Frente al árbol

Escaló con rapidez entre las ramas y se sentó en aquella que veía más segura.

Comenzó a rememorar todas las discusiones interminables de sus padres.

Kaminari suspiró y sacó su caja de cigarros para meter uno en su boca y encenderlo.

—¿No crees que es peligroso fumar en un árbol? Tal vez termines incendiando todo por accidente. -Comentó una voz a sus pies.

El rubio bajó la vista y se encontró con un joven pelimorado que lo miraba curioso, era bastante atractivo a decir verdad.

Ah sí, otra cosa para que su padre detestaría, cuando se trataba de homosexualidad el hombre se convertía en todo un religioso aunque después no se lo pensaba dos veces antes de golpear a su madre.

Kaminari forzó una sonrisa y se bajó de un salto.

—Pero no sería bueno que me viesen por ahí fumando. -Le contestó mientras volvía a llevar el cigarrillo a sus labios.

El pelimorado bufó y se sentó en las raíces del árbol, Kaminari se acuclilló a su lado.

—No te había visto antes, ¿Eres nuevo? -Le preguntó con una sonrisa.

El pelimorado sonrió de lado.

—¿Se nota mucho? Sí, me he mudado con mi... Supuesto padre, sinceramente yo no lo conocía. -Comentó mientras sacaba un libro y se colocaba unas gafas que le sumaban atractivo.

Kaminari acercó un poco más su rostro y sonrió.

—Así que eres nuevo... ¿Y cuál es tu nombre? -Se alejó un poco para seguir fumando y miró el cielo.

El pelimorado lo miró con una ceja alzada.

—Shinsou, me llamo Shinsou Hitoshi. -Le dijo antes de volver su vista al libro y abrirlo en la página marcada.

El rubio ojeó aquellas páginas, parecía ser de esos libros en los que debías analizar correctamente cada oración para entender el significado detrás de esa compleja narración.

Terminó su cigarrillo y lo apagó contra la tierra.

—Yo soy Kaminari Denki, vivo en éste feo pueblo desde... Bueno, desde siempre así que si tienes alguna duda o quieres conocer algún lugar no tendría ningún problema en ayudarte. -Le dijo mientras le guiñaba un ojo.

Shinsou bufó antes de alzar la vista y mantener sus miradas conectadas por un par de segundos, que pusieron nervioso al rubio.

—De acuerdo, si alguna vez tengo alguna duda o lo que sea, te pediré ayuda Kaminari. -Por alguna razón, escuchar su nombre pronunciado por aquellos labios hizo que al rubio se le erizara la piel.

Se escuchó un carraspeo a lo lejos.

—Kaminari, ¿Me habías llamado no es así? -Denki alzó su vista hacia Dabi que lo miraba con una sonrisa arrogante.

El de ojos dorados bufó y se puso de pie.

—Por supuesto que te llamé imbécil y has llegado tarde, como siempre. -Le reclamó mientras iba al lado de su amigo se giró hacia el pelimorado. —Nos veremos en otra ocasión, Shinsou.

Una vez que estuvieron lo suficientemente lejos Dabi encendió un cigarro y miró de reojo a su amigo.

—Ese chico de antes... Se veía muy guapo ¿No crees? -Mencionó mientras le daba una calada profunda.

Kaminari rodó sus ojos.

—Conozco ese tono tuyo Dabi y la respuesta es no, no me gusta y tampoco dejaré que claves tus sucias garras en él. -Le dijo mientras lo apuntaba acusadoramente con el dedo.

El otro alzó sus manos e hizo una sonrisa inocente.

—Yo no te dije nada, además, sabes que tengo novio.

Denki bufó antes de encender otro cigarrillo para luego adentrarse en el oscuro callejón por el que siempre rondaban, donde comenzaron a charlar en susurros.

********•********

Shinsou ingresó al aula con los típicos nervios del primer día a flor de piel.

Todos posaron su vista en él.

—Bueno, ya les había comentado sobre ésto, él es mi hijo Shinsou Hitoshi y se incorporará a nuestra clase a partir de hoy. -Lo presentó Aizawa.

Shinsou quiso esconderse tres metros bajo tierra.

Apenas conocía a aquel hombre y él ya había declarado a los cuatro vientos su parentesco.

