prólogo

"Fue una sola mala jugada," dijo Scaloni. "Tu delantera usual se lesionó y tuviste que jugar con una suplente con la que nunca jugaste. La química no es la misma y eso te jugó en contra, pero fueron semifinalistas, nena, no les fue mal."

"Nos fue para el orto," respondió Evelyn, indignada, mientras su papá manejaba el auto del aeropuerto a su casa.

Evelyn acababa de volver de la Copa América de Colombia, habiendo terminado como semifinalistas después de perder el partido contra Colombia 1-0. Si Szymanowski no se hubiera lesionado, Evelyn estaba convencida de que la copa era suya, y eso la indignaba.

"Te estás presionando demasiado. Deberías ver el lado bueno."

"¿Y cuál es el lado bueno?" Evelyn se encogió de hombros.

"Jugaste. Y jugaste bien." Scaloni la miró. "Estoy muy orgulloso de vos, nena."

"Para ser director técnico de la selección argentina, sos bastante bueno mintiéndole a tus jugadores." Se rió ella.

"No miento."

"Sí, claro."

Hubo un momento de silencio. Evelyn seguía bastante frustrada con la derrota: habían estado tan cerca, a solo un gol de distancia de un empate fácil, pero no habían logrado empujarse hasta su límite. Sin embargo, ahora, junto a su papá, Evelyn se encontraba muchísimo más calma.

"Mañana tengo entrenamiento con los chicos," dijo Scaloni después de un rato. "Ya con el Mundial empezando, voy a estar muy ocupado."

"Está bien."

"¿Querés venir conmigo mañana? Los chicos te re extrañan." Scaloni le dio un codazo suave para llamar su atención.

"Puede ser. Depende cómo me sienta, pero seguramente sí. Yo también los re extrañé a esos boludos." Evelyn sonrió para sí.

"Boludos, sí, pero mejoraron mucho desde la última vez que los viste," Scaloni aseguró. "Encima tenemos un arquerazo. Yo creo que este año tenemos una oportunidad."

"Si llega Francia a la final, nos hacen el orto."

"Sé positiva, pendeja."

"Bueno, bueno."

Se sumergieron en un silencio cómodo por lo que restaba del viaje desde Ezeiza, y cuando llegaron a la casa que ella tanto extrañaba, Evelyn se dio cuenta de lo cansada que estaba. Inmediatamente, mientras su papá la ayudaba a bajar su valija, bostezó.

"No doy más," dijo.

"Me imagino. Directo a la camita, nena," le respondió su papá.

"¿Camita? No soy una nena, papá." Se rió Evelyn.

"Pero sos mi nena. Dale, pendeja, andá a dormir que yo te subo la valija." Scaloni instó a su hija a adentrarse en la casa e irse a dormir de una vez por todas.

Evelyn le dedicó una última mirada. "¿No necesitás ayuda, seguro? Mirá que mañana te despertás temprano."

"Vos también. Dejá, quedate tranquila, lo hago yo."

Evelyn sonrió y le dio un beso en el cachete, abrazándolo fuertemente para después robarle las llaves del bolsillo y entrar a la casa. Subió las escaleras de dos en dos, se puso el pijama y se tiró en la cama.






୨⎯ historias de instagram ⎯୧

evelynscaloni:

rodridepaul: Es Ezeiza eso?
rodridepaul: Ya volviste????

evelynscaloni: sí loco

rodridepaul: SI MAÑANA NO TE VEO EN EL ENTRENAMIENTO TE VOY A IR A BUSCAR

evelynscaloni: qué te tomaste flaco???

rodridepaul: Andá a cagar

evelynscaloni: jaja voy a estar ahí

rodridepaul: Más vale
rodridepaul: Descansá loca

evelynscaloni: vos también

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