#12#
-Hey Pino. - pronunció sonriendo. Llamando la atención del nombrado quien parecía buscar algo entre los cajones. -
- ¿Qué pasa?- Prosiguió a preguntar con cierta curiosidad mientras el rubio se acercaba al menor.
-¿Que buscas?-
-Unas cosas para verte la herida de tu ojo. De hecho, justamente te iba a ir a buscar. - contestó de manera tan natural, aunque por alguna razón provocó que Bill se sintiera especial.
-¿En serio?-
-Si. Ahora siéntate. Ha pasado como una semana desde que desinfecte la herida. -
-O-Okey... dejo mi ojo en tus manos. - sonrió de medio lado mientras seguía las indicaciones del menor, sentándose en la cama del chico cerca de la orilla.
-Bien... -
En sus manos traía los materiales necesarios, justo como la última vez, se sentó a lado del rubio para trabajar mejor.
Y con sumo cuidado fue revisando aquella herida. Quitándole el algodón. Se le había olvidado decirle al rubio que debió habérselo cambiado hace días, pero por los sucesos y aparte de que no le tenía importancia en ese entonces a la trágica herida.
Al principio sintió un ligero asco porque en sí la herida esa horrible, pero nada comparado en cómo se veía antes. Notó que la muy notoria marca había cicatrizado como era de esperarse. Lo único que tenía que hacer era limpiarlo y cambiarle el algodón.
-Duele... - se quejó mínimamente soltando un ligero quejido de dolor. Sin embargo, podía aguantar lo.
-Ya casi término... - excusó mientras sonrió al ver el resultado. Sólo faltaba algo para cubrir ese ojo. - ¡Ya se!- exclamó casi con alegría, como cuándo había sacado alguna excelente calificación en la boleta.
Busco entre sus cosas Hasta que al fin lo encontró.
-¿Un parche?- cuestionó el rubio con cierto interés.
El castaño asintió sonriendo, sorprendiendo al contrario.
-Se te verá genial. Tú y Will tendrán más parentesco. - comentó casi bromeando.
-¿Dónde lo compraste? Por qué no parece de esos parches tan comunes que venden en alguna farmacia. -
-Oh... no lo compre. Lo hice, creo que se me olvido dártelo. -dijo mientras acomodaba lo antes mencionado para cubrir correctamente la cicatriz en el ojo.
-G-Gracias... ¿Tengo que darle alguna clase de cuidado especial? Lavarlo cada cierto día. - dijo el rubio dudoso.
-Sólo tienes que preocuparte de que no lo rompas o te lo quites para luego tirarlo. Y sobre lavarlo... con una vez a la semana bastará. Sólo con agua y jabón normal, y esperar a que se seque, claro. - término y se dispuso a guardar lo que había utilizado para desinfectar la herida que, ya no lo es tanto.
-Necesito más de uno. ¿Podrías hacerme más? Son realmente lindos. - agregó bromeando mientras sonreía seductoramente.
-No hay problema. - contestó sentándose a lado del rubio.
-¿En-En serio?- dijo sorprendido, sin embargo en su ojo abarcaba un brillo especial, con una sonrisa de emoción.
-Si. ¿Por qué no?- sonrió de una manera que provocó un fuerte y agradable cosquilleo en todo el cuerpo del mayor. Un tono suave y amable. Dulce.
-Bien... y... Así que... ¿Qué piensas de la obra?- dijo viendo a otro lado para que el castaño no notará su muy violento sonrojo. Cambiando de tema.
-Tengo entendido que en la tarde seguiremos ensayando.- comenzó a explicar sin mucha importancia. - Pienso que tenemos que seguir practicando la parte del "coqueteo" entre el lobo y caperucita roja. Aunque la verdad se me dificulta porque... Es vergonzoso para mí. - sus mejillas adquirieron un rosa pálido, casi vivo que le hacía ver demasiado lindo. Resaltaba en su piel pálida de porcelana, delicada y apostaba que suave. Era un toque rosa muy natural y admirable.
Este niño era muy...
-Yo dijo que si te empeñas lo harás bien. - le dijo Bill dándole cierta confianza y ánimo a Dipper.
-Bill... - mencionó su nombre con delicadeza y suavidad creando un retorcimiento dulce en el corazón del nombrado, prestando toda su atención al oji ámbar. - Gracias... eres un buen amigo. - finalizó con una pequeña sonrisa sincera.
"Amigos"
Aquella palabra no sabía si tomarla con emoción o decepción. Pero al menos, se estaba acercando al Pines menor.
(...)
Ya era tiempo de practicar, y Bill y Dipper prefirieron hacerlo en un lugar apartado de los demás, aunque claro Mabel los estaría supervisando. Que más bien era acosarlos y tratar de ayudar al rubio a que suba de nivel con su mellizo.
Bill sabía que siempre podía contar con la gran ayuda de la castaña y de su hermano... a veces pero si era ciertamente algo.
