• the beginning of everything •

A Midoriya le hubiese gustado saber la razón de que Todoroki le estuviese invitando a ir por una hamburguesa y luego al cine.

¿Acaso estaba por morirse? No le dolía nada; estaba seguro de eso. Alguien tan patoso como él debería haber sabido si estaba a punto de palmarla. Aunque no descartaba que un rayo le golpease encima por culpa de su mala suerte.

¿Sería el fin del mundo? Poco probable, aunque tendría más sentido: Shouto tendría verdaderas ganas de festejar si la realidad era que todos iban a morirse.

Pero ninguna de esas opciones cuadraba del todo. Sí, podría ser posible que Todoroki simplemente lo invitase para pasar el rato como lo hacían los novios normales del planeta —el único problema es que Shouto no era un novio normal.

¿Por dónde empezaba? ¿Por su monotonía de transitar por la vida o su ingenuidad de absolutamente todo? Shouto era de esas personas a las que la verdad podía golpearlas con un yunque y todavía no sabrían lo que estaba ocurriendo.

Incluso si la verdad corría desnuda a su alrededor y con la forma de su padre... él no iba a captarla.

Cuando Izuku se ponía particularmente travieso y quería tener tiempo a solas, ni siquiera esperándolo sin ropa en medio de la cama rodeada de velas podría haber conseguido que su novio captase el ambiente. No era hasta que saltaba desnudo sobre su entrepierna que Shouto empezaba a entender que era hora de tener el sexo.

Ochako le decía que era estresante salir con alguien así —nunca podías esperar una sorpresa o un poco de condimento en tu vida. Izuku reía, y le decía que el único condimento que él necesitaba era el curry en su arroz.

Su relación con Shouto era simplemente perfecta. Llevaban juntos más de cinco años —ya tenían veintitrés— y el máximo problema que tenían era para ver a quién le tocaba tender la cama ese día o lavar la pila de tazas de café que llevaba acumulándose casi una semana; a veces ya no tenían ni una para desayunar.

Eran el balance perfecto entre la locura romántica y sensual de Midoriya y la ternura sosa e inocente de Todoroki —o al menos lo fue hasta que ocurrió lo de la salida.

Porque Todoroki nunca, nunca, nunca daba la iniciativa a las salidas.

—¿Nos vamos? —preguntó Todoroki en la puerta del apartamento que compartían.

Izuku miraba todo con un ojo escrutador. Ser puntual y desesperarse por salir era tan... anti Shouto.

Fue allí que Midoriya empezó a preocuparse. Como, preocuparse de verdad.

Todo eso no era normal.

—¿Lo de la salida era cierto? —rio incómodo—. Ni siquiera me he duchado.

Shouto se encogió de hombros.

—No me molesta. No es como si te ducharas cada vez que intimamos antes de dormir.

—¡Hey! Al menos me pongo la loción que tanto te gusta.

Todoroki solo esbozó una sonrisa, antes de dar toquecitos frenéticos con la yema de su dedo índice al reloj. Midoriya suspiró, corriendo a prepararse en tiempo récord.

Tomó una simple y vieja sudadera verdes, al igual que sus botas rojas que lo acompañaban en excursiones o días no tan finos —como esos en los que Iida les obligaba salir a los cuatro del grupo vestidos de etiqueta a cenar como los señores franceses— y que tenían un gran valor sentimental para él.

No es como si Shouto estuviese tampoco tan arreglado, a excepción de su suave cabello peinado hacia el costado —como a Izuku le encantaba. A veces, cuando estaban frente a frente, tenía que contener el impulso de su mano de pasar los dedos entre las hebras en dirección hacia la derecha.

—¿Nos vamos?

Midoriya asintió, sujetándose del brazo de su novio pese a que no se lo había ofrecido. Eso era lo normal —trataba de consolarse. Shouto no era particularmente fanático de las muestras de afecto en público.

Pero Izuku venía oliendo algo raro —y no estaba Kacchan presente para culparlo por sus problemas de gases— desde que vio a su novio parado en la puerta.

¿Qué estaba tramando con aquella salida casual? Izuku y Shouto casi no comían hamburguesas. A ambos les gustaba llevar una dieta sana y liviana, con algunas excepciones en fines de semana.

