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⚠️ LEER CON PRECAUCIÓN, CONTIENE ESCENAS SUBIDAS DE TONO ⚠️
Aquel paseo por los cielos de poniente tuvo que acabar cuando una tormenta se desató sobre ellos, la vieja Vhagar se vio envuelta en rayos y lluvia por lo que Aemond tuvo que volver a tomar el control de la bestia para volver a Rocadragon donde ambos llegarían empapados de pies a cabeza.
Pese a que Valerys se había acostumbrado a la altura y al viento, la lluvia y el no ver nada eran algo aterradores en medio de la noche, más se sintió segura cuando el rubio le acurrucó bajo su pecho queriendo evitar que se moje mientras descendía, aunque eso no sirvió más que para encontrar algo de calidez ya que de igual modo terminó empapada a causa de las gotas que corrían en todas la direcciones posibles.
—Deberemos de buscar asilo en una posada esta noche milady —Advierte él una vez que vuelve a aparecerse tras haber encadenado a Vhagar en una de las fosas —El clima no dejará que regresemos al castillo con facilidad.
—No es molestia alguna —Ella le observa acercarse mientras escurre el agua que chorrea de su cabello.
—Siento que te hayas mojado.
—No fue tu culpa de todos modos, no podrías haber previsto una tormenta.
Ambos se pusieron en marcha para montar al caballo de Valerys rumbo a las calles de seda, la castaña decide no preguntar sobre ello cuando el rubio toma las riendas con un destino en concreto, él tiene muy en claro hacia donde se dirige lo cual no genera una muy buena sensación en el estómago de su acompañante quien no sabe señalar con exactitud cuál de los dos hermanos conoce mejor el lecho de pulgas.
Cuando llegan Valerys se da cuenta de que aquello es una taberna, hay mujeres bailando y hombres bebiendo pero nada parece salirse demasiado de control a la vista.
—Bonita compañía trae esta noche, príncipe —Una mujer de contextura robusta observa a Valerys de arriba a abajo antes de sonreírle directamente a Aemond quien le proporciona una mueca, se podría decir amigable.
— ¿Si, verdad? —Responde él ojeando ligeramente a la géstala quien está a varios metros de ellos entretenida con varias botellas que cuelgan del techo con velas encendidas en su interior.
—Alys no deja de preguntar por ti.
El rubio siente los músculos de su rostro mientras la respiración se le entrecorta a causa de los nervios.
— ¿Está ella aquí?
—Rondaba por El lecho de las brujas hace no más de media hora, pero no, no ha venido aquí —Anuncia la mujer, El lecho de las brujas era otra de las posadas que rondaban cerca de allí.
El rubio retuvo bastante aire en el interior de sus pulmones mientras observaba de reojo a Valerys.
— ¿Quien es esta niña? —Le preguntó la mujer a su cliente mientras este deslizaba un par de monedas por encima de la madera en su dirección — ¿Una princesa?
—Ella... —Aemond pensó sus palabras con cautela antes de contestar —Ella pronto sera mi esposa.
Dejo a la posadera con una sonricilla traviesa en la boca mientras que él se acercaba a la castaña y mientras le decía varias cosas en su oído con su mano apoyada en la espalda de la joven la guiaba hasta una de las puertas que había en el lugar, particularmente aquel camino conducía a un pasillo con un sin fin de entradas de madera a los lados, ellos avanzan hasta la última entrada.
Es una habitación no muy amplia y bastante rústica con pocos objetos en su interior, una cama, una silla y una pesa pequeña, nada más.
— ¿Te importa? —Preguntó el rubio mientras desajustaba los cordones de su chaleco mojado —Las ropas empapadas no me simpatizan.
—En absoluto —Valerys no dejaba de obsérvalo todo con suma curiosidad mientras se deshacía de su chaqueta. Al sentir una tela cayendo sobre sus hombros se dio cuenta de que era la camisa de Aemond la cual estaba medianamente seca, al observarle comprobó que solo llevaba puestos sus pantalones encuerados.
Incluso a la luz de las velas, podía ver lo ceñidos que eran sus pantalones, como abrazaban su cuerpo. Dejaban muy poco a la imaginacion.
Y ella que tenía una imaginación desbordante...
Su boca se entreabrió de sorpresa al verle de ese modo, su cuerpo... Era simplemente de otro mundo, aunque tenía una complexión delgada sus músculos estaban bien definidos a causa del entrenamiento físico, tenía los brazos apenas inflados y su pecho era blanco como la leche. Le gustaba que no fuese un hombre fornido.
Le atraía que Aemond fuese delgado y alto, con piernas largas como las de un flamenco —Gracias —Ella parpadea un par de veces mientras proyecta su mirada en otro lado, aunque el tuerto no era tonto y se había percatado de que ella había estado... Admirandole durante segundos —Y gracias por el paseo —Valerys se deja caer en la cama —Fue una noche increíble.
—No tenía dudas de que te gustaría —Tras soltar aquello ambos permanecen en silencio mientras que el rubio termina de sacarse las botas llenas de barro — ¿Vas a regresar a Altojardin?
—No... —Responde con seguridad —No aún —Ella mueve sus pies entretenidamente —No he considerado ninguna de mis opciones.
—He de admitir que ambas son tentadoras —Admite Aemond dejando sus ropas mojadas colgadas en un perchero —Tienes a dos mujeres fuertes e inteligentes que quieren instruirte —Considera —Cualquiera en tu lugar debería pensarlo varias veces.
