#17#

Viernes.

¿Cómo saber si una cita se le considera perfecta? No son los lugares, los detalles, obsequios o cuánto dinero gastas en una cita. Más bien el momento, con quién lo estas compartiendo y de qué manera. Lo que sea que hagas con esa persona muy especial para ti, estará bien. Siempre y sea algo que ambos disfruten y aprecien hasta recordarlo por siempre.

Prácticamente ambos estaban de cierto modo muy emocionados y alterados. Con el temor de arruinar todo.

Eran alrededor de las tres de la tarde cuando ambos se encontraban rumbo a un restaurante para almorzar junto a la compañía del otro. Vestían ropas cómodas pero atrayentes de cierta forma para el otro.

Una conversación variada, sencilla pero muy entretenida donde las risas no se hicieron de esperar mucho. Cada minuto que transcurría era algo que disfrutarían cada vez más. Quizás no sea un cita muy exageradamente divertida pero tenía aquella esencia que la hacía muy agradable. Algo donde ambos podían sentirse cómodos sin temor alguno. Ciertamente, estaban algo sorprendido porque la gente no los mirara mal por estar muy cerca ellos solos, y tomarse de la mano, sin mencionar los jóvenes que siguen siendo.

Después del restaurante fueron al cine, luego a una plaza de video juegos, compraron alguna clase de cadena para que se vieran como una verdadera pareja. Bill cargaba una cadena negra y muy delgada que traía con sigo un dije con forma de Pino hecho de un hermoso diamante azul. Mientras que Dipper una cadena del mismo color y peso, solo que el dije es la figura de un triángulo hecho de oro puro.

Recorrieron por las colinas cercas del mar donde podían ver el hermoso atardecer, sin duda, no es nada comparada con esas películas de amor que ven las jóvenes hoy en día. En un árbol se recostaron para poder seguir disfrutando de aquel momento tan pacífico y esencial para ellos, con la encantadora brisa y el sonido de la naturaleza como una melodía perfecta. Y la hermosa vista que les brindaba aquel pueblo llamado Gravity Falls, donde el verano parecía pasar de forma lenta.

Bill observaba aquel fino rostro del chico que está a su lado, su adorable nariz carmín, sus mejillas suaves con un color que te daba por pensar ¿Cómo es que nadie se había fijado en él? Sus pestañas, cejas y esos encantadores ojos. Sus labios... todo de él es tan perfecto y asombroso. No se arrepentiría de hacer un cuadro de él para poder contemplarlo por más tiempo. Por muchísimo más tiempo.

Al castaño le venció el sueño, sus ojos se sentían pesados y no pudo evitar empezar a de caerse para conciliar fácilmente el sueño. Su cabeza fue recostada en el hombro del mayor mientras esté seguía disfrutando de la más hermosa vista que el mundo le pudiera ofrecer. Rodeó al chico con su brazo para juntar lo más cerca de él sintiendo el calor corporal del menor y su respiración lenta y tranquila. Lo tenía de la cintura, se acercó al pelo del Pines para así poder comprobar su olor.

No cabía duda que le fascinaba el olor del chico, ¿Qué clase de perfume usaba? O quizás era más su esencia natural. Le dio un beso en su mejilla donde se le podía visualizar un tanto rojiza que contrastaba perfectamente con su rostro tan fino y detallado. Tan hermoso. Ver a Dipper así también le transmitía ganas de dormir junto a él y que nadie les molestará nunca más. Solo él y su Pino.

La cita fue un éxito.

El cuerpo del menor le parecía frágil, pequeño y tan tierno... le daban ganas de abrazarlo con fuerza pero cuidado para no romperlo, y nuca más soltarlo. Tantas cosas que él quería hacer. Pero quería que Dipper también tocará su cuerpo y sintiera lo que él siente al estar a su lado.

Muy pronto darían las siete de la noche y en un parpadeo el cielo estaba oscuro. Por suerte podían llegar perfectamente a casas y juntos. Antes de despertar al castaño, dio un último respiro a su olor tan embriagador... o al menos es una de tantas.

¿Despertarlo? ¿Por qué no mejor...?

Sin más y con una ensanchable sonrisa algo maliciosa, cargo al chico como si de una delicada y espontánea princesa fuera. En serio, el chico no debía pasar más de 40 kilos. Era delgado pero de alguna forma tenía algo de relleno en partes de sus cuerpos, como sus mejillas, sus hombros, quizás algo de las piernas u mínimamente su barriga. No era un huesudo flaco. Pero sobre todo tenía piel y carne en aquel trasero tan...

¡Controla te Cipher!

A pegaba más el cuerpo del menor agarrándole con fuerza y teniendo cuidado por donde caminaba. El fresco soplaba pero no tan fuerte. Ver los rizos del castaño moviéndose por el viento y su rostro tan tranquilo y hermoso lo seguían embobando.

(...)

Recostó el chico en su cama apenas evitando Muchas de las preguntas de Mabel, o como él le dice y ya es sabido por muchos, Estrella Fugaz.

Bill miro detenidamente aquellos labios delgados pero de una tonalidad de color que le causaba de alguna forma que se le acercar a probarlos. Eran tan... deseosos.

Su primera cita fue lo máximo. Y esperaba poder realizar Muchas otras más con el castaño quien ahora sólo dormía con una sonrisa satisfecha.









"Capítulo 17:
Cita"

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Tarde por que el internet fue cortado por donde vivo, publico ésto aprovechando que estoy en casa de mi tio :D probablemente no suba otro capítulo en varios días. Gracias por su comprensión.

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