Capítulo 3
BaekHyun (Gryffindor ; 2° año); JongDae (Gryffindor ; 2° año); ChanYeol (Gryffindor; 2° año)
Aquel partido de Quidditch había hecho grandes estragos en la vida de Byun BaekHyun.
El no era deportista, en realidad hasta consideraba que su técnica con la escoba era lo básica y necesaria, además que él prefería otras cosas que imaginarse en medio de todos esos jugadores, ¡pero no por ello estaba lejos de fascinarle verlo! No tenía el talento y siquiera la voluntad le ayudaría (había que ser sinceros en la vida), pero siempre había conocido el deporte y verlo era una pasión añadida a su vida, una que iría en aumento desde la primera vez que piso al castillo. ¿Desde allí empezó todo? Para nada, su padre era un seguidor empedernido del Quidditch y él no se iba a quedar atrás, continuando con ello hasta el día de la fecha.
Por cosas como esas era que al instante de conocer a Park ChanYeol su unión se hizo inmediata, ¡cómo no pasar aquello si ambos compartían ese gran gusto! El más alto hasta planeaba unirse al equipo de Gryffindor y cuando lo consiguió fue una fiesta para ellos, incluyendo también a otro estudiante llamado Kim JongDae, el que se uniría para formar así el gran trío de oro de los nuevos revoltosos de Hogwarts, además de ser su acompañante en cada visita al campo de juego.
Y el primer partido de su segundo año en el lugar se llevaría a cabo, siendo nada más ni nada menos que dos casas que eran reconocidas por sus grandes jugadores y por la rivalidad que les adjudicaban: Gryffindor y Slytherin, su casa contra la de las serpientes.
Ya estaban en las gradas, envueltos por los grandes colores que los representaban y los alaridos no se hacían esperar, yendo en aumento cuando todo dio inicio.
¡Tenían que ganar! ¡Eran los mejores! ¡Siquiera aquellas malditas serpientes iban a triunfar! ¡Menos en el primer partido!
Sin embargo sus deseos de ese momento lleno de euforia y adrenalina serían arrebatados, siendo todo exactamente obra y gracia de un chico en particular, ese que portando los colores de la casa contraria se haría dueño de la captura de la snitch dorada, adjudicándole los puntos necesarios a Slytherin para que se quedaran con el gran triunfo.
Y no, no sería lo único que pasaría.
—¿Quién es ese?
—Es el nuevo buscador de Slytherin, dicen que es de primer año.
¿Qué? ¿Un nuevo había hecho que su casa perdiera?
—¡Mírenlo! Ante ustedes el mejor cazador que verán a partir de ahora y en su propio debut no hace más que demostrarlo: Oh SeHun
Las palabras del capitán de Slytherin se clavaron en su cabeza, exactamente el nombre que pertenecía al muchacho y sus ojos se posaron en él, siguiéndolo en todo el trayecto que hacía con su escoba, hasta en los festejos de que era parte.
¿Qué le estaba pasando? ¿Por qué no podía dejar de ver a Oh SeHun? ¿Por qué se estaba olvidando del sitio en el que estaba? ¿Qué era lo que tenía el peliblanco?
—Es... genial.
—¿Ah? ¿Desde cuando admites que alguien de otro equipo es tan bueno?
—¿Eh? —salió al fin del mundo que él mismo había creado y miro a la mayor que estaba a su lado, negando un par de veces, volviendo así a la típica actitud de soberbia que tenía en su accionar—. Es bueno, simplemente, de todos modos no alcanza el nivel de nosotros, sólo tuvo demasiada suerte.
—Como tú digas, BaekHyun —rió ante ello y notó que el chico volvía a distraerse, pensando que ello era porque aún no asimilaba el hecho de que perdieron.
—¡Hey! —JongDae, quién estaba a la izquierda del chico, saltó a escena y pasó una de sus manos por delante del rostro del de cabello castaño—. ¿Le harás caso a TaeYeon? Ya, deja, debemos ir a ver a ChanYeol, ya sabes cómo se pone con estas cosas... además su cara daba miedo.
—¿Mh? —le miró, en verdad debía de despabilarse, además su amigo tenía toda la razón y ahora que observaba mejor al nombrado... ¡Parecía que iba a hacer arder el sitio en cualquier momento!—. Hay que buscarlo, además me ahoga tanto festejo de las serpientes.
—Bien, bien, vayamos con ChanYeol —exclamó la única chica entre ambos y se fueron en búsqueda del equipo que los representaba, aunque las cosas, llanamente, ya estaban hechas.
Las estaciones podían estar pasando alrededor, cambiando el clima y con ello lo abrigados que debían estar o no. Los sucesos ocurrían o dejaban de ocurrir, pero algo sí que se había modificado en la vida de Byun BaekHyun: Su mente estaba siendo capturado por algo más que los estudios y ni se diga de la magia en sí.
Algo sí estaba siendo igual de común: Su ida a cada partido de Quidditch que se llevaba a cabo en la institución, aunque ahora resultaba bastante llamativa su presencia en los que no se incluía a los leones. ¿No pasaba antes? Sí, pero ahora era más remarcado, sobre todo cuando los que jugaban eran los de la casa de verde y plata.
