03|La nueva favorita: Anastasia Hatun
Mukerrem estaba en su habitación, preocupada por lo que había hecho Mahidevran, sabia perfectamente que Mahidevran la odiaba por lo que había hecho con Mustafá, por lo que era evidente que con la más mínima oportunidad que tuviese la matase.
Realmente tenía un poco de miedo por la griega, por que era lo suficientemente bonita para tentar a Hürrem y eso no podía permitirlo, no podía permitir que la Sultán mirase a otra mujer que no fuese ella.
Mahidevran...Ese nombre rodanba por su cabeza, la concubina de orígenes desconocidos, que había pasado toda su vida en el harén otomano.
Aún recordaba cuando Hurrem había pasado la primera noche con Mahidevran, había hecho hasta lo imposible por descubrir quién era Mahidevran, quienes eran sus padres, de que país era o si tenía hermanos.
Pero no encontró nada, solo supo por Bulbul Agha que ella había estado en el harén desde que tenía 4 años, por lo que era imposible saber algo sobre ella.
Miró a su alrededor en busca de su pequeño Kasim, el cuál dormia plácidamente, se acerco hasta él y le acaricio el cabello con cuidado.
La omega no dudaria en desatar una tormenta con tal de proteger el puesto de su hijo.
Mahidevran sonreía al ver a Mustafá y Anastasia jugar juntos por el jardín de Topkapi.
Habían pasado exactamente seis meses desde que Anastasia había estado debajo sus alas, seis meses en los cuáles lo único importante que paso fue que Mukerrem estaba en cinta.
Deseaba con todas sus fuerzas que fuese una niña, sabía que si Mukerrem daba luz a una niña, eso lastimaría su orgullo profundamente.
Fuera de ese tema que lo único que hacía era que a Mahidevran le hirviese la sangre, Anastasia ya hablaba el turco a la perfección, sabía cantar y bailar, era bastante buena en matemáticas.
Verdaderamente Anastasia era un diamante oculto en Topkapi, y estaba agradecida con Allah por haberle dado la oportunidad de educarla.
En honor a la verdad, Mahidevran quería mucho a Anastasia, ambas en estos seis meses se habían agarrado cariño, el mismo cariño que tiene una tía a una sobrina.
Y no solo Mahidevran le había agarrado cariño, Mustafá también quería mucho a la griega, para él, Anastasia era como una hermana mayor, a la cuál admiraba.
──Niños.──Llamo Mahidevran refiriendose a Anastasia y Mustafá.──Regresemos, se esta haciendo de noche.
La griega tomo la mano del Sehzade y siguiendo a la Sultana Mahidevran entraron al palacio Otomano, caminando para llevar a Mustafá a dormir, una vez que Anastasia y Mahidevran se quedaron solas ocurrió la siguiente conversación:
──Nasya.──Llamo Mahidevran con dulzura.
──¿Que ocurre, mi sultana?
──¿Alguna vez has soñado con ser Sultana?
──Bueno...──Anastasia intento ocultar su nerviosismo.──Solo una vez, y eso fue cuando era chiquita.
──Ya veo.──Mahidevran la observo.──¿Tu cumplirias cualquier cosa que yo te pidiese?
──Claro que si mi Sultana, daría mi vida por usted.
Mahidevran sonrió y camino hacía la griega, se detuvo cuando estuvo lo suficientemente cerca, tomó el mentón de la griega y le observo el rostro.
──En ese caso.──Mahidevran le susurró unas palabras en el oído.
──¿¡QUE?!
──No grites que Mustafá esta durmiendo.──Una suave risa se escapo de los labios de la Sultana.
──...¿Eso no afectará en nada nuestra amistad?
──Por supuesto que no, confío en tí más que en nadie en este palacio.──Mahidevran se acercó a su armario.──Quiero que Hürrem sea feliz, conmigo no lo será y con Mukerrem menos, esa víbora solo piensa en el poder.
──¿Por que cree que conmigo si?
──Por que eres linda, tierna y tienes algo que nadie más tiene en este palacio, algo que es imposible de encontrar en este palacio, la inocencia.
──No creo que pued hacer feliz al Sultán.
──Claro que puedes.──Mahidevran sacó un vestido blanco de su armario junto a unas joyas.──Ven, vamos a arreglarte.
Anastasia caminaba temerosa por los pasillos hacia la habitación de Hurrem, Haci agha le había explicado que es lo que debía y lo que no debia hacer.
Claramente la Sultana Mahidevran también le había explicado, pero no había tomado mucha atención.
Llegaron a la puerta de los aposentos de la Sultán, Haci agha tocó suavemente recibiendo como respuesta un: "Adelante."
Le dio una última instrucción a Anastasia y la dejo entrar a los aposentos, la griega entro con la cabeza mirando al suelo en todo momento, realmente tenía miedo, mucho miedo.
¿Que pasaría sí no le gustaba a la Sultán? ¿Que ocurria si decepcionaba a la Sultana Mahidevran?
Mientras que Anastasia se ahogaba en su mente con preguntas, Hurrem se acerco lentamente hacía ella.
Realmente Anastasia era bonita, su piel más blanca que la nieve le causo curiosidad.
──Nunca había visto una piel tan blanca.──Hurrem miro a Anastasia.
──¿Su cabello rojo es natural o se lo tiñe?──Fue literalmente lo primero que dijo Anastasia presa del miedo al tener a Hürrem cerca suyo.
──Creo que es natural.──Respondió Hurrem con una sonrisa al ver lo nerviosa que estaba Anastasia.──¿Quién te envío a mi habitación?
──La Sultana Mahidevran.
Hürrem asintió al oir ese nombre, era evidente que Mukerrem no le habría enviado una mujer.
La pelirroja tomo suavemente la mano de Anastasia, causando un sonrojo en la omega, la alfa sonrió ante esta reacción.
Anastasia con un leve suspiró, se arrodillo, sin soltar la mano de Hurrem en ningún momento, besó la tela de su ropa.
La Sultán, quién se había olvidado completamente de la tradición, tomo el mentón de Anastasia y le dio un corto beso.
Ese fue el inicio de una noche larga, muy larga ya saben en que sentido.
Ese fue el inicio de la historia de amor más hermosa del siglo, pero también la más caótica.
Empezamos ya con el desmadre que se va a armar en los siguientes capítulos.
Nada que ver con el contenido del cap, pero en media escritura me vino un recuerdo salvaje de cuando uno de mis profesores de comunicación me dijo que yo no servía para escribir.
Que mis historias no tenían coherencia alguna y que nunca nadie le iba a gustar lo que yo escribía.
Coma mrda malparido, mire no más, a 335 personas les gusta lo que escribo-
Fuera de eso, tengo el headcanon en el que Anastasia se enamoró a primera vista de Hurrem y al estar nerviosa lo primero que le dijo fue lo del cabello rojo.
Sin nada más que decir, nos leemos en el siguiente capítulo.
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