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—Aemond podrías decirme don... ¡por todos los dioses! —el chillido estridente de Alicent Hightower hace que los tres sujetos quienes dormitaban en los aposentos del príncipe tuerto abriera los ojos de golpe — ¿Que estaban pensando ustedes tres?

Era una imagen desastrosa, tanto para la mujer como para los tres sujetos sobre la cama quienes intentaban cubrirse con la sábana, Valerys estaba roja de vergüenza y sentía que ante cualquier tirón que diese alguno de los dos hombres quedaría expuesta ante la mujer. Si es que se podía estar más expuesta que eso.

—N-no, no es lo que parece, Madre...
Aegon se tomó el atrevimiento de comenzar a hablar, más estaba tan nervioso que las palabras salían en varias sílabas cortadas en vez de en una oración fluida.
Su madre lo había encontrado en reiteradas ocasiones vergonzosas, incluso cuando era más joven a menudo le excitaba jalarse la entrepierna en la ventana. Pero estaba seguro de que aquello iba demasiado lejos para los ojos de su madre.

— ¿Ah no? —gruñe la mujer y fija su vista en los tapices, aunque eso no ayuda en absoluto ya que los hilos entretejían la imagen de varias personas... juntas... fornicando. — ¿Y entonces que es?

Aemond carraspea indicándole a su hermano que él tomará la palabra a partir de ahora; lo que había dicho Aegon sonaba demasiado idiota como para dejar que él continuase hablando: —Puedes verle el lado positivo —. A Aemond la sabana solo le cubre de la cintura para abajo, se ha medio incorporado apoyando su espalda en los almohadones rellenos de pluma dejando su torso definido al descubierto. Tiene un par de rasguños a lo largo de esté confirmando lo que ha sucedido en la noche —ya no tienes que preocuparte por los niños rubios —su hermano suelta una carcajada ahogada al compás de Valerys quien está riendo por lo bajo, por el contrario la madre de los jóvenes parece estupefacta. Se contiene de gritar o hacer algo estupido como abofetearlos a los tres —Mi entrenamiento matutino comenzará en breve, agradecería la privacidad para poder vestirme.

—Nadie puede enterarse de esto —sentencia la mujer aún absteniendo de mirarles, a ellos o a los tapices que le resultan igual de obscenos.

—Y nadie lo hará madre, puedes estar tranquila de ello —tranquiliza el tuerto quien notablemente era el más calmado de la habitación, la castaña a su lado se preguntaba una y otra vez como era capaz de mantener de ese modo la compostura, ella ciertamente estaría actuando igual a Aegon si tuviese que responder.

—Esto acarreará graves consecuencias —sopesa mientras se lleva una mano a la frente. De pronto ha comenzado a dolerle la cabeza. —Espero que los tres sean concientes de ello —Alicent suspira. No tiene duda alguna de que no pasará demasiado tiempo hasta que el castillo se entere de sus aventuras, mas no se ve en posición de hacer algo para evitarlo.
Ella misma le había dicho a un pre adolescente Aemond que debía estar muy cerca de Valerys cuando se casara con Aegon. Era justo lo que el tuerto estaba haciendo.
Aunque jamás habría imaginado toda aquella situación que los involucraba a los tres —. Te veo en la sala de juntas, Aegon. Lo más pronto posible.

—Ahí estaré, madre —es lo único que el rubio puede contestar con coherencia aún con la punta de las sábanas entre sus dedos tirando de ella hasta tapar su pecho.

La mirada de los tres sigue a Alicent hasta la puerta, notablemente está disgustada ya que cierra con un portazo haciendo que la habitación quede en mero silencio después de aquello. Valerys los mira a ambos, Aegon parece conmocionado incluso más que ella, en cambio Aemond se lo ha tomado como algo relativamente normal o simplemente sabe ocultar muy bien lo que piensa.

—Eso fue...

—Demasiado vergonzoso —concordó Aegon terminando la frase de su esposa.

Para ese entonces Aemond ya ha salido de la cama y está vistiéndose en un rincón, ambos jóvenes le dan su espacio y se limitan a mirarse entre ellos para que el tuerto pudiese terminar de ponerse sus ropas tranquilo.

—Al parecer tengo el día libre; podría acompañarte a lo que quiera que sea esa reunión en la sala del consejo —sugiere la castaña mientras toma entre sus dedos la mano gruesa de su esposo, el apenas esboza una sonrisa leve mientras niega con la cabeza.

