epílogo
DICIEMBRE 2025
Evelyn es la primera en despertarse, como siempre. Deben ser las seis o siete de la mañana, baja a la cocina mientras se frota los ojos con los puños, exhausta. Durmió poco anoche porque el avión de Emi aterrizó tarde, entrada la medianoche, además de que él después se ocupó de mantenerla bien distraída una vez llegaron a la casa.
Con solo un gran remerón gris de su esposo puesto sobre la tanga, Evelyn bosteza y rodea la encimera para llegar a la cocina. El pelo revuelto (ahora rubio) le cae por la espalda y le arden los ojos. Hace café y se sirve una taza.
Escucha una risa detrás suyo.
"Dios, Evelyn, ¿por qué siempre te despertás tan temprano?"
Evelyn se da vuelta y encuentra la mirada de Emi, que lleva puesto solo unos joggings grises, sin remera. Su pelo, ahora un poco más largo, está revuelto sobre su cabeza y se frota los ojos, acercándose hacia ella perezosamente.
Y tiene razón, la verdad. Son pocas las veces que Evelyn se despierta después de las ocho, y no por decisión propia. De hecho, amaría poder dormir más, pero cuando su cuerpo decide que ya es suficiente, ella no puede debatir.
"Buenos días, amor." Se ríe. "¿Café?"
Emi suelta un tarareo, por lo que Evelyn agarra otra taza de la alacena y empieza a servir la bebida humeante en ésta. El arquero suelta un suspiro y se acerca a ella por detrás, rodeándole la cintura con los brazos y apoyando su mentón en el hueco de su cuello. Evelyn sonríe y él le besa el cachete.
"Buen día," le dice. "¿Dormiste bien?"
Evelyn se encoge de hombros. "Maso."
"Uy. No te cansé lo suficiente." Suspira Emi, y ella vuelve a reírse. "Si querés termino lo que empecé ahora mismo."
"Dios, qué asco. Consíganse una habitación."
Evelyn y Emi se dan vuelta a la vez y la divisan a Uma, la joven de tan solo catorce años, su hija. Baja de las escaleras y se acerca a la cocina con los rulos rojos completamente alborotados y una mueca de asco. Todavía lleva puesto el pijama.
Adoptaron a Uma el año pasado, a principios de año. Apenas se casaron, tan solo unos meses después de su reencuentro, Emi y Evelyn firmaron la solicitud de adopción y recibieron la llamada apenas unas semanas más tarde. Después de conocerla a Uma en el período de seis meses de adaptación, durante los cuales se tomaron un breve descanso del fútbol, por fin pudieron adoptarla.
A Uma no pareció molestarle en absoluto que sus padres adoptivos vivieran en dos países distintos debido a sus clubes (Emi, en Alemania, ya que había sido comprado por el Bayern de Múnich; Evelyn, en España, por el Barcelona). De hecho, se la vio muy emocionada por esto.
Se encuentra recién empezado el descanso de fin de año. Emi llegó a España ayer a la noche y ahora están todos juntos en su casa de Barcelona, que es donde normalmente viven durante las vacaciones. Uma ama esa casa.
Evelyn ve por el rabillo de su ojo como Emi se torna rojo casi de inmediato, pero ella solo se ríe y lleva las dos tazas de café a la encimera. Uma toma asiento del otro lado de la barra, sobre uno de los banquitos altos.
Al verla, Corchito se sube a la encimera y se acuesta frente a ella. a lo que Uma le rasca las orejas amigablemente. Jaime se pasea debajo de los blanquitos y Gato duerme plácidamente en el sillón. Eve los mira con una sonrisa.
"Buen día," le dice Evelyn a la chica, inclinándose por sobre la barra para saludarla con un beso en el cachete.
"Hola," contesta ella, ojeando las tazas de café. "¿Puedo?"
Emi arquea una ceja. "¿Desde cuándo tomás café vos, enana?"
"Desde ahora," dice Uma.
Lo primero que notaron Emi y Eve de Uma es que suele tener un temperamento bastante... fuerte. También fue la primera característica de su hija de la cual se enamoraron.
Emi alza las manos para ofrecer su rendición. "Sí, señorita."
Agarra la jarra de la cafetera, consigue una tercera taza de la alacena y le sirve el café a Uma, que lo recibe con gusto. Mientras ella sorbe, Emi y Eve toman asiento en la barra.
"¿Ya hiciste las valijas?" le pregunta él a Uma. "Mirá que nos vamos pasado mañana, eh."
