14. FINAL
Atravesé sin demora la atmósfera de la Tierra, y apenas lo hice me dirigí hacia la base principal del Pacto Supremo, donde ya todos estaban esperando mi regreso luego de ver a Venus explotar y desvanecerse. Una gran multitud aplaudía mi llegada, y cuando la compuerta de mi nave comenzó a abrirse, ellos se acercaron y me llevaron en hombros hasta la entrada de la base, pero yo sólo fingía sonreír, en realidad me estaba destrozando por dentro por el dolor, fruto de la pérdida de un ser amado.
Entré de golpe a los laboratorios, y puse sobre la mesa el antídoto, para salir inmediatamente de las instalaciones e ir a la sala de rastreo para preguntar sobre el bombardeo de la Plaga Mental en Esbjerg, pero ahí me enteré de que todo era mentira y el lanzamiento había sido cancelado.
Finalmente, entré al cuarto de monitoreo con una única intención: conocer al chico que me guio en la primera parte de la misión. Su nombre era Erwin Szandor, de Germanía, y había llegado ahí por una recomendación por parte de la universidad. De igual forma, me entrevisté nuevamente con los gobernantes, y en el transcurso de la conversación decidí no aceptar la paga. Más bien, pedí que el dinero que gané se distribuyera entre las colonias más necesitadas del Reino Danés, y que se le ofreciera a este el título de miembro honorario del Pacto Supremo para que no se encontrara indefenso ante algún país que quisiera seguir el ejemplo de la NI y propasarse con las naciones débiles. Ellos lo hicieron así, y mi patria aceptó mientras le permitieran mantener sus relaciones con la Liga Nórdica y la GRASOEURONO.
El próximo destino al que iría era, ahora sí, uno de los más terribles para mí, y eso era Estocolmo, Suecia… En esa ciudad fue donde la bomba KC-02, que viajaba amenazante en un misil balístico de poco alcance, cayó derribada por una valiente urania llamada Estelle Blazze.
Salí de ahí tan pronto como llegué, mi único objetivo era recuperar los restos de mi amada lo más rápido posible y desaparecer sin rastro dejar, acudí a mi casa en Nueva Groenlandia y ahí sepulté el cuerpo deformado por la explosión, con una promesa que revelaría al día siguiente, cuando en una conferencia pública me invitaron a dar un pequeño discurso…
Pero antes de eso, toda la Nación Inglesa fue destruida con algo semejante a su gran arma, la Plaga Mental, no quedando piedra sobre piedra. Era su merecido por provocar tanto dolor donde su láser púrpura caía, angustia, llanto, todo… Ahora era su turno de sufrir.
El gobierno veía horrorizado todo este caos y se sentía culpable, pues en el fondo sabían que ellos lo habían provocado. Soltaban lágrimas de sangre, el agua de sus cuerpos se había agotado, hasta que, finalmente, llegó su turno de morir, siendo lo último que dijo el presidente las siguientes palabras: -Por la grandeza de Inglaterra, que en esta vida o en la otra, reciba mi castigo justo por haber confiado el futuro de la patria a Roy Arson, y que él arda en las llamas del infierno hasta el fin de los tiempos. -Al terminar, se hizo polvo junto con todos sus auxiliares, el Parlamento y demás personal.
Cada una de sus ciudades fue hecha pedazos con un láser híper-calentado, lo único que merecía el gobierno como castigo, viendo no sólo sus vidas, sino las de todos sus ciudadanos, que confiaron en ellos, y que lograron incluso lanzar mensajes de odio contra sus líderes por haberlos llevado a eso, antes de correr el mismo destino por la culpa de los que ellos vieron como esperanza de su país tan erróneamente, una verdadera desgracia para gente que no había hecho nada, pero que debió morir para atormentar a los verdaderos responsables de la guerra.
