Capítulo Único

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Era un viernes en el medio día cuando Minatozaki Sana estaba hecha un desastre, estaba desesperada con un par de sus amigas a sus lados tratando de calmarla.

Esa noche en específico sería en la cual le pediría matrimonio a Jihyo, ya llevaban una relación de más de cuatro años y estaba segura que era el momento correcto, y a no ser por el apoyo de Mina y Momo no estaría en éste momento tan cerca de su cometido.

—¡Inhala exhala inhala exhala...! — Momo movía sus manos cerca del rostro de Sana para que la menor se tranquilizará pero al parecer ella misma estaba aún peor.

—¡Momo!—Mina exclamó pegándole un manotazo a Momo para que parara. —¡La has desesperado aún más!.

Sana por su parte, estaba totalmente ida mirando el suelo.

—Ok, no sé que es ese comportamiento, pero sé que está desesperada.

—Mi Sana culito de rana se va a casar... —Momo ya se estaba desesperando nuevamente, lágrimas brotaban de sus mejillas y Mina a su lado la miraba raro.

—No está asegurado, y... ¿Si me dice que no? — Sana finalmente habló llevándose sus uñas directamente a sus dientes, Mina tomó una respiración profunda y se agachó a la altura de la contraria quien estaba sentada en un sillón.

—Sé que te dirá que si, se nota cuanto te ama— Sana asintió con lentitud ante las palabras de Mina.

—Pero tengo miedo...

—También lo tuve cuando le propusé matrimonio a ChaeChae... Y bueno, no esperaba que ella también me lo propondría el mismo día. Ahora pequeña ardilla, te haré ir a alistarte y hacer todo, ¿Bien?. —Habló Mina y sonrió cuando Sana asintió.

—Joder, que gran orgullo —Dijo Momo al lado de ambas al secarse las lágrimas.

Todo iba justo como estaba planeado, era una salida a un restaurante caro cerca de donde estaban, que por cierto, llevaban algunos días en la playa gracias a Chaeyoung quien las invitó a una casa de playa que tenía su familia.

Pero, al parecer a Jihyo se le había ocurrido ir a la orilla del mar junto a Sana antes de su cometido.

La menor pensaba que era ir a comer pescado en algún restaurante común, y Sana no pudo poner de escusa que tenía una mesa reservada. Quería que fuera totalmente sorpresivo y por ello ahora, estaba tratando de apresurar la situación.

Y de no ser porque Jihyo se dió cuenta de sus intenciones de irse rápido le hubiera servido. —Sana, no debemos apresurarnos, luego en cualquier momento iremos a algún restaurante —Habló la coreana con el ceño levemente fruncido al notar a la mayor tan apresurada.

—Pero...

—Pero nada, es más lindo estar acá, mañana iremos nuevamente a nuestras casas y no tendremos ésta oportunidad de estar acá nuevamente.

Sana rendida, asintió, pensando que había perdido su oportunidad.

Había perdido la estadía en aquél restaurante caro.

Pensó que luego en otra situación lo lograría... Aunque a veces se volvía muy insegura con ese tema y tal vez se atrasaria meses.

—Ven— Susurró Jihyo tomando su mano y entrelazandola con la suya para jalarla con lentitud al frente de la orilla del mar, donde se sentaron y la marea a penas chocaba suavemente en sus pies.

Sana sonrió ampliamente ante el tacto de la menor, sin duda pasaban años y su corazón seguía agitandose ante el delicado tacto de la coreana.

Ya sentadas allí, Jihyo acarició la mano de Sana con suavidad para luego recostar con mucha suavidad su cabeza sobre el hombro de la menor.

Sana sintió sus mejillas teñirse de un color camersí y volvió con lentitud su rostro para depositar unos pequeños besos en la cabeza de Jihyo quien la miró con los ojos llenos de brillos y una sonrisa que le dio un revolcón en su corazón.

Entrelazaron sus manos y allí Jihyo inició hablando con la japonesa, quien prestaba sumo cuidado a lo que hablaba y asentía cada vez que decía algo.

—¡Oh Sana! —De la nada exclamó Jihyo haciendo que Sana de la nada pegara un suave brinco en su lugar.

—¿Mmh?.

—No le digas a Nayeon lo que te diré, ¿Si?.

—Bien...?—Susurró con algo de duda prestando atención a la coreana.

