#1#


Dipper y Mabel Pines, desempacaban su equipaje en sus  respectivas habitaciones.

Sus padres les habían casi obligado a ir en las vacaciones a la cabaña donde vivía actualmente su Tío Stan.

Era apenas un viernes 1 de julio, el año no importa mucho. Alrededor de  las diez de la mañana; notaban a su tío algo apresurado y rascándose la nuca muy constantemente, como si estuviera nervioso o inquieto.

Decidieron darle un pequeño y rápido recorrido al lugar, percatandose que había una habitación que debería estar vacía, sin embargo parecía ya ocupada desde hace varios días.

Mabel no le tomó mucha importancia aquel detalle, aunque Dipper si le entró la curiosidad ya que si, su Tío Stan ya tiene otro cuarto, el y su hermana también. Entonces, ¿De quién era ese cuarto? O más bien, "quienes" ya que también poseían dos camas. Y como no podía revisar propiedad ajena ya que su tío también le había prohibido entrar al cuarto para poder investigar más, decidió preguntarle a este mismo.

-¿Quienes duermen ahí?- preguntó  directamente, esperando con ansias una respuesta satisfactoria de parte del anciano que estaba leyendo una revista de cadenas de oro para hombres mayores.

-Niño, eso es algo que no te interesa saber. - contestó antipático.

--¡Vamos Stan! ¿Por qué no me quieres decir?-- dijo muy instente el castaño.

El mayor viro los ojos con molestia. Suspiro irritado, dejó la revista a un lado mientras observaba al niño.

--De todas maneras tú y tu hermana lo sabrán así que... Ah, se alojan un par de mocosos casi como ustedes, y los tendré aquí Hasta que sus padres me digan que ya se los llevarán de vuelta a su hogar. -- explicó sin mucho interés.

--¿Padres? ¿Cómo? ¿Por que los cuidas? ¿Cuanto tiempo llevas cuidándolos? ¿Que edad tienen?¿Son raros?

-Hey, Hey, demasiadas preguntas niño... mira, sus padres me pagan muy bien por cuidarlos ya que ellos tiene que viajar mucho por su trabajo. Llevo cuidandolos unas dos o tres semanas.No se que edad tiene y no se si son lo que de nóminas "raros".--

--Oh ya veo... ¿Y donde están? -- pregunto interesado, pensando en que quizás podría conseguir al fin amigos, y posiblemente por primera vez una novia, ya que su tío no específico si en esos "mocosos", uno de ellos era del sexo femenino y pensaba que era así ya que su tío suele decirle mocosos a él y su hermana también.

--No se, am... ¿en una tienda?¿biblioteca? ¡Yo que voy a saber!--

--¡Pero si es tu deber es cuidarlos!--

--Pero tampoco tanto así. Ya mejor vete a jugar niño, ten, para que dejes de molestarme.--  dijo entregándole algo de dinero.

--¡Gracias Tío! .... ¿Sabes donde esta mi hermana?-- preguntó con una leve sonrisa.

--Salió para hacer amigos según ella.-- respondió haciendo comillas en la palabra "amigos."

Dipper se dispuso a irse, caminando en un sendero que guiaba hasta los principios del pueblo, las casa y pequeños edificios. No tardó más de 25 minutos en llegar. Dio Muchas vueltas por el lugar para así poder conocerlo mejor, y quizás buscar algo que le llamará la atención.

Paso casi una hora, y él sentimiento de aburrimiento era algo lo que lo fastidiaba, consideraba al pueblo un lugar muy aburrido y sin nada especial, incluso las atracciones falsas de su tío Stan eran más interesantes.

Miraba al despejado cielo azul, y por suerte los rayos del sol no eran una molestia. Su cabello castaño se revolvía con la brisa que pasaba, era algo cómodo y hasta cierto punto glorioso.

Sin embargo, no todo es color de rosa.

Su vista se fijo hacia adelante, y ya era tarde para esquivar o detener lo que venía a continuación.


(....)


Él y su hermano habían decido salir de aquella cabaña para salir un rato hacer de las suyas, llevaban seis semanas en aquel pueblo y se podría decir que conocían casi a la perfección el lugar y algunos de lo grandes secretos que este escondía.

Ambos gemelos se separaron, su hermano menor Will fue a la biblioteca, y el rubio decidió ir a una tienda para comprar su botana favorita, unos Doritos Nachos. Salió del lugar con la fritura en manos aún cerrada.

