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—Y así fue como el gran oso...

—Laisa espera —alzó su voz la joven reina mientras fruncía el ceño encontrándose frente al espejo.
Giró apenas su cabeza para observar a la criada sentada sobre el suelo mientras sostenía un libro entre sus manos el cual estaba leyendo para Gaemon quien de igual modo se encontraba gateando por la alfombra. — ¿Sabes leer en alto Valyrio?

—No majestad, lo siento.
La joven de cabellos azabache bajo su cabeza evitando el contacto visual, Valerys le esbozó una leve sonrisa que ella no pudo contemplar mientras se acercaba con pasos lentos.

—No te preocupes, termina con eso de inmediato —decreta y extiende una mano en su dirección —. No deseo que te sientas despreciada, pero quiero que Gaemon aprenda a hablar en alto valyrio antes de que cualquier otro idioma.

—Jamas me despreciaría, majestad —la mujer duda pero para no parecer descortés toma la mano de su reina para ponerse de pie mientras hacía una pequeña reverencia —entiendo que usted precise a los maestres más que a mi para esta tarea.

—No tienes que ser tan formal conmigo. Puedes llamarme Valerys cuando estamos a solas —aclara. —Soy la reina pero eso no me hace mas o menos importante que tu —esta vez cuando la castaña sonríe la joven criada logra devolverle la mueca sin mostrar los dientes.

—Que bonitas palabras majes... Valerys —se corrige —me siento halagada.

—Siempre deberías sentirte de ese modo —suspira la reina —. Yo no se que haría sin ti —admite.
Desde que se convirtió en reina la corona había puesto bajo su servicio a varias doncellas en espera lo cual era completamente innecesario para la castaña, por lo que mayormente Valerys solía darles el día libre a todas. No necesitaba de tanta atención, con una compañía de a ratos le bastaba. — ¿Me ayudas con esto? —señala su corset. La dama de compañía vuelve a sonreír.

—Estaría encantada —cuando la joven Laisa se acerca y sus manos rodean la anatomía de su reina se da el tupé de observar detenidamente la silueta.
A Laisa se le hacía completamente inverosímil el hecho de que Valerys contara sólo con diecisiete días del nombre, aunque desde que le había conocido siempre le había dado la sensación de ser mayor. Tal vez era por su forma de hablar o relacionarse.
Su hermana tenía diecisiete días del nombre y estaba muy lejos de lo que Valerys era. —Sera mejor que no lo ajuste tanto, su barriga se ve algo más curva. Podría estar encinta.

La joven reina abre los ojos de golpe mientras traga saliva, la respiración se le entrecorta por un momento y es incapaz de soltar demasiadas palabras.

— ¿Tu crees?

— ¿Hace cuánto no sangra?

—Mmm... yo... no estoy del todo segura —a Valerys le tiemble el pulso ante la idea.
Ciertamente ella aun no sangraba con regularidad por lo que la falta o no de esos días no era un buen indicador para determinar un embarazo. Y la hinchazón de su estómago podía deberse a indefinidas cosas, como por ejemplo el que Aegon llevaba comida a su habitación todas las noches desde que dormían juntos, era algo que ella no solía hacer.
Pero Aegon adoraba los pastelitos.

Sin embargo Valerys no podía descartar la idea y una de las razones era por que la noche de su boda no había sido la única vez en la que había compartido lecho con los hermanos Targaryen.
Habían tenido más de tres encuentros en esa misma semana, y no llevaba contados los que habían sucedido durante la última luna.
Y no, no había tomado el té.

Tal vez por un lado lo quería, lo anhelaba, era lo siguiente a casarse. Y amaba a Aegon y a Aemond lo suficiente como para engendrar niños con ellos, no podía engañar a nadie en ese sentido, su corazón daba brincos cuando les imaginaba sosteniendo a un bebé de ambos en sus brazos. Estaba segura de que sería una sensación tan emocionante como la que había experimentado cuando había visto a Aegon sostener a Gaemon por primera vez.
Sonreía inconsciente si se imaginaba a Aemond sosteniendo a un pequeño bebe entre sus brazos, mirándole como si fuese la cosa más bella de los siete reinos. Y era incapaz de reprimir una exclamación al pensar que Aegon le habría sostenido la mano durante todo el parto.

Pero a la misma ves era algo que le generaba tanto miedo. La parte de ella que todavía era una niña la hacía incapaz de imaginarse desplomada en una cama dando a luz a un ser que saldría de ella. O tener que incubarlo durante nueve meses.
Era una idea que le hacía sacudir la cabeza del disgusto, es decir, amaba a los niños, amaba y cuidaría a Gaemon como si fuese suyo. Pero la idea de gestar un bebé propio le generaba... una sensación de lo más extraña.

—Un maestre podría confirmarlo con la prueba del vino —sugirió la muchacha.

— ¿La prueba del vino? —preguntó la reina con curiosidad mientras pestañeaba varias veces sintiendo como Laisa ajustaba delicadamente el corset.
Valerys no había incursionado demasiado en ese tema debido a que su madre había muerto cuando ella era muy pequeña y su padre jamás se había sentado a tener aquella incomoda charla. Y bueno, Aegon no había sido la mejor referencia.

—Vierten un poco de vino en un recipiente con orina y si se enturbia es por qué esta grávida.

—Es un método interesante —opina con lentitud.

—De todos modos creo que lo está —certifica la criada —su cara se ha inflamado un poco al igual que sus tobillos, mi madre decía que ese era el primer síntoma.

Valerys sonríe sabiendo que ha elegido a la compañía perfecta ya que Laisa es una joven que parece nunca querer dejar de hablar.

—Interesante, ¿que mas te ha dicho tu madre?

Los ojos de la morocha se abren de par en par al oír aquella pregunta, Valerys sonríe a la par cuando su rostro se ilumina por completo.
—Bueno, cuando ella gestaba a mi hermana tenía mucha ansiedad por las cosas dulces.

— ¿Como los pastelitos?

—Exacto, como los pastelitos —comenta mientras baja la cabeza soltando una leve sonrisa. — ¿A usted le gustaría? Quiero decir, tener un niño o niña.

—Me agradan los niños, aunque nunca me imaginé con uno propio —expresa mientras frunce los labios.

—Con Gaemon está haciendo un trabajo increíble maj... lo siento —vuelve a corregirse. —No he visto a ninguna madre poner nunca tanta atención a un niño del modo en el que tu lo haces —explica a lo cual Valerys le escucha con interés. —Normalmente los bebés pasan más tiempo con las amas de cría que con sus madres. Asumo que será una increíble madre para su nuevo bebé del mismo modo en el que lo esta siendo con Gaemon.

Buenassss,
Se que fue un capi medio corto.

Pero espero que les haya gustado bebessss.
Gracias por todas las leídas amores, me encanta ver qué cada día somos más ☺️.
Y no se olviden de pasarse por mi TikTok (ItsRaughan) para mas contenido visual ❤️.

Los amoooo.

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