Tampoco veían tantas películas —a Midoriya no le interesaban demasiado a menos que fuera sobre superhéroes. De All Might, precisamente.

Y todavía faltaba un mes para All Might: Infinity War. Se sabía de memoria el calendario de estrenos. Ya hasta tenía la caja de pañuelos, los tres kilos de chocolates y los antidepresivos que necesitaría luego de verla.

—¿A dónde iremos a comer, Sho-chan? —preguntó Izuku una vez que pusieron el carro en marcha—. ¿No quieres ir por un poco de pasta mejor?

Todoroki no respondió al instante. Siempre se tomaba su tiempo para hablar con parsimonia.

—Iremos al McAllMight's.

Izuku trató de ocultar su sorpresa.

—¿De verdad? No vamos desde hace meses allí —comentó—. Dejamos de ir regularmente cuando Iida y Ochako empezaron su relación.

—Pensé que sería interesante rememorar las viejas épocas.

Midoriya seguía observándolo con desconfianza. A Shouto no se le movía un pelo al decir todas esas cosas. No podía hablar de viejas épocas y no esbozar una pequeña sonrisa.

Muy bien, Deku Holmes, era hora de descubrir qué estaba planeando Todoroki.

El camino al McAllMight's se volvió largo, ya que Shouto no se detuvo en ninguna de sus sucursales en el centro. Por la ruta tomada, Izuku dedujo que irían a aquel ya viejo autoservicio cercano a su secundaria, donde a la sonrisa de All Might en la entrada le faltaban varios dientes.

Tuvo tiempo de pensar algunas posibilidades.

Uno, su novio había perdido una apuesta con Kirishima. Lo cual le sorprendería porque era el pelirrojo quien no sabía apostar y perdía siempre hasta los calzones.

Dos, Shouto había perdido la cabeza y estaba a punto de cometer un crimen pasional.

Tres... iba a romper con él.

Sí, estúpido ¿no? ¿Por qué rompería con Izuku luego de comer una hamburguesa y ver una película? ¿Qué clase de novio sádico haría eso?

Pero Midoriya a veces no comprendía el funcionamiento del cerebro de su novio. Podía pensar que ese era el intento de Todoroki de amortiguar el dolor de una ruptura —teniendo una última noche juntos que rememoraban a su juventud.

Izuku sintió que iba a quedarse sin aire.

No podía ser así. Shouto no podía querer romper con él. Aunque si lo pensaba bien...

Shouto casi no había estado en casa en las últimas semanas, y cuando llegaba, se quedaba dormido como morsa al instante. También había rechazado al menos tres intentos de Midoriya de salir a pasear y canceló la cena de señores franceses de Iida.

Por todos los santísimos All Mights. Shouto tal vez iba a romper con él.

Pero no iba a permitirlo.

Le demostraría que podía ser un novio perfecto. Que ellos dos eran perfectos juntos. Tal vez era el último intento de Todoroki para confirmarse que debían estar juntos.

Solo necesitaba una oportunidad.

* * * *

—Izuku, ¿te vas a comer todo eso? —preguntó Shouto con cierto horror en la mirada.

Midoriya estaba orgulloso. En su bandeja tenía tres hamburguesas dobles con triple queso cheddar y bacon crocante, un balde tamaño Detroit Smash de nuggets de pollo, patatas fritas con la salsa secreta One for All para alimentar a un escuadrón militar, tres vasos de Cola Might e incluso dos donas tamaño Delaware Smash con glaseado. Y una ensalada.

Había que balancear un poco a veces.

—Es que últimamente casi no cenas, Sho-chan —dijo Izuku con una sonrisa—. Llegas tan tarde de la oficina y te duermes tan pronto que no me dejas prepararte la cena con mucho amor.

Shouto esbozó una minúscula sonrisa que emocionó el corazoncito de pollo de Midoriya. Era algo.

—Es culpa de mi padre —suspiró Todoroki—. Lo único que hace es gritar por mi nombre cada vez que se le atasca la impresora. Es decir, siempre.

Midoriya imaginó la voz de su suegro inevitablemente. Sacudió ese pensamiento.

—Me preocupa que no tengas tantas fuerzas.

—Gracias —dijo Shouto con cuidado—. Y no tenías que pagar. Te invité yo, era lo que me correspondía.

