Terapia y chocolate
Todoroki se quitó sus gafas y esbozó una casi sonrisa.
—Eso ha sido todo por hoy Shinsou, te espero la próxima semana. -El pelimorado se levantó de su asiento y se dirigió en la puerta. —Eh... Izu pregunta si podrías pasarte por casa un día de éstos, te extraña, además de que te vendría bien salir un poco.
Hitoshi se limitó a asentir y salió de la habitación.
Desde que había empezado aquellas terapias se negaba a volver a ver a su mejor amigo, novio de su terapeuta, temía que el bicolor le contase sobre lo mal que iban las sesiones.
No había dado ni dos pasos cuando se chocó con alguien.
—¡Lo siento, lo siento, error mío! -El extraño soltó una carcajada y levantó su cabeza.
Era rubio, uno de sus mechones estaba teñido de negro con la extraña forma de un rayo, sonreía alegremente aunque esa alegría no llegaba a sus ojos, que parecían dos soles a punto de apagarse.
—Eh yo... -Comenzó a decir el más alto.
Todoroki se asomó por la puerta y miró extrañado a sus dos pacientes.
—¿Vas a entrar Kaminari? -Preguntó el de ojos heterocromaticos.
El rubio asintió efusivamente y entró con rapidez.
Shinsou se olvidó del pequeño percance de inmediato, su mente nuevamente comenzó a divagar por un rubio diferente.
Ya se estaban por cumplir dos años desde la muerte de Monoma.
Se habían conocido cuando apenas eran unos niños, pero el amor siempre estuvo allí presente y se formalizó cuando ellos cumplieron los quince.
Fue una hermosa relación de cinco años, pero todo se fue al garete cuando un desgraciado entró a la empresa en la que el chico trabajaba, buscando vengarse del jefe por un fraude que le habían hecho, el hombre estaba totalmente fuera de así, muchas personas además del jefe murieron ese día, entre ellos, Monoma.
Shinsou se había encerrado en su departamento por un largo tiempo, después de mucho insistir, Midoriya y Uraraka habían conseguido que saliera un poco.
Fue allí donde Izuku le recomendó ir a terapia y desde ese momento ya no hablaba con él.
Seguía sin salir a socializar, pero al menos había vuelto al trabajo y cuidaba mejor de si mismo.
Recordó lo que habían hablado con Todoroki esa misma tarde.
—¿Sigues sin tratar de establecer lazos afectivos con otras personas?
Shinsou suspiró.
—No.
—¿Y te has comenzado a sentir atraído hacia otras personas? Incluso pueden contar los famosos.
Hitoshi apretó sus puños.
—No.
Todoroki suspiró.
—Te niegas a abrir los ojos y el corazón a los demás, te guardas todo para tí, preocupas a Izuku, me preocupas a mi, quiero ayudarte... Por favor, permíteme ayudarte. -Cerró la boca abruptamente. —Perdón, ¿Eso no ha sido muy ético verdad?
—No.
¿Intentar hablar con alguien?¿Sentirse atraído por alguien?
Nadie querría ver la oscuridad que guardaba en su interior, tampoco quería abrumar a otra persona con ella, no lo valía.
Habían pasado otras tres semanas monótonas cuando algo totalmente extraño ocurrió.
Hitoshi salió del departamento y no por trabajo o por la terapia.
Bueno, se dirigía hacia el edificio donde Todoroki trabajaba, pero porque había olvidado su maletín con los archivos necesarios para el trabajo
Así que no era verdad lo de salir por algo que no sea el trabajo o la terapia.
Sabía que el bicolor estaba con alguien, por lo que se sentó en la sala de espera con la vista fija en el techo.
Nuevamente, pensó en Monoma, en su risa cínica cuando se burlaba de alguien, en las pequeñas peleas que tenía con Bakugo Katsuki...
Cuando únicamente le sonreía amablemente a él, ante esa sonrisa el se sentía importante.
Pero Monoma ya no estaba, él ya no era importante.
La puerta se abrió y por ella salió el chico rubio de la otra ocasión.
Todoroki le sonrió amablemente y le entregó el maletín.
—Éste fin de semana Izu hará una cena con los demás para celebrar el compromiso de Iida y Uraraka, dijo que espera verte allí.
Vaya, ¿En qué momento Iida y Uraraka habían avanzado tanto?
—Tal vez pase por allí... -Murmuró por lo bajo, Shouto asintió levemente y volvió a su lugar de trabajo, dejando pasar a la siguiente persona.
