Amaris.

Namjoon se caso dos veces mas, pero no tocaba a sus esposas, solo les daba una vida de lujos. Cumplía las tradiciones, pero saltaba en lo convencional al respetarme como su esposa principal.

Kaan ahora tenia cuatro años y la pequeña Bayhan tres, esperaba a mi tercer hijo, lo que hacia callar a todos, pues el linaje del sultán estaba dando frutos sin parar, sin mencionar que no paraban de decir que los pequeños príncipes eran perfectos en todo sentido, ambos habían salido con los ojos de colores claros y la piel morena de su padre, Bayhan se parecía mas a Namjoon en cuanto al rostro. Kaan tenia el carácter de ambos combinados, por lo que el príncipe mostraba mucha temple desde muy pequeño, así como el ser bastante inquieto, se les perdió a la guardia real en el palacio en mas de una ocasión.

Bayhan le gustaba jugar de manera tranquila en el gran salón, porque amaba que su padre le tocara el Kemenche. Si decían que Namjoon tenia una obsesión conmigo, no puedo describir el fanatismo que tiene con su hija, tanto que llego a decir que ningún príncipe de ningún reino merecería su mano nunca, ella tambien lo ama con locura, por lo que le gusta jugarle bromas pesadas a sus otras esposas cuando las llega a ver cerca de su padre y eso que apenas tiene tres años.

El reino va muy bien, Namjoon hizo nuevos tratados comerciales que han beneficiado a la economía, pero algunos han sido mi idea, puede que lo manipule un poco, pero es mi pequeña venganza por secuestrarme...