecuencias de mostrarse altanero ante ese temible caballero.
—Vamos Denki, intenta sonreír un poco aunque sea, es una celebración en tu honor. –Dijo un pelirrojo al otro lado mientras acomodaba la camisa del joven de modo que no tuviera ninguna arruga.
Kirishima Eijiro era el diseñador de todos los trajes y vestidos que llevaban los de la realeza y muchos otros nobles de renombre, era un joven de sonrisa encantadora y uno de los mejores amigos de Denki desde que eran unos niños.
—Te equivocas, Kiri. –Habló por fin el príncipe. —Es una fachada eso de la celebración en mi honor, sé que ustedes también lo han notado y probablemente hasta estén de acuerdo con esto. –Murmuró en tono gruñón.
Bakugo bufó divertido.
—Que conste que yo desde un primer momento dije que era una estupidez, no tienes por qué verte obligado a casarte si no quieres, después de todo al final debe de ser tu decisión. –Contestó con simpleza el de cabellos rubio ceniza.
Denki sonrió ante aquello.
—Bueno, de seguro mi padre ha de estar lamentándose demasiado haber prohibido los arreglos matrimoniales si alguna de las partes no está de acuerdo. –Dijo con ánimo renovado.
Kirishima suspiró.
—Por favor no te enojes conmigo pero me han ordenado presentarte a muchas nobles hoy, intenta poner buena cara que muchas de ellas son posibles clientes, por favor. –Pidió el diseñador.
Denki se encogió de hombros y cuando vió la tensión en el rostro de Eijiro rió por lo bajo.
—Tranquilo Kiri, podré odiar esta idea de mis padres pero mi molestia puede verse bien oculta gracias a más de quince años de etiqueta. –Su mejor amigo suspiró aliviado y terminaron su trayecto en silencio. Se detuvieron frente a unas enormes puertas donde un guardia inclinó su cabeza en señal de respeto antes de abrirlas para que entrasen.
—¡Su Alteza real, el príncipe Kaminari Denki! –Presentó el hombre de la entrada. —¡Acompañado por el caballero real Bakugo Katsuki y el célebre diseñador Kirishima Eijiro! –Varios aplausos llenos de emoción acompañaron su entrada, todos los presentes en la sala ovacionaban al príncipe y admiraban su belleza, asimismo contemplaban a sus acompañantes que eran casi igual de llamativos que el rubio.
Kirishima se adelantó un par de escalones para poder estrechar las manos de distintos noble que pedían amablemente que los presentasen con el príncipe, cosa que el joven diseñador hacía con mucho gusto.
Se habían pasado por casi todo el salón y Denki ya había perdido la cuenta de a cuantas personas les había sonreído amablemente y cuántas veces fingía embelesarse con la belleza de sus hijas, sobrinas y nietas, quienes de forma casual dejaban ver que estaban disponibles para compromiso.
Un puntapié lo hizo casi perder el equilibrio.
—Oh mi príncipe tenga más cuidado. –Dijo desinteresadamente Katsuki mientras se acercaba a él, fingiendo que no había sido el culpable del tropezón del joven. —Otra vez estás poniendo cara de pocos amigos, vamos su Alteza sonría alegremente y pronto terminará esta tortura.
El rubio suspiró pesadamente mientras acomodaba sus ropas y recobraba la compostura.
—Por favor Kiri, dime que ya podemos sentarnos, mis pies me están matando y me duelen las mejillas de tanto sonreír. –Suplicó en un susurro. El pelirrojo le sonrió y palmeó su hombro.
—Vayamos a sentarnos entonces, sus deseos son órdenes mi príncipe. –Dijo mientras le guiñaba el ojo.
Los tres se sentaron en una amplia mesa que habían preparado para ellos, puesto que era su cumpleaños su madre le había permitido evitar sentarse en la mesa real y poder disfrutar de una velada tranquila con sus amigos y lejos de sus hermanos mayores.
—Debes de admitir que todas las damas que te presentaron son bastante agradables y muy hermosas.
Denki bufó con la copa de vino en sus manos.
—Para tu información, querido Kiri, ya he salido con algunas de ellas y con las que no por algo es, son agradables y todo lo que quieras pero no lograron cautivar mi muy delicado corazón. –Dijo con una sonrisa antes de beber un poco del exquisito vino.
Bakugo rió por lo bajo.
—Delicado y bastante quisquilloso parece. –Se burló mientras comía uno de los bocadillos que les habían llevado. —Dentro de poco comenzará el baile y debes encontrar pareja, si las chicas no terminaron de ganar tu corazón tal vez deberíamos presentarte algunos caballeros, conozco a algunos que se matarían por una de tus sonrisas.
