38
La joven Valerys se encontraba en ese instante meciendo a Viserys, el hijo de Rhaenyra, en sus aposentos gozando de la dulce compañía de la mujer quien sostenía a su otro retoño, Aegon.
Pero la rubia poco deja de notar que el girasol se encuentra extrañamente callado, y no solía ser una joven de pocas palabras, Valerys siempre tenía algo que acotar, más aún si se encontraba en presencia de sus hijos.
La mano de la princesa heredera en su hombro le hace sobresaltarse apenas.
— ¿Desearías haber ido con ellos? —Pregunta refiriéndose a la despedida que había tenido aquella tarde, Rhaenyra podía entender que Valerys se sintiese afligida por eso, en lo medianamente que le conocía sabía que para la joven era costoso estar lejos de su familia.
—No es eso —Admite ella mientras peina el cabello corto del Niño en sus brazos —Me he acostumbrado a estar lejos de casa.
— ¿Quieres hablar de ello?
La rubia toma asiento a su lado en el diván.
—Es que es... Algo delicado —Admite, aunque no es algo delicado, es algo que no está segura de poder decir en voz alta.
— ¿Es por... Jace y Aemond?
Los ojos de Valerys se abren de par en par ante la mirada expectante de la rubia, no hizo falta decir que Rhaenyra había dado un poco en la tecla de su problema.
—En parte —Su voz se afina.
—Yo a tu edad tenía muchos pretendientes —Explica la mujer con suavidad mientras acaricia la cabeza de Viserys —Pero ninguno me interesaba realmente —Ladea su cabeza —De hecho solo me casé con Leanor por el deber —Confiesa sorprendido, de cierto modo, a su acompañante quien oía las palabras con atención —Y aunque yo le ame... De cierto modo, no le amaba de ESA forma —Enfatiza, a veces llegaba a asustarle un poco el sentir que precisamente estaba conversando con Luke —Ni el tampoco a mi —Suspira —Por lo que... Llegamos a un arreglo —Rhaenyra cruza los dedos por que Valerys haya entendido su referencia —Lo que quiero decir es —Sus ojos se entrecruzan —El estigma de doncella tiene la vara muy alta —Juzga —Muy pocas mujeres llegan castas a su matrimonio —Menciona con una ceja alzada —Y realmente no importa con quien te acuestes si tu matrimonio termina siendo un éxito.
Valerys alza ambas cejas, no sabe muy bien qué decir ante aquello que le ha tomado ciertamente por sorpresa, en otras ocasiones ha tenido oportunidad de hablar con la princesa, pero jamás de ese modo.
Aquello que Rhaenyra estaba diciéndole era algo privado, algo que iba más allá del deber, la rubia hablaba con el corazón como si se tratase de su propia hija.
—Yo aún... Bueno... Soy una doncella.
—Lo se —Admite con media sonrisa ante su inocencia mientras aprieta suavemente su mano —Pero no lo serás por mucho tiempo más —Sus cejas vuelven a arquearse —El matrimonio es un deber... Pero eso no evita que hagamos lo que queramos y con quien queramos —Imita las palabras que alguna vez oyó de la boca de su actual tío y esposo —Y es entendible que prefieras al hombre... Antes que al niño —Se inclina hacia ella ligeramente captando su mirada.
—Gracias... Aunque yo...
—No tienes por que decir nada —Asegura la mujer mientras se pone de pie —Por que no tomas un baño —Soltó a modo de pregunta —Pronto será la hora de cenar.
—Eso voy a hacer ahora mismo —La joven imita el movimiento de Rhaenyra y deja al pequeño Viserys sobre la cama con delicadeza —Con permiso.
La mujer asiente con un movimiento de cabeza y Valerys desaparece lo más rápido que sus piernas le permiten, mientras recorre los pasillos va pensando en la charla que ha tenido con Rhaneyra, no sabe concretar realmente si le ha ayudado o no, debería consultarlo con la almohada más tarde.
Las criadas preparan la tina con agua tibia, ella no es una Targaryen y no soporta las altas temperaturas; permanece en el agua sentada, con las rodillas magulladas pegadas al pecho, hasta que se le puso la carne de gallina y el agua empezó enfriarse. Entonces paso una túnica por encima de su cuerpo mojado mientras caminaba hasta su espejo.
