사십여덟; Cuarenta y ocho

K. YongSun

Jungkook había salido corriendo a penas la mujer en frente de él le había confesado que era su madre. Me quedé quieta un momento, tratando de asimilar lo que estaba pasando y cuando logré hacerlo miré a la madre de Jungkook y le envié una sonrisa nerviosa.

— Puede... P-puede pasar — dije haciendo un ademán hacia los sillones — Iré a buscar a Jungkook — y sin más salí corriendo en busca de él.

Inconscientemente corrí hacia la playa, mi memoria no era la mejor del mundo pero recordaba que Jungkook me había dicho que cuando vivía en Busan y se sentía mal solía ir a ver el mar, pero lamentablemente la playa no era pequeña, así que no sabia exactamente en donde estaría.

Habia estado caminando por más de diez minutos por la costa, pero ni rastros de Jungkook. Cuando ya me estaba comenzado a rendir divisé una cabellera negra cerca de unas rocas. Jungkook estaba con la cabeza apoyada en sus rodillas y notaba uno que otro espasmo en su cuerpo, pero no sabía si era por el frío viento o porque estaba llorando.

— Jungkook — murmuré sentándome junto a él.

— Está helado, deberías volver a casa — dijo con voz temblorosa sin verme.

— Volvamos juntos.

— ¿Está ella allí? — preguntó y me miró a los ojos al momento en el que yo asentía. Sus ojos se encontraban rojos y un poco hinchados, se notaba que había estado llorando — Entonces no iré — dijo volviendo a enterrar su rostro entre sus rodillas.

— Jungkook, es tu madre.

— No lo es. Una madre es la que se preocupa por ti, la que te cuida y te da consejos, la que te da amor. No es la mujer que aparece de un día para otro llamándose madre a si misma.

— Aún así, creo que merece darte una explicación, merece que la escuches.

— ¿Para que? ¿Para que me dé tontas excusas de porqué abandonó a su hijo? No gracias, prefiero creer que no existe.

— Por favor, Jungkook. Todos merecemos que nos escuchen, aunque nos digan la excusa más estúpida del mundo.

Por un momento ambos nos quedamos en silencio, escuchando solo el ruido del mar y una que otra gaviota que volaba por ahí. Mis manos subían y bajaban por la espalda de Jungkook, mientras él solo se limitaba a dar algunos suspiros.

— Estoy asustado — dijo rompiendo el silencio — Cuando era pequeño siempre soñé con este momento, poder verla y hablar con ella, le hubiese perdonado todo; pero ya no — su voz se iba tornando temblorosa con cada palabra que decía — No es justo para mi tener que aceptar todo lo que venga de ella, porque ella fue la culpable de que mi vida fuera un asco, de que no tuviera algún amigo o alguien a quien contarle cada vez que estaba mal. Ahora me asusta verla y recordar todo eso frente a ella, no quiero ser débil, pero tampoco soportaría tener a la causante de que mi vida fuera un horror justo delante de mí, tengo miedo de mi reacción — Finalmente, los ojos de Jungkook estaban rojos y llorosos, y algunas lágrimas habían escapado de estos.

— Eres una gran persona, Jungkook. Y has pasado por tanto que ni tú, ni ella se merecen quedarse en silencio. Tú mereces una explicación, y también debes dejar salir lo que sientes. Si no haces las pases con tu pasado, este va a interferir en tu futuro — tomé el rostro de Jungkook entre mis manos y limpie los rastros que habían dejado las lágrimas — Mírame — dije y él lo hizo — Eres el mejor chico que he conocido, Jungkook. Eres una buena persona y a pesar de que te escondes en tu fachada de chico frío, eres cariñoso y tierno.

— Es que contigo soy distinto, parezco un bebé cuando estamos juntos — dijo riendo levemente.

— ¿Ya te sientes mejor? — él asintió dándome una sonrisa un tanto triste.

— Pero no quiero volver aún, quédate conmigo un poquito más — extendió sus brazos y me acurruqué en él — Gracias por estar conmigo — murmuró afirmando su mentón en mi cabeza.

— No es nada, siempre voy a estar aquí para ti — escuché su suave risa antes de que sus labios chocaran en mi mejilla.

— Es irónico, hoy pensaba en que íbamos a estar aquí pero en otro escenario.

— ¿De qué hablas? — pregunté confundida.

— Te iba a traer aquí para preguntarte si querías ser mi novia, otra vez.

— Entonces, ¿Qué estás esperando? — murmuré sintiendo como mis mejillas se calentaban.

— ¿Estas hablando enserio? — preguntó Jungkook con su voz cargada de asombro. Me volteó para verme mejor y una sonrisa se dibujó en su rostro — YongSunnie, ¿Quieres ser la novia de este amargado bipolar? Lamento decirte que si me aceptas no permito cambios ni devoluciones.

— Por supuesto que quiero — respondí y Jungkook me apegó a él — y tranquilo, no creo que quiera devolverte.

— ¿Aunque esté roto?

— Aunque lo estés, vamos a repararte juntos.

