#38#

Ya faltaban tan sólo dos días para que el verano diera su fin. Era increíble como los días pasaban tan rápido que ni cuenta se daban. Cuando disfrutas algo es cuando el tiempo suele irse aún más rápido de lo imaginado. Es una regla de la vida. Y eso se aplicaba en nuestros queridos protagonistas que no querían ser de nuevos separados pero no tenía remedio alguno.

Iba a ser siempre así. Esperar y esperar hasta que el verano volviese a iniciar. Bill ya estaba harto de esperar. El deseaba que el verano jamás terminará. Pero... Él no podía detener el tiempo o quizás... ¿si?

Aunque cabe agregar que no era el único con ése fuerte deseo. Mabel, la hermana de su novio tampoco ansiaba que el verano diera su fin, pero la diferencia entre ambos era que Bill, conseguiría lo imaginado.

Investigó y supo que aquella fisura que le entregó Ford a su querido novio le serviría. Pero, ¿como haría él para convencer a Dipper? El castaño es muy listo. Bill necesitará más que un discurso romántico para que su novio le entregará por las buenas aquel objeto poderoso.

Dipper tampoco quería irse. Pero no podía hacer nada. Tenía que aceptar que la única manera en que él y Bill no se separesen sería en un futuro. Uno dónde estudiarían juntos alguna carrera y podrían valerse por sus vidas. Donde Dipper no necesitaría a sus padres y él podría escoger y ser libre de salir con quien se le dé la gana. Bueno, eso y hablando si es que para aquel entonces todavía tenían alguna relación con el rubio lo cual veía ese objetivo casi imposible. Por que él tiempo pasa y no se sorprendería que el rubio se aburriese de él. Tendría que enfrentarlo. Pero lo que Dipper no sabía era que el amor que le tenía Bill hacia él era mucho más fuerte de lo imaginado. Y era por eso que el Cipher haría cualquier cosa para que su pino no se alejara de él... Un plan para que ninguno de los dos se vayan de Gravity Falls. Pues Bill haría lo que sea para que el verano jamás terminará. Y ya luego estar siempre junto a su amor de la vida.

Es por eso que, aquella tarde, Bill estaba totalmente decidido a tentar su suerte.

( . . . )

Ambos daban una caminata observando cómo los últimos rayos del sol ilustraban el hermoso paisaje frente a sus ojos.

Dipper cargaba una mochila detrás suyo que parecía que jamás soltará. Bill indicó que sería bueno sentarse en ciertas piedras para descansar un poco.

Por una razón que desconocía Dipper, Bill cargaba puesto aquella camisa de mangas largas color amarilla que le regaló el año pasado, que Dipper le había tejido con amor. Según las palabras del Cipher, era un día especial. DiferenteQue dejaría marca en todo.

El Pines no comprendió pero no le dio tantas vueltas al asunto. No era la única vez que lo había visto con su obsequio puesto. En las video llamadas  que se hacían a veces el rubio la traía puesta. Verlo con esa prenda puesta le ponía muy feliz.

Establecieron con facilidad una platica cómoda para ambos. Una cosa llevó a la otra, incitando que llegaron a un punto a donde el rubio quizo llegar. Donde Dipper podía confiar absolutamente en él.

Bill le pidió de favor si podía comprarle algunas frituras y refresco por lo que tenia que regresar a la cabaña. Él le daría el dinero. Cipher dio como excusa que cuando llegará le tendría un sorpresa por lo que al Pines no se quejó y se retiró confiando en que su rubio cuidaría de la mochila y lo que ésta contenía. Que si llegase a revisar las cosas y se encontrará la fisura, de todas maneras Bill no sabía lo que era. O eso creía él castaño.

Al llegar un poco tarde a decir verdad puesto no se imaginó que la zona en donde vendían los aperitivos estuviera llena, se encontró con su novio que traía una caja envuelta como forma de regalo. Aunque visualizo que las manos del Cipher estaban teñidas de un rojo oscuro. Casi negro. Incluso la caja tenía algunas manchas diminutas. Pensó que era pintura y su mente generó opciones del posible obsequio que ha de haber adentro.

Osa mayor sonrió entusiasmado e ilusionado.

