Capitulo 2

Raynare despertó y vio que no estaba muerta, un techo desconocido, pensó, luego escucho un ruido y al sentarse vio en la ventana de la habitación el patio de la casa. Abrio sus ojos al ver a las dos personas que se encontraban en el lugar.

Se levantó rápidamente, miro debajo suyo, estaba en una bata de dormir, piyama como decían los humanos. Salió de la habitación y cruzo la puerta trasera de la cocina y llego hacia el mismo patio.

Se sento en el suelo y miro todo. A su lado estaba Mikki comiendo un pastelito de chocolate.

- Toma -Raynare aceptó y tomo uno.

En el patio Naruto estaba sentado en la espalda de Issei, mismo Issei quien intentaba hacer abdominales con su papá encima suya pero le era imposible, más encima no ayudaba a que el viejo estuviera tomando cerveza y golpeando y riendo como loco.

- ¡Papá, bajate ya maldita sea, no hago ni una!

- ¡En mis tiempos, tenía un jodido pilar de piedra que tocaba el sol, no te quejes niño, jajajaja! -estaba demasiado borracho.

Sería una suerte que Issei pudiera lograr hacer siquiera una abdominal. Pensó Mikki con una sonrisa mientras comía otro pedazo de chocolate.

Después de un rato, Naruto se bajó de la espalda de un Issei quien tenía varios huesos adoloridos. Llamando a su hijo, Issei llegó dónde su padre quien puso los puños en alto.

- Muy bien hijo, después de lo que sucedió ayer, ¿Hay algo que quieras saber?. -Issei imito la misma pose de su padre.

- Quiero saber que fue lo que sucedió, que eres tu, quien es esa tal Raynare y que es lo que está pasando - Lanzo varios puñetazos que su padre esquivo fácilmente, lanzando uno propio hizo un quejido Issei al bloquear y esquivo otro.

- No es obvio?. Es un ángel caído -Issei arqueo una ceja, Naruto hizo un movimiento de pies y volvió a lanzar varios golpes más a Issei quien bloqueó. - Mientras que yo, soy Buda, bueno, uno de los Budas.

- ¿Eres Dios? -Naruto rio un poco, Issei lanzo un gancho que el rubio esquivo con la cabeza y dió un giro veloz y lanzo un puñetas al rostro de Issei, quien sudo un poco al ver que se detuvo y el aire fue lo único que le hizo daño.

- No. Mi verdadero nombre, bueno, uno de mis tantos nombres. Fue Sun Wukong. El mono Buda. -Issei palideció.

- ¡Entonces si eres un dios!. -Issei volvió a lanzar varios golpes más de manera consecutiva hacia a su padre quien los bloqueo con sus manos desnuda. Acto seguido Naruto cayó al suelo para comenzar atacar con los pies y hacerle una finta a Issei tirandolo al suelo, y la pierna de Naruto termino en el rostro de Issei sosteniendolo.

- No Issei. Deje de ser el perro de los dioses hace años. Ahora soy un hombre libre. Pero al ser Buda mi alma reencarna en el cuerpo de un anfitrión importante o deseable. -

- Papá, ¡porque tú pierna parece la de un puto simio! -exclamo asqueado. Naruto río.

- Te entreno para que puedas volverte fuerte hijo mío. -exclamo y de su mano apareció una tarjeta, la misma tarjeta que su hijo tenía que le había sido obsequiado por aquella chica.

- Ehhh, no conozco eso. -Naruto le tomo la mano y le ayudo a levantarse.

- Hmm, ojalá fuera la tarjeta de una prostituta. Pero ey, si te gusta juntarte con demonios no me quejo. Últimamente son más buenas que el pan caliente. -rompió la tarjeta y se disolvió en el aire.

- ¿Demonios?. -parpadeo.

- Claro, aquella chica que te dió este papel fue una demonio, más precisamente, una invocación o como se llame, pero si, termina siendo lo mismo. En tu escuela hay muchos demonios. Cómo por ejemplo esa niña de Gremory, y la chica Sona Sitri.

- Los demonios existen -parecia que Issei no se lo creía, se sentó en el suelo, y luego giro su cabeza mirando a Raynare. - Ya se despertó.

- Hmm? -giro su cabeza y vio a Raynare. - Que onda señorita exhibicionista, ¿dormiste bien en la cama donde Mikki y yo follamos intensamente y ella me pide que le dé más por el culo?.

- ¡Papá/Naruto! -exclamaron ambos con diferentes reacciones.

Raynare se sonrojo y Naruto río fuerte.

Varios minutos después. Issei estaba dentro de la casa y en su habitación haciendo ejercicios físicos y entrenando su cuerpo, a petición de su padre. Mientras Naruto estaba junto con Raynare hablando.

Naruto tenía su báculo en el hombro mientras escuchaba a Raynare, su expresión no era para nada buena ni siquiera aceptable, y Raynare estaba ligeramente asustada por tener que volver a sentir aquellos golpes de nuevo.

- Entiendo. -la conversación termino. Y Naruto parecía pensarlo. - Opino que viajemos donde esos cuervos y les partamos el culo.

- No lo entiende, ¡El señor Kokabiel tiene un ejército de angeles caídos que podrían destruir a los humanos incluso a usted, yo ni siquiera soy la más fuerte de mi clase!. -Raynare se cayó cuando Naruto acaricio su cabello. Avergonzandolo.

- ¿No lo sabes niña?. De todos los reinos, yo soy el más fuerte. De todos los cielos, yo soy el más fuerte. Los dioses están debajo de mi, los demonios están debajo de mi, porque ni en los cielos ni en la tierra existe alguien más fuerte que yo. Más fuerte que Sun Wukong.

