5
Valerys y Helaena se encontraban juntas en el jardín; mientras que la castaña permanecía sentada sobre un banco de piedra, la rubia sostenía en sus manos un ciempiés que no dejaba de querer escapársele, era el décimo que encontraba en aquella tarde desde que Valerys se encontraba con ella pero con cada uno de emocionaba como si fuese el primero.
Aunque al principio el pequeño girasol se había visto atraída por la idea de poner sus manos en la tierra había perdido el interés después de un rato, Helaena era tan silenciosa que a veces has olvidaba que estaba allí y a Valerys, que odiaba la soledad, le hacía sentir incómoda.
Los chillidos de las doncellas de Valerys en los oídos de Helaena fueron los que la ahuyentaron, aprovechando que la castaña se había visto distraída por sus amigas, a quienes no había podido ver en todo aquel día, la rubia huyó del jardín sin dejar rastro.
—Oímos lo que sucedió con el dragón —Chillo Lysara, de la casa Ashford, mientras tomaba su brazo y lo envolvía en el suyo.
—Pero sabíamos que no le tendrías miedo —Afirmó esta vez su segunda doncella, Camyla Meadows.
—Y asi fue —Declaró Valerys triunfal —No tuve ni un poco de miedo —Mira a sus amigas con una sonrisa orgullosa, podría decirse que estaba exagerando un poco.
— ¿Era grande? —Está vez quien abrió la boca fue Juline Osgrey, que con doce años era la menor de sus doncellas ya que todas eran mayores.
—Medía... —Valerys observa a su alrededor buscando una referencia —Como hasta la punta de esa torre —Las jovencitas exclaman en conjunto.
—Aegon es un tonto si piensa que puede burlarse así de ti —Asegura Lysara.
—De todos modos es lindo —Las niñas observan poco convencidas a Juline quien se sonroja por el comentario.
—Tonterías Juline —La mueca de Valerys muestra desagrado —Su nariz parece la de un tucán y siempre huele a heno —Sue amigas ríen —No le agrado, ni el a mi.
—Tal vez a Aegon no, pero veo que a alguien más si le agradas —Todas voltean a observar el sitio donde Camyla tiene sus ojos cuando dice aquello.
Jacaerys Velaryon, al verles, hace un leve gesto con la mano saludándoles mientras siente como su rostro se enrojece por completo.
Las niñas le devuelven el saludo y voltean riéndose entre ellas mientras susurran cosas entre sí.
—Se ha puesto como tomate —Comenta Lysara sin poder evitar reírse —Apuesto a que le gustas.
—No soy mi madre Lysara —Aclara Valerys —Yo no le gustó a los niños —Afirma con ambas cejas en alto —Y tampoco estoy interesada en gustarles.
Valerys se encoge de hombros, los muchachos no son algo relevante en su vida.
—Te lo dije Lysara, ni siquiera en la corte cambiaria de parecer —Esta vez quien abre la boca es Helenys Redwyn golpeando levemente a Lysara con su hombro.
—Niñas tontas —Declara el girasol con un suspiro agotado —Hay tantas cosas en poniente a las cuales ponerle atención, y ustedes solo se fijan en chicos —Niega con su cabeza y se detiene en el punto donde anteriormente estaba la hija del rey — ¿Donde esta Helaena?
— ¿Quien es Helaena?
Cuestiona Juline.
—No importa —Valerys pasa una mano por su frente exasperada —Ire a buscarle, nos vemos antes de la cena.
La castaña se abre paso entre las jóvenes y se apresura a entrar en la fortaleza roja preguntándose en qué momento se le ha podido escapar, Helaena es silenciosa, si, pero no es invisible.
Es una voz resonando en su espalda la que le saca de sus pensamientos y le hace detenerse.
— ¿Es verdad? —Pregunta, y cuando la castaña se voltea descubre que es Jacaerys Velaryon —Lo del dragón —Aclara.
—Depende de lo que te hayan contado.
—No mucho —El niño se rasca la nuca —Mamá dice que Aegon te envío sola a la fosa.
—Si es verdad —Admite ella.
—Eso es muy valiente —Jacaerys, que tiene su misma edad, da un par de pasos hasta estar a su lado —Creo que ninguna persona cuerda se habría atrevido —Suelta sin pensarlo, más luego de decirlo se da cuenta de qué tal vez ha ofendido a la niña —Quiero decir, no es que tu, bueno, no quise decir-.
—Comprendo —Valerys sonríe divertida —Gracias, lo tomare como un cumplido.
—La próxima vez que quieras visitar de verdad a un dragón podría presentarte a Vermax —Sugiere y no se atreve a mirar otra cosa que no sea el suelo —No es tan grande como Fuegosol pero tiene su encanto.
—Esa es una gran idea —La sonrisa de Valerys se ensancha y su tono de voz denota emoción —Será un placer conocer a Vermax.
El niño levanta su mirada con confianza y le devuelve el gesto.
—Por cierto soy Jacaerys.
—Se quien es, príncipe Velaryon —Él intenta ocultar su sorpresa, la niña es una de las pocas personas que se ha dirigido a él directamente como un príncipe, y un Velaryion.
—Puedes decirme Jace.
—Bien Jace —Asiente y extiende su brazo —Soy Valerys.
—También se quien es Lady Tyrell —Ambos rien mientras Jace estrecha la mano de Valerys — ¿Y como te llaman tus amigos?
—Las personas me llaman Valerys, solo Valerys.
— ¿Solo Valerys? —Pregunta con asombro —Que aburrido —Determina — ¿Qué tal Val? Suena bien ¿Verdad? —Cuestiona con atisbos de emoción —
O Erys —Propone con una mueca pensativa — ¿Cual te gusta más?
—No lo se —Ella se encoge de hombro —Se supone que eso tiene que elegirlo otra persona para que sea especial.
—Bueno Valerys, a partir de ahora te apodaremos Val.
Sentencia y ambos sueltan carcajadas en conjunto.
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