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No lo habían llevado consigo, como así tampoco le habían comentado nada a Aegon, o a nadie, Valerys reconoció que habría sido en vano, un escándalo para cualquiera que lo supiese, pero por sobre todo pensaba en el príncipe, en las reacciones que aquello causaría en su familia, un bastardo sería para ellos bastante más grave que el hecho de que Aegon se pasase todas las noches en las calles de seda bebiendo, era algo que quebrantaba su reputación. Y a Valerys le estremecía solo el hecho de recordar a Otto golpeándole, de volver el tiempo atrás y observar la forma en la que le miraba su propio padre, decepcionado, aquella tarde en el patio de entrenamientos, cuando Valerys le llamo bufón, el rey no había dudado un segundo en que Aegon era el culpable.
Pero era verdad que ella le había provocado primero y sin embargo solo él asumió las consecuencias.
Nada evita que la castaña regrese al lecho de pulgas al anochecer, más iba sola, con una sonrisa radiante ya que no le dolían los pies a causa de los zapatos.
Sintió pena al ver al niño en el mismo lugar en el que le habían visitado aquella mañana, incluso se sintió más afligida cuando la multitud no notó que ella se lo estaba llevando. Aunque lo devolvería, si es que podía.
Solo le daría una vuelta, o bueno, varias, había ido equipada con bastantes monedas de oro con las que le compraría golosinas, estaba decidía también a llevarle para que oyese la música de los callejones e incluso podría llegar a oír alguno de sus cuentos.
Comenzó por aquello, mientras caminaban iba narrándole la historia de como un niño de pelo blanco junto a una joven a la que apodaban girasol, una noche habían escapado de un castillo para domar un dragon, con cada palabra la castaña sentía lo inverosímil que aquello podía sonar, más el corazón le revoloteaba en el pecho pensando en que esa era su propia historia.
La mente de la joven siguió divagando mientras hacía reír al pequeño sin nombre, se hizo con la idea de qué tal vez algún día él también pudiese tener un dragón propio, deseo con todas sus fuerzas que así fuera, por qué eso significaría que las cosas estaban yendo bien para él.
Entonces sus ojos se abrieron de par en par y miraron al niño con un brillo sin igual, no era un secreto que se hubiesen llevado bien desde un principio, cuidarle no era como atender a los hijos de Rhaenyra, con este niño todo se hacía más divertido; como si con cada palabra podría alivianar un poco más su existencia.
A Valerys se le encogió el corazón y le besó en la cabeza mientras le estrujaba contra ella, se negaba a creer que aquel niño podría incluso terminar más abandonado que su propio padre, tenía que pensar en algo, no le iba a dejar solo. Por lo tanto empezó con algo que haría un gran cambio en su vida, le llamó por un nombre, Gaemon, el pequeño y dulce Gaemon.
Apretó los labios contra su cabello pensando en eso, el pequeño sostenía un pastelito dulce que Valerys había comprado para él, ella se negaba a dejarle en el suelo o en algún otro lado, le quería entre sus brazos.
Más iba tan sumida en esa idea que no noto el hecho de que había golpeado a alguien con su cuerpo hasta que el acompañante de aquella persona le tomó por el brazo, entonces le vio.
Aunque no llevase el parche en la cara era fácil saber quien era aunque le mirase de forma fugaz, pero Valerys estaba cara a cara con el inconfundible Aemond Targaryen que le tenia tomada por el brazo, y a su lado iba la reconocida Alys Ríos, a quien tenía el placer de ver por tercera vez, si es que contaba verle aplastada contra una mesa gimoteando.
—Oh... Lo siento —El ver a Aemond le dejó desconcertada, quiso cubrir a Gaemon con su mano pero era evidente que seguía allí después de todo y fue uno de los primeros lugares en donde el rubio puso sus ojos.
— ¿Que demonios crees qué haces?
—Solo... Paseaba —Pronuncia lentamente posando los ojos en uno y luego en el otro para zafarse de Aemond con un solo tirón —Igual... Que... Tu... —Suelta las palabras con cautela, si hubiese sido posible se habría quedado muda, en parte por la mirada intensa de Alys le intimidaba, no estaba fulminandola con la mirada ni nada por el estilo, pero se notaba a leguas que era una mujer un tanto, por no decir bastante años, mayor y se lo demostraba a la castaña con cada pequeñísimo gesto. Normalmente no solía recordar su edad, pero en aquel momento su mente no dejaba de gritarle que era una niñita.
Valerys endereza la espalda y toma una bocanada de aire para esbozar una sonrisa —Siento haberte golpeado, a veces voy muy distraída —Confiesa hacia la mujer —Simplemente eres... Preciosa —Reconoce, y en cierto punto no mentía, era difícil sacar la mirada del escote que llevaba puesto, aunque eso también podía deberse a su busto voluptuoso —Aemond tiene un gran gusto.
—Eres una niña muy dulce —La mujer sonríe, y es de esas sonrisas que solo pueden esbozarlas las mujeres intrigantes y misteriosas.
