#16#

Stan se acomodaba en su muy cómodo sillón donde prendía el televisor para ver algunos de sus programas favoritos. En una de sus manos tenía el control remoto mientras que en la otra una taza de café caliente y cargado que le daba la bienvenida a otra mañana más. Eran alrededor de las ocho de la mañana y la paz inundaba la sala, agradecía que el par de gemelos y el par de mellizos estuvieran _o al menos eso creía él_ en un profundo sueño, así tener por fin una buena y tranquila mañana.

Sin embargo, como si el karma estuviera presente y sentado a su lado, no paso mucho para que los menores se apoderarán del lugar cambiando el televisor mientras hacían algo de ruido y ensuciaban el lugar con su desayuno de pan tostado y leche.

Mabel y Dipper se sentaron a sus costados, Will en otro sillón aparte y Bill en la alfombra enfrente de él tapando le un poco la vista hacia el televisor.

-Niños... por qué no van... no se... jugar por ahí como niños normales y molestar a otras personas que no sea yo.

-Hahaha, bueno... supongo que podríamos salir al aire fresco para seguir ensayando. -inicio Mabel con una expresión de desinterés. - Al menos Will, yo y los otros que saldrán en la obra porque Dipper y Bill estarán muy ocupados. Hihihi... - soltó una risa maliciosa mientras veía a los mencionados pícara.

-¿Ocupados? No entiendo porque tu risa extraña... - dijo Stanley mientras se rascaba la nuca en señal de confusión. Aunque sospechaba de algo terrible por la extraña risa que lanzó su sobrina.

-Tendré una cita con su sobrino Stan. - declaró Bill en un momento donde había volteado la mirada para ver lo. Sonriendo con complicidad y emoción. Y regresaba la mirada hacía el televisor.

-¿¡AH!? Chicos no sí este bien que Stan se enteré... - dijo un poco angustiado el castaño.

-¿Una cita? ¿Qué clase de cita?- interrogó el único adulto ahí frunciendo las cejas y con los ojos medio cerrados dando a entender que los estaba mirando de una forma acusadora pero a la vez persuasiva. Cruzado de brazos y mostrando seriedad al tema aunque no tuviera ni idea de que iba.

-Para divertirse. - respondieron al insomnio Will y Mabel casi neutrales.

-A mí me gusta mucho su sobrino y pienso hacerlo mi novio. - dijo con total tranquilidad pero con cierta emoción al final. Sin temor a nada.

Pero Stan no sabía que decir o cómo reaccionar exactamente.

-..... Me pregunto si el sol te Está haciendo daño la cabeza. - su voz sonaba ronca pero no molesta. Quizás un poco de incomodes por no saber tratar exactamente ese tema. Los miraba con alguna clase de comprensión o extrañes.

-Es en serio. - dijo Bill y en su tono se notaba la seriedad que empleaba.

-Escuchen, no es que sea homofóbico pero pienso que todavía son muy jóvenes y no comprenden bien eso del amor por lo que creo que están exagerando un poco las cosas.-

-No estamos exagerando nada. Ambos nos gustamos. - dijo el rubio totalmente serio, incluso se podría notar que estaba algo molesto y su mirada era de algún modo... aterradora.

-¿En serio Dipper? O me están jugando alguna clase de broma... de ser así pienso que me han engañado. - rio un poco mientras daba una gran sonrisa creyendo que había caído en alguna clase de broma.

-No Tío... m-me gusta Bill, aunque sea muy molestoso y teñido pero... Quiero intentarlo con él. - confesó el chico igual de serio pasmando a su tío quien por poco se le cae la baba de tanto tener la boca abierta.

-¡No soy teñido, es natural!- exclamó el rubio sin ser muy grosero y sonar molesto con su Pino.

-Primero que nada, Bill no es teñido. Sus padres y pruebas de ADN lo han confirmado. - continuó provocando una leve sonrisa de Bill victorioso y dejando a Mabel y Dipper asombrados. Prosiguió. -El teñido aquí es Will... Y segundo, si creen estar muy seguro de sus decisiones y ser responsables entonces... no los detendré.

-¿¡En serio!?- ex clamaron los cuatro menores.

-Si. Al principio me resultó muy extraño y... poco comprensible. Pero si es algo más que una simple atracción que creen manejar todo esto entonces digo que tiene las suficientes hormonas para llevar acaba una buena relación... pero tampoco se alboroten y me salgan con un nieto.- lo último lo dijo burlón y guiñando su ojos con picardía y una sonrisa extraña, que apenas Mabel podía captar pero dejando a un muy confuso Will.

-¡Somos hombres!- dijo Dipper sonrojado y nervioso.

-Hahahahaha pero sería muy lindo mi Pino embarazado... hahahaha de tan sólo imaginarlo es tan... adorable. Aunque descuide, también pienso que eso es muy rápido y no haré algo que Dipper no quiera.- sonrió dulcemente mientras miraba al castaño que sentía su rostro arder cada vez más.

A Bill le encantaba ver tantas facetas lindas de su Pino, cada reacción de él la consideraba simplemente una obra de arte y todavía tenía un camino para descubrirlas todas.

-Hm... Además todavía no somos una pareja oficial. Vamos algo lento... - Dijo Dipper mientras trataba de tranquilizar los latidos de su corazón y simular seriedad ante la situación.