El rubio caminaba muy feliz, tarareando una canción que a él le gustaba pero cualquiera que la escuchará no la conocería.  Caminaba  y caminaba, estaba muy concentrado en sus pensamientos y no se dio cuenta que estaba apunto de chocar con alguien y que los Doritos sufrirían las consecuencias.


¡PUM!

Los Doritos salieron volando por unos segundos, y mientras eso pasaba, Bill se caía encima de la persona con la que se había chocado, y mientras este caía al suelo, la botana ya había caído al suelo, y la persona con la que había chocado cayó encima de esté por lo que la botana explotó,   en pocas palabras se arruinó. Se logró escuchar el sonido de los nachos haciéndose pedazos. Algo que llegó al corazón de Bill y dejara cicatriz.

--Am... Perdón... -- fue lo que dijo el niño con el que tropezó,  de inmediato ambos se pusieron de pie.

Con el que había chocado lo miraba indiferente, en cambio Bill, estaba entre enojado y.... ¿triste? Quizás.

Hubo un pequeño silencio, el niño se iba a marchar, hasta que el grito del rubio lo detuvo.

--¡Oye niño!-- el mencionado se detuvo ligeramente irritado pero con ese sentimiento de indiferencia absoluta. Se detuvo estando a dos metros del rubio y lo miro sin mucho interés preguntándose que es lo que quería.

Cuando Bill supo que ya tenía su suficiente atención, Prosiguió.

--Pagame el dinero de mis Doritos-- dijo sonriendo de una manera arrogante. Hablando con algo de superioridad.

--....... - no hubo contestación, solo una mirada que decía "¿esta hablando en serio? Fue un accidente".

-- ¡Hey! ¿me estas escuchando?-- dijo el rubio mientras se acercaba más al contrario hasta quedar frente a frente. -- Esas Doritos eran especiales para mí y me costaron. Fueron 13 pesos que me debes. -- añadió esperando su dinero.

El niño sólo lo miraba buscando alguna respuesta lógica y ver si en serio le iba a pagar. Tenía dinero suficiente del que su tío le había dado, pero no pensaba en mal gastarlo comprando una botana a un desconocido que parecía una clase de bravucón.

--¿Por qué debería pagarte eso? Fue un accidente y los accidentes son inevitables, sinceramente lo siento pero no te daré dinero. -- respondió muy seguro mientras metía sus manos en los bolsillos de sus pantalones.

--Escucha niño, debes hacer algo al respecto, no pienso quedarme sin nada. --

--No me digas niño rubio teñido. Creo que no nos llevamos muchos años de diferencia así que no te creas superior a mi. --

--¿¡Rubio teñido!? ¡Es natural idiota! ¿Cuantos años tienes entonces?-- preguntó con una pizca de furia.

--12 años. --

--Y Yo 13 años, así que soy mayor que tú.  El caso es que será mejor que me pages mis Doritos. --

--Mmmm... Y si no. ¿Qué me harás? -- dijo retandolo y entre cerrando los ojos.

--Te molestare hasta que me devuelvas el dinero. Vamos niño, no están difícil. --

--No te daré nada y deja de llamarme niño. --

--¿Y como quieres que te llame? Mmm... te parece... ¿castaño estúpido asesino de Doritos?--

-Escucha rubio, le tomas muy en serio a esos Doritos, deberías olvidarlo y comprarte otra. Un niño normal y maduro haría eso. Además ya te dije que fue un accidente. --

--Soy casi un adolescente. Tu eres el niño aquí. -- dijo secamente.

--Cómo digas, ¿sabes? Cómo yo pienso razonablemente me iré de aquí ya que yo tengo cosas más importantes que hacer que discutir contigo por unas Doritos que te puedes conseguir fácilmente. Adiós desconocido. -- dijo el niño mientras levantaba la mano en señal de despedida y se iba rápidamente de ahí.

--¡No te vayas aún maldi--se interrumpió ya que sintió su celular vibrar por lo que no lo persiguió y de dispuso a contestar.

--¿Will?--

--Bill, ¿donde estas? Hace rato que salí de la biblioteca y voy para la cabaña. --

--Lo que pasa que estaba discutiendo con un idiota. --

--¿Hm? ¿Te hizo algo? ¿Que paso?--

--Digamos que ambos nos tropezamos y caí encima de él y el cayó encima  de mis presiadas Doritos y no quiso pagarlas. --

--Mmm... ¿pero fue un accidente no?--

--S-Si... ¡Aún así me las debe! Además me dijo rubio teñido. -- dijo molesto.