—Jeongyeon, le propondrá matrimonio —Dijo haciendo que Sana elevará las cejas en señal de sorpresa.

—¿Enserio? —Preguntó sorprendida y Jihyo asintió repetidamente.

—¿No es lindo? — Dijo Jihyo y Sana se tensó a su lado.

La mayor, trago fuerte y miró más arriba dándose cuenta que había un hermoso atardecer. Y sin darse cuenta ignoró la pregunta de Jihyo.

—¿No creés que es lindo?... —Susurró Jihyo insinuante a Sana.

De inmediato la mayor se dio cuenta y miró a Jihyo a su lado.

—¿Quisieras eso? — Preguntó Sana con un poco de duda en sus palabras.

Jihyo la miró y tras unos segundos se acercó a los labios de la japonesa para dejar un lindo y suave beso en sus labios. —Quiero todo contigo Sana. —Susurró haciendo que los nervios de la japonesa ascendieran a otro nivel.

Entonces Sana pensó que era su oportunidad.

—Mmh... Jihyo —Susurró Sana acercando a la coreana a su cuerpo y si no fuera por un desliz de sus manos no hubieran acabado en la posición en la que estaban, Sana recostada en la arena con Jihyo quien estaba medias encima de ella.

No, no era en lo más mínimo algo sexual.

Ambas se miraban con un cariño y amor tan enorme que era imposible poner la situación en algo referente a perversión. Sólo había amor en ambos pares de ojos.

Los latidos de ambos corazones eran altos, a tal punto que el único sonido que había eran los latidos de ambas enamoradas y las olas que pasaban a cada cierta cantidad de tiempo.

Sana, estaba preparada con un discurso, pero en ese momento lo olvidó todo, olvidó su discurso y sólo tenía en su mente impregnada la imagen de Jihyo y el deseo de hacerla feliz.

Entonces, removiendose un poco de su lugar, tomó la cintura de Jihyo entre sus brazos con suavidad, apenas tocandola.

Torció su cabeza a un lado y sonrió ampliamente haciendo que la menor sacara una pequeña risita.

—Bueno... Tal vez lo encontraras sorpresivo, y es justo lo que quería —Habló Sana finalmente haciendo una pequeña pausa. —Te amo, y te lo he dicho muchas veces, quiero hacerte feliz y formar un futuro contigo... Un futuro grande donde estemos juntas a pesar de todo y bueno... No es necesario hacer esto para estar a tu lado por siempre, pero quiero hacerlo porque es un gran paso en nuestra relación, uno que nos hará más grandes juntas y nos pondrá un título que me encantaría tener. —Sonrió y Jihyo la miró esperando que siguiera, sus ojos desprendían mucho deseo por saber que diría Sana.

—Eres el atardecer que me hace sonreír enternecida, justo como el que tenemos a nuestro lado... Quiero que alumbres todas mis tardes y me hagas feliz a como yo quiero volverte el ser más feliz de éste mundo. Entonces... Park Jihyo. ¿Quisieras tu ser mi esposa?. —Dijo aquello, y sacó de su bolsillo aquél anillo que duró tanto escogiendo con ayuda de Dahyun, abrió la cajita y mostró el objeto frente a los ojos de la menor.

Jihyo, tenía sus ojos llenos de lágrimas y sus manos puestas con asombro en su boca. Sana la miraba con una sonrisa antes de que se abalanzara a su cuerpo, cubriendo a la japonesa en un suave abrazo.

—¡Sí, sí quiero! —Exclamó con mucha felicidad y sin más, tomó los labios de la japonesa entre los suyos suavemente, ambas apoyadas en la suave arena y uniendo sus labios justamente en el momento donde el atardecer dio una oleada de rayos de luz naranja enorme que las alumbró de tal forma que de lejos se veían como un par de sombras dándose un delicado beso frente al sol.

Tras unos segundos, una ola fué un poco más fuerte que las demás y las empapó e interrumpió a ambas de su momento, las dos asiáticas rieron con suavidad y se abrazaron con suavidad sin cambiar la posición ni un poco.

—Te amo— Susurraron al mismo tiempo, enamoradas y felices del gran avance que lograron en su linda relación.


Fin💕.

¡Perdón por la tardanza! Había hecho un capítulo único pero no me había gustado mucho, entonces por eso volví a hacerlo desde cero dando éste resultado.

Espero que les haya gustado, no olviden votar, comentar y compartir <3.

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