—Ya calla, Sho-chan. Cómetelo todo o te obligaré.

Todoroki no necesitó que se lo digan dos veces antes de atacar una de las hamburguesas. Era notorio el hambre que había estado pasando; y nadie se negaba a una McAllMight's por muy grasosa y poco sana que fuese.

Midoriya sonrió para sus adentros. Al menos, ahora Todoroki sabía que se preocupaba por él. Bueno, siempre lo hacía. Pero con lo poco que habían interactuado en las últimas semanas... a veces creías que la chispa del amor se apagaba.

Nada que la comida no pudiese volver a encender.

—¿Amor? —lo llamó Midoriya de forma casual, batiéndole las pestañas con suavidad.

Shouto se atragantó con una de las patatas. Tuvo que golpearse el pecho con el puño y tomar un gran sorbo de Cola Might.

—¿Sí? —preguntó con la voz débil y los ojos llorosos.

—Estás muy guapo.

—¿Estoy guapo después de casi ahogarme con una patata?

—Bueno, siempre te ves guapo —Midoriya sonrió—. Hasta recién despertado y sin cepillarte los dientes.

Todoroki bajó la vista. Tenía un ligero sonrojo en las mejillas, aunque bien podría haber sido por su coqueteo con la muerte de segundos atrás.

¿Estaba Midoriya pasándose? No es como si no pensase en serio esas cosas. Para él, Shouto Todoroki era el hombre más guapo de la galaxia entera —más que All Might— y no había un segundo del día en que no quisiese repartir besos por todo ese rostro de piel de porcelana.

—Gracias —respondió finalmente Todoroki—. Tú también eres, eh, guapo.

Se quedó incómodamente callado unos segundos.

—Cariño —Terminó por agregar.

Midoriya suspiró casi con alivio. Ese sí era su Shouto que nunca sabía cómo responder a los halagos y las cosas bonitas. Su Shouto tan inocente y rarito. Y hermoso.

Durante la graduación de la secundaria, Ochako le dijo que su traje le apretaba hermosamente el trasero y los glúteos. Shouto le respondió feliz cumpleaños.

Pero eso no significaba que dejase de sospechar que Todoroki traía algo extraño entre manos.

* * * *

Sus sospechas empeoraron cuando después de la cena Todoroki lo llevó a un autocine donde pasaban viejas películas de superhéroes.

El lugar estaba casi lleno, pero Shouto encontró rápidamente un punto ideal para estacionar el carro y tener una vista perfecta de la pantalla al aire libre.

—Me enteré que hoy iban a pasar All Might: The First Avenger —dijo Shouto—. ¿Recuerdas que la vimos hace años?

—Sí —contestó Midoriya, otra vez ocultando su sorpresa—. Me dejaste limpiar mis mocos en tu camiseta. Y luego me compraste galletitas.

Shouto hizo una de sus crípticas sonrisas. Estiró su cuerpo a través del asiento para tomar una bolsa que estaba en la parte trasera, la cual tendió a Midoriya. Él la tomó con cautela.

Adentro de la bolsa estaba lleno de Oreos. Las galletas favoritas de Izuku.

—Sho-chan...

—Las compré por si volvías a llorar esta noche —dijo—. Que por supuesto sé que lo harás.

Midoriya estaba entre llorar por la emoción o chillar porque nada de eso era normal.

¿Había entrado en una realidad paralela? ¡¿Qué diablos estaba queriendo conseguir Shouto con todo eso?!

—Gracias, amor —Midoriya se tragó las lágrimas—. ¿Me dejarás llenarte de mocos hoy?

—No.

—Oh.

—Pero te dejaré que me abraces.

Midoriya no se lo pensó dos veces. Era bastante incómodo, considerando el espacio entre los asientos y la caja de cambios en medio de los dos. Pero eso no le detuvo de recargar su cabeza contra el suave hombro de Shouto —ese lugar en el que se había recostado millones de veces.

Y que olía tan bien. Que era tan suave y se sentía como llegar a casa luego de un día espantoso en el trabajo junto a Kacchan —su compañero.

Se le hizo un nudo en la garganta al recordar lo de la posible ruptura.