—Que tengan una bonita noche.
Ella traga saliva y les sonríe a cada quien con sorna, apretuja a Gaemon sobre si y esta vez empuja con fuerza el hombro de Aemond al pasar por su lado.
Da pasos rápidos hasta perderse tras una curva, esta vez va abriendo bien sus ojos, no quiere cruzarse con nadie más, lo único que le faltaba era encontrarse de frente con Aegon y rogaba a los dioses por que no fuese de ese modo, principalmente por qué no sabría como explicar todo aquello.
Entretanto Aemond se queda estático, su cabeza piensa una y otra vez en lo que acaba de suceder, se repite a si mismo que podría haber sido peor y que debe continuar caminando, pero no lo hace.
Sus pies giran en dirección contraria a Alys y no dice absolutamente mas nada, solo es capaz de alejarse con grandes zancadas, casi que está corriendo en dirección por donde vio desaparecer a la castaña.
Su corazón está nervioso, no sabe bien por qué, no esperaba encontrarle allí pero debió hacerse la idea de que Valerys no dejaría solo al niño. Comenzaba a dudar de cuán buena idea había sido involucrarla con él. Le ve doblar en una de las calles angostas que desemboca en una de las bajadas principales, Aemond retrocede varios pasos y toma un atajo que termina cortándole El Paso.
—Insisto, no desperdicies tu noche dando explicaciones tontas que no quiero oír —Pronuncia temblorosa en un intento por ocultar al Niño entre su ropaje —No tienes que explicarme nada.
—Tengo que.
—No quiero oírlo —Su mirada se clava en él, pero no es la mirada que le recuerda a un girasol, es una mirada fría, es la mirada que le hace pensar en una rosa llenísima de espinas —De verdad, no puedo juzgarte.
—Lo se —Los pasos de Aemond resuenan mientras se acerca —Se que Segon y tu... —El rubio se muerde el labio y su cabeza gira en otra dirección, siquiera se atreve a decirlo —No soy idiota, fui a buscarte en la mañana —Murmura —Y les vi, supe lo que había sucedido en cuanto entre, no hacía falta el verles desnudos para deducir que no había sido un remolino lo que había prácticamente destrozado tu cama —Él inhala profundo, el presenciar aquello le había hecho sentir enfermo, casi como si quisiera vomitar, pero en el fondo lo sabía, y también sabía que ella estaba en todo su favor, lo único que le molestaba era que... No hubiese sido con él, después de todo Aemond era quien le había rogado a su madre por su mano, él era quien le había enseñado a leer, quien le había defendido. Y esperaba ser la persona que le demostrara lo bien que se puede sentir el amor.
Traga saliva, no puede seguir pensando en eso sin que su corazón se destroce —Pero es mejor de ese modo por qué... —Las palabras se desbordan de sus labios, cuando se da cuenta de lo que ha dicho se obliga a callarse, pero es muy tarde.
— ¿Por qué, que? —Ella frunce el ceño, él desvía la mirada —Aemond...
—Por que vas a casarte con el.
Suelta, y es como si a ambos les hubiesen mojado con agua fría en ese mismo instante.
—No... Yo estoy prometida a Ja...
—No Valerys —Su mirada del clava en ella haciéndola temblar, era de esas miradas que te decían que algo no iban bien —No entiendes —Él toma su rostro con ambas manos obligándoles a romper con la lejanía, Gaemon aún está entremedio tironeando de la trenza de la joven —Tu... Y Altojardin fueron vendidos a la corona, no a una persona —Confiesa —Al obtener ambas propuesta, la de mi madre y la de Rhaenyra, tu padre firmó que la casa lealtad de la casa Tyrell estaría con la persona que se sentase en el trono de hierro —Sus manos aún están puestas en el rostro pálido de Valerys quien esta segura de que si él le suelta caerá al suelo de un golpe —Por ese entonces se creía que Jacaerys sería el rey algún día pero...
—Pero...
Es lo único que puede pronunciar, el corazón golpetea fuertemente sobre su pecho, está segura de que si Aemond bo habla pronto le romperá los huesos del tórax y saltará de su cuerpo.
—Cuando mi padre muera coronaran a Aegon en lugar de Rhaenyra —Los ojos de Valerys se abren como platos ante esa confesión —Y te verás obligada a casarte con el.
— ¿Q-que?
—Es algo que pensé que debías saber.
BUEN DIIIIIIA, como están mis amores?
Bueno, las cosas se dan vueltas como una tortilla 🫣, interesante lo que desembucho el tuerto.
No se olviden de que subo TikToks de la novelaaaaa IMPORTANTE CAMBIE EL NOMBRE DEL USER, ahora me encuentran como ItsRaughan ☺️.
Y TAMBIÉN NO SE OLVIDEN DE QUE ACTUALIZO EL DRSGON DE DOS CABEZAS TODOS LOS DÍAS.
Así que nada, GRACIAS POR LAS LEÍDAS DIOOOOOS, son lo más 😍.
Y tengan lindo día mis bebés ❤️.
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