El chico rubio aún estaba frente a él y lo miraba con la cabeza ladeada.
—¿Conoces al novio de Todoroki? -El pelimorado asintió. —¡Vaya eso es genial! -Dijo con una sonrisa aunque, nuevamente, ésta no llegaba a sus ojos.
Los dos se encaminaron en silencio hacia la salida, para aumentar aún más la incomodidad, se fueron por el mismo rumbo.
Pasaron frente a un puesto de chocolate caliente.
—¡Denki! -Llamó el viejecito que atendía. —¿Hoy no compraras?
El rubio hizo un pequeño puchero.
—Hoy no traje dinero, pero la próxima si será. -Dijo con una pequeña sonrisa.
Hitoshi se sorprendió al ver que esa vez, aunque sea por un instante, sus ojos brillaron, será por eso que tuvo aquel impulso.
—Si quieres puedo comprartelo yo... -Su seguridad fue disminuyendo mientras decía aquella frase.
Kaminari lo sostuvo fuertemente del brazo.
—¿Lo dices en serio? Porque yo no bromeo cuando se trata de chocolate caliente. -Dijo totalmente esperanzado.
Hitoshi bufó.
—Por supuesto que hablo en serio, señor... Si es tan amable... -Dijo sacando su billetera.
Ésta vez caminaron tranquilamente, la incomodidad se había esfumado.
—¿Y cuál es el nombre de tan amable persona? -Preguntó el de ojos dorados con el vaso otorgándole calor a su mano.
—Shinsou, Hitoshi Shinsou. -Dijo el más alto mientras miraba su calzado.
—Bueno Hitoshi... Yo soy Denki Kaminari, llamame Denki por favor. -El pelimorado se sorprendió al ver que el chico lo había llamado por su nombre con total confianza. —Oh... Como lamentaras el no haber comprado uno para tí. -Colocó correctamente el sorbete y tomó con cuidado.
Tal vez Shinsou ya comenzaba a arrepentirse.
Denki notó como el chico miraba deseoso su bebida y acercó el sorbete a los labios de Hitoshi.
—Te dejaré probar, pero solo un poco. -Dijo con un tono infantil.
Shinsou se sorprendió a si mismo riendo sinceramente y tomó el sorbete con sus dedos, dejando que Denki siguiera sosteniendo el vaso y probó aquella deliciosa bebida caliente.
Al final, terminaron compartiendo el chocolate caliente.
Kaminari vivía en el edificio frente al de Shinsou, los dos jóvenes se fueron a sus casas un tanto alegres.
********•********
—¡Oye no bebas tanto que también es mío! -Reclamó Kaminari mientras golpeaba inofensivamente el hombro de Shinsou, unas ojeras pronunciadas adornaban sus ya no tan brillantes ojos dorados.
Llevaban dos meses con esas extrañas salidas, Hitoshi lo esperaba afuera del edificio de Todoroki y juntos compraban un chocolate caliente, sólo uno porque ya se habían acostumbrado a compartir.
A pesar de que apenas hace poco había conocido a aquel rubio sabía que estaba teniendo malos días, por supuesto que él también los tenía.
Denki forzaba muchas de sus sonrisas, pero esos últimos días lo había hecho con más frecuencia.
Hitoshi tampoco se encontraba mejor, en tres días sería el aniversario de la muerte de Monoma.
Cuando se pararon frente al edificio del rubio él hizo algo inesperado.
—¿Quieres entrar? -Preguntó cómo si nada. —Es que me aburro ahí adentro. -Shinsou sabía que mentía respecto a estar aburrido, algo más le pasaba, y eso lo preocupó.
—Si no es molestia... Por supuesto. -Dijo con inseguridad.
Kaminari lo hizo pasar, subieron al elevador y el de ojos dorados pulsó el botón del piso seis, caminaron por un largo pasillo y se detuvieron ante la puerta número 291.
El departamento de Denki era bastante espacioso y poco amueblado, apenas contaba con una pequeña mesa, un televisor y un sillón de dos cuerpos.
El rubio caminó con tranquilidad y corrió el ventanal que daba al balcón.
Shinsou no pudo aguantar más.
—¿Qué te sucede? -Preguntó con nerviosismo.
Había roto aquel pacto no verbal que tenían, no hablar de los temas delicados que se suponía que debían hablar con Todoroki.
Denki se sentó en el suelo, con la cabeza gacha.
—Yo... -Su voz se quebró. —Hace un año yo...
Shinsou se acercó y se arrodilló frente a él.
—Estoy contigo. -Dijo mientras posaba una mano en la pierna del rubio.