Todoroki no iba a romperle, ¿cierto? Izuku no podría superarlo. Él amaba a Shouto. Lo amaba, con todas las fuerzas de su corazón y de su alma.

No decía con las de su cuerpo entero porque Izuku tenía más fracturas en su historial que calzones en su cajonera.

Mejor, se dejó embriagar por el momento mientras los créditos iniciales de la película comenzaban. Su mano se prendió de la camiseta de Shouto, descansando encima de su pecho; justo sobre el corazón, que podía sentirlo latir rítmico y apacible contra sus dedos.

—¿Sho-chan?

—Dime.

—Yo... —Midoriya soltó todo el aire que estaba conteniendo—. Nada. Déjalo ahí.

—No, dímelo —insistió Shouto con las cejas fruncidas.

—Mejor disfrutemos de la película, ¿vale? Hace mucho que no lloro por All Might. Me apetece hacerlo hoy.

Todoroki hizo una mueca divertida.

—Vale. Pero recuerda que no puedes dejarme mocos.

Midoriya asintió. Al menos si se ponía a llorar tenía una excusa.

* * * *

Por supuesto que Midoriya lloró y llenó de mocos a Todoroki.

Él no podía evitarlo cada vez que All Might salvaba el día. Era su héroe. Él quería ser como él —tan heroico y musculoso.

—Al menos ya volvemos a casa y nadie tendrá que verme en este estado —Midoriya sorbió por la nariz—. Y podré comer mis oreos mientras sigo llorando.

—¿Volver a casa? —preguntó Shouto confundido—. Todavía no he terminado.

—¿N-no...?

—Hay un último lugar al que tenemos que ir.

El corazón de Izuku golpeteó contra sus costillas. Le dolía la incertidumbre. Estaba más confundido que en la mañana.

¿A dónde iba a llevarlo Shouto? ¿Tendría que preguntar? Bueno, si iba a terminar con él no iba a decirle que lo haría.

Sintió una pequeña angustia. Porque probablemente todo estuviese en su cabeza pero no podía negar la sorpresa y confusión que los actos de su novio en el último día le estaban generando.

Tal vez fuese el último día. Y por eso estaba haciéndolo tan bonito.

Ochako le hubiese golpeado con un palo por pensar tan catastrófico.

Todoroki condujo en silencio. Solo se podían escuchar los últimos espasmos de los sollozos de Midoriya en el carro, con la música del grupo de jpop Wild, Wild Pussycats sonando a un volumen bajo.

Midoriya le daba miraditas a Shouto. El chico había empezado a alterarse —otra cosa extraña en él. Tamborileaba los dedos contra el volante, y hacía gestos constantes con la boca como si no pudiese dejarla quieta.

¿Qué lo alteraba tanto? Izuku iba a morir por la curiosidad.

—Llegamos —dijo finalmente Shouto con la voz temblorosa—. Al fin.

Los dos bajaron de un salto del automóvil. Estaba fresco, así que Midoriya frotó sus brazos en busca de calor. Podía notar que era porque ahora estaban a una gran altura; en un pequeño acantilado con vistas a todo Musutafu y al bello cielo estrellado de verano.

Aquello le hizo sentirse más descolocado. Él reconocía ese acantilado.

—¿Sho-chan? ¿Qué hacemos aquí?

Todoroki estaba cerca del borde. El brillo de la contaminación lumínica a la distancia le hacía ver más etéreo, y el bamboleo suave de la brisa veraniega le revoloteaba el cabello como si fuese una fuerza celestial y efímera.

—Tenía que hablar contigo.

Oh, no.

—¿Aquí? —preguntó Izuku con un hilillo de voz—. ¿No podía ser en casa?

—No —respondió con el ceño fruncido—. No me parecía correcto hacerlo allí.

Tragó saliva con dificultad. Claro, su hogar estaba lleno de memorias...

Oh Dios. Oh Dios. Oh Dios.

Midoriya.exe estaba a punto de dejar de funcionar.

—Es algo importante y ya no creo poder soportarlo más.

Sintió que la garganta se le cerraba. Se estaba mordiendo el labio frenéticamente, al punto de que pronto se lo dejaría en carne viva. Todoroki seguía sin mirarle.

—No sé cómo te lo vayas a tomar. Y entiendo que no quieras aceptarlo, porque...