—Disfruta de tu día, apuesto lo que sea a qué solo serán sermones acerca de que me convertiré en rey en menos de una noche.

—Entrena conmigo —la voz de Aemond llamo la atención de ambos, cuando el girasol pispeo por el rabillo del ojo se dio cuenta de que ya llevaba los pantalones engomados puestos y solo le faltaba ajustar las cuerdas de su chaleco para estar listo —aun tienes mucho que aprender y si tienes el día libre no veo mejor momento que este.

—Suena mas entretenido que una tediosa reunión —afirma Aegon cuando sus ojos se encuentran con los de Valerys.

—Si, tal vez tengan razón —reconoce ella con un solo hilo de voz mientras juega con los dedos de Aegon entre sus palmas.

—Entonces te veo en el patio de entrenamiento en cuanto estés vestida —señala Aemond y clava su mirada en ellos —por el amor a los siete salgan de aquí con discreción.

—Cuenta con ello —asegura la castaña.

El rubio hace un leve gesto con la cabeza y como abre la puerta vuelve a cerrarla detrás suyo dejando a la pareja de recién casados completamente solos en un silencio emergente. Valerys se echa hacia atrás hasta que su espalda desnuda choca con la piel del pecho de Aegon donde se remueve apenas para acomodarse a su anatomía.

— ¿Te encuentras bien? Tal vez fuimos algo rudos anoche...

Valerys suelta una carcajada antes de contestar.
—Me encuentro perfectamente —admite. —Aunque algo confundida.

— ¿Quieres hablar de ello?

—Es... probablemente un tema que me haga ruborizar —admite mientras se lleva ambas manos a las mejillas como si pudiese evitar que eso suceda —. No se por donde comenzar, o debería preguntar ¿que fue eso? o ¿por que?

—Te lo dije, sería egoísta hacerte elegir entre ambos —le recuerda el rubio, las palabras de Aegon en la noche resonaron más fuerte en su cerebro. —Es lo que Aemond piensa también —reconoce —se que serías incapaz de no desearle, tal vez estando en estas circunstancias se te haría un poco más difícil el entregarte a él, pero lo habrías terminado haciendo de todos modos. Tienes mi consentimiento Val, se que le amas y probablemente sea del mismo modo en el que... me ames a mi —admite mientras la joven a su lado tomaba una gran bocanada de aire —. Lo entiendo, es un poco Targaryen, supongo que es como el amor que Aegon sentía por Rhaenys y Visenya —esclarece el rubio — no tiene por que estar mal, me gusta, me siento cómodo con ello. —Sus ojos celestes se clavan en los ojos color ambas de la joven. — ¿Hay algo que te incomode?

La Tyrell se queda callada por un momento, eso no sígnica que le haya disgustado sino que debía repasar las palabras que Aegon acababa de emplear.
Él tenía razón, era algo bastante Targaryen pero no quería decir en absoluto que era algo malo, y su ejemplo había sido el ideal: Aegon amaba a Visenya y a Rhaenys por igual, ella también podía amar a Aegon y a Aemond de ese modo sin que fuese algo descabellado a los ojos de los dioses.
—No... quiero decir, es algo extraño para mi. No soy una Targaryen por lo que los casamientos entre hermanos... no lo llevo muy normalizado —intenta explicarle —pero me has dejado sin palabras, no puedo negar que tus palabras son ciertas. Te amo y también le amo del mismo modo, puede que si, sea un poco Targaryen.

Aegon sonríe a la par de su esposa mientras envuelve su mano huesuda entre las suyas dejando reposar su cabeza sobre el hombro desnudo de la muchacha.

—Creo que esto podría funcionar para nosotros —reconoce pensando bien en la elección de palabras que hará para explicar a donde quiere llegar —quiero decir, Aemond y tu... saben sobrellevar un reino, son los soberanos perfectos. Y a mi me toca llevar la corona por simplemente respirar —traga saliva —.Creo que podría funcionar bien de ese modo.

BUENAS!
Ayyyy, eh aquí otro capítulito bonito.

¿Que les pareció?
Bueno, no se olviden de pasarse por TikTok donde subo edits y adelantos ❤️ también recuerden que tengo otra novela sobre Aegon y Aemond llamada El dragon de dos cabezas ☺️.

DIOS YA LLEGAMOS A 210K DE LEÍDAS ESTÁN LOCOSSSSSS, pero los amooooo!

Así que nada espero que tengan hermoso día y nos vemos mañana 🥰.

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