Después de las olas de destrucción masiva, ya no había rastro de que una nación había prosperado en la Gran Bretaña, al menos en el sur y el centro, pues en el norte, los escoceses miraban perplejos lo que les pasaba a sus vecinos como una lección para que ni se les ocurriera hacer lo mismo, aunque de por sí la paz siempre reinó ahí desde su separación de los dominios ingleses. Así de fatal fue el triste final de la tierra que creó a los Estados Unidos: igual o tal vez mucho peor, puesto que uno se encontraba en la miseria y el otro ya ni siquiera existía y por la misma razón… Esa razón tiene un nombre bastante sonado y repugnante, una práctica lamentable y que no debería de existir llamada "imperialismo".
Al anochecer siguiente, en la gran plaza de Neon Maiden, el presidente de Nueva Rusia V dio inicio al evento en el que yo me daría a conocer de una forma más profunda a todo el mundo, y tomó el micrófono para comenzar. -Muy estimada población humana de todo el mundo, sin distinción alguna: esta noche, es de nuestro regocijo el anunciar que la Plaga Mental de Inglaterra ha sido controlada y erradicada para siempre. No tenemos duda de que ha sido un gran desafío, pero lo hemos logrado con un apoyo enorme. Hemos conseguido con la ayuda de este hombre el antídoto a tan peligrosa enfermedad, combinación mortífera de virus, drogas y bacterias mediante una licuadora molecular creada expresamente para aniquilar a la humanidad con la creación maestra de los ingleses. Es más, nosotros no contribuimos mas que con un poco de antimateria para que esto fuera posible y él se encargó de todo lo demás. Aquí, ustedes ahora escucharan de la boca del mejor cazarrecompensas que hemos conocido todo tal y como pasó. ¡Démosle la bienvenida a Jonathan Blackman, "Summer-Bot"!
Mi turno había llegado, subí lentamente hacia el escenario, y tomé ahora yo el control del sonido. -Mi… Eeep… -Di un respiro profundo para tomar confianza, y viendo hacia la Catedral para fabricar en mi mente una idea de que hablaba solo, comencé: -Mi estimada multitud, gente de todo el orbe, yo estoy aquí y ahora para hablarles sobre esta misión que me permitiré renombrar como "Relámpago venusino" por la prontitud e improvisación que se llevó a cabo, y sobre algo más. Durante mucho tiempo, pensé que el mundo era ya perfecto, no existe actualmente, como sabemos, ningún tipo de organización terrorista de alto riesgo, no hay secuestros, ni matanzas, ni tortura. Entonces tenemos que mi única preocupación era qué comería el día de mañana; pues bien, soy originario del Reino Danés, y a muy temprana edad entré a la Armada, dispuesto a emplear la fuerza para proteger a mi país de cualquier enemigo; sin embargo, el problema fue que el valiente cazarrecompensas que ven aquí era un cobarde, un tipo tímido y sometido por los demás soldados. No destaqué sino luego de haber transcurrido mucho tiempo en las líneas del ejército, tomando después las riendas de misiones que no me correspondían, llevando actitudes temerarias y otro sinfín de cosas motivo de castigo entre nosotros. La cereza del pastel fue el estallido de la guerra contra Irlanda por el control de la costa oeste, y en dicho conflicto yo me desempeñé como uno de los mejores elementos. Dicen que de lo bueno, poco, pero no sé si realmente haya sido así, pues de entre todos no era yo el único destacado, aún así creo que les superaba por poco… Decidí dejar el ejército por motivos personales, pero las armas nunca. Mi trabajo actual no tardé en conseguirlo, me casé, y justo estaba pensando en cambiar de carrera a una menos arriesgada, cuando ella enfermó de gravedad; les juro que amaba a mi esposa, y nada me impidió donarle todos mis órganos para que sobreviviera, pero el cáncer también los hizo sucumbir a su poder letal. A mí pudieron salvarme, pero a mi única razón de vivir en ese entonces nada pudo hacerle resistir al menos un poco más. Fue uno de los momentos más tristes de mi vida, junto con la pérdida de mis padres un poco antes, con tres semanas de diferencia cada uno y algunos meses con mi esposa. Como podrán imaginar, estaba devastado. Tenía ganas de seguirles quitándome a mí mismo la vida, pero entonces decidí honrarles con mi trabajo de cazarrecompensas, llegando algún día a hacer algo que todos recordasen: creo que esta es la hazaña que deseé siempre, y les aseguro que no será la última.