Cuando su padre le indicó que se sentara un chico pecoso le hizo señas para que fuera a su lado, Shinsou se acercó un tanto dudoso.

—¡Hola! Yo soy Midoriya Izuku, puedes sentarte conmigo, sé que el primer día es algo tedioso. -Le mencionó mientras señalaba el lugar.

El peliverde le presentó al resto de sus amigos y Shinsou pasó su primer receso en esa nueva escuela rodeado de rostros amigables.

Eran bastantes personas por lo que habían juntado dos mesas, los jóvenes se habían presentado ante el pelimorado, primero teníamos a Todoroki quien era el novio del pecoso, después estaba la tierna pareja de Iida y Uraraka, también teníamos a otra pareja, Tsuyu y Tokoyami.

En la otra mesa había un grupo un tanto escandaloso, Bakugo Katsuki que parecía molestarle todo lo que hacia Midoriya, si no estuviese su novio Kirishima estaría insultando al pobre pecoso cada vez que tuviese oportunidad, luego estaban Mina y Sero, dos chicos bastante alegres que disfrutaban hacer enojar al rubio de ojos rubí.

—Bueno, creo que conociste a todos los del salón, son bastante agradables. -Le dijo con una sonrisa Midoriya.

Tsuyu, una de las chicas de su grupo, bufó.

—En realidad no conoció a todos, ya sabes, falta... -Un enorme estruendo interrumpió a la peliverde.

Todo el lugar quedó en silencio y pronto la vista de todos se centró en el origen de aquel ruido.

Un rubio, que a Shinsou le pareció familiar, había acorralado a un pelirrojo contra la pared, en el proceso había tirado un par de sillas.

—¡Repitelo, si te atreves! -Exclamó con furia Kaminari.

El chico bufó divertido a pesar de encontrarse en aquella situación.

—¿Qué cosa quieres que repita?¿Que tu madre es la puta del pueblo? Lo repetiré gustos... -Un puño se impactó fuertemente en su rostro, pero no era Kaminari el que lo había golpeado.

Kirishima Eijirou miraba furioso al chico cuya nariz comenzaba a sangrar.

Vete si no quieres pasarla peor. -Le dijo con un tono amenazador con un puño alzado.

El chico se soltó del agarre de Kaminari con rapidez y comenzó a retroceder, dos chicos llegaron justo detrás de Kirishima e hicieron que las piernas de aquel tipo comenzaran a moverse con rapidez.

Denki se giró sorprendido hacia Kirishima, Bakugo y Sero, hace tiempo que no asistía al instituto y se saltaba las clases, había perdido el contacto con ellos, el rubio pensaba que ya no querrían ser sus amigos luego de convertirse en aquel desastre.

Una mano tomó con firmeza su rostro y buscó alguna lesión.

Ashido Mina suspiró aliviada.

—Vamos Kami, deja que te invite algo para tomar. -Le dijo con una sonrisa la pelirrosa mientras entrelazaba sus dedos y lo arrastraba hacia su mesa. —Yo... Te extrañé mucho ¿Por qué te apartaste tanto cariño? Si tienes problemas yo... -Las lágrimas comenzaron a brotar por los ojos de la chica y Kaminari sintió como su corazón se rompía.

Él también los extrañaba pero toda aquella situación con su padre... No daba para más.

El rubio tragó saliva y limpió las lágrimas de su amiga.

—Perdóname Mina yo... Prometo que lo solucionaré, yo... Pondré todo en orden. -Le dijo con una sonrisa un tanto forzada.

Él sabía que su mamá iba odiarlo por ésto pero ya no sabía qué hacer, no podía seguir soportando ver como ella era golpeada, como el imbécil que se hacía llamar su esposo iba difamando información sobre ella, que era una zorra, una fácil, que siempre lo engañaba, que estaba loca...

Al fin había terminado la investigación de Dabi, él se había vuelto un amigo muy íntimo en ese último tiempo, con su ayuda había logrado juntar las pruebas suficientes que no sólo llevarían a su padre a la cárcel sino que también le dejaría la empresa como un sustento futuro, Kaminari sabía que no habría forma de agradecerles lo suficiente al oficial Dabi y al oficial Hawks.

La pelirrosa se lanzó a sus brazos.

—No vuelvas a aislarte así, nunca. -Pidió Mina en un susurro.