Fue el turno de Kirishima para bufar.
—Mientras que ellos matarían por esa sonrisa tú estás dispuesto a matar al joven príncipe de tan harto que te tienen sus encantadoras sonrisas. –Bakugo se encogió de hombros.
—El rubio bastardo es un verdadero dolor de cabeza. –Respondió con una sonrisa algo tenebrosa mientras se inclinaba levemente hacia el diseñador quien también sonreía.
Denki se cruzó de brazos.
—Odio que se coqueteen si estoy yo en el medio y odio más que hablen mal de mi en mi presencia, tal vez debería ordenar que los lleven al calabozo por tal impertinencia.
El caballero de ojos rubí miró con una sonrisa a Denki.
—Atrevete a intentar tirarme en el calabozo y lo lamentarás. –El príncipe alzó sus manos en señal de inocencia y estaba a punto de defenderse cuando sus ojos se vieron atraídos de forma inmediata hacia un grupo de nobles, el dorado de su iris pareció resplandecer cuando se detuvo en alguien en específico, sin apartar su vista, se aferró con fuerza al brazo de Eijiro. —Kiri, dime quién es. –Exigió con la mirada atenta a cada uno de sus movimientos.
Kirishima observó confundido a su mejor amigo y cuando siguió su mirada inclinó ligeramente su cabeza con más confusión.
—¿De qué estás hablando? Es la princesa Mina del reino vecino y también es una de nuestras más grandes amigas. Puede que se vea ligeramente diferente por el rosa chillon en su cabello, que le queda fenomenal por cierto, pero...
Denki se giró abruptamente y negó con su cabeza.
—No estoy preguntando por Mina, ya sé quién es, hablo del joven que la acompaña, está cerca de Lady Uraraka y el Conde Midoriya. –Explicó mientras volvía a observarlo, era alto e incluso su andar parecía elegante pero algo perezoso, su piel era blanca y clara, su cabello morado estaba largo y algo desordenado pero eso lo hacía lucir aún más atractivo.
Kirishima observó a su amigo y luego al joven.
—No tengo idea de quién es pero podemos averiguarlo. –El joven alzó un poco su mano y no tardó en captar la atención de la princesa Mina, quien comenzó a acercarse con una sonrisa mientras era seguida por sus acompañantes.
El corazón del príncipe revoloteó dentro de su pecho mientras observaba como se acercaban y se giró con susto a Bakugo.
—¿Me veo bien?¿Mi cabello está bien?¿Luzco atractivo? –Las preguntas se atropellaron una tras otra y el caballero frunció el ceño.
—Te ves igual que siempre. –Contestó con simpleza, cosa que no ayudó a los nervios del príncipe. —¿En serio te pondrás nervioso justo ahora? Te creía más valiente. –Dijo con una sonrisa burlona.
Aquella acusación hirió algo del orgullo del príncipe quien se cruzó de brazos.
—Por supuesto que soy valiente. –Declaró con firmeza aunque el puchero infantil que se formó en sus labios le quitó toda convicción.
Mina alcanzó a ver esa última escena y rió mientras se acercaba.
—Príncipe Denki, es bueno ver que aún sigues haciéndole berrinches a los pobres de Kiri y Bakugo. –Dijo con una sonrisa mientras hacía una leve reverencia, seguida por sus acompañantes. —Muy feliz cumpleaños mi querido amigo. –Saludó con dulzura.
Denki no pudo evitar sonreír alegremente al ver a su amiga.
—Yo no molesto a estos dos, más bien son ellos los que me provocan un dolor de cabeza constante, siempre encuentran oportuno burlarse de mi. –Se defendió mientras inclinaba levemente su cabeza a modo de saludo solo que lo hizo de forma tan rápida que la corona de plata que reposaba en su cabeza se torció un poco aunque Kiri no tardó en acomodarla correctamente. —Es bueno volver a verte Mina, me agrada lo que le hiciste a tu cabello.
La joven movió su pelirrosa melena y sonrió nuevamente.
—Lo sé, me queda genial. –Dijo de forma presuntuosa y luego se giró hacia sus acompañantes, lo que le recordó al príncipe el por qué de su nerviosismo. —Déjame que los presente, ellos son nobles importantes de mi reino así como grandes amigos míos. –Apuntó al joven peliverde y pecoso, que parecía ser una bola de nervios. —Él es el Conde Midoriya, Izuku para los amigos y... Bueno, Deku para su primo lejano, ¿No es así Bakugo?
Denki se giró sorprendido hacia el caballero quien tenía en su rostro aquella sonrisa que intimidaba a cualquiera de sus enemigos y en este caso, ponía de los nervios al pobre Conde Midoriya.
