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historias de instagram

emi_martinez26:






"Me está mirando raro."

"No te está mirando raro, amor."

"Cómo que no. Sí, mirá."

Emi miró a la mujer que Evelyn creía estaba mirándola raro. Era una chica joven, rubia, acompañada por quien podía ser su novio o esposo (quizás incluso papá o hermano), y que los observaba desde la orilla, recostada en una toalla, con la mano sobre los ojos para taparse del sol.

"Ni sabés si te está mirando a vos," dijo Emi.

"Para mí que sí. Pero hace como media hora ya." Evelyn frunció el ceño y bufó, haciéndole un gesto patotero a la chica con su cabeza. "¿Qué miras, pedazo de boluda?"

Emi se rió y la agarró de la cara para que se girara.

"Bueno, bueno. Mirame a mí entonces y dejá que ella critique tranquila," bromeó él, acercándose a ella para abrazarla por la cintura, con el agua clara ondeando a su alrededor.

Evelyn lo miró con una sonrisa y rodeó su cuello con sus brazos, momentáneamente olvidándose del bardo con la chica rubia. Lo besó brevemente con una sonrisa; uno de esos besos para los cuales ni siquiera necesitás cerrar los ojos, porque el contacto de los labios es suficiente para ocasionar un revoloteo en tu estómago.

"¿Le diste de comer a Corchito antes de salir?" preguntó ella.

"Sí. Le di un pedazo de lasaña de anoche."

Evelyn lo miró, ahora medio preocupada. "¿Cuánto le diste?"

"Una porción nomás. ¿Por?"

"Uy. Va a engordar como una bestia."

Emi se rió y recorrió los costados de su cuerpo con las manos, jugando distraídamente con los breteles de su bikini.

"Tenés el cuerpo re caliente," le dijo Emi.

Evelyn arqueó una ceja y él revoleó los ojos.

"Sos una malpensada," dijo, levantando un poco de agua con sus manos para mojarle el cuerpo.

Evelyn ahogó un grito. "¡Boludo, está helada!"

"¿Vos te pusiste protector solar antes de salir?" sermoneó él.

"¿Qué sos? ¿Mi papá?" le devolvió ella.

Emi se rió. "Estoy tratando de que no te insoles. No tengo ganas de cuidarte mientras estés volando de fiebre y vomitando por todas partes."

"Callate, si me re querés."

Tenés razón, te amo. No lo dijo en voz alta.

Escucharon el chapoteo de agua a su lado y voltearon para encontrar a la mujer rubia que previamente los miraba mal acercándoseles, con una bikini roja y los anteojos sobre la cabeza. Tenía un tatuaje de Marylin Monroe en el interior del brazo. Evelyn frunció el ceño.

"Disculpen," dijo la desconocida.

"Disculpada," le contestó Emi con su humor de señor mayor.

Evelyn lo miró con el ceño fruncido y la rubia soltó una risa. Extrañamente, esa mujer se le hacía muy familiar.

"No quería molestarlos, pero los estaba mirando de lejos y me pareció reconocerlos. Después me di cuenta," dijo. Extendió una mano y Emi y Evelyn la estrecharon cómodamente de a uno. "Sofía."

A Evelyn tardó en pegarle, pero cuando se acordó, alzó las cejas y abrió la boca, una sonrisa apropiándose de sus labios.

"Pará, ¿vos fuiste a ver la final del Mundial?" le preguntó para asegurarse.

Sofía asintió frenéticamente, con una sonrisa. "Sí, boluda, soy la que estaba al lado tuyo."

"¡Ay, hola!" saludó Evelyn, soltándose de Emi para abrazarla a pesar de que apenas la conocía.

Se rieron juntas mientras el arquero las miraba, desconcertado, sin saber dónde, cuándo y por qué se conocían. Evelyn, al notarlo, se dio vuelta hacia él y le explicó.

"Estábamos sentadas al lado en las tribunas de la final," le dijo. "Y hablamos un poco y nos hicimos amigas. Pero no nos vimos más. Che, qué loco verte acá."

"Te juro," contestó Sofía, señalando por sobre su hombro. "Yo vine con mi esposo a pasar unos días, viste, antes de tener que volver al trabajo."

Evelyn frunció el ceño. La chica le había parecido excepcionalmente joven en un principio, por lo que la palabra 'esposo' la desconcertó, pero pudo disimularlo correctamente. Le pasó un brazo por la cintura a Emi y él devolvió el gesto al envolverle los hombros.

"Nosotros vinimos juntos, también a pasar unos días. Viste, después de todos los campeonatos. Estamos tratando de relajarnos." Se rió Evelyn, mirándolo a Emi.

"Sí, claro." Asintió Sofía, dirigiéndose al arquero. "Perdón, no quiero ser irrespetuosa, pero soy muy fan tuya. ¿Te molestaría después sacarte una foto conmigo?"

Emi la miró, sonriente. "Estaría más que feliz."

"Muchas gracias." Sofía sonrió y volvió a girarse hacia Evelyn. "Bueno, che, si quieren podemos hacer algo alguno de éstos días. Salgamos a comer o algo así."

Sofía parecía ser de la clase de persona que flashea confianza, pero sabe manejarlo, y aquello a Evelyn le agradó bastante. Evelyn compartió una mirada con Emi y ambos asintieron la cabeza.

"Nos encantaría," dijo ella de parte de los dos.

"Bueno," dijo la rubia. "Buscame después y te paso mi número, si querés."

Evelyn le agradeció, se saludaron y Sofía volvió a su lona con su esposo, que estaba dormido en una reposera. La morocha se giró hacia su novio.

"¿La conocés?" le preguntó él.

