vol. 11

—¡HyunJin!, ¡Espera!

Sus pies corrían ligeramente, ignorando el peso del tanque de oxígeno que corría a su lado, totalmente indiferente al joven que había dejado cuadras atrás, con el mismo ramo que sostenía el borde de su corazón.

—¡HyunJin!

Jaló suavemente de su brazo, una vez estuviera a la misma distancia que el castaño, intentando que este dejara de mirar el suelo.

—¿Sí? — respondió aquella voz, sonando tan lejano a él.

Sintió el pecho acelerar duramente en cuanto se percató de la cascada de lágrimas que recorrían las mejillas del contrario, sintiéndose aún peor de darse cuenta que HyunJin se encontraba así más que nada por su culpa.

—Uhm, y-yo.

Tragó rápido sintiendo cómo un nudo se incrustaba en su garganta, incapaz de ayudarle a hablar.

—¿Felix? — dejó caer sus lágrimas conforme su nombre salía lentamente doloroso de la voz del mayor —. Felix.

—HyunJin.

El aludido sonrió de lado en cuanto notó la mirada fija de Felix en su persona, sí llorar frente a él hacía que de alguna forma lo notara, no era tan malo después de todo.

—Entiendo que estés interesado en alguien, pero creo que al menos me merecía que me lo dijeras, ¿No crees?

El rubio le miró sin poder creer todo lo que decía, no podía balbucear todas esas cosas cuando no conocía el huracán de emociones que desataba cada vez que se encontraba con él.

—No te conozco lo suficiente, pero no creo que seas malo — HyunJin limpió con cuidado cada rastro de lágrimas que se perdían entre los lunares de su rostro —. Creo que es inevitable dañar a alguien y quiero creer que es lo que no querías hacer conmigo, pero supongo que al menos debiste ser honesto conmigo, por más que me terminara doliendo tu rechazo.

Felix se quedó en silencio en cuanto escuchaba todo el palabrerío, sin saber completamente que decir, pues de alguna forma, no sabía exactamente qué pronunciar.

Sin más tiempo que perder, fue que apegó su cuerpo contra el más alto, queriendo hundirse por siempre en esa suave figura.

—Jamás quise lastimarte, Hyun — susurró, a la vez que con cada pasar de los minutos, se aferraba con más fuerza a dicho joven —. Tienes que creerme.

Un suspiro cansado salió de los labios de HyunJin, provocando todo pensamiento de inseguridad en la cabeza del rubio.

—HyunJin, por favor.

—¿Qué pasó entonces?

Felix cerró los ojos con lástima, dejando que sus lágrimas se ahogaran entre sus roncos sollozos, una vez que se diera cuenta que el abrazo que tanto aclamaba, no le había sido rechazado.

—¿A qué te refieres?

El ojiverde se alejó por completo, dejando a la vista su ya destruido rostro, con las mejillas empapadas y el esmeralda de sus ojos combinados con la tristeza, dañándole cada vista perfecta de estos mismos.

—Me gustas, Felix, pero no puedo seguir contigo sí te gusta alguien más. Aunque la idea de que rompas mi corazón no me es indiferente, tampoco quiero ver cómo haces con alguien más lo que quisiera que hicieras conmigo.

El rubio le miró sorprendido, con todo dentro de sí rompiéndose al caer y darse cuenta de lo dañado que su HyunJin se encontraba por dentro, más porque dejando de lado la fachada dolorosa que mantenía, la barrera invisible que había creado entre los dos, era peor que sentir miles de dagas apuñalarle al mismo tiempo.

Y antes de que el castaño pudiera hablar nuevamente, se decidió por no perder más el tiempo.

Con cuidado de no seguir lastimándolo, sostuvo entre sus manos aquel acanelado rostro, aquel que se encontraba tan herido y con una pizca de esperanza reluciendo del universo que habitaba en sus ojos.

—Felix.

—HyunJin.

El aludido relamió sus labios, a la par que cerraba sus ojos, dejando escapar más de esa pequeña cantidad de agua salada que no había dejado de caer.

—No me rompas el corazón, por favor — suplicó con la voz rota —. No quiero que lo hagas.

—Hyun, no seas tonto — una tierna sonrisa logró dibujarse en ese derrumbado rostro —. Yo mismo sacrificaría mi corazón para no romper el tuyo.

Sin más, ambos cuerpos se recibieron con gusto, creando un momento especial, donde sus latidos se sincronizaban al estar tan cerca de su persona especial.

—Lamento sí te mentí, no quería que supieras que había salido con SooBin, porque solo acepté salir con él ya que me insistió mucho — murmuró Felix, una vez sus hipidos estuvieran controlados, y su cabeza pudiera descansar en el hombro de su chico —. La única persona con la que quiero estar y la que quiero que me regale girasoles eres tú.

HyunJin creó una especie de distancia, nuevamente, aunque al contrario de las veces anteriores, ahora sólo era para asegurarse de que no hubiera ni una pizca de gracia en el rostro del ojiazul, cayendo hasta después de que toda palabra que salía de esos suaves labios rosados, era más que verdad.