Fue en ese momento en el que la puerta se abrió de par en par sin siquiera ser golpeada antes, más así como se abrió volvió a cerrarse de golpe.
—Creo que debería haber tocado.
— ¿Aegon? —Exclama con el ceño fruncido.
— ¿Ves a alguien más? —El rubio se acerca, a Valerys le divierte que jamás abandone aquel tono burlón y arrogante —O tal vez esperabas a...
Las palabras de Aegon fueron acalladas por los labios de la joven incrustándose en los suyos con ferocidad.
—Me asustaste —Reconoce —Solo... Toca la próxima vez —Advierte mientras le acaricia los mechones que caen desordenado sobre su rostro.
—Por supuesto, milady.
Aegon se inclina levemente con una sonrisa lobuna y sopla de forma suave el rostro de la castaña antes de deslizar su mano sobre sus mejillas y acercar sus rostros hasta besarse.
El beso se intensifica, se vuelve feroz, sus lenguas danzan como si se tratara de las llamas de una fogata, Aegon no puede evitar recorrer la espalda de la joven con sus manos, solo una fina tela le separan del tacto con su piel y eso está aireándolo.
En un acto desenfrenado la toma por la cintura haciendo que sus piernas le envuelvan el cuerpo mientras no dejan de besarse con deseo, los labios de Aegon son muy difíciles de resistir, como si tuviesen alguna especie de sustancia embriagadora.
Fueron los golpeteos de la puerta lo que los hizo separarse con rapidez, mientras que el rubio se lanzó sobre la cama, la joven castaña intentó cubrirse el cuerpo con una capa para abrir la puerta...
Y encontrarse de frente con Aemond Targaryen.
— ¿Tienes un momento? —Pregunta él con el ceño fruncido, Valerys esta apenas asomada por una pequeña rendija.
—No... —Ella alza una ceja sin saber que más responder, su pecho sube y baja agitado, tiene el cabello mojado demás revuelto y sus mejillas están sonrosadas, Aemond no puede evitar que todo aquello en conjunto no le dé una mala impresión.
Entretanto Aegon intenta contener las risas.
— ¿Te encuentras bien?
Las fosas nasales de Aemond se ensanchan al respirar.
—Perfectamente —Ella alza ambas cejas —Pero ahora mismo no me sobras ningún momento —Parece que se ha tragado un payaso, Aegon tiene que morderse con fiereza la lengua para no soltar una carcajada.
Aemond retuvo las ganas de pegarle un puntapié que le hiciese volver a la realidad.
Él quedó callado unos momentos y entonces su ojoazul hielo se cerró. Quizás estuviese, en su cabeza, cantando alguna que otra canción para tener paciencia, algo que sabía que había hecho muchas veces antes— ¿Que estás ocultando Valerys?
— ¿Que podría estar ocultado Aemond? Tu dime —Él niega lentamente con la cabeza, tal vez no quiere averiguarlo realmente.
— ¿Puedo verte después de la cena?
—Claro.
—En Pozodragon —Aclara.
—Después de la cena, en pozo dragón —Repite —Ahí nos veremos entonces —Ella proporciona una sonrisa falsa e intenta cerrar la puerta pero es su mano sobre ella la que la detiene.
—Val...
— ¿Si?
—No olvides la capa
—La capa, lo tengo —Vuelve a sonreír con aquella mueca que al rubio se le hace tan inquietante — ¿Se te ofrece algo más? —Él niega con la cabeza —Nos vemos luego Aemond.
Valerys cierra la puerta de un portazo y no espera a observar a Aegon que ambos estallan en carcajadas sonoras.
Buen diiiiia,
Me reí mucho con esto, amamos a Rhaneyra no inocente y a Valerys molestando a Aemond que esta a nada de perder el único gramo de paciencia que le queda JAJSJSJAJJS.
Wiiiiino, no se olviden de que también actualizo El dragon de sos cabezas todos los diiiiias.
Asi que nada, GRACIAS POR TODAS LAS LEÍDAS Y SE PARTE DE MI VIDA, demás está decir que los amo.
Y que nos vemos esta noche, les deseo que tenga un hermoso diiiia ☺️.
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