--Algo le debiste decir para que te digiera eso. --

--Cómo sea, será mejor que regrese a la cabaña. --

--Si, yo acabo de llegar. Nos vemos luego hermano. --

--Adiós Will. -- y colgó la llamada.

Estuvo como 35 minutos caminando hasta que al fin ya se encontraba en la entrada de la tienda.

Quizás debía olvidar a ese niño castaño, total, no era muy seguro que lo volviera a ver, aunque seguía maldiciendo lo por lo de las Doritos.

Entró a la cabaña gritando un "Ya llegó por quién lloraban" y fue hacia la sala donde estaba le televisión, tal fue su sorpresa al ver invitados.

--Nadie lloraba por ti. -- escucho esa voz inolvidable, estaba serio el castaño y parecía más concentrado en leer aquel libro de tantas páginas.

El rubio estaba casi en shock preguntándose Muchas cosas.

--¿¡Que haces tú aquí!?--

--Lo mismo pregunto. -- respondió cerrando su libro viendo que no podría leer tranquilamente con el escándalo que se aproximará.

--¿¡Que haces aquí!? ¡Te pregunte primero!-

--Pos ya que. Escucha, vengo de visita por unos meses junto a mi hermana, somos los sobrinos nietos del dueño de esta cabaña. -- explicó.

--¿D-Del viejo Stan? -- el menor asintió sin expresión alguna. --- No sabia que tenía sobrinos. --

--Y yo no sabia que tu eras quien se alojaba acá. Oh, ya conocí a tu hermano Will, es algo tímido pero me cae bien... al menos mucho mejor que tú. --

--¿Y dónde esta?-- preguntó ignorando el comentario antes dicho.

--Con mi hermana en su habitación. -- respondió sin interés.

--¿En la de ella o la de él?--

--La de ella. --

Bill se dirigió hacia donde estaba su hermano encontrándose con que estaba jugando con una castaña parecida al castaño.

--¡Oh! Tu debes ser Bill ¿no? Vaya, si que son muy guapos los dos. -- dijo ella sonriendo coquetamente.

--H-Hola Bill.... ¿Ya conociste a Dipper?--

--¿Quién? --

--Él castaño que esta leyendo. --

--Con que así se llama... y si, el es el tipo que cayó encima de mis Doritos.  --

--¿Que?- dijo la castaña.

--El mundo es muy pequeño... bueno, e-ella es Mabel, la hermana de Dipper. --

--¡Hola! ¡Un gusto! -- sonrió dejando ver sus frenos.-- ¿Y como esta eso de los Doritos?

Bill decidió contar todo lo que sucedió a los dos y ellos prestaban mucha atención.

--Me sorprende que tu hermano no te haya contado nada.-- dijo Bill.

--A mi también, aunque supongo que fue por que no le vio mucha importancia. -- contestó Mabel. -- Entonces... ¿Te llevas mal con mi hermano?--

--Me cae mal y se que yo también a él. --

--Que mal. -- comentó Will.

--Y yo que quería que los cuatro nos lleváramos bien y fuéramos una clase de mejores amigos cool' del pueblo. Ah,-- suspiro-- Ahora se que no sucederá. --

--Mejor olvidemos eso.... Así que... ¿Mabel?--

--Si. --

--Y que te trae aquí y al idiota de tu hermano a este pueblo?--

--Mis padres decidieron que necesitabamos algo de aire libre y nos mandaron con nuestro tío. Llegamos apenas hoy hace unas pocas horas. --

--Ya veo...--

--¿No hay forma de que ya no te caiga mal mi hermano?--

--Mmm, si me pagará lo de mis Doritos quizás lo consideraría perdonarlo.-- respondió el rubio.

--¿No crees que eres dramático Bill?--

--Claro que no Will. --

--Espero que tú y mi hermano arreglen las cosas. --

--Lo Dudo mucho.--

Los tres se la pasaron conversando sobre cosas triviales, mientras Dipper de concentraba y entretenía más con aquel libro de misterio que tanto le gustaba.

Y tanto como el castaño y el rubio estaban convencidos de que en aquel verano, no se llevarían bien.


Aunque tampoco tenía idea de que las cosas cambiarían y nuevos sentimientos surgirán, tanto amistades como amores.






Capítulo 01-
"Comienzo"

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