—Oh por All Might, Sho-chan —lo cortó Midoriya—. ¿Me vas a dejar? ¿Es eso? ¡Porfavornomedejes! ¿Es porque te hice ver la película triple X EraserMight? ¡Juro que no volveré a hacerlo!

—Dejarte... espera, ¿qué? —preguntó Shouto.

—¡Porque te juro que solo era por curiosidad morbosa! ¡Y... y... no sé! Puedo cambiar en lo que esté haciendo mal, si es que estoy haciendo algo mal. La comunicación es la base de toda relación así que...

Shouto lo tomó fuertemente de los hombros —no tanto como para dañarlo— y lo zarandeó para que dejase de divagar.

—Izuku, ¿de qué estás hablando?

—¡De que estás actuando raro y vendrá el fin del mundo o vas a dejarme o me voy a morir o...!

—No te voy a dejar —confirmó Shouto, como si el simple pensamiento le generase malestar.

Midoriya abrió la boca con sorpresa. Su novio lentamente le soltó los hombros.

—¿Me voy a morir?

—No, no te vas a morir.

—Entonces... ¡¿Tú te morirás?! —chilló.

—¿Qué? Cariño... no. Nadie se va a morir hoy —Shouto se frotó la cara, entre divertido y anonadado.

—¿Y por qué actúas tan extraño?

—Porque...

Todoroki inhaló y exhaló varias veces, pasando la palma de la mano por su cabello ya despeinado.

—Mira, yo no quiero que tú cambies nada por mí. Te amo así como eres. Y te amaré cómo decidas ser mañana. Nunca, nunca más pienses que debes cambiar algo tuyo para complacerme a mí.

—Sho-chan... —Los ojos de Midoriya se llenaron de lágrimas.

Él sonrió con cierta culpabilidad en el rostro.

—Lamento la confusión. Fue idea de Ochako. Debería haber sabido que podía salir mal —suspiró—. No estás muy errado en pensar que esto es extraño hasta para mí.

Midoriya no dijo nada. Sentía que iba a morirse allí mismo si Todoroki no continuaba hablando.

—Estaba tratando de recrear nuestra primera cita.

Izuku parpadeó varias veces. Procesó aquello que Todoroki estaba diciéndole, aunque algo no tenía sentido del todo.

—Sho-chan —dijo Midoriya—. Aprecio mucho el gesto, pero... creo que te equivocaste. Nuestra primera cita fue en invierno, cuando fuimos a ese café literario y bebimos chocolate caliente con malvaviscos.

El recuerdo lleno de calidez a Izuku. A los diecisiete años, habían pasado cinco horas juntos, con el trasero aplastado en los sillones de ese bar y riendo hasta que a Midoriya le cayeron las lágrimas y el estómago le dolió.

Ese día se dio cuenta que no le molestaría pasar con su trasero pegado a un sillón y riendo hasta las lágrimas, siempre y cuando fuera al lado de Shouto.

—No, Izuku —sonrió Shouto—. Tú te equivocas.

—¿Eh?

—Nuestra primera cita fue mucho antes —hizo una pequeña pausa—. ¿Recuerdas el día que vimos All Might: Civil War?

—Creo...

—Nárrame los hechos de ese día, por favor.

—Yo, eh... habíamos quedado con Iida y Ochako para ver la película.

—Sí.

—Y nos íbamos a reunir en el McAllMight's de siempre. El que queda cerca de la escuela.

—Correcto.

—Entonces...

—¿Entonces?

Izuku trató de hacer memoria de ese día. Tenían quince años y era el verano de su primer año en la secundaria. Ellos cuatro lo hacían todo juntos, incluso si a uno no le interesaba demasiado la actividad elegida. Como ver las películas de All Might y sus Vengadores.

Abrió entonces los ojos con sorpresa, recordándolo todo.

—Ochako e Iida nos cancelaron —dijo, con la boca abierta en una o perfecta.

Todoroki cerró los ojos, asintiendo levemente con la cabeza. Tomó entonces la mano de Izuku —que no opuso ninguna resistencia.

—Y nos quedamos solos —siguió hablando—. E igual me dijiste que viéramos la película, porque estaba emocionado. Y lloré y lloré y me abracé a ti sin darte cuenta. Y me compraste las Oreos a la salida.