Pero hubo una parte en el guion donde Dipper se esforzó demasiado, saliéndole perfecto.
Una parte en que, se ha pegaba mucho al rubio y le tomaba del mentón diciendo unas palabras muy provocativas, con una mirada sexy.
Y claramente Bill se puso nervioso y muy colorido. Prácticamente estaba babeando por él menor. Mabel, no sabía si sonreír de la felicidad por aquella escena o darse una palmada mental de lo ridículo y nervioso que se veía el rubio en esos momentos.
Dipper al notar eso, se sintió un poco ofendido.
-Bill... sigue tu línea...- esbozo con el ceño fruncido.
El rubio apenas podía hablar.
Una hora después.
Dipper sentía que el ensayo fue muy lento y torpe por culpa de Bill, ya que se ponía algo nervioso y se tardaba en aprender y decir correctamente sus líneas. Y el castaño sabía que era por su presencia, pero pensaba que a Bill le disgustaba que él fuera el lobo y trataba de retrasarlo o algo parecido.
Dipper siempre buscaba alguna excusa que estaba muy lejos de lo que realmente era.
Y se fue molesto de ahí, caminando hacia su cuarto.
-Hay Bill, en serio. Lo mejor sería que le dijeras a mi hermano sobre lo que sientes al estar con él y lo que quieres de él.- le sugirió cierta castaña en un ensamble algo serio pero ligeramente animado.
-¡P-Pero no puedo...! Es algo difícil. ¿Y si me rechaza?- cuestionó preocupado. Suspiro frutado.
Bill era quién siempre se le confesaban las niñas de su escuela y él las rechazaba. Ahora él era quién temía ser lo.
-¿Y si no? Escucha, mi hermano es algo lento y creo que es una de las cosas que te gusta de él... su inocencia y lo despistado que suele ser ¿no? Supongo que piensas que es muy lindo.- se detuvo y Bill asintió. Ella continuó.- Pero el amor es como cagar. A veces sale por sí mismo, pero a veces necesitas darle un empujón. -
-Eso lo sacaste de Eric Cartman.
-Demonios... el caso es que debes seguir y no rendirte. De alguna forma ciento que mi hermano, a pesar de no ser fácil, puedes hacer que se saque su lado tierno y amistoso. -
-Creo que en eso tienes mucha razón... -
-Él es fácil de avergonzar... a veces. Creo deberías tratar de ser algo cursi con él. O mejor... - chasqueo los dedos y sonrió ampliamente. - ¡DILE QUE ESTÁS ENAMORADO DE ÉL!- grito la chica con orgullo.
-¡CÁLLATE IDIOTA!- le respondió de igual manera gritando molesto y con un rubor en sus mejillas.
-¡¡¡MEJOR CALLENSE LOS DOS!!!- grito Stan desde adentro harto.
-Ah... - suspiro mientras se acariciaba la cien pensando en una solución. - Mejor práctica en el bosque. Práctica lo que le vayas a decir. No seas un tarado. Incluso si a mi hermano le llegases a gustar, él no lo admitiría... -
-¿Crees que le gusto?- preguntó con esperanza.
-No. - respondió muy directa y algo fría. - Todavía no lo creo... Así que mejor vete a practicar. Si quieres ve al bosque solo y piensa que le dirías a Dipper. -
-Cómo sea... - respondió con una mueca de enojo.
Y sin más que decir, fue directo al bosque para despejar su mente, y quizás hacer caso a lo que estrella fugaz le comentó.
(...)
Bill no se había alejado tanto, pero por lo menos se encontraba solo y en un ambiente bastante cómodo y silencioso. Justo lo que necesitaba para tranquilizarse y pensar mejor las cosas.
De repente, sintió la necesidad de tomar en cuenta e intentar lo que Mabel le había sugerido.
Respiro hondo sintiendo como la acogedora brisa pasaba por su rostro y se cabello se revolvía aún más. El magnífico sonido de la naturaleza que hacían relajar sus oídos. Y el aroma del bosque que por alguna razón le recordaba a su Pino.
De repente imagino la viva imagen de aquel castaño por el que tanto su corazón le había causado problemas.
Y decidió practicar tal y como Mabel había dicho
-Oye Dipper.- comenzó algo confiado, se sentía estúpido y ridículo pero eso no lo detuvo.- ¿Que quiero decir?...Es gracioso que hayas cumplido tu reunión en venir aquí Ahm. ...- se detuvo intranquilo, se sentía nervioso y las palabras no le salían como él quería. Siguió pensando.
Imaginado las reacciones de Dipper, muy posiblemente estaría serio o confundido.
-...quería decir eso.- se detuvo y trago saliva mientras reprimía sus miedos y su corazón se aceleraba. Mirando al frente, cómo si en realidad estuviera ahí el castaño. - ¿Estoy completamente y totalmente locamente enamorado de ti? Oh y... ¿Me despierto en las noches pensando en ti?
"Capítulo 12:
Parche"
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