Todos me aplaudieron y algunos incluso lanzaron flores, y tras una breve pausa, proseguí con mi discurso: -Cuando la Resurgiente Nación Inglesa atacó con su Plaga Mental la ciudad de Tokyo, y viendo que nadie le ponía fin a esa inestable relación entre el Pacto Supremo y la NI, me puse en camino hasta Zelenskgrado, donde le puse un susto muy interesante a estos gobernantes. -Ellos se sonrojaron y después se rieron. -Y pues me enviaron a Venus en una nave de transporte público inglés, por más raro que suene eso. Las cosas salieron peor que en una película de comedia, prueba de ello es que confundí el antídoto a la Plaga Mental, que era mi objetivo, con una copia del Plan de Estudios Inglés 4030-4031… Sí, no les culpo por reírse, ellos fueron conmigo con armaduras medievales, pero bueno. Ahora hablemos de la parte seria de la misión… Comencé a hacerlo todo a mi manera: nada de juegos del agente encubierto ni otra cosa por el estilo, más bien maté a todo el que me topé enfrente desde mi salida de este bello planeta hasta Venus sin tener misericordia alguna, esperaba algo fácil y rápido, pero más tarde que temprano las cosas se salieron de control y mis tristes tácticas fueron burladas, estaría muerto ahora de no ser por dos personas: Erwin Szandor y la también cazarrecompensas Estelle Blazze. Ella fue la primera mujer que amé tras la muerte de mi esposa, y tal vez la última, con su mucho apoyo es que volví. De hecho, de no ser por su valeroso sacrificio Neon Maiden estaría hecha añicos, porque en la batalla de Estocolmo, efectuó la autodestrucción de su nave para detener el avance del misil que transportaba la mortífera bomba KC-02 hasta la gran urbe. Espero ahora, con todo mi corazón, que puedan guardar respeto siempre que recuerden ese acto de heroísmo tan noble y desinteresado, como lo hago yo. He destruido muchas cosas, entré a robar a un museo español, a una fábrica rusa y a un restaurant japonés, pero estoy aquí y espero me puedan perdonar los venusinos por recordar que, de paso, destruí su mundo sin dudarlo usando un cañón de antimateria… Deben tomar en cuenta, para no sufrir más por su hogar, que todo ha sido por una buena causa, y esa es salvar a las dos especies de los tiranos anglohablantes, que tanto les explotaban y querían hacer lo mismo con nosotros liderados por el psicópata Roy Arson, ser inmundo al que me he dignado llamar "Hitler contemporáneo", y "Fuerza M moderna". Ese hombre deseaba restaurar el Reino Unido con la esperanza de ser elegido rey por su pueblo, y lo habría conseguido de no ser por mi intervención y la de Estelle, también conocida como Blazzcops, que luchamos juntos y logramos completar la misión de una manera tan satisfactoria. Como conclusión, se harán una pregunta que no dudaré en responder: "¿Podemos nosotros salvar la Tierra?" Ya para cerrar este breve discurso, pues no son las palabras lo que mejor se me da, les daré un mensaje que les puede motivar a ser mejores si lo toman con sabiduría: todos podemos salvar al mundo; con acciones grandes o pequeñas, es lo mismo, pero siempre puedes participar en el cambio. El ayudar y no impacientarte con tu familiar enfermo ya es una hazaña, y te entrenará para un desafío mayor, recuerden siempre eso olvidando paradigmas y esquemas, abriendo las puertas al indigente y ayudando al que menos tiene ya somos héroes. ¡Piensen siempre en ello y esta tierra será un mundo mejor, un mundo verdaderamente puro donde el mal ya no corrompa más las buenas almas que le habitan, no necesitamos computadoras que nos ayuden, sólo debemos preservar la verdadera esencia del ser humano y superarnos a nosotros mismos cada día, con humildad y mucha seguridad! Muchas gracias por escucharme.