-¿Para mí?- dijo el Pines mientras le en tragaba las botanas al rubio quién las dejo cerca suyo y probablemente más tarde las comería.

El rubio asintió con una extraña sonrisa y le dio el regalo.

Dipper al tomarlo y abrirlo sus ojos se abrieron como platos por la estupefacción. Dejó caer la caja por la impresión y su rostro mostraba terror.

-E-Eso es...- soltó con gran impresión. Sin despejar la vista de lo que yacía adentro. Mirando de reojo al rubio.

-Oh, Quería que sepas que de verdad eres muy importante para mí y cuanto te amo. Y aunque no puedo entregarte mi corazón de manera física ni mi alma, te doy el corazón de nuestra adoración. - dijo tranquilo pero sonriendo de manera extraña. En uno de los bolsillos de su pantalón estaba la fisura aunque Dipper no había notado el extraño bulto en esa parte a causa de la misma fisura ya que estaba más centrado en el obsequio del rubio.

Pines se puso a reflexionar comprendiendo cierta cosas.

-Ahora entiendo por que no encontré a Steven con Pato al regresar... N-No puedo creer que lo hayas...- no mentiría que sintió miedo. Incluso apostaba que dentro de poco sollozaria.

Sabía que Bill era loco. Que quizás no era el mejor ser humano y tenía varios problemas con peleas y control de sus emociones pero jamás se planteó que podía llegar a esos extremos.

-No fue tan difícil como imaginé. Se sintió bien la salpicadura de la sangre.- sonrió con picardía y hasta se podría jurar, orgullo.

-Pensé que era pintura...- admitió. No sabia si estar enfadado, preocupado o aterrado por lo que hizo Bill.

Si bien es cierto que Steven era su adoración después de los libros y Bill, pero el minino no se merecía aquello. Aunque muy en el fondo podía parcerle "tierno" o muy "creativo" el gesto del chico, en definitiva era algo que no se esperaba.
Incluso por un breve momento se imaginó a su tío Ford diciendo lo peligroso que es el Cipher, dándole algo de razón. Pero de todas formas, aunque el Pines no sabía exactamente que hacer o decir, no cambiaría sus sentimientos hacia el rubio o por lo menos, no aún.

-Bueno, no hablemos mucho de eso. ¿Te gusta el corazón?- dijo un poco incómodo al principio por la evidente expresión de desagrado de su novio. Pero aún tenía la esperanza que le haya gustado su regalo. Además que quería llegar también a un punto en específico.

-A-A-Ahm... pues...- dijo nervioso. Ahora sus orbes chocolates trataban de no mirar hacia aquel inocente corazón víctima de la locura de su novio. Sintió las manos ajenas por su rostro. Los dedos de Bill jugar con sus enredados y esponjosos mechones castaños. Sus miradas cruzaron. El tacto y la mirada del mayor hicieron temblar su corazón como sólo él lo hacía. Se sonrojó también por la cercanía y gesto. Además ciertamente el atractivo del Cipher a esa edad es atrayente.

-¿Qué sucede? - preguntó confundido frunciendo el ceño. Esperando la respuesta de su novio que empezaba a tardar.

-Mejor hay que regresar a la cabaña.- dijo apresurado intentando cambiar el tema y evadir la persistente mirada del rubio.

Rápido, fue en busca de su mochila. Guardo las frituras y refrescos en los bolsillos delanteros de su mochila y de pasó para estar más seguro, revisar si se hallaba la fisura en su lugar cosa que él esperaba que si.

-¿Tan pronto? Pero si ésto apenas inicia.- sonrió tétrico que hizo sorprender aún más  el menor.

-Yo quiero irme Bill...- dijo sin voltear a mirarlo. Centrado en buscar el fantástico objeto que no podía encontrar. Se empezó a desesperar.-Donde... ¿Dónde ésta...?- dijo alarmado. Miró a su novio quien le sonreía cómplice.

-¿Buscas ésto?- sacó el preciado objeto preocupando al Pines quién no ocultó la necesidad de exigirle.

-Devulvemela.

-¿Para que sirve?- fingió curiosidad e ignorancia.

