Para el banquete que se celebraba en la noche Valerys llevaba un vestido lila que era bastante más sencillo que el que había utilizado en la ceremonia nupcial, en cambio, llevaba su cabello mayormente suelto pero ornamentado con dos cuernos recogidos con los mechones de su mismo pelo (*Ref. En nota de autor), nadie podía negar que aquel peinado le daba una apariencia extravagante, mucho eran incapaces de apartar la vista de su rostro.

Ella había ingerido la suficiente comida como para llenar en su totalidad el estómago puesto que en la mañana comenzaban los torneos de los cuales tenía el placer de participar (Solo en los deportes que se desenvolvían con caballos sin utilizar fuerza bruta), para eso necesitaba reponer energía.
Por lo cual también se había excusado del festín para poder dormirse temprano, más después de dar varias vueltas en la cama se resignó a que no lo conseguiría tan fácil. Cuando salió de sus aposentos se encontró con que las personas aún seguían de jerga puesto que la música aún no dejaba de resonar en los pasillos y los sirvientes aún iban y venían cargados con abundante comida.

Aún con su peinado ornamentado intacto posó una capa sobre sus hombros más no se atrevió a acomodar la tela sobre su cabeza por miedo a desarmar su tocado, ella se escabulló por los pasillos hasta llegar a la habitación del príncipe tuerto. Aunque tocó varias veces nadie respondió, un guardia juramentado le advirtió que Aemond no había sucumbido a sus aposentos aún por lo que Valerys dedujo que se encontraría aún disfrutando del banquete.
Tal fue su sorpresa cuando una criada le confirmó que ninguno de los hijos del rey se encontraba en el gran salón que por un momento se sintió abrumada.

Más no dejaría que su frustración le ganase, ella misma saldría a cambiar por las calles de seda sola.

Recorriendo el camino que Aemond le había enseñado la primera vez logró escapar al lecho de pulgas.
Conociendo ya el camino, su agobio se terminó cuando los niños que había conocido junto al rubio le invitaron a bailar con ellos otra vez, la joven se despojó de sus zapatos y comenzó a divertirse junto a los pequeños saltando de piedra hasta que divisó una cabellera rubia entre las personas.

Con una sonrisa triunfal decidió seguir a Aegon solo por el placer de molestarle un poco más, pero le dejo de ver entre la multitud cuando el joven príncipe se esfumó tras entrar en un recoveco.
Valerys, sin perder el rastro del todo, se abrió paso rápidamente para meterse por la misma puesta en donde el había ingresado. Para su sorpresa, y sintiéndose como una niña, había terminado en una casa de placer tal y como había sucedido la primera vez que se había atrevido a espiar a los hermanos Targaryen.

Aunque a diferencia de antes ya no sentía miedo ni asco, nunca había visto el sexo de cerca por lo cual olvidando a Aegon comenzó a avanzar observando curiosamente los cuerpos desnudos a su alrededor.
Sentía una especie de extasié al observar aquello... Y también deseo, se mordió el labio con furia cuando comenzó a sentir que su respiración se aceleraba.

Continuo avanzando con cautela sorprendida de que a ninguna de aquellas personas le importara realmente si ella se encontraba allí o no.

Y como quien no quiere la cosa volvió a sentirse como un girasol pequeño y de tallo frágil cuando posó sus ojos en ni más ni menos que Aemond Targaryen a través de uno de los huecos que había en una pared rota, esta vez el no le veía pero ella si, el rubio estaba de pie mientras fornicaba con la misma mujer con la que había estado hablando durante el festín del mediodía.

A la joven castaña se le revuelve el estómago y da varios pasos hacia atrás hasta chocarse con una pared más no puede evitar sacar sus ojos de los cuerpos en movimiento, no sabe bien por qué pero un nudo se ata en su garganta dejándole sin aire, sus labios tiemblan y siente que la fuerza de su piernas la abandonan.
Se desliza por la pared hasta sentarse en el suelo intentando reponer el aire que faltaba en sus pulmones mientras se mira las manos y juega con ellas intentando olvidar que Aemond Targaryen se encuentra fornicando con una mujer desconocida para ella detrás de la pared que tiene a su frente.

Sus lágrimas caen sin que lo pueda evitar cuando una mano se posa frente a sus ojos, cuando levanta la mirada se encuentra con Aegon Targaryen.

—No estoy de humor para las burlas —Ella se pone de pie sin si ayuda y le pasa por al lado dispuesta a salir de allí, más un agarre en su brazo le hace retroceder.

—No me iba a burlar —La voz de Aegon suena grave, sensual, rasposa — ¿Que esperabas encontrar?

—No planeaba venir aquí —Frunce los labios —Esto es un completo error.

—Alys Ríos es su amante desde hace varios años —Comenta el joven sin tacto alguno.

—Me importa una mierda Aemond y su amante —Valerys alza la voz mientras aprieta sus puños, está vez golpea el hombro de Aegon al pasar por su lado.

— ¿Crees que no se que mientes? —Ella le oye seguirla, el rubio hace una pequeña zancada que le corta el paso a la castaña.

—Quiero estar sola —Valerys pronuncia aquello con un hilo de voz, el castaño se siente extrañamente abrumado, no entiende por qué pero no le agrada ver a la joven de aquel modo.

— ¿Vas a llorar por el tonto de Aemond? —Él alza una ceja mientras toma sus manos —Creí que habías dejado de ser una niñita hace años —Aquello logra hacer reír un poco a la joven —Si lloras frente a mi me burlaré por el resto de tu vida —Acusa a lo que ella retiene otra sonrisa —Además te pondrás roja como un tomate y podremos afirmar que eres de la familia del cerdo —Comenta mientras pasa su brazo por los hombros de la doncella —Ven, salgamos de aquí.

PUEBLO QUIERE, PUEBLO TIENE.

Como van cambiando las situaciones ¿No?
Y de repeeeeeente, se va poniendo too más fácil y complicado, les digo que el capítulo que se viene mañana uffff.

Por otro lado inspire en el peinado de Valerys en este capítulo en Jude de Él príncipe cruel, adjunto referencia:

Por qué siento que va muy bien con el capítulo puesss.

Ya les digo, quiero que lean el de mañana cause tiene demasiado fuego y demasiado Valerys modo hija de puta power 🥵.

AHORA SI ME DESPIDO HASTA MAÑANA.