#27#
Había pasado al rededor de una semana donde habían conocidos algunas criaturas sorprendentes.
Gnomos, un multioso, el monstruo del lago y una pareja vieja de fantasmas que habitaban en un super. Ahí habían sido acompañados por Wendy y sus amigos. Además de que también se les unió Candy y Grenda.
Aunque durante esa semanas sentían que Stan les ocultaba algo que ningúno podría imaginarse. Que tenía alguna clase de cuarto secreto en alguna parte de la cabaña, o quizás ya estaban delirando.
En fin, el grupo vivían sus extrañas pero divertidas aventuras día a día. Gideon tratando de conquistar a Mabel, está tratando de ignorarlo y seguir molestando a su hermano con su novio, Candy y Grenda fangirleando al Pines menor con el Cipher mayor, Will dejando de ser tan tímido y sensible, y claro, la joven pareja disfrutando cada momento junto al otro.
(...)
Los cuatro se encontraban (digo cuatro ya que Gideon estaba muy ocupado para ir con ellos en asuntos privados) en una clase de feria del pueblo. Y Candy y Grenda por asuntos familiares.
Mientras Will y Mabel pasaban junto a un rebaño de cerdos, Bill y Dipper caminaban tomados de las manos mientras comían helado.
Una que otra mirada desconcertada se topaban las cuales ignoraban (ya era costumbre) pero la mayoría eran miradas de personas comprensivas y amables que los alentaban en su relación.
Dipper pensó por unos segundos que era una lástima que la gente del pueblo no era la misma que los de la ciudad, o peor aún, que sus padres. Un suspiro triste y frustante salió de sus labios el cual no pasó desapercibido por el ojo del rubio quién lo miró alertado.
—¿Sucede algo Pino?
—Nada Bill.— respondió intranquilo.
— ¿Seguro? Dipper, somos pareja y debes confiar en mí.
— Mmm... Tienes razón. Es sólo que... Pienso en mis padres. Ellos son... Homofóbicos y no quiero que si se llegan a enterar de mi relación me separen de tí. — en sus ojos se apreciaban la tristeza que sentía. A Bill le partía el alma verlo así aunque no negaría que seguía viéndose lindo con esa carita de cachorro triste.
— Ya veo... Pero no tienes por qué preocuparte. Jamás harán que me separe de ti.—le dijo sonriendo para alentarlo.
— Hehehe sonó muy cursi.
—Estando contigo me vuelvo tan cursi como el vampiro de crepúsculo.
— Te quiero B-Bill. —dijo tímido y con un rubor en sus mejillas. Pero seguro de sus palabras.
—Me alegra saberlo.
Rato después, Bill y Dipper habían llegado a un puesto que les llamo la atención; éste consistía en derivar una pirámide de botellas y sólo te daban una pelota. El premio podía ser lo que sea que se encontraba en la tienda como accesorios para celulares, almohadas, peluches, gorras, bufandas, pulseras, balones, etcétera.
Al Pines le llamó bastante la atención un peluche muy extraño pero para sus ojos y el del rubio muy adorable. Aunque para ellos lo extraño y raro era siempre hermoso. Era un animal de un especie indefinida.
—Oh Bill, quiero ese peluche. No sé que sea pero lo quiero. — dijo realmente emocionado. Sus ojos brillaban como un lindo niño pequeño que quería un nuevo juguete.
—Déjame a mí pino. — dijo sin pena con un tono engreído a lo que el castaño sólo arqueo la ceja pero sonrió levemente por el comportamiento tan engreído de su novio. —Uno por favor. — pidió al empleado. Un hombre robusto pero tenía aspecto amable.
—Sólo tienes una oportunidad. — dijo mientras le entregaba a Bill una pelota de béisbol y se apartaba del camino para que el rubio diera a su "objetivo".
—Suerte Bill. — ánimo Dipper con una sonrisa hermosa mientras levantaba los pulgares en señal de apoyo. El mencionado asintió con una sonrisa arrogante y preparado.
Concentrado, miró aquella pirámide de botellas encima del barril, y convencido, apuntando, lanzó la pelota de béisbol. Lástima que ésta no cayó en el lugar correcto y le dio en la esquina del barril dirigiéndose en dirección contraria.
Justo en uno de los ojos de Dipper.
—¡Ha!- gritó no muy varonilmente mientras ponía sus manos en el lugar golpeado. — Mi ojo. — se quejó de puro dolor. Llevando una de sus manos al lugar afectado.