Ella asiente a través del borde de la taza y tararea una respuesta afirmativa.
"Sip."
"¿Pusiste malla? Tenemos pileta allá."
Uma observa a la pareja con los ojos entrecerrados. "¿En qué otras partes del mundo tienen casa?"
Emi y Evelyn comparten una mirada.
"Dos en Buenos Aires, acá, en Francia, en Alemania y en Inglaterra," dice Evelyn.
A Uma se le iluminan los ojos y rápidamente se olvida de descansarlos por sus sueldos. Suele distraerse rápidamente.
"Uy, ¿cuándo volvemos a Francia? El abuelo me dijo que me había comprado regalos de Navidad."
El abuelo: Scaloni.
"Va a estar allá en Buenos Aires. Y todos los chicos también." Emi sorbe de su taza.
"¿Quiénes?"
"Todos," contesta Evelyn. "Lean, Juli, Enzo, Rodri..."
A Uma se le vuelve a iluminar el rostro. "¿Va Rodri?"
"Obvio."
Evelyn se sonríe y lo mira a Emi, que le corresponde la mirada con afecto. Apenas Uma conoció a Rodrigo, de inmediato desarrolló una clase de apego irrompible hacia él, y él se enamoró perdidamente de ella. Quizás se debe a que, con el tiempo, Uma lentamente adopta ciertas características de Evelyn, por lo que a Rodrigo le cae cada vez mejor.
A Evelyn siempre le da una sensación cálida cuando los ve a sus amigos y a su papá interactuando con Uma. No la tienen hace mucho, poco más de un año, pero toda la selección ya logró desarrollar el mismo apego hacia la niña como hicieron con Eve cuando la conocieron. Y a ella eso la pone feliz, porque ella ahora es mamá y está casada y hace poco ganó su primer Ballon D'Or y está en el pico de su carrera y nunca se vio a sí misma en esa posición.
Emi lo sabe y la acompaña a través de todo. Ambos siguen yendo al psicólogo y lograron hacer florecer su relación – a ver, los anillos que los comprometen están ahí por algo. Y la verdad es que no podrían pedir nada más.
Los tres se terminan su café entre charlas y risas y Emi después le dice a Uma que se vaya a cambiar, que van a salir a pasear un rato. Ella primero se queja, dice que le da paja, pero Evelyn termina por convencerla, porque Uma tiene un punto débil por ella: lo que pida, lo hace.
No es por nada que Uma trata de copiarla en todo lo que hace.
Emi y Evelyn se quedan solos en la cocina sin poder parar de sonreír. Ella lleva las tazas al lavabo y siente las manos de su esposo volver a colarse por alrededor de su cintura, excepto que esta vez, Emi pega su cuerpo completamente contra el de ella.
La sostiene con fuerza y se acerca a su oído, sosteniendo el lóbulo de su oreja entre sus dientes. La sensación de la respiración caliente de Emi contra su piel es suficiente para erizarle la piel, un escalofrío le recorre la espalda y se estremece.
"Vamos a la habitación," le dice él en un susurro.
"Emi, está Uma arriba." Se ríe ella.
"Vos sos la que viene diciendo que querés tener otro hijo, ¿o no?"
Evelyn se ruborizó.
"Salimos en media hora," le dice.
"Media hora es tiempo suficiente para hacerte venir," le contesta él. "Más de una vez."
Evelyn traga saliva y Emi sonríe contra su piel. Desliza una mano por debajo de su remera y juguetea con la tira de su tanga.
"Y si te preocupa Uma..." empieza, "bueno, te vas a tener que quedar bien calladita."
a/n –
les presento a uma:
bueno, chicos, sumisión oficialmente llegó a su fin.
muchísimas gracias por todo el apoyo que le dieron a esta novela, terminamos con 159K VISTAS Y 15.9K VOTOS, la verdad me parece un montón y les quería agradecer a todas las personas que comentan, votan y me dejan mensajes en el tablero todos los días
dentro de poco voy a subir los extras que van a ser capítulos sueltos de la vida de emi, eve y uma, así que si quieren seguir estando al tanto de ellos, no saquen sumisión de sus bibliotecas!
dejen en los comentarios qué les pareció esta historia, sus críticas me ayudan muchísimo >
gracias de nuevo a todos por todo el apoyo, me parece una locura haber tenido 200 seguidores cuando empecé a escribir esto y ahora tener 600 !!
y si quieren, pueden chequear las otras novelas de la scaloneta que están subidas en mi perfil!
los amo
tati 💘
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