—¿Puedes ser más claro?— cuestionó, aferrando un poco más el agarre que producía en las caderas del menor —. No logro entender bien.

Felix rodó los ojos con algo de diversión, dejando de lado todo rastro de llanto, dando bienvenida a una expresión de genuino cariño y felicidad.

—Estoy tratando de decirte que me gustas, chico girasol.

Con sus manos temblando en demasía, sus cuerpos algo torpes a las palabras recién dichas y la escasa experiencia que ambos tenían, sus labios dieron lugar a un beso expresivo, uno en donde la dulzura y la emoción les consumía por completo.

Dejando sus brazos reposar por detrás del cuello de su amante, Felix se apegó más a su cuerpo, intentando mantener el mismo ritmo que producían los labios contrarios casi vírgenes.

—También me gustas, ojitos.

Una sonrisa se produjo en ambos rostros, reemplazando la incómoda situación en la que estaban, todo para dar paso a una en dónde intentaban regular sus respiraciones, con sus narices juntas creando un tierno beso esquimal.

—¿Qué haremos ahora? — terminó por preguntar el ojiazul, a la par que se sujetaba más contra el otro cuerpo delgado.

HyunJin esbozó una sonrisa de lado, antes de robar un beso a aquella boquita que se volvía su adicción conforme se dignaba a probar vez tras vez.

—Me aseguraré de enamorarte cada vez más, a pesar de ya tenerte, Girasol.

Después de unos minutos caminando, con sus manos entrelazadas y sus mejillas pintadas del mismo tono carmesí, habían llegado a la cuadra que ya ambos tenían muy bien presentes.

—Por favor, Hyun — puchereó Felix, halando de las manos al mayor, esperando que aceptara su propuesta —. No me gusta que estés lastimado, quiero cuidarte, por favor quédate.

—Llegando a casa le pediré a papá Cheol que me ayude con las heridas, no te preocupes, Lix.

El rubio volvió a lloriquear falsamente :—Hyunnie~

—¿Felix?

Tomando a ambos desprevenidos, la puerta principal se abrió de un sólo movimiento, dejando ver a una JooHyun bastante confundida.

—Mami — saludó el rubio con una sonrisa asomándose por el extenso de sus labios —. Oh, él es HyunJin. HyunJin, ella es JooHyun, mi madre.

Con sus manos liberadas, el castaño sólo se limitó a hacer una reverencia hacia la mujer mayor que se encontraba frente a él, con su rostro sin expresión y sus labios convertidos en una línea recta.

—Es un gusto, Señora Lee.

JooHyun sin esperar más, suavizó su rostro, al suponer de que aquel joven desconocido había empezado a temblar sólo por su dureza.

—El gusto es mío, HyunJin — sonrió con dulzura —. Gracias por traer a Felix, es muy atento de tu parte.

—No hay nada que agradecer, lo hago porque Felix me importa.

La mujer le miró sorprendida, pues aquel chico a pesar de sus ropas sucias y su piel dañada, parecía incluso más amable que el otro que se había parado a su casa horas atrás.

Frunció el ceño al no ver figura de aquel de cabellos morados, sin embargo no le tomó importancia, no hasta que hablara seriamente con su hijo.

—Uhm, mamá, quería saber sí HyunJin podía quedarse, ya es noche y no quiero que le suceda nada — habló el rubio, tomando por sorpresa a ambas personas restantes.

—Lixie, te dije que podía volver a mi casa, no te preocupes — susurró el ojiverde, intentando convencerlo.

—Y creo que yo te dejé en claro que no dejaría que vuelvas a tu casa a esta hora — contraatacó, tomando nuevamente al mayor de la mano, para evitar que se fuera o para transmitirle seguridad, todo por los nervios que lograba evaporar.

—Mi hijo tiene razón, ya es tarde para que vuelvas a tu casa, HyunJin, sería ideal que te quedes aquí — interrumpió JooHyun, a la par que se alejaba de la puerta para dejar pasar a ambos jóvenes —; y si crees que tu familia pueda tener un inconveniente con eso, yo misma podría hablar con tu familia, o sí se te hace más cómodo, DoWoon podría hacerlo.

—Yo mismo podría avisarle a mi padre, Señora Lee, creo que tiene la suficiente confianza en mí para que pueda entenderlo, pero muchas gracias de todas formas.

—Amor, escucho mucho alboroto, ¿Ya llegó Lix?

Un sonriente DoWoon apareció en la sala de estar, mientras limpiaba sus manos con una servilleta y demostraba su pasión por la cocina con su mandil completamente sucio.

—Tenemos un huésped por esta noche, amor — murmuró la mujer, caminando en dirección a su esposo.

—Soy Hwang HyunJin, mucho gusto, Señor Lee — igual que minutos atrás, mostró su educación con otra reverencia hacia el hombre mayor.