Las lágrimas del de ojos dorados comenzaron a deslizarse por sus mejillas.
—Hace un año intenté suicidarme. -Soltó de un tirón.
Hitoshi sintió que su corazón se estrujaba, no sabía qué hacer así que, con su mano libre, limpió las lágrimas del chico.
—Todos siempre se burlaban de mi por ser tonto... Soy un tonto, nada de lo que hago bien, soy un desastre. -Sus ojos se encontraron y Shinsou comprendió que el rubio tenía una inmensa tristeza.
—No eres un tonto, no digas eso. -Negó con su cabeza. —Si fueras tonto no podrías haberme ayudado con el trabajo como aquella vez, si fueras un desastre no notarías las veces en las que me siento realmente triste y que tus abrazos son lo único que me reconfortan... -Tragó saliva. —Apenas te conozco pero sé que vales mucho Denki, lo vales.
El rubio se lanzó a sus brazos y lloró sobre su pecho, Hitoshi, sin saber qué hacer, acarició con suavidad su cabeza.
Se quedaron así por unos minutos, Shinsou sentía un nudo en su garganta y sabía lo que tenía que hacer para ya no sentirlo.
—En tres días será el segundo aniversario de la muerte de mi novio, de mi prometido. -Confesó mientras intentaba retener sus lágrimas.
Denki alzó su cabeza y sus ojos se encontraron.
—H-hablame de él. -Pidió en un susurro.
Aquella tarde hablaron y hablaron, de sus tristezas, de sus miedos y también de las cosas que los hacían felices.
—Creo que también deberíamos hablar de ésto con Todoroki. -Dijo con una media sonrisa el de ojos dorados.
Shinsou asintió.
—Tal vez ahora comience a hacerlo.
********•********
Las manos de Hitoshi temblaban mientras intentaba anudar su corbata.
—Tal vez no deba ir. -Dijo mientras miraba la invitación a la boda de Uraraka en su mesa.
Denki llegó a su lado y bufó.
—Toshi, no fuiste a su cena de celebración hace seis meses, debes ir a su boda -Le dijo mientras le pegaba en la mano para que dejara que él acomodara su corbata. —Además, tus amigos te extrañan, Shouto siempre lo menciona. -Sonrió satisfecho al ver su trabajo acabado. —Y ya me puse el traje, ¡Así que iremos!
Shinsou rió y miró el reloj en su muñeca.
—Entonces podemos irnos. -Dijo mientras le ofrecía su mano, Kaminari la aceptó gustoso y entrelazó sus dedos.
Su relación iba más allá de la amistad pero a su vez no habían cruzado el límite que los llevaría al romance, si bien su relación aún no llevaba nombre, juntos, y con la ayuda de Todoroki, habían comenzado a superar sus problemas y a avanzar hacia un futuro que se veía brillante.
En el aniversario Shinsou visitó la tumba de su amado, había hablado con aquella lápida, le había dicho cuanto lo amaba.
—Siempre formarás parte de mi corazón, pero creo que es hora de avanzar, poco a poco debo soltarte, pero no por eso creas que te olvidaré. -Sonrió. —Incluso, puede que en un futuro te visite con una pareja o algo así, no te enojes por favor.
Cada mes lo visitaba, la pérdida aún dolía, pero él debía mantenerse firme.
Cuando llegaron a la celebración se vió rodeado de los brazos de su amiga.
—¡Te extrañé mucho! -Dijo Uraraka que iba vestida de blanco.
Shinsou sonrió avergonzado.
—Yo también los extrañé, te ves hermosa. -La chica rió y su vista se posó en el rubio que aún no soltaba la mano de Shinsou. —Él es...
—¡Kaminari Denki, no me creo que estés aquí! -Una pelirrosa se acercó con rapidez a ellos. —Oh dios... Denki, ¿Eres tú bebé?¿Sigues siendo mi bebé? -Se lanzó a sus brazos y unas lágrimas traicioneras se escaparon. —No pude contactarte después de la universidad y...
—¡DenkiBro! -Dos chicos, un pelinegro y un pelirrojo se lanzaron al de ojos dorados.
Finalmente sus manos se separaron porque los cuatro se encontraban en el suelo.
—¡Sí chicos, yo también me alegro de ver al BakuSquad unido pero también quiero salir vivo de éste reencuentro! -Dijo entre risas el rubio.
Shinsou se alegró al ver los brillantes ojos dorados de Kaminari.