—Y me llenaste de mocos —agregó Todoroki.

—¡Y... y luego...!

Midoriya sentía que le faltaba el aire por la emoción que estaba empezando a sentir. Todoroki soltó una pequeña risita.

—¡Me trajiste aquí porque no quería volver a mi casa con los ojos hinchados como pelota de beisbol! —exclamó completamente extasiado, luego se llevó la mano a la boca—. ¿Cómo he podido olvidarlo?

Quizá porque, en ese entonces, Midoriya no se había dado cuenta del inmenso valor de Shouto como persona.

No se había enamorado todavía de él... pero lo haría luego. Años después. Aquel fue el pequeño comienzo de todo, incluso si no se había dado cuenta.

De repente se sintió como un imbécil.

—¿Cariño? —La voz de Shouto le sacó de su trance.

Midoriya entonces lo miró a los ojos. A esos ojos que seguían amándolo, y que no iban a dejarlo por alguna simple estupidez.

—¿Sho-chan?

—Me quiero casar contigo.

Todoroki tuvo que sostenerlo entre sus brazos, porque Midoriya acababa de casi caerse al suelo entre chillidos.

Lo agarró con fuerza —como si nunca quisiera dejarlo ir. Izuku pensó que lo correcto sería sostenerlo entre sus brazos él también, aunque le estuviesen temblando como gelatina.

—Sé que no te interesa el matrimonio, y que solo son papeles, pero...

Desvió la vista un instante.

—De verdad quiero casarme contigo. No me interesa si lo celebramos o no, si es grande o pequeña... yo solo quiero hacerlo —Todoroki suspiró, acomodando un mechón de la cabeza de Izuku—. No quería traerte un anillo o ponerme de rodillas por si te sentías presionado. Pero tampoco que pasase desapercibido. Me gustó la idea de Ochako de rememorar el día en que todo comenzó y yo me di cuenta que caería de cabeza por tus pecas.

—¿Así que fueron las pecas? —bromeó Izuku en tono seductor.

Aunque claro, era para esconder que por dentro estaba a punto de estallar.

Shouto sonrió. Besó su frente, su nariz, su mejilla; siguió el rastro de su piel con la boca, tan lento y con tanto amor que Izuku jamás se había sentido tan querido como allí.

—Te amo —murmuró Shouto contra su piel.

—Sí —soltó Midoriya entre jadeos.

—¿Qué sí te amo?

—No. Que sí me quiero casar contigo, también.

Shouto se separó rápidamente, sus labios todavía fruncidos por los besos que estuvo depositando en su rostro.

Pero el brillo en sus ojos le decía a Izuku exactamente la felicidad que su novio estaba sintiendo.

Luego le besó en los labios. Desesperado, pero luego lento y con cuidado. Un beso que sellaba aquel extravagante día que ambos acababan de vivir.

Y que marcaba algo. Un inicio, inspirado por el primero de todos —el que les cambió las vidas sin darse cuenta de ello. Y que ahora volvería a cambiárselas, quién sabía si para bien o para mal.

Izuku estaba preparado para empezar algo nuevo. Shouto también.

De la mano del otro, cualquier nuevo comienzo se veía menos aterrador.


* * * *

Este OS fue 100% no planeado (?)

Simplemente salió haha. Lo empecé un poquito anoche y acabo de terminarlo. Tenía ganas de hacer algo de estos dos ya en pareja, y espero haya quedado bien. Ojalá y les guste ♥️ y que no se cansen de mi fluff y comedia barata. Admito que disfruté de hacer algo así, no acostumbro a hacer historias donde ya son pareja pero me gustó.

Dedicado a las de siempre ♥️ ziall-x-phan y PortgasDRaven porque se merecen amor todos los días, pero especialmente hoy.

Muchísimas gracias por todos los nuevos comentarios tan bonitos que me llegan últimamente (y también los viejos) en este libro T^T nunca me imaginé con un libro de OS (porque soy medio enemiga de ellos) pero BNHA, y especialmente el TodoDeku me dan tantas ideas que no puedo dejarlos.

Para los que sigan mis otros fics, ya tengo actualizaciones listas así que no se preocupen por eso ♥️

¡Nos vemos prontito con otro OS! Besitos.

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