Promise
—¿Hoy iremos de paseo papi? -Preguntó el pequeño pelimorado mientras su padre le abrochaba correctamente la chaqueta.
Aizawa sonrió.
—Así es, hoy iremos con los niños de tu guardería al parque, tu maestra me invitó a ir así que estaremos juntos, ¿De acuerdo?
Shinsou asintió alegremente.
—¡Mucha suerte my loves, los amo bye bye! -Hizashi besó la mejilla de su hijo y dejó un corto beso en los labios de su esposo antes de volver al automóvil y arrancar rumbo a su trabajo.
Aizawa tomó la mano de su hijo y cruzaron la calle para reunirse con los demás niños y maestras de la guardería.
—¡Ya vinieron! -Los recibió con una sonrisa la maestra que estaba a cargo de los niños.
—Las otras dos madres me comentaron que no podían venir por temas laborales, así que solo seremos nosotros tres señor Aizawa. -Agregó la joven aprendiz que ayudaba a la maestra.
Shinsou no se apartó de su padre, aún era nuevo en aquella guardería y no se había acostumbrado a la efusividad de esos niños.
—¡Kacchan me estás empujando! -Se quejó Izuku mientras intentaba alejarse del niño de cabellos rubio ceniza.
Otro niño, con el cabello de dos colores se interpuso entre ellos.
—Bakugo, te ha dicho que lo estás empujando, deja de hacerlo a propósito. -Le dijo el bicolor.
Bakugo chasqueó la lengua y cuando le iba a contestar un pelirrojo puso una mano en su boca.
—Blasty, debes disculparte y no insultar, recuerda que tu mami te lo dijo. -Le susurró, confidente, Kirishima.
Bakugo frunció el ceño y le apartó la mano.
—No me importa lo que esa vieja gruñona diga, pero supongo que lo siento. -Le dijo al pecoso, con los brazos cruzados.
Todoroki se disponía a quejarse por la vaga disculpa cuando Midoriya lo tomó de la mano.
—Ya se disculpó Shocchan, no te preocupes más. -Los dos niños se sonrieron y se alejaron de Bakugo para hablar entre ellos de su programa favorito de superhéroes.
Tres niños saltaban emocionados por el viaje.
—¡Esto será estupendo! -Exclamó con alegría la pequeña pelirrosa, Mina.
—¡Quiero subirme a todos los juegos! -Dijo el rubio, Kaminari.
—No sé si podremos subir a lo de los adultos pero... ¡Lo intentaremos! -Agregó el pelinegro, Sero.
Los ojos de Mina se posaron en Shinsou, que aún no soltaba la mano de su padre.
—¡Tú eres el nuevo! -Dijo con alegría la niña, se acercó confianzuda a él y lo tomó de la mano para arrastrarlo a su grupo.
Hitoshi miró con pánico a su padre pero éste le hizo señas para que avanzara y se integrara con los demás.
—Hoy él estará con nosotros. -Declaró la pelirrosada.
Sero le sonrió al pelimorado.
—¿Cuál es tu nombre?¡Yo soy Sero!
El niño iba a responder cuando el rubio lo interrumpió.
—Se llama Hitoshi, ¿No es así? -Le preguntó con una sonrisa el de ojos dorados. —¿Ese es tu papá? Me da algo de miedo...
Mina le pegó en la cabeza a su amigo.
—No se dice eso de los papás de las otras personas, es de mala educación. -Lo reprendió la niña.
Sero soltó una carcajada y comenzó a burlarse del rubio.
Hitoshi los miraba extrañado, esos niños eran muy gritones.
********•********
—¡Toshi Toshi, vamos a ese lugar! -Denki apuntó al carrusel de dos pisos.
Shinsou tragó saliva, a él le asustaban las alturas.
—Y-yo no... -Retrocedió unos pasos.
Denki miró con curiosidad al pelimorado.
—¡No tengas miedo, Mina y Sero ya están ahí, vamos! -Tomó la mano de Shinsou y lo guió hasta el juego, donde la maestra los esperaba con una sonrisa.
La mujer les entregó las entradas.
—En la parte de arriba está tu padre Shinsou.
Denki apretó un poco la mano de Hitoshi, para infundirle ánimos y comenzaron a subir con cuidado los escalones.
Era cierto que Aizawa se encontraba ahí, estaba ayudando a Mina a subirse al unicornio rosado que a la niña le había encantado.