"No, ni de onda. Pero un amor, ¿no?"

"Sí, sí, re."

Se quedaron un rato más en el agua hasta que decidieron salir. A eso de las cuatro de la tarde, Evelyn buscó a Sofía y anotó su número de teléfono, también conociendo a su esposo, Patrick, un estadounidense muy amoroso, con quien la rubia se llevaba una impresionante diferencia de edad (veintisiete y cuarenta y seis). Después, Emi y Evelyn juntaron sus cosas y decidieron salir a comer, eventualmente aterrizando en un agradable lugarcito sobre la costa.

Se sentaron y un gato naranja se les acercó casi de inmediato. Emi, una vez más, se encariñó con el pequeño animalito y terminó llamándolo Jaime (?). El gato era algo más arisco que Sacacorcho, pero una vez que Emi le ofreció un pedazo de carne, éste se quedó merodeando por alrededor de su mesa, restregándose contra sus piernas y declarando así su afecto hacia la pareja.

"¿Nos lo podemos llevar a casa?" preguntó Emi.

Evelyn lo miró, incrédula. "¿Eh?"

"Así Corchito tiene un hermano. Está re solo sino."

"Ay, Emiliano, vas a convertir nuestra casa en un zoológico." Evelyn se agarró la cara.

"Dale, amor. Miralo, es re tranquilo éste."

Evelyn terminó accediendo, incapaz de resistirse a los pucheros de su novio, y terminaron de comer tranquilos, con Jaime todavía deambulando por debajo de la mesa. A eso de las cinco y media de la tarde, una mujer y un niño que rondaba los siete años se les acercaron.

"Excuse me. (Disculpen)," dijo la mujer (probablemente, la madre) con un pesado acento británico, girándose hacia Emi. "We didn't wanna bother you, but my son here is a huge fan of yours and has been bugging me all noon to ask you for a picture. (No los queríamos molestar, pero mi hijo es un re fan tuyo y me estuvo molestando toda la tarde para que te pida una foto)."

"Oh, that's no problem. (Ah, no es problema)." Sonrió Emi, agachándose para hablarle al nene. "Hey, there, big boy. Wanna take a picture? (Hola, grandote. ¿Te querés sacar una foto conmigo?)."

El chico asintió tímidamente con una mano en la boca, por lo que Emi volvió a sonreír y se levantó de su asiento, elevándose por sobre ambos por casi dos cabezas. Mientras la madre sacaba su teléfono y Evelyn observaba con una sonrisa de cariño, Emi se acuclilló al lado del nene y levantó un pulgar para la foto.

Una vez terminaron, Emi volteó hacia él. "What's your name, champ? (¿Cómo te llamás, campeón?)"

"Tommy."

Evelyn observó la interacción, mordiéndose el labio inferior para contener una sonrisa. Sintió un cosquilleo en el estómago y se dio cuenta de lo bueno que era Emi tratando con niños, lo que implicaba que también, eventualmente, sería un gran padre.

Evelyn se ahogó con su propia saliva ante el repentino pensamiento y Emi la miró extrañado mientras terminaba de saludar al chico y volvía a sentarse en su silla. La madre y Tommy se alejaron.

"¿Tas bien, amor?" le preguntó Emi, arqueando una ceja, observándola toser como una desquiciada.

"Sí, sí," contestó ella con los ojos llorosos. "Me atraganté nomás."

Emi asintió. "Un amor el nene."

"Re lindo," correspondió Evelyn, algo nerviosa para cuando tocó su siguiente pregunta. "¿A vos te gustaría tener hijos?"

Emi se quedó callado, mirándola con las cejas alzadas, pero con una expresión críptica en su rostro. Movió la boca como si quisiera decir algo, pero las palabras no le salían, y cuanto más tiempo se quedaba callado, más ansiedad le surgía a Evelyn, que creía que había metido la pata con su pregunta. A pesar de que solía ser ella quien quería tomarse las cosas con calma, sentía que Emi estaba entrando en pánico ante esa pregunta, ya que empezar a pensar en hijos implicaba también pensar en un futuro.

Emi tartamudeó sílabas sueltas hasta que por fin logró establecer una frase completa. "¿Cómo? ¿Por qué? No estás embarazada, ¿no?"

"¡NO!" gritó Evelyn con la velocidad de un rayo, sacudiendo las manos en frente suyo para negar aquel hecho. "No, Emi, no, no, no... no, no estoy embarazada, te lo juro. Solo preguntaba."

"Okay, okay," dijo él con un suspiro, mirándola cautelosamente. "Hijos, tipo... ¿con vos?"

"No, no sé si conmigo. Hijos en general."

"Ah." Asintió Emi, y se encogió de hombros, esta vez dibujando una pequeña sonrisa en sus labios. "Bue, la verdad que sí. Siempre quise tener dos, un nene y una nena."

Evelyn asintió y le sonrió tímidamente. "Serías un papá re copado."

"¿Sí?"

"Sí, re." Ella se acercó a él para tocarle el pelo suavemente por sobre la mesa. 

Fue Jaime el que los interrumpió con un maullido excepcionalmente fuerte. La pareja volteó hacia el piso y lo encontraron al gato naranja sentado al lado de la mesa, esperando comida, por lo que Emi se rió y agarró un pedazo de carne sobrante en su plato para dárselo.

"¿Te querés venir a casa con nosotros, Jaimito? ¿Chi?"






a/n –
spoiler: evelyn esta embarazada

jodaa

perdón che pero me re gustan los gatos, y la verdad que sacacorcho necesitaba un hermano

qué más quieren ver en esta historia? dejen sugerencias así sé más o menos por donde mandarme

buenas noches chiquilines <3

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