Derritiéndose en aplausos y coreando mi nombre, me acompañaron hasta donde se encontraba mi nave, y antes de abordarla, Trantik se acercó.
-Summer-Bot, ¿te vas?
-Sí, Trantik. El universo nunca está en paz y, ya que este mundo finalmente la ha conseguido, quiero hacer lo mismo con otros. Te dejo a cargo, ahora tú serás un guía para ellos. -Le puse una insignia brillante y lo apapaché. -Si algo pasa, tú les defenderás, deposito con esta medalla toda mi confianza en tí. Lo que necesites está en mi casa, ya sabes la dirección. Yo… me voy para quizá no volver, pero siempre tendré la idea de que la Tierra está a salvo contigo, ¿estaré en lo cierto?
-¡Por supuesto que sí, dejas todo en buenas manos! Tengo qué corresponder a todo lo que hiciste por los míos en Venus haciendo lo mismo por los tuyos, y mientras tenga vida nada malo les ha de ocurrir, quítate el pendiente.
-Me enorgullezco, mi fiel camarada.
-¡Je, je!
-Ahora sí… -Me incorporé y subí. -¡Y ahora me voy, para seguir protegiendo al universo! ¡Adiós a todos!
Despegué lentamente, y comencé a sobrevolar modelando figuras de fuego en el cielo antes de finalmente irme, no sin antes dar un pequeño recorrido por todas las capitales del Pacto Supremo, a las cuáles las unía ese día una sensación de alegría y fiesta…
Madrid…
Seoul…
Gran Naranja…
Neon Maiden…
Y, cómo no, mi querida Esbjerg…
Era como yo lo pensaba, todo a salvo y feliz. Ya no tenía nada qué hacer, así que me elevé hasta la atmósfera y, a la velocidad de la luz, me fuí. Allá iba, campante y listo para cualquier planeta que me necesitara, con la conciencia limpia y gran tranquilidad por haber erradicado el mal en mi hogar sin posibilidades de que volviera. Ahora sí era alguien útil a la sociedad y eso me honraba como lo hará para siempre.
Ahora, el futuro abría sus puertas para que yo entrase, a desafíos que aún no imaginaba y que me ayudarían a ganar experiencia para superar los venideros, que se tornaban cada vez más difíciles, sin embargo, aunque fueren lo que fueren, yo estaba listo y no retrocedería ante nada ni nadie, porque eso sólo lo hacen los cobardes que sólo resguardan su propio pellejo y no tienen interés alguno en los demás. En cambio, mi persona ahora me importaba poco ante la vida de los demás, sería un aliado de la justicia y daría su castigo al culpable, sin piedad…
…Ahora el universo no tenía nada qué temer, Summer-Bot estaba de su lado… Sería la sombra que haría pagar a los malditos por los gritos de los inocentes, pero ya no pediría nada a cambio: mi recompensa sería ver un mundo mejor, todo en honor a mi amada Blazzcops, de quien aprendí tanto; además, sería como un golpe en la cara para Sunix y el general Roy Arson, que veían en mí a un asesino a sueldo común y corriente. Con mis próximas misiones, les callaría la boca a todos aquellos que desconfiaron de mí. Me lancé al espacio profundo, sin rumbo pero alerta a cualquier problema que yo pudiera resolver con mi nueva regla de oro, que ya he mencionado. Antes de aumentar aún más la velocidad, sonreí, y viendo al frente, grité airoso:
-¡Y lucharé por siempre hasta el día de mi muerte!
FIN
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