Kirishima pasó sutilmente su brazo detrás del príncipe para así pellizcar al caballero con fuerza.
—Comportate. –Susurró en voz baja.
Bakugo se obligó a sonreír más civilizadamente.
—Hace tiempo que no te veo Deku, ¿Qué ha sido de tu vida? –El tono que empleó dejaba ver claramente que le preguntaba aquello por pura cortesía.
Denki frunció el ceño.
—Bakugo, luego me reclamas a mi la falta de etiqueta, ¿Es una broma? –Reclamó el rubio con una ceja alzada.
El caballero se cruzó de brazos y fue su turno para tomar una actitud infantil, tanto Kirishima como Denki abrieron la boca para reclamarle cuando la voz del pecoso los interrumpió.
—Oh por favor no lo regañen, nuestra relación siempre fue así, podría decirse que tenemos una rivalidad sana... Bueno no tan sana, pero a pesar de eso quiero creer que somos amigos, por lo menos de mi parte así es... Aunque dudo que él piense que es asi... Pero es que... –La joven pelimarrón que lo acompañaba puso una mano sobre su hombro. —Oh sí me he ido por las ramas, discúlpeme.
Denki rió por lo bajo ante esa actitud.
—Está bien Conde Midoriya, Bakugo se salvará del regaño así que no tienes que preocuparte, como sea, es un placer conocerlo. –Dijo con una sonrisa.
Mina asintió satisfecha ante la presentación y luego hizo un gesto con su mano hacia la dama que había calmado al conde.
—Ella es Lady Uraraka Ochako, ella es la primer hija del terrateniente Uraraka. –La joven hizo una reverencia y luego fue abordada por Kirishima, quien admiraba el diseño de su vestido. —Y por último está Lord Shinsou, pertenece a uno de los linajes más antiguos de mi reino y uno de los más allegados a la familia real.
El joven pelimorado al fin posó sus ojos sobre el príncipe quien pese a sentir nuevamente el revoloteo en su pecho mantuvo una expresión neutra mientras el Lord se tomaba el atrevimiento de tomar delicadamente la mano del príncipe y besar el anillo con el sello real sin despegar sus ojos de la atenta mirada de Denki quien sonrió levemente mientras el joven volvía a levantarse.
—Es un placer conocerlo príncipe Denki, le deseo un feliz cumpleaños, soy Lord Shinsou Hitoshi. –Saludó con una sonrisa coqueta en sobre rostro, aquello complació a Denki quien observaba atentamente cada detalle en el guapo rostro del extranjero.
A la princesa Mina le pareció de lo más entretenida esa situación y lamentó interrumpirlo pero era necesario.
—Denki, cariño. –Llamó con urgencia. —Necesito un favor tuyo. –Pidió.
El príncipe despegó con mucho pesar sus ojos del lord para mirar curioso a su amiga.
—¿De qué se trata?
La joven enredó uno de los mechones de sus cabellos en su dedo índice y sonrió tímida.
—Sé que es tradición en tu reino que le concedas el primer baile a la persona que más haya captado tu atención aquí pero... ¿Podría ser yo la elegida? –Pidió en un susurro.
El rubio se sorprendió por la petición, había un sólo motivo por el que Mina le pidiera eso y lo encontró con un rápido vistazo por el salón: por su vestimenta parecía que estaba en servicio esa noche, se trataba de la primera mujer en recibir el título de caballero en su reino, Kendo Itsuka.
—¿Utilizas una importante tradición de mi reino para despertar celos? –Preguntó el príncipe con una ceja en alto. —Me encanta, acepto.
La princesa sonrió alegremente.
—Gracias Denki, en serio.
La melodiosa música que interpretaban los músicos no tardó en incitar a los invitados para que se reunieran en la pista para comenzar bailar siguiendo el dulce ritmo por lo que el príncipe no tardó en levantarse de su asiento bajo la atenta mirada de todos y ofreció cortésmente su mano a la princesa Mina, quien lo aceptó con una sonrisa encantadora.
Comenzaron a bailar de forma suave, sintonizaban sus pasos con las notas musicales que llegaban a sus oídos y giraban delicadamente, todos observaban atentos la forma casi etérea que tenían el príncipe y la princesa a la hora de danzar.
—Lamento molestarte con esto. –Dijo Mina luego de que él la girara. —Pero es que ya no sé qué hacer para llamar su atención, he intentado de todo.
Denki le sonrió.