Él se deja caer a su lado mientras que Valerys se abraza las rodillas con los brazos, Aemond no puede evitar tragar saliva al ver sus piernas desnudas, la camisa apenas le cubre los muslos.
Aunque Valerys es una muchacha casi tan delgada como él, es atractiva, su cuerpo está lejos de ser voluptuoso, sus piernas carecen de volumen y la curva de sus pechos apenas es notable pero Aemond bien puede catalogarle como una adolescence muy esbelta.
—Desearía que mis opciones no fuesen tan variadas —Admite mientras reposa la cabeza sobre sus rodillas —A veces no me siento capaz de decidir por mi misma.
—Sin embargo, cuando lo haces, obtienes muy buenos resultados —Comenta mientras se remueve en su lugar.
—Eso creo...
Ella apenas gira el cuello para encontrarse con su ojo azul celeste que reluce bajo la luz de la vela como si su vista estuviese puesta en el océano, Aemond era un muchacho muy particular, tenía el rostro anguloso y cuando sonreía apenas se formaba un pequeño hoyuelo por debajo de sus mejillas, era la clase de gesto que seguro había rendido a muchas otras mujeres a sus pies.
Dudaba que alguna se arrepintiera de ella, ella desde luego que no lo hacía.
Ambos se observan respigando conjuntamente, no hay gestos ni movimientos, siquiera sonidos, solo miradas.
Valerys se toma el atrevimiento de deslizar su mano por el rostro del rubio para deslizar el parche que Aemond llevaba sobre su ojo falto, encontró en su lugar el tan reconocido zafiro azul que relucía igual que su ojo sano, igual también que el que ella llevaba en el pecho esa noche.
La piel de Aemond no era similar a la de Aegon que era suave como una gelatina, el tuerto tenía su tez dura y caliente, extremadamente caliente.
La joven desliza sus dedos por su cuello mientras que él no puede evitar soltar un suspiro ante el disfrute de su tacto, cuando sus ojos se abren de nuevo la mirada de Aemond es penetrante, tanto, que da miedo, pero resulta fría y seductora, algo que erizaría la piel a cualquier persona.
El rubio se inclina hacia los labios de Valerys pero no los besa, en su lugar desvía el trayecto de su cabeza hasta su cuello donde deposita un suave beso sobre la parte más sensible de este.
Aemond siente satisfacción cuando la joven se estremece bajo su tacto, con una mano en su hombro le obliga a recostarse en el cama mientras que con la otra recorre una de su piernas observándole directo a los ojos; las mejillas de la joven se van tiñendo de rosa a medida que el rubio presiona sus dedos contra su piel desnuda, él va trazando círculos con el índice por encima de su rodilla y va escalando lentamente.
Entonces es cuando se acerca para besarle con suavidad.
Aemond tira de uno de los hombros de su camisa dejando aquella zona al descubierto para repartir besos por sus omóplatos mientras que su mano se posa por encima de su sexo comenzando a rozarle ligeramente, aquello hace que Valerys se retuerza de placer apretujando las sábanas con sus manos bajo su mirada candente, quiere más, necesita más.
Aemond le observaba de forma dominante, una mirada que le haría poner de rodillas sin siquiera tener que pedírselo.
Aemond llevó su mano, la que rozaba levemente por encima de su ropa interior y acarició la piel desnuda de su abdomen sintiendo como la piel de Valerys se erizaba, aquello le hacía sentir un inconfundible placer, el sentir que el podía generar esa clase de sensaciones con solo tocarle... Que podía ser suya.
Luego de varios minutos, y muchos besos mojados, la joven empuja a Aemond sobre la cama para volver q sentarse sin quitar su mirada del joven.
Mientras él se muerde el labio lleva una mano hacia la feminidad de la chica, con la otra desabrocha los botones de su pantalón.
—Abre la boca —Ordena observándole directamente a los ojos.
—Lo que usted pida... mi príncipe.
Valerys se relame los labios con una sonrisita traviesa y observa como Aemond deja su ereccion a la vista.
Los ojos de la joven se ensanchan mientras que el rubio suelta una carcajada sonora echando su cabeza hacia atrás para tomar aire, Valerys nunca había visto uno antes más que en los libros, no se imaginaba que... Pudiesen alcanzar ese tamaño.
—Chúpalo —Establece con la voz ronca mientras comienza a trazar círculos por encima de su sexo haciéndole soltar un gemido al aire.
Valerys se introduce el miembro duro del príncipe en la boca y comienza a bajar con lentitud trazando movimientos enérgicos mientras que el sin piedad masturbaba a la castaña haciéndole llegar al clímax, sorprendentemente, con unos pocos movimientos.
Dejo toda esta bomba por aquí y me retiro lentamente.
Bueno vente no se olviden de pasar por tiktokkkk, mañana voy a subir uno que uuuuf, encima estoy aprendiendo a editar con After Effects así que calidad linda paustedes.
Por otro lado no se olviden de que actualizo también todos los días El dragon de sos cabezas que es mi novela sobre Aegon y Aemond que 🔥🥵.
Yyyyy nada eso, los amo mucho y que lo hayan disfrutado ❤️.
Pd. Todavía no tengo ninguno de los capítulos de mañana escritos, solo guionados, me tengo que poner a escribir como perra.
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