-Es para decorar... solamente.- mintió más tranquilo creyendo que el rubio no tenía ni idea del poder que ocultaba el objeto. Pero aquello no duró mucho.

-¿Y por qué tanta urgencia en obtenerlo?

-Es especial para mí. Así que por favor,  regresamelo.- extendió su mano impaciente con su mochila detrás suyo.

-¿Más importante que yo? ¿Por qué mientes, Dipper?- insinuó con recelo. Sin entregarle el objeto al Pines.

-Que...

-No crees que sería magnífico si el verano nunca se detuviera. Si jamás llegará a su fin. Si Siempre estuviésemos juntos. Nunca volver a separarnos...- se acercó peligroso a su novio quien no retrocedió. Escuchando atento las palabras del rubio y alerta a sus acciones.

Aunque no entendía lo que quería decir, continuó.

-Sería maravilloso pero a la vez... Imposible.- alzó un poco su mirada para ver los ojos (en éste caso un ojo junto un parche) y ver cada reacción del mayor.

Dipper se sentía como un pequeño conejo acechado por un lobo que no dejaba de hipnotizarlo con aquel hermoso color de iris.  Incluso llegó a olvidar todo su alrededor. Las lágrimas o ganas de llorar que había sentido ya se habían extinguido.

-¿Eso crees, cariño?- reaccionó ante esas palabras. La mirada del rubio se volvió más peligrosa.  Bill se alejó un poco y rompió la fisura. El objeto impacto contra el suelo.

- ¡Bill!- gritó con preocupación y miedo el castaño.

Observó como de aquel objeto ya destrozado, en escombros salía una clase de estela negra con estrellas como el mismo universo.

Que iba en dirección al cielo que empezaba a tornarse de un color rojo sangriento. Más vivo pero tenebroso que el corazón de Steven.

Una masa negra con tonos rojos cubría al Cipher. Como sí estuviera apunto de sufrir alguna transformación.

Se escuchó una carcajada resonante por el lugar que haría a cualquiera temblar. Pero al Pines sólo le preocupaba. Tanto así que pensó en ir en busca de su tío Ford para pedirle ayuda. Retrocedió decidido a correr mientras Bill seguía distraído en aquella masa de oscuridad, o eso creía Dipper puesto de inmediato el Cipher impidió aquello.

Trono los dedos, en un chasquido que parecía hacer eco en esa zona. Extrañamente el joven de trece años cayó dormido. Sus párpados le pesaron. Sin embargo no cayó al suelo, a la tierra. Puesto fue sujetado de su cintura con cierta fuerza y velocidad para evitar que cayera por completo.

-Duerme mi amado pino. Cuando despiertes estarás en otro mundo... Nuestro mundo.- dijo el "nuevo" Cipher mientras cargaba al chico al estilo princesa. Con su cabezita por su pecho sintiendo su delicada respiración. Y el encantador olor que desprendía el pequeño.

Bill floto con tanta facilidad, metros encima del suelo. Como si volar fuese una materia fácil de aprender en cuestión de segundos.

En el cielo un extraño y enorme corte se presentó entre las nubes con forma de una cruz. Parecía como si el mismo cielo se hubiese  desgarrado.

Los habitantes se alarmaron de inmediato.

Mabel, Will, Ford y Stan salieron de la cabaña al notar el extraño cambio en el ambiente.

-¿Qué sucede?- preguntaron al unísono Will y Mabel con preocupación y sorpresa.

Ford se empezó a imaginar lo peor, pero más cercano a lo que en realidad sucedía.

-Es tarde... Es el Fin del mundo.- contestó el mayor con una mueca de preocupación.

Todos miraban a lo que una vez fue el cielo. Notando la penumbra de una figura en particular que no podían visualizar. 

El caos ya estaba iniciando.

¿Podrían a caso detenerlo?



El verdadero Bill Cipher ha despertado. No se despejará de su alma gemelajuntos gobernará el mundo a su antojo.


O eso creen.

















"Capítulo 38:
Despertar"

Hola, perdón por tardar mucho en actualizar :v
No abandonaré la historia, simplemente las actualizaciones serán lentas. Los veo en el próximo capítulo :D

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