Había estado tan ansiosa de que este momento llegará. Si, yo le había dicho a Jungkook que necesitaba un tiempo, pero este se había alargado demasiado y yo quería ser oficialmente su novia, porque amaba estar con él, amaba sus besos y mimos, amaba todo lo que proveniera de él, y en parte, amaba que yo le perteneciera y él a mí.

(...)

Cuando volvimos a casa luego un par de horas, la puerta estaba entre abierta y rogaba para que los abuelos de Jungkook no hubieran llegado a casa aún. Conforme íbamos avanzado, la mano de Jungkook apretaba más la mía y yo intentaba tranquilizarlo acariciando el dorso de su mano con mi pulgar.

— No estoy preparado aún, YongSun — dijo a penas llegamos a la puerta.

— Tranquilo, si quieres puedes decirle que hablen más tarde o un día cercano, ¿Está bien? — él asintió claramente nervioso.

Odiaba ver a Jungkook de esa forma, tan vulnerable y asustado, porque no era él, era como si alguien completamente distinto invadiera su cuerpo y lo manejara a su gusto.

A penas entramos la madre de Jungkook se levantó del sofá notoriamente preocupada. Jungkook caminó hacia allá y se sentó en el sofá frente a ella. Por otro lado, Jimin estaba parada unos centímetros más allá, su rostro estaba serio y parecía molesto por la situación.

— Sentimos la tardanza — me disculpé sentándome en los brazos del sofá junto a Jungkook.

— No hay porqué — respondió enviándome una tímida sonrisa.

No habia tenido tiempo para verla, pero Jungkook se parecía a ella. Ni su cabello ni sus ojos eran oscuros como los de Jungkook, definitivamente eso lo había heredado de su padre. Pero la forma de sus labios y algunos gestos que hacían eran calcados a los de Jungkook.

— ¿Eres la novia de Jungkook? — preguntó ella rompiendo el silencio.

— S-si, lo siento, no me había presentado. Soy Kim YongSun, la novia de Jungkook.

— No pensé que Jungkook tuviera una novia. Gusto en conocerte, soy Minhee, Choi Minhee.

El hecho de que ocupara su nombre de pila no pasó desapercibido para nadie. Jungkook se tensó a mi lado y Jimin soltó un bufido antes de salir de la sala.

— ¿Quiere algo de tomar? — ofrecí.

— Un vaso de agua estaría bien, muchas gracias — respondió. Hice que Jungkook soltara mi mano y fui hacia la cocina, en donde un muy serio Jimin bebía una lata de cerveza.

— Parece que ella no es muy querida aquí — solté.

— Créeme, si hubieras visto sufrir a Jungkook cuando solo era un niño por culpa de esa mujer, quizás nisiquiera le estarías ofreciendo un vaso de agua en este momento.

— Debe haber sido horrible.

— Lo fue. Solo soy un año mayor que Jungkook, pero tenía noción de lo duro que era para él. Lloraba todas las noches, durante un año entero. Esperaba sentado frente a la puerta, nisiquiera quería ir a clases. Por eso te lo digo, YongSun, no creo que nadie aquí la perdone así como así.

Cuando llegué nuevamente a la sala, Jungkook miraba al piso como si fuese lo más interesante del mundo, mientras su madre lo miraba a él. Le entregué el vaso y volví al lado de Jungkook donde él tomó mi mano de inmediato y se apoyó en mi hombro.

Así estuvimos durante un tiempo, hasta que los abuelos de Jungkook llegaron. Al parecer esperaban esa "visita" pues no parecían muy sorprendidos y de inmediato la hicieron subir al despacho.

Jungkook se quedó en sofá mientras yo acariciaba su cabello, pero de un momento a otro, tiró de mi brazo provocando que cayera sobre su regazo. Sus manos apretaron mi cintura y escondió un rostro en mi cuello.

— Le diré que hablemos, pero necesito que tú estés conmigo — dijo.

— Está bien — respondí y el dejó un corto beso en mis labios.

— Te amo — dijo, y cuando estuve a punto de responderle, la madre de Jungkook bajó.

Me levanté de inmediato junto a Jungkook. Solté su mano e hice que se acercara a ella.

— Creo que… adiós — dijo su madre y Jungkook solo asintió — Si quieres podríamos hablar...

— Hoy no. Te daré mi número para que nos juntemos, pero ella irá conmigo — dijo refiriéndose a mí.

— No hay problema con eso — dijo con una media sonrisa. Repentinamente se acercó a Jungkook y lo abrazó. Ella no era tan pequeña y con tacones era casi de la altura de Jungkook. Jungkook hizo el ademán de corresponderle el abrazo, pero no lo hizo, y volvió a dejar sus brazos en donde estaban. Después de todo, esto era más difícil para él que para cualquier otro.

~ • ~

A veces me sorprendo yo misma, hice ese capítulo en dos horas, espero que les haya gustado ♡

Mi idea era publicar antes, pero con lo de Jonghyun... ugh, nada se me venía a la mente.

[★ por este chico que me tiene tan mal TTuTT]

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