Varios días después habían pasado. Issei estaba ya en la academia de Kuoh y bostezo algo aburrido, en estos días que estuve ausente de la escuela estuvo entrenando con su padre en los combates cuerpo a cuerpo.

Aún dolían sus músculos, joder, el viejo pegaba bastante fuerte. Pensó Issei haciendo un quejido de dolor, al menos valía la pena. Pensó por última vez mientras atendía a clases.

- Perdona. ¿Es usted Issei-kun?. -otro chico rubio, que no es Naruto, apareció al lado de Issei.

Issei lo miro de arriba abajo, Kiba Yuto, un chico lindo que atrae la atención de las chicas de la academia Kuoh. Algo que molestaba a los hombres de la misma academia debido a que se robaba a las chicas y ninguna para ellos.

Obviamente las chicas de su clase no se hicieron esperar para nada y bufo ignorando a Yuto, sacándole una gota de sudor, y las chicas comenzaron a insultar al pobre de Issei por ignorar a Yuto y los comentarios que lanzaban no eran nada bonitos.

- Issei-kun, la jefa, Rías Gremory, desea hablar con usted. Me gustaría que fuera conmigo. -Issei lo miro.

Rías Gremory.

Su padre hablo de ella, Rías Gremory y su séquito, y todas las personas relacionadas con ella son demonios. Incluso la familia de esta misma. Todos los son.

Su padre conocía bien a los demonios Gremory debido a que tuvo varios encuentros con ellos en el pasado y con el hermano de la mujer pelirroja. Obviamente ninguno se llevaba bien por nada del mundo.

Su consejo fue no hacer amistades de los demonios, debido a que ellos son muy hipócritas.

- (mi padre siempre es alguien tonto y parece imbécil) -se levantó y recogió sus cosas, puso su mochila en la espalda y miro a Yuto Kiiba fijamente en los ojos. - Lo siento, Yuto, pero no quiero tener nada que ver con tu séquito.

Yuto quedó estático cuando un Issei paso a su lado y salió del aula para dirigirse a los pasillos.

Los demonios tienen el fanatismo asqueroso de primero matar a los humanos para luego volverlos sus esclavos, es decir, sus peones, aquellos que aceptan el poder de los demonios dejan de ser humanos y recurren a un poder que sus mismos amos dan. Olvidando algo que los humanos siempre han tenido por milenios.

Issei recordó las palabras de su padre, miro su mano derecha y la apretó con fuerza.

Issei, tu eres fuerte, pudiste hacer una abdominal, pareciera algo tonto pero en realidad es algo sorprendente. Mi cuerpo tiene el mismo pensó que el de un planeta, y tú pudiste levantarme. Tienes la fuerza del emperador dragón rojo en tu interior. Debes sacarle provecho.

Suspiro ante esto. Raynare le dijo algo parecido cuando en la noche que lo intentó matar. El Sacred Gear del Emperador Rojo. Si era cierto que él poseia aquella cosa en su interior, podría invocar aquella cosa y ser fuerte.

Se detuvo y miro al lado suyo, encontrándose cara a cara con Sona Sitri, o en la escuela conocida como Shitori, ella con sus fríos ojos calculadores miro a Issei fijamente al Hyodou a los ojos incómodando al pelo marrón quien se fue de ese lugar.

Al final de la tarde, Issei se fue de la academia, decidió caminar un poco por el parque y todo estaba bien. Se preguntaba como las personas hicieron lo posible para hacer que todo volviera a la normalidad.

- Lo más probable es que sean los demonios. -se dijo a si mismo más que a alguien.

- Vaya. -Issei escuchó un aleteo de alas cerca de él y teniendo un dejá vú extraño miro arriba suyo. Ahí estaba un hombre con gabardina marrón y un sombrero negro junto a un mentón muy bueno 🗿. - Parece que Raynare no pudo terminar el trabajo, no importa, ahora mismo lo haré yo.

- Quien es el Michael Jackson este barato.

- Hm -el angel caído tuvo una ligera molestia en su rostro- No importa. Lo que piensen sucios monos no es de importancia para ángeles como nosotros. -invoco una lanza. - y hazme el favor, ¡muere y no revivas!

El angel caído fue directo donde Issei para ensartarlo con la lanza. Issei no había visto al hombre hasta que fue demasiado tarde pero....

- Que -el hombre escupió un poco de sangre mientras era enviado lejos.

Issei había dado un fuerte golpe, había esquivado el ataque en el mismo instante que tocó su cuerpo y fue directo detrás del ángel para golpear su cuerpo con la palma de su mano y así enviarlo lejos.

Una técnica que su padre le enseño, un poco bizarra ya que tendría que esperar un ataque de muerte y sentir que te tocó el cuerpo para poder realizar el ataque y antes de que pasen los cinco segundos para golpear con su fuerza multiplicada x5.

Issei jadeo un poco. El angel caído se levantó y miro con furia al humano frente suyo.

- ¡Maldito mono asqueroso!  -fue directo hacia el otra vez.

Al tenerlo cerca suyo, Issei comenzó a esquivar todos los ataques lo maximo que podía. Y cuánto menos pudo vio un chance. El angel caído realizó un ataque de más que el pelo marrón aprovechen para esquivar y con todas sus fuerzas golpeó en el pecho al hombre quien arqueo la espalda por el dolor. Y acto seguido Issei salto con una voltereta en el aire para realizar una patada en la cabeza al angel caído enterrandolo en el suelo.

Issei miro esto. Y luego contempló lo que hizo, sintiéndose orgulloso consigo mismo. Pero luego se dió cuenta que estaba delante de un enemigo y hasta el momento se hecho a correr, al menos pudo defenderse.

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