—¡PINO, LO SIENTO! ¡Yo no quice... Lo siento mucho! — empezó a dramatizar el rubio provocando que algunas miradas de gente que pasaba por ahí los mirará por unos momentos. Y el que trabaja ahí con rareza pero sin exagerar.
—Eh... Descuida, dime, ¿se puso morado? — dijo mientras destapaba dicho lugar con confianza y se lo mostraba al mayor quién se sentía un idiota.
—Eh... Ahm... Pues... — dijo nervioso. No quería alterar a su castaño. Su ojo estaba morado. Aquel color que combinando Rojo y Azul se crea morado.
Derepente, un chico más alto que Dipper, probablemente de la misma estatura que Bill se acercó al Pines con buena intención.
—Oh amigo, ése ojo esta fatal. Si quieres puedo ayudarte. — ofreció con amabilidad. Tenía el pelo oscuro y ojos iguales.
—¿Lo harías?
—Por supuesto, acompañame.
—Oh bien, gracias. — dijo sonriendo con un ligero rubor en sus mejillas.
—¿¡Eh!? ¡Pino! Oye estoy con él, puedo ayudarlo así que amablemente te pido que no es necesario que vaya contigo. — dijo el Cipher para poder evitar que su novio fuera con aquel desconocido.
—Oh tranquilo viejo, tengo una caja de primeros auxilios en mi mochila por lo que no tardaremos mucho. Además por lo que noté deberías intentar ganar ése peluche que tanto quiere él ¿No? — sonrió con diversión mientras tomaba la mano del menor.
—Yo no dejaré a mi pino.
—Tranquilo Bill, él solo quiere ayudar. Estaré bien. Confía en mí ¿Sí? — le sonrió con cariño mientras era llevado por el azabache para curarlo.
—Pero... Tengo que ir por él... ¡Auch! — Chillo de dolor al sentir un fuerte agarre en una de sus orejas y con enfado miró al responsable.
—¿A dónde crees que vas mocoso de pelo de mantequilla?
—¡Viejo! ¡Tengo que ir por mi Pino! ¡Suelteme Joder! — insistió tratando de soltarse de aquel agarre y con su único ojo viendo hacía la dirección donde se iba su castaño con aquel desconocido.
—Yo creo que Dipper estará bien. Pero a lo que he venido es por tu ayuda.
—¿¡Qué!?
—Sí, necesito que me ayudes a pegar algunos volantes. Así que ven.
—¡Nooo! ¡espere! ¡Necesito ir! ¡Haaa! ¡Mi oreja coño! ¡Deje eso!
—Si te dejo escaparas, además si terminas rápido regresaras con Dipper más rápido. — dijo Stan mientras se lo lleva lejos de ahí con determinación.
—¿Y por que no pidió ayuda de Will o Mabel? — interrogó mas calmado pero con esa amarga sensación en el pecho de a ver dejado a su Pino solo con ese tipo. Mentiría si dijiera que no estaba para nada celoso.
—Por qué mis bellos ojos azules vieron a un mocoso celoso antes que a los otros. Así que anda le. — contestó Virando los ojos y tirando más de la oreja del rubio.
—Pero mi pino...
—Si quieres te compro un aromatizante de autos con la forma de pino así que Cállate.
—Nooooo. — gritó desesperado, apostando que se escucharía hasta el otro lado de la feria.
—Señor, dame paciencia. — suplicó prácticamente haciendo una facepalm.
(...)
Después de media hora Bill había terminado, corría por el lugar encontrando a su novio hasta que al fin lo vio salir de una atracción, 'los carritos chocones' junto al otro tipo de cabellera negra. Y se despedían.
Al menos ya no ésta cerca de ese chico. Pensó suspirando con alivio mientras sonreía bobamente acercándose con rapidez a Dipper.
—¡Mi adorado Pino! No sabes cuánto te extrañe y lamento lo de tu ojo.
—Oh, no importa Bill, Alían me ayudó bastante, casi ni se nota.
—¿Quién demonios es Alían?
—El chico que me ayudó con mi ojo.
—Mmm, supongo que tienes razón. Bueno, sigamos aprovechando el tiempo que nos queda, la feria cerrará en menos de una hora.
—Oh, sobre eso Bill... No podré estar contigo.
"Capítulo 27:
Feria"
¿Se subió completo? :v
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