Parecía pasar todo disimulado, era bien sabido de su afición y eso era un punto a favor, aunque algunos rumores (aunque en realidad eran puros comentarios de TaeYeon con él) le estaban recordando que algo raro le estaba pasando. ¿Lo tenía presente? Obviamente, se estaba haciendo el tonto y fingiendo que eran puras locuras de la muchacha, que dejara de delirar o alguna poción le atrofiaba el cerebro, pero bien tenía en claro que su "problema" si le afectaba.
Lo que le ocurría al joven león era simple: Estaba pasando por su primer enamoramiento.
No consideraba tener la edad para llamarlo netamente amor, sino una atracción fuerte típica de esos primeros pasos a la adolescencia, sin embargo la misma le llevaba a ir detrás de su punto de atención con constancia y más cuando uno de los principales lugares donde podía verle sin parecer un acosador era en un partido, a fin de cuentas era normal que un espectador viera todo lo que pasaba en la cancha.
Se sentía en una gran contradicción, una confusión que siquiera él pensaba que iba a tener, ¿por qué? Para ser exactos, no estaba allí por una chica y en un inicio eso le pareció demasiado particular, lo que no pudo impedir que su gusto continuara intacto. ¡Además era un Slytherin! ¿Se puede entender eso? Su familia no era tan conservadora, igual ni quería saber qué opinarían si fuera otro hombre el que le gustara (nunca se planteó eso con ellos), pero sí tenía en su mente la imagen que los mismos crearon sobre cada integrante que pudiera venir de la casa ya nombrada. Tenía en su cabeza ya grabado en piedra el estereotipo básico y los añadidos familiares que agravaban las cosas y todo por conflictos de generaciones. ¿Y si ese chico encajaba completamente en ello? ¿Si Oh SeHun era tan imbécil como todo el castillo lo tachaba ya y más con todo lo demás que ya le añadía por descarte?
Y sí, desde un inicio se trataba de él, todo era por el muchacho de pelo blanco y a pesar de todo lo negativo que podía existir, seguía buscándolo con su mirada por cada rincón del castillo.
¿Se había animado a hablarle? ¡Por favor, era Byun BaekHyun! Pero, no, ni eso le dio el valor para siquiera dirigirle la palabra, sin poder olvidar el hecho de que su mejor amigo (Park ChanYeol) le hizo la cruz desde aquel partido en que se encontraron como jugadores cara a cara. ¿Cómo iba a reaccionar si siquiera le decía que se sentía atraído por la persona que le causaba tanta rabia? Su muerte estaba jurada, iba a ser casi un traidor en términos de amistad.
—BaekHyun, le vas a atravesar el cuerpo si sigues viéndolo así. ¿Y si le causas mal de ojo?
—Cállate, JongDae —la risa del de anteojos por su respuesta no hizo otra cosa que provocar que le tirara un pedazo de pan a la cara.
—¡No hagas eso! Casi me tiras los anteojos... —murmuró acomodando los mismos y miró la mesa de Slytherin en la que la mirada del otro estuvo tan fija antes—. Eres demasiado obvio, BaekHyun.
—¿Por qué justo tú tuviste que darte cuenta? —bufó y llevó comida a su boca, llenándola con cierta rabia, todo a causa de su frustración.
—La gente está ciega. Lo miras tanto que hasta me das pena ajena, en serio. ¿Te imaginas si se entera ChanYeol...? —iba a recibir una lluvia de maldiciones, pero el contrario tenia la boca tan llena que no se le entendía nada—. Que te vas a ahogar.
—Qu-... —buscó algo de agua y la tomó, así se libraría de todo antes de en verdad ahogarse, además se había dado cuenta de algo—. Ya... ¿y dónde rayos se metió?
—Me dijo que ya venía —alzó ambos hombros y volvió a mirar donde estaba SeHun, observando cómo a un lado del mismo se sentaba aquel chico moreno que siempre estaba con él y a los pocos minutos el más alto del trío llegó al sector de los de Gryffindor.
—¡Al fin llegas! —exclamó BaekHyun apenas el otro apareció y agarrándolo de un hombro lo llevó a que se sentara con ellos—. ¿Qué estabas haciendo?
—¿Ah? No, nada. Un profesor me estaba regañando por algo, son unos molestos.
—¿Otra vez? —empezó a reírse del otro—. No tienes remedio.
—Aunque... —JongDae de la nada empezaba a indagar, causándole en realidad cierta curiosidad el rostro que mostraba ChanYeol y podía notar que allí había algo que no encajaba, ¿estaba siendo sincero? ¿Tenía que creerle?
—Hey, hey —el de pelo castaño zarandeó al anterior—. Hogwarts llama a Kim JongDae, ¿está ahí? No hablas hace minutos.
—¿Qué? —fue lo primero que llegó a decir y negó, adornando sus fracciones de una amplia sonrisa—. Nah, sí estoy, no pasa nada.
—Vale, como iba diciendo...
Y las palabras se iban formando una detrás de la otra, creando una vez más el clima tan cálido y lleno de risas que esos tres compartían, haciendo caso omiso lo que en verdad estaba pasando y todo lo que se ocultaban entre ellos.
La verdad tarde o temprano saldría a la luz.
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