Denki apoyó su mejilla en los cabellos de la chica y suspiró.

Lo prometo.

Poco a poco todo volvió a la normalidad, cuando los profesores llegaron para indagar por lo sucedido nadie abrió la boca, no estaban dispuestos a delatar al grupo de Bakugo Katsuki, no eran tontos.

Kaminari tardó unos segundos en percatarse de ese rostro conocido en la mesa de al lado, nuevamente, el pelimorado se encontraba sumergido en su lectura mientras Izuku intentaba leer a su mismo ritmo, sin éxito.

El rubio se levantó y se colocó tras el chico.

—¿Ya pensaste en la oferta que te hice? -Preguntó con una sonrisa Kaminari mientras inclinaba un poco su cuerpo y hojeaba las páginas del libro con desinterés.

Shinsou se giró hacia él con una ceja alzada.

—¿Hablas de esa oferta de enseñarme el lugar? -Lo meditó por unos segundos. —Sigo sin interesarme en algún lugar en específico, así que de momento no necesito guía. -Denki hizo un pequeño puchero que hizo sonreír al pelimorado. —Aunque tengo ganas de volver a visitar aquel árbol... -Murmuró.

Los ojos de Kaminari brillaron como dos soles y tomó la muñeca del chico.

—Entonces vamos, yo te llevo. -Le dijo mientras comenzaba a arrastrarlo fuera de la cafetería bajo la sorprendida mirada de sus amigos.

Shinsou bufó.

—¿En éste momento vamos a ir? Tengo clases. -Le dijo a pesar de no poner resistencia alguna.

Kaminari rió por lo bajo.

—No se darán cuenta, apresurate. -Le mencionó mientras se aseguraba de que no hubiese nadie en los pasillos antes de dirigirse a la salida.

Shinsou rodó sus ojos a pesar de que el otro no podía verlo.

—Por supuesto, mi padre, el profesor, no notará mi ausencia. -Le dijo con ironía.

Kaminari afianzó un poco más el agarre en la muñeca del otro.

—¿Así que eres el hijo de Aizawa? Bueno, cuando él se de cuenta será muy tarde. -Le respondió para girarse y sonreír.

Hitoshi suspiró cuando las puertas se abrieron y se encontraron fuera del instituto.

Desde la azotea, un pelinegro bufó.

—Primer día y ya se escapa de las clases, para el colmo con ese chico. -Aizawa se cruzó de brazos.

Se oyó una risa a sus espaldas y pronto unos fuertes brazos rodearon su cintura.

—Oye no seas amargado, tú también hacías eso, además de que sabes que aún sigue enojado porque tuvo que venir aquí tan de repente. -Le dijo Hizashi antes de depositar un beso en la mejilla de su esposo.

El pelinegro volvió a bufar.

—Ni me recuerdes eso, no me permitió verlo durante estos dieciséis años y cuando la acción judicial comienza a estar a mi favor ella se consigue un esposo nuevo, se emabaraza y decide echar de su nueva familia a mi hijo. -Apretó su mandíbula. —Todos éstos años lo retuvo para gastarse el dinero que le enviaba en idioteces y para llenar su cabeza de pura basura.

El rubio apretó con un poco más de fuerza la cintura de su esposo.

—Tranquilo cariño, ya hablamos de ésto, vamos a ignorar a aquella mujer y vamos a centrarnos en darle a nuestros hijos la vida que se merecen, yo sé que pronto Hitoshi te amará tanto como lo hago yo. -Le dijo antes de apoyar su mentón en el hombro de Aizawa.

Shinsou jadeó un poco cuando al fin pararon de correr y se detuvieron frente a aquel árbol.

—Aún sigo en contra de la idea de que nos vayamos antes del instituto, pero creo que es tarde para quejarme. -Dijo mientras se sentaba en el césped.

Kaminari rió por lo bajo y se sentó a su lado.

—Así es, abstente a las consecuencias mi querido Shinsou. -El rubio le guiñó un ojo y sacó la caja de cigarrillos. —Necesitaba un poco de aire fresco.

El pelimorado rodó sus ojos y le arrebató los cigarros al otro.