-Ya entendí Haha, bien ahora váyanse a molestar a otra parte. Shu, Shu... - sin saber cómo, los cuatro ya se encontraban afuera de la cabaña. - Mejor limpien afuera. - les dio unos recogedores de hojas y dos bolsas de plásticos. Tenían mucho trabajo que hacer.

(...)

Después de un rato, Bill y Dipper estuvieron de acuerdo en llevar a cabo la cita después de la presentación de la obra, para no despistarse tanto en sus guiones, no estar tan tensos y poder obtener más dinero para que sea una perfecta cita.

Días después.

No fue tan mal como pensaron, salió mucho mejor de lo que pudieron haber imaginado. Si mencionar que Bill y Will llamaban mucho la atención por su atractivo y cierto carisma. Además de que la obra resultó para los espectadores, Original, cómica y un poco extraña por lo que les encanto. Y se repartieron el dinero del premio por partes iguales.

Sinceramente, el día se les paso muy rápido que apenas pudieron parpadear.

Estaban de acuerdo que la cita la realizarían ese mismo viernes, ósea en dos días. Aunque ninguno de los dos Lo hayan dicho en voz alta o enfrente de los demás, se sentían muy emocionados y esperaban que nada saliera mal.

Al día siguiente.

El reloj marcaba alrededor de las ocho de la mañana. Cuando el timbre del teléfono resonó en casi toda la cabaña como eco en una cueva silenciosa.

-¡Ya voy!- aviso Dipper sin mucha emoción a esas horas. Pero trataba de reincorporarse en el camino.

Tomó el teléfono para ir directo a responder.

-Buenos días. ¿Quién habla?- la voz de una mujer fue lo que escucho, y juraría que una joven que no pasa de los 25 años. Sonaba atractiva y clara.

-Buenos días...- regreso el saludo algo tímido. - Soy el sobrino de Stanley. El Dueño de la cabaña de misterio.

-Un gusto. Me llamo Blair ¿Y usted?-

-Oh... me llamo Dipper... ¿Con quien desea hablar señorita?- titubeo un poco al principio.

-Hehehe no soy tan joven. Tengo ya 33 años. ¿Y tú cariño?

-Tengo casi 13 años...- saber la edad de la mujer del otro lado de la línea si lo había dejado perplejo.

-Bien... ¿Están Will y Bill ahí? -

-Puedo levantarlos si gusta. ¿Cómo los conoce?- pregunto encogido de hombros un tanto curioso.

-Soy su madre.

-S-Su madre... ¿Su mamá?- abrió de la boca en una enorme o mientras por alguna razón sus mejillas se ruborizaron sin saber por qué. Como si alguna clase de idea se mezclará en sus pensamientos desconcertándolo.

-Hehehe si su mamá. - sin duda, no sólo su voz, su risa era risueña, cariñosa y dulce. Algo que le gustaba oír. Se imaginaba a una muy agradable y dulce madre, sin mencionar bella.

-¡Oye Pino con quien hablas!- escucho un grito a unos metros de él, parecía que le daban por sorprenderlo en ese día en minutos.

-¡Bill!- dijo casi inconscientemente. El mencionado se acercaba más al menor quien cada vez se sentía entre incómodo y su corazón acelerado.

-¿Que pasa Pino? ¿Es una sorpresa para mí?- sonrió con burla mientras provocaba un sonrojo mayor en el castaño que apenas logró reaccionar si no fuera por la voz de la mujer.

-Es mi Bill... ¿Pino? Hahaha que gracioso apodo te ha dado. - dijo, y aunque no pudiera verla, apostaba que esbozada una linda sonrisa. Se sentía avergonzado pero de una manera que le causaba una extraña satisfacción.

-Pino con quien hablas. ¡Préstame atención a mí!- se molestó apegándose más a él.

-¿Me lo podrías pasar?-dijo ella.

-Ah... si. - de inmediato se lo entrego a Bill en una de sus manos.

-¿Quién es?- preguntó el rubio alzando una ceja sin mucho interés y confundido.

-Tu mamá. - respondió y por accidente sonrió con dulzura provocando que el rubio se animará tan sólo por aquella hermosa sonrisa. Estaba feliz ahora. Y Dipper pues le restó importancia y sólo observaba al chico.

-¿Mi madre? Vaya... - comentó con una extraña mueca.

Posicionó el teléfono en su oreja y habló.

Y minutos después llegó Will quién no tardó en unirse a la charla. Su plática era un tanto normal. O quizás no muy emocionante y más tranquila de lo que esperaba. Con apenas algo de alegría en sus voces.

(...)

Dipper se encontraba en el sofá mientras trataba de leer uno de sus libros cómoda y tranquilamente. Y digo trataba por que Bill se encontraba abrazando con algo de fuerza y sobre protector al castaño por lo que no lo dejaba leer su querido libro. Bill tenía pegado su mejilla con la de Dipper, un gesto quizás cariñoso pero... algo molesto para el menor. Sin embargo, Los brazos de Bill le daban una sensación muy acogedora y esperaba que siguiera así aunque no lo admitiría... al menos no por ahora.





"Capítulo 16:
Llamada"

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