—Lo llaman BakuSquad y al que le deben agradecer el nombre del grupo ni siquiera está ahí. -Un chico de ojos rubí chasqueó la lengua. —Sólo los perdonaré porque tal vez yo también haya extrañado al Pikachu.
El chico pelirrojo abrió la boca sorprendido mientras se levantaba.
—¿Escuchaste eso DenkiBro? ¡Fue lo más cercano a un te amo que he escuchado decir a Blasty, ni siquiera yo, como su novio, había logrado eso!
Denki se limpió el traje y volvió al lado de Hitoshi.
—¡Yo también te extrañé BakuBro! -El rubio cenizo chasqueó la lengua y sus amigos soltaron una carcajada.
Los amigos de Denki se fijaron en Shinsou, quien se incomodó por la excesiva atención y bajó la vista al suelo.
Una mano cálida lo tomó con suavidad y entrelazó sus dedos..
—Chicos les presento a... -Nuevamente se vieron interrumpidos por la llegada de un pecoso de ojos esmeralda.
—¡Hitoshi, sí viniste! -El muchacho iba de la mano con Todoroki, quien les sonreía alegremente.
—Es bueno ver que ambos se decidieron a salir de sus cuevas. -Dijo a modo de saludo el de ojos heterocromáticos.
Denki bufó.
—No estamos en horas laborales, trátenos con normalidad, doc. -Le dijo con una sonrisa el rubio. —Deberíamos ir por unos tragos para quitarle profesionalismo al asunto.
Y así, en el enorme grupo en el que se habían convertido, se dirigieron a la barra, sí, incluida Uraraka, quien estaba a unos minutos de casarse.
—Iida será el que entre con la marcha nupcial debido a que yo fui la que le propuso matrimonio. -Explicó la chica mientras rellenaba su copa con un poco de vino.
Mina la felicitó efusivamente.
—Uraraka, debes tener cuidado no puedes manchar el vestido... -Advirtió el pecoso mientras intentaba quitarle la copa.
Pronto dos chicas se llevaron a rastras a la novia, se presentaron como Yaomomo y Tsuyu.
La boda fue tierna y conmovedora, Denki lo niega pero él estuvo llorando toda la ceremonia.
Para la hora del vals, los recién casados parecían salidos de un cuento de hadas, poco a poco, más parejas fueron sumándose al lento compas.
Denki se giró sonriente al pelimorado.
—¿Nos unimos Toshi? -Ni siquiera espero a que le contestase y lo arrastró a la pista.
El rubio rodeó con sus brazos y pegó sus cuerpos, Shinsou simplemente lo tomó por la cintura y comenzaron a moverse al ritmo de la lenta música.
—Ahora llega tus ojos. -Susurró Hitoshi mientras observaba el rostro de Kaminari, quien le sonreía alegremente.
Denki ladeó su cabeza, curioso.
—¿De qué hablas Toshi?
Shinsou sonrió.
—Cuando te conocí fingías la mayoría de tus sonrisa, tu supuesta felicidad no llegaba a tus ojos. -Acercó aún más sus rostros, sus narices se rozaron. —Ahora tus sonrisas son sinceras y tus ojos brillan con alegría.
Denki le ofreció una de sus sonrisas sinceras.
—Tú también te veías apagado Toshi y ahora... -Tomó el rostro del pelimorado con sus manos y le sonrió con ternura. —Ahora tú me proporcionas la luz necesaria para que yo brille.
Hitoshi sintió como sus ojos se llenaron de lágrimas pero no fue capaz de derramarlas ya que Denki había unido sus labios.
Se besaron lentamente y con ternura, derramando cariño en cada toque.
Cuando se separaron Denki rió un poco.
—Me gustas, realmente me gustas Shinsou Hitoshi.
—Tú también me gustas Kaminari Denki.
Una sonrisa se plasmó en sus labios y volvieron a besarse.
Cuando la celebración acabó y se despidieron de sus amigos comenzaron a caminar tomados de la mano, en busca de un taxi.
—Se me antojó un chocolate caliente, cuando lleguemos a mi casa nos prepararé uno. -Comentó el rubio.
Hitoshi rió.
—¿Sólo uno? -Preguntó enarcando una ceja.
Denki asintió alegremente.
—Recuerda que debemos compartir. -Le respondió con una sonrisa brillante, casi tan brillante como esos orbes dorados en sus ojos.
Holaaa, acá yo de nuevo
Sinceramente quedé satisfecha con el resultado, espero que les haya gustado tanto como a mi me gustó escribirlo jsjs
Si ven algún error no duden en avisarme
Darkness fuera.
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