12
—Ahora que van a prometerte supongo que sabrás como se tiene que hacer para tener bebés ¿No? —Preguntaba burlonamente Aegon a la jovencita mientras ella pasaba a su lado para aguardar a la reina consorte en sus aposentos.
— ¿Podrías ser más claro? —Exige a lo que el rubio bufa — ¿O es que tu intelecto no te lo permite?
Aegon sonrie maquiavélico.
—Piojosa ingenua —Suspira —Así que ¿Nadie te lo explico?
Ella se encoge de hombros y niega desinteresada ante el asunto.
—Es tu día de suerte —Sonrie con malicia mientras frota sus manos —Es mi conversación favorita —Afirma —Ven —El subió palmea una silla —Siéntate —Alza las cejas con diversión —Te hablare sobre ello.
— ¿Y por qué debería creerte?
Valerys toma asiento a su lado y le observa con los ojos entrecerrados.
—Te doy mi palabra —Él frunce el entrecejo —Es que es algo desagradable... Por algo es que las mujeres no lo hacen hasta el matrimonio —Susurra.
—Adelante, te oigo.
—Bueno —Comienza —En su primera noche como casado el varón toma una barra de hierro y la pone sobre el fuego —Aegon hace la representación con sus manos —Para luego insertarla en la nariz de su esposa —Explica e intenta contener la risa —Y luego el esposo toma semillas sucias de una bolsa con tierra y las mete en la nariz de su esposa para que así germinen dentro del estómago de la mujer creando así a un bebé que saldrá nueve lunas después por su trasero.
Aegon observa el rostro de la niña quien le mira horrorizada.
—Eso parece más bien una tortura...
—Lo se —Dramatiza el adolescente — ¿Por que crees que las personas lo hacen tan intimo? —Palmea su espalda —Puedes agradecerme ahora ¿Te he hecho un favor o no?
El joven se pone de pie y evitando reír en voz alta le deja sola para que Valerys reflexione sobre aquello, nunca deja de divertirse si se trata de hacerle bromas a la castaña.
Por si lado la pequeña no suelta palabras por el resto de las horas, no puede dejar de imaginarse una y otra vez la situación que Aegon le planteó, después de todo tiene algo de sentido.
— ¿Pasa algo? —Pregunta Alicent mirándole con preocupación —Has estado callada todo el día.
A la reina le extraña no oír parlotear a la castaña sobre temas irrelevantes, incluso las horas que pasan juntas se le hacen extrañamente silenciosas.
En aquel día en particular Alicent no disfruta del silencio, se encuentra furiosa por que su esposo, el rey, decidió que era mejor idea comprometer a Jace con Valerys en vez de con Aegon, y que en su defecto, Helaena podía contraer matrimonio con Kennat a fin de unir a los Tyrell con la sangre Hightower.
Acepto a regañadientes convenciéndose a su misma de que solo eran niños y en el tiempo que Valerys pasase en poniente las cosas podrían marchar de otro modo.
—Es que Aegon me ha contado algo terrible.
Suelta haciendo que Alicent suspire agobiada.
— ¿Que te ha dicho?
—Él me explicó cómo se hacen los bebés —La castaña vuelve a exhalar el aire de sus pulmones un poco más tranquila, al menos no había sido otra de sus ocurrencias —Y creo que moriré del asco.
—Bueno, tarde o temprano tenías que enterarte de ello —Reconoce la mujer y da una puntada a su telar.
—Pero —Valerys se pone de pie exaltada — ¿Como voy a permitir ser sometida algo como eso cuando me case?
— ¿Algo como que? —Frunce el ceño sin entender mientras mira a la jovencita.
—Que un hombre tome un atizador de hierro caliente y me lo meta por la nariz hasta que haya espacio para meter un dedo —Levanta su pulgar —Y que luego se introduzcan semillas a presión en mi cerebro para que enraícen en mi estómago y un bebé salga por mi trasero nueve lunas después.
Alicent cierra los ojos con exasperación, retiraba su pensamiento, había sido peor de lo que esperaba.
—Cariño... —Suspira mientras abre los ojos lentamente —Nada de eso es cierto —Manifiesta —Esas solo son ideas que Aegon se inventa para asustarte.
Valerys bufa por lo bajo.
—No volveré a creerle ni una palabra —Refunfuña.
—No lo hagas —Aconseja con sinceridad —Solo quiere molestarte.
—Debí saberlo —Murmura más como un reproche a su misma que otra cosa, en el fondo ella sabía que el joven mentía.
—Hemos concluido por hoy —Afirma la mujer mientras se pone de pie —Nos vemos en la cena ¿Si?
Valerys asiente con la cabeza y se apresura a salir de la habitación, no ha mejorado nada en las costuras, y no solo eso, había sido, nuevamente, engañada por la princesa de rizos dorados, Aegon.
Aquel día estaba convirtiéndose en un día tedioso.
Más al cerrar la puerta se encuentra cara a cara con Jacaerys Velaryion.
— ¡Jace! —Brama logrando que una sonrisa se forme en su rostro — ¿Estabas esperándome?
—De hecho si... —El niño rasca su nuca con nervios —¿Quieres caminar?
—Claro —Acepta mientras se coloca a su lado y comienzan a dar pasos.
— ¿Ya oíste lo que comentan?
— ¿Que anunciaran nuestro compromiso? —Pregunta ella con curiosidad, el morocho asiente con la cabeza —Las noticias vuelan rápido, si lo oí.
—Y... ¿Que es lo que opinas sobre eso? —Él baja la cabeza mientras que Valerys a su lado respira lentamente.
—No me gusta la idea de comprometerme tan pronto.
—Ah... —Es la única respuesta que su garganta puede proporcionar ante aquella respuesta.
—Pero —Valerys le detiene tomando del brazo y obligándole a mirarle —Si tiene que ser que sea contigo antes de que con cualquier otro lord tonto.
Ella sonríe simpática y él le devuelve el gesto.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top