—¡Esa bomba es sólo mía! -Declaró Bakugo mientras se subía al misil.
Kirishima, ignorando la posesividad del rubio, se sentó a su lado, sonriente.
El rubio lo miró con el ceño fruncido pero terminó cediendo a esa sonrisa radiante y le hizo espacio.
—¡Vayamos a ese auto! -Kaminari arrastró a Shinsou hacia un auto y se sentó en la parte del conductor.
Los niños se divirtieron en cada juego al que podían jugar o subirse, Hitoshi poco a poco comenzó a soltarse y comenzó a disfrutar del lugar junto a sus nuevos amigos.
—¡Señor papá de Toshi, quiero jugar a ese! -Kaminari apuntó a un juego donde había que lanzar unos pequeños balones y según la cantidad que lograbas acertar ganabas un premio.
Aizawa ladeó la cabeza.
—¿Estás seguro? Se ve algo complicado... -Le advirtió.
Denki asintió efusivamente.
—Yo quiero el premio menor, esos anillos de ahí. -Apuntó a un par de anillos de color dorado con el símbolo de All Might, un superhéroe que salía en una serie que se había puesto de moda.
El pelinegro llevó a Denki y a Hitoshi a aquel puesto.
—¿Tú quieres probar? -Le preguntó a su hijo, que se negó de inmediato. —De acuerdo, aquí tienes Denki. -Pagó y el juego comenzó.
Kaminari lo hizo horriblemente y de premio de consolación tuvo un dulce.
El de ojos dorados hizo un pequeño puchero mientras dividía su golosina y le convidaba a Shinsou.
Hitoshi se sintió triste al ver a su nuevo amigo triste por lo que tiró de la mano de su padre para llamar su atención.
—Papi, ahora quiero intentarlo. -Le dijo mientras apuntaba al juego de antes.
Aizawa lo miró extrañado y los volvió a llevar allí para pagar y que el pelimorado juegue.
—¡Excelente niño, aquí está tu premio! -Le dijo el hombre que atendía el puesto entregándole un enorme peluche, uno de los mejores premios.
—S-señor yo q-quiero eso. -Le pidió apuntando a los anillos.
El hombre frunció el ceño.
—¿Estás seguro? -Hitoshi asintió con seguridad. —De acuerdo, aquí tienes, también puedes llevarte éste oso de felpa como regalo.
Shinsou agradeció debidamente y se giró sonriente hacia Kaminari que lo miraba sorprendido.
—Aquí tienes. -Le dijo mientras le entregaba el par de anillos. —¿Lo querías no es así?
Los ojos de Denki brillaron con alegría.
—¡Eres el mejor Toshi, gracias! -Como le iba grande lo puso en su dedo pulgar, aún así se resbalaba un poco. —Tú usa el otro. -Pidió mientras tomaba la mano del pelimorado y se lo colocaba correctamente.
Aizawa miró sonriente esa tierna escena.
Hitoshi y Denki pasaron el resto del día tomados de las manos en las cuales llevaban el anillo, disfrutando cada juego en el que paraban.
********•********
—¿Te irás? -Preguntó con tristeza Denki.
Hitoshi asintió mientras intentaba reprimir las lágrimas.
—Papá consiguió un trabajo en otra ciudad y nos mudaremos... Lo siento mucho. -No sabía por qué se disculpaba pero aún así lo hizo.
Se encontraban encerrados en la casita que había en el patio de la guardería.
Kaminari lo tomó por las mejillas y lo miró con lágrimas en los ojos.
—Toshi, hagamos una promesa. -Le dijo con seriedad.
Shinsou, como pudo, ladeó la cabeza.
—¿Qué clase de promesa? -Preguntó curioso.
Kaminari sonrió como pudo y tomó la mano del pelimorado, esa en la que aún llevaba el anillo de aquella ocasión de hace un par de meses.
—Vamos a prometer nunca sacarnos éste anillo hasta que volvamos a vernos, ¿Lo prometerías?
El pelimorado asintió sin duda alguna.
—En realidad... Sólo vamos a sacarnos el anillo cuando... -Se sonrojó levemente. —Cuando nos casemos.
Denki abrió los ojos sorprendido y sus mejillas se tiñeron de rosa.
—¿C-casarnos? -Preguntó con nerviosismo.
Hitoshi asintió.
—¿O no quieres hacerlo en un futuro? -El tono del niño demostraba decepción.