—Es quién siempre acompaña a Felix — comentó JooHyun, intentando retener las risas al ver el el rostro de confusión por parte de su pareja —. Es bueno, ¿No crees?, Sirve que tienes más personas que se deleiten con tu delicioso Japchae.

—¿Hiciste Japchae, papá? — el meloso tono de Felix hizo reaccionar por primera vez al hombre, que seguía tan distraído por la inesperada visita.

—Sí, campeón, sabía que te gustaría.

—¡Mi papá prepara el mejor Japchae del mundo, Hyun! — mencionó el rubio con la emoción derrochándose por todo su cuerpo —. Te va a encantar.

—Lix, acompaña a HyunJin a tu habitación para que avise que se queda, luego se lavan las manos para venir a cenar.

El ojiazul asintió a la par que tomaba a HyunJin de la mano.

—Ven, sígueme.

Ambos jóvenes pasaron por el lado de los mayores, yendo directamente a la habitación del dueño de la casa.

—A la otra, procura no estar tan sorprendido de que Felix traiga a otro amigo a parte de SeungMin y SeungYeon — susurró JooHyun, una vez estuviera en la cocina haciendo compañía a su esposo.

—Lo lamento — terminó por decir DoWoon —. Pero es que también, cuando Felix llegó con ese retrato suyo pintado al óleo, pensaba que jamás lo conoceríamos.

—Bueno, yo pensaba igual, pero aquí está, así que debemos hacerle ver qué tiene una segunda casa, ¿De acuerdo?

—De acuerdo.

JooHyun dejó un casto beso en la mejilla de su esposo.

—HyunJin conquistó el corazón de Felix, así que procura devolverle el favor pero con su estómago.

El hombre comenzó a reír:—¿Con su estómago?, ¿Acaso también lo hice contigo?

—Claro, me fue imposible no caer por tu espectacular personalidad, tu atractivo físico y tus fantásticas cualidades culinarias.

Ambos siguieron bromeando mientras servían la mesa, esperando pacientemente por los dos chicos que se habían ido hace pocos minutos.

—Creí por un momento que tu padre me mataría.

Felix volvió a reír :—Claro, porque mi padre es el ser más intimidante con esa pala de madera que lleva en la mano.

El castaño sólo atinó a rodar los ojos, simulando cansancio ante los chistes que el ojiazul no dejaba de decir acerca de su padre.

—A papá le encantas desde que le presumí el cuadro que hiciste sobre mí — mencionó, sentándose sobre el suave colchón que había en su recámara —. Cuando se lo enseñé, no dejó de halagar que eras un excelente pintor y que tenías mucho talento. Luego fue con mamá y le reclamó porque jamás ella le hizo un cuadro, a pesar de que ella dibujaba desde pequeña.

—¿Es en serio? — el ojiverde le miró sorprendido.

—Sip, un día le pediré que nos muestre sus dibujos, estoy seguro que te encantarán.

HyunJin asintió con pizcas de emoción en todo su cuerpo, completamente feliz.

—¡La cena está lista, chicos!

El ojiverde se levantó de su lugar con la intención de ir al comedor, siendo interrumpido por los pasos sigilosos de Felix.

—¿Lix?, Tu mamá ha llamado para ir a cenar, ¿Sucede algo?

El aludido asintió, tomando con suavidad la mano de HyunJin, esa que tanto adoraba tomar cada vez que salían.

—Me siento un poco mal.

El castaño llevó su mano libre hacia el rostro contrario, intentando encontrar alguna señal de su malestar.

—¿Qué tienes?, ¿Quieres que llame a tus padres? — cuestionó con los nervios en punta, pues no sabía muy bien qué hacer.

—No, Hyun — negó, intentando dejar de lado la sonrisa que quería salir a flote —. Pero desde que llegamos no me haz besado, ¿Te crees que ahora puedo vivir sin ti?

El mayor abrió los ojos en demasía, algo atónito por las palabras que acababa de escuchar, ¿Desde cuándo Felix era así de directo?, No lo sabía, pero lograba alterar todos sus sentidos con solo hablarle.

—Y-Yo no sabía eso.

—Dios, HyunJin — chasqueó la lengua, simulando estar enojado —. Sólo bésame, ¿Quieres?

Sin decir más, llevó sus brazos por detrás del cuello del más alto, ya teniendo ese lugar reservado para cada vez que su cuerpo fuera abrazado por HyunJin.

Con las manos contrarias puestas en sus caderas y sin perder más tiempo, pegó sus labios contra los del ojiverde, disfrutando en su máxima expresión, la esponjosidad y dulzura de estos mismos.

Sí HyunJin disfrutaba besarlo cuando menos lo esperaba, él haría lo mismo, más porque amaba sus movimientos torpes, su frente descubierta y sus mejillas sonrojadas a punto de explotar.

Entonces, fue que se confirmó a sí mismo las palabras que había pronunciado aquel día horas atrás.

Él sacrificaría una y mil veces su propio corazón, para jamás romper el de HyunJin.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top