—Yo creo que ella siempre está atenta a ti Mina, sólo que cuando de su puesto se trata es bastante seria pero... –Se acercó un poco a ella y le susurró algo al oído, para los demás aquella escena debía resultar íntima y romántica, que era lo que quería lograr el príncipe mientras observaba de reojo la atenta mirada de Kendo. Denki le dió una última vuelta y soltó suavemente su mano, casualmente cerca de Itsuka quien no tardó en tomar la mano libre de la princesa. —Oh hazme un favor Kendo, brindale tu dulce compañia a la princesa Mina, por favor.
La pelinaranja sonrió agradecida e hizo una gran reverencia antes de comenzar a bailar con Mina, quien parecía resplandecer con una bella sonrisa en sus ojos y una tierna mirada dedicada únicamente a Kendo.
Denki estaba enfrascado en la dicha de haber logrado juntar a ese par que no notó los murmullos en el baile al ver que el príncipe había quedado sin pareja a mitad del primer baile, varias damas y bastantes caballeros estaban dispuestos a convertirse en la o el acompañante del príncipe pero alguien se adelantó a todos ellos tomándose un atrevimiento, el segundo en esta noche.
El príncipe se giró sorprendido cuando lo tomaron de la mano y lo giraron con algo de fuerza, su cuerpo chocó contra otro, fornido y cálido.
Lord Shinsou Hitoshi sonreía mientras reposaba su otra mano sobre la cintura de Denki y lo atraía aún más hacia él.
—¿Entonces ahora es mi turno para bailar con usted su Alteza? –Dijo con una sonrisa, el príncipe le correspondió aquella sonrisa y comenzaron a bailar lentamente.
—Tal parece que es usted muy afortunado Lord Shinsou y debo decir que también bastante osado. –Respondió sonriente el príncipe mientras sentía las leves caricias que el Lord dejaba en su cintura, enviándole corrientes eléctricas al resto de su cuerpo.
—Disculpe la impertinencia, es que llevo admirandolo más tiempo del que cree mi príncipe. Y por favor, llameme Hitoshi. –Pidió antes de darle una vuelta. —Por la mirada impresionada de todos he de creer que no es muy común que el príncipe no sea el que lleve el ritmo del baile, ¿Verdad?
Denki rió.
—Por supuesto que no, por eso he dicho que eres osado Hitoshi, pero de todas formas me agrada eso. –Las notas musicales estaban llegando a su fin por lo que Denki miró sonriente al lord. —¿Le apetecería cometer otra impertinencia?
El pelimorado ladeó ligeramente su cabeza.
—¿De qué se trata? –Preguntó justo cuando la música llegaba a su fin.
El príncipe lo arrastró sin soltar su mano hacia la puerta de salida, el guardia que allí estaba lo miró con sorpresa pero bastó una de sus sonrisas para que el hombre abriera las puertas y los dejara salir, Denki lo condujo a través de pasillos hasta que finalmente encontraron la entrada al bello jardín del palacio.
Hitoshi lo siguió sin chistar pero una vez que se aseguró de que estaban a solas volvió a hablar.
—¿No cree que dará de que hablar a los nobles por esta escapada? Se ha ido a mitad de su baile y con un extranjero, es usted muy rebelde príncipe Denki.
El rubio se giró hacia él con una sonrisa.
—Bueno, es una de mis tantas cualidades y, por favor, llamame Denki. –Pidió mientras se acercaba a él y pasaba sus brazos por los hombros del lord, quien no tardó en rodear la cintura del príncipe.
—Pues realmente es un verdadero placer conocerte, Denki. –Dijo acortando la distancia entre sus rostros.
El príncipe rió.
—El placer es todo mío, Hitoshi. –Respondió antes de juntar con suavidad sus labios.
Denki casi había olvidado el verdadero motivo de su baile, pero fue mientras disfrutaba de aquel beso con ese extranjero que saboreó la idea, que sintió curiosidad y necesidad de buscar alguien con quien casarse.
Tal vez sea beneficioso para el reino estrechar lazos con el reino vecino y con un noble tan importante como lo era Shinsou Hitoshi, valía la pena ver hacia dónde los llevaba eso, ¿O no?
Holaaaaa, hace mucho que no publicaba un OS, lo gracioso es que este se me ocurrió de la nada mientras lavaba los platos¿? estaba ahí enjuagando un plato cuando dije: q hot sería denki como príncipe y hitoshi como un misterioso noble ufff
Bueno, no esperaba que este OS tuviera +2500 palabras pero la verdad es que me siento bastante satisfecha con el resultado.
Espero que les haya gustado, no se olviden de votar y comentar que amo ver sus reacciones,
Si les gustó, pueden pasarse por mis otras historias que son todas shinkami jahsjsk
Nos vemos en el próximo OS
Les quiere, Darkness
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