—No podrás disfrutar de tu amado aire fresco si fumas ésta porquería. -Le dijo antes de guardarsela en su bolsillo. —Tu te abstendrás de los cigarrillos y yo de las quejas, ¿Trato? -Preguntó mientras alzaba su mano y enarcaba su ceja.

Las gafas de Shinsou se habían torcido un poco y sus cabellos se encontraban aún más alborotados de lo normal, pero aún así esa imagen le pareció fascinante e hizo lo primero que vino a su mente, lo besó.

No fue nada especial, un corto beso en los labios, pero aún así el corazón de ambos se aceleró.

—¿Y por qué fue eso? -Preguntó Shinsou con aparente calma, aunque el sonrojo en sus mejillas era evidente.

Kaminari sonrió apenado.

—Es que así cierro mis promesas. -Le explicó.

Hitoshi bufó.

—¿Y besas a cualquiera con el que hagas una promesa? -Preguntó mientras acomodaba sus gafas.

Denki sonrió aún más y se sentó más cerca del otro.

—No, esa es mi forma de cerrar las promesas contigo. -Tomó el rostro del chico entre sus manos y lo miró fijamente. —Yo... Te conocí en uno de los días más felices de mi vida, tal vez fue por eso, tal vez fue simple casualidad pero la verdad es que me atraes Shinsou y quiero conocerte mejor, ¿Me lo permites?

El rostro del pelimorado se calentó, sorprendido ante esa repentina declaración.

—¿Conocerme dices? No creo que te guste mucho lo que descubras pero... Haz lo que quieras. -Le respondió mientras se encogía de hombros.

El rubio volvió a sonreír y unió sus labios nuevamente.

Es una promesa.

Shinsou ni pudo reprimir su sonrisa así que volvió a besar a Kaminari.

Sí, lo es.

A partir de ese día todo comenzó a mejorar en la vida de Kaminari Denki, su padre al fin fue a la cárcel, su madre y él fueron a terapia para comenzar a rehacer su vida, volvió al instituto con normalidad donde sus amigos lo recibían con una enorme sonrisa y le brindaban el apoyo que él necesitaba.

Y... Luego de algunos años de intensas emociones, él, había conseguido novio, Shinsou Hitoshi había sido un hueso duro de roer, con sus propios problemas personales el avance en su relación se dificultó, pero lograron salir adelante y construir una hermosa relación.

En eso pensaba Denki, sentado en una de las ramas de aquel árbol con una manzana en la mano.

—¿No crees que ya estás muy viejo para escalar árboles? Tal vez termines atorado allí para siempre y nadie venga a tu rescate. -Kaminari sonrió y bajó del árbol con un salto, haciendo demostración de que excelente estado físico.

El rubio se giró con el ceño fruncido hacia su esposo.

—Cariño, tendré veintisiete años pero mi cuerpo sigue siendo el de alguien de quince, no me tomes a la ligera sólo porque tú eres un vejestorio. -Le recriminó.

Shinsou rió antes de atraer a Denki hacia sí y rodear la cintura del chico para así unir sus cuerpos por completo.

—Yo no soy un vejestorio, tú eres más grande que yo, aunque sea sólo por días. -Le mencionó mientras acercaba sus rostros. —Por cierto... Feliz cumpleaños. -Le susurró antes de unir sus labios.

La pareja se besó con pasión y ternura frente a aquel árbol, que vió la evolución de su amor, sus peleas, sus risas y sus lágrimas, el árbol los oyó susurrar los secretos de su corazón, los oyó decir el primer te amo al cual le siguieron muchos más...

Denki y Hitoshi entrelazaron sus dedos para caminar juntos a casa, donde pasarían una noche tranquila entre besos y caricias.

Yo no soy una escritora normal y por eso actualizo a éstas horas JAJAJAJAJAJ

Omg les voy a confesar algo, ésta historia en realidad se me ocurrió comí un fic bastante extenso, es decir con muchos capítulos y demás, pero como ahora estoy escribiendo Confesión lo voy a publicar como One Shot y tal vez en un futuro lo escriba como es debido.

Bueno, hoy mi autocorrector estuvo de malas así que si ven algún error no duden en avisar, yo tal vez en un futuro me tome el tiempo de releer las historias y editar los errores... En un futuro AHRE.

Bueno, me voy a mimir o a leer un fic, no me decido.

Como sea, los loveo, Darkness

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