Denki negó con rapidez.
—Por supuesto que quiero Toshi, si es contigo sí. -Sonrió con alegría y levantó su dedo meñique. —Lo prometo.
Hitoshi sonrió y también levantó su meñique para unirlo al del rubio.
—Es una promesa entonces...
Shinsou se despertó con brusquedad ante la fuerte sacudida de su mejor amigo.
—Ya es hora del receso Hitoshi, vamos, es tu primer día y ya te andas durmiendo. -Lo reprendió Monoma.
Hitoshi bostezó y finalmente se levantó de su asiento.
—Es que ayer no dormí bien. -Le explicó mientras se refregaba el ojo, donde en su dedo anular se encontraba el anillo de All Might al cual los años le habían pasado factura.
Los dos adolescentes salieron del aula de la clase B.
—No puedo creer te demorarás una semana más en mudarte, tuve que quedarme sólo en éste instituto. -Se quejó el rubio.
Ambos se habían conocido cuando Shinsou se había mudado, al parecer al padre de Monoma, que trabajaba en la misma empresa de Hizashi, también lo habían trasladado así que ambos niños al estar en situaciones similares terminaron formando una amistad.
Ahora a sus dieciséis años, nuevamente habían trasladado a sus padres por lo que tuvieron que volver a mudarse a su vieja ciudad.
—¿Sabes la cantidad de idiotas con los que me crucé? Sobre todo esos imbéciles de la clase A, Bakugo, Midoriya y demás. -Le dijo con una mueca.
A Shinsou esos nombres le invocaron recuerdos, ¿Podría ser que él también...? No, imposible, aún no entendía por qué seguía aferrándose a esa promesa infantil.
Sus ojos se posaron en su anillo y suspiró.
—No deberías insultarlos, ni siquiera los conoces de todo, así es como siempre te ganas mala fama a cualquier lado al que vas. -Le dijo Shinsou mientras despeinaba los cabellos de su mejor amigo.
Monoma le sacó la lengua infantilmente y Shinsou rió.
El pelimorado estaba tan ocupado burlándose de su amigo que no se fijó en el camino y terminó chocando estrepitosamente con otra persona, a la cual terminó arrojando al suelo.
—Lo siento. -Hitoshi se disculpó de inmediato y le ofreció una mano para ayudarlo a levantarse, el extraño la aceptó y volvió a pararse.
En ese momento sus ojos se encontraron.
Dorado y morado, morado y dorado parecieron brillar.
La mano de uno de ellos tembló, pero como aún estaban unidas fue imposible adivinar quién.
—¿D-Denki? -Preguntó sorprendido Shinsou.
Monoma y dos chicos detrás del rubio lo miraron curiosos.
—¿Eres tú Toshi? -Preguntó el rubio mientras levantaba con temor su brazo y colocaba su mano libre en el rostro del chico.
Shinsou no pudo reprimir una risa nerviosa.
—Aún lo llevas. -Dijo incrédulo, mientras su piel entraba en contacto con el frío metal del anillo que Denki llevaba en su dedo anular.
Tal vez Monoma o los otros dos chicos, que eran nada más y nada menos que Mina y Sero, preguntaron algo, pero ninguno de los dos escuchó, aún estaban sorprendidos por el repentino encuentro.
—Tú también lo llevas, después de todo hicimos una promesa, no pienso sacarmelo hasta que nos casemos Toshi. -Le dijo con una sonrisa.
Aquella frase impactó a las personas que alcanzaron a oírla.
¿Por qué Kaminari Denki le decía eso al chico nuevo?
Hitoshi rió y entrelazó sus dedos con los del rubio.
—Ya volví. -Le dijo con una sonrisa.
Kaminari dejó escapar unas lágrimas.
—Bienvenido Toshi. -Fue lo que dijo antes de sellar sus labios en un tierno beso, causando un revuelo a su alrededor.
Me puse en modo soft no me toquen ah
Holiiis, amé escribir éste porque... Bueno, porque sí aHRE
Les quería aclarar que mi autocorrector tiene un problemilla con los nombres y los pone como se le canta el cu... Ah no paren, arruino el ambiente soft, bueno, cuestión que si ven que escribo mal un nombre necesito que me avisen xfa
Fue un relato cortito y bonito, como me gustan, así que eso es todo por hoy lectores míos.
Nos vemos en el próximo one shot
Yo soy Darkness y ésto es Disney Channel
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