16
Evelyn y Emiliano no habían cruzado palabra desde que la chica había salido del hospital, lo cual había sido hace casi dos semanas. En un principio, la ausencia de aquel hombre la desconcertó, ya que sin sus encuentros nocturnos y las horas que se pasaban hablando, Evelyn tenía demasiado tiempo libre. Sin embargo, pronto logró distraerse con entrenamientos arduos. Ahora que no le dolía la espalda, realmente estaba dando su mejor rendimiento.
Si hubiese sido por ella, habría empezado a entrenar ni bien le dieron el alta en el hospital, pero su papá prácticamente la encerró en su cuarto, obligándola a reposar por algunos días más. La chica casi tira abajo la puerta en un intento de escaparse de la casa, pero no lo logró, y al fin, pudo convencer a Scaloni de que se dejara de preocupar, que no iba a morir y que ya estaba muchísimo mejor, por lo que él la dejó asistir a los entrenamientos con la condición de que se lo tomara con calma.
Evelyn, obviamente, le dijo que claro, sí, se lo tomaría con calma, pero apenas llegó al predio y después de una cálida bienvenida por parte de sus compañeras, fue inmediatamente sometida a cuatro vueltas a la cancha entera como calentamiento. Evelyn, jadeando, se había sentido en un frenesí de euforia.
Con la Champions acercándose y habiendo pasado un gran susto en el cual había temido por su carrera, Evelyn no planeaba abandonar el fútbol nunca más hasta que su cuerpo se lo exigiera.
Ahora, faltaba cada menos para su cumpleaños, el cual sería dentro de dos días. En parte, a pesar de estar extremadamente contenta, Evelyn temía ese evento, ya que su papá había organizado un asado con los seleccionados masculinos y femeninos, por lo que Emi seguramente estaría ahí. Eran amigos (en realidad, propiamente dicho, eran más como ex-amantes, pero no querían pensar así), pero la situación entre ellos era tensa, por llamarla de alguna manera. Se querían el uno al otro, querían volver a lo que habían sido, pero hasta que Evelyn se lo permitiera, pasaría mucho tiempo.
"Scaloni, ¿me estás escuchando?" Vanina chasqueó los dedos en frente de los ojos de la chica, quien se había perdido en ensueño hace minutos.
El entrenamiento había finalizado hace un rato, por lo que el sol ya estaba completamente escondido. Vanina y Evelyn se habían dirigido a las tribunas para tomar agua y allí se encontraban ahora. La capitana había estado contándole sobre la Champions, pero Evelyn no había estado escuchando.
"¿Qué?"
"Dios. Presta atención, tarada, es importante." La capitana del equipo resopló.
"Perdón, estoy con unos temas–"
"Sí, el arquero ese, ya sé. Dios, me tiene harta ese pelotudo. Por su culpa, ya ni entrenás."
"Mentira. No estaba pensando en él," reprochó la chica (no era verdad). "Además, te recuerdo que tuve una cirugía hace menos de dos semanas. No es culpa de Emi que no haya venido a los entrenamientos."
Vanina se rió por la nariz con poco decoro, notando la mentira de inmediato. "Está bien, ¿sabés qué? Voy a ser tu psicóloga por hoy, para que dejes de romper las pelotas y te pongas a jugar como sé que podés. Pero que sea la última vez que te veo distraída por ese tarado, ¿me escuchaste?"
Evelyn se rió de las payasadas de la capitana, pero pronto, se mordió el labio inferior y confesó todo lo que la problematizaba en el momento.
"No sé cómo hacer," empezó con Vanina escuchándola tranquilamente (parte de ella adoraba el chisme, aunque nunca lo admitiría). "No sé cómo mierda hacer para mantenerme lejos de ese pibe. No puedo ni controlarme. Lo único en lo que puedo pensar es en las ganas que tengo de meterle la mano en el pantalón."
Vanina alzó un poco las cejas, sorprendida, pero no juzgó.
"No lo veo hace bastante." Evelyn hizo un gesto con la mano. "Pero sé que, cuando lo vea, me le voy a tirar encima. Y no quiero."
"Pero, pará. ¿No que ya estaban cogiendo?"
"Sí, pero ya no más."
"¿Por qué no? Si tantas ganas le tenés... digo, ¿no?"
"Es que él quiere una relación y yo no."
"Pero, ¿se gustan?"
"¡No! O sea, sí. Sí, pero no. O sea, a ver." La chica se puso roja ante la pregunta. "No me gusta gusta. Está buenísimo y la verdad, mejor persona no podría ser."
"¿Entonces cuál es el problema, pelotuda?" le preguntó Vanina (era la clase de persona que agrega insultos a todo lo que dice). "Si la tiene grande y es lindo y te da todo lo que querés, arriesgate. Una relación con un chabón que te venera no puede ser tan mala, Scaloni."
"Es que no es él. Soy yo. No soy lo suficientemente estable como para ponerme de novia. Lo voy a lastimar, ya lo sé."
"Siempre fuiste medio dramática vos, ¿no?" Vanina negó con la cabeza.
"¿Qué? Lo digo en serio. No quiero lastimarlo."
"Pero querés estar con él."
"No."
"Dios, por esto nunca tomé psicología en el colegio." Vanina se llevó las manos a la cara. "No querés estar con él porque creés que lo vas a lastimar, pero en sí, sí querés estar con él. O sea, si te sintieras más segura de vos misma, estarías con él."
"Exacto."
"Entonces arriesgate y dale lo que los dos quieren. No te preocupes por lo que pueda pasar en un futuro, que capaz ni siquiera pase."
"Eso sería egoísta."
"Andá a cagar."
Evelyn se partió de la risa cuando Vanina, estresada por la encrucijada que le había supuesto y todos los obstáculos presentados, se paró de las tribunas y se fue a la mierda.
a/n —
ya se viene el cumpleaños de evelynnnn
pregunta: les gustaría que suba un capítulo +18?
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