Capítulo 2
ChanYeol (Gryffindor; 2° año); LuHan (Gryffindor ; 4° año)
SeHun (Slytherin; 1° año)
Quince metros sobre el suelo, los gritos que se mezclaban entre aliento y reclamos, los mismos que buscaban subir el nivel del ambiente y sí, lo estaban logrando, sobre todo cuando era lo que alimentaba el espíritu de cada jugador que se encontraba en aquel partido en especial.
Dos grandes casas estaban allí en ese día: Slytherin, las serpientes ambiciosas y Gryffindor, los leones llenos de valentía e energía. ¡Cómo no estar entusiasta y llenos de expectativas cuando ellos estaban luchando una vez más! Hasta el día de la fecha la rivalidad de siglos seguía intacta y más cuando un partido de Quidditch se llevaba a cabo.
Era la forma (una de las tantas, además de las puntuaciones de las casas) de demostrar quién era el mejor allí, aunque las otras dos también estaban atentas a los resultados, a fin de cuentas tarde o temprano estarían allí, luchando por ver el que ganaría.
La voz de LuHan, el ya conocido y amado capitán del equipo de los leones, resonaba entre otros tantos; que hicieran los respectivos pases, ¡que esquivaran las malditas bludgers que amenazaba por tumbarles! Y, sobre todo, marcar puntos en los aros del rival y todo acompañado de los otros cazadores, sin olvidar el arduo trabajo de sus compañeros.
Estaba siendo un momento complicado, estaban cansándose y punto por punto lo volvía algo casi desesperante, ¡los equipos eran tan fantásticos en aquella tarde que estaban diferenciados por poco! Lo que no indicaba que no hubiese uno por delante ya pasada la mitad: Gryffindor, los mismos que ya estaban confiados que, si seguían así, se llevarían consigo una nueva victoria ante los de Slytherin, esos que en un inicio parecían echar fuego por sus bocas... ¿pero qué pasaba que de repente se notaban más tranquilos?
¿Estrategia? ¿Asumían su destino?
—¡Vamos, aprovechemos la oportunidad! ¡Gryffindor ganará! —ChanYeol, uno de los bateadores gritó a la par que despejaba una de las bolas negras y su amplia sonrisa se hizo presente, sobre todo cuando logró darle a la parte trasera de una escoba adversaria, consiguiendo así tambalear al afectado, mas tuvo que parar su propio vuelo al cruzarse frente a frente con el capitán de los vestidos en tonos verdes y plateados.
—¿Sabes? No te durará mucho tu sonrisa —el capital del otro equipo habló, causando que su sangre hirviera, casi liberando unas palabras (poco) amigables al rubio y con un movimiento de cabeza que notó miró a otro sitio, descubriendo al fin de lo que tanto deseaba hablarle el mayor: Los cazadores estaban ya detrás de la snitch.
¿No confiaba en su cazador? ¡Para nada! ¡Le ganaría a cualquiera! Mas, como para no perder la costumbre, ChanYeol ponía a lo alto la propia imagen que portaban y rebajaba a los demás, a tal punto de no medir las consecuencias de sus propios pensamientos.
Nunca hay que juzgar a nadie por adelantado, pequeño gran león.
—¿Qué...? —ambos jugadores fueron separados por un inminente choque y todo producto de la travesía por aquel objeto dorado tan venerado, viendo en el trayecto un rostro que se fijo en él, uno que lo hubiese dejado helado (si no fuera por su propia ira) y un cabello blanco como la nieve misma de un día de diciembre.
Una sonrisa efímera y llena de egocentrismo, eso le basto para que el odio naciera de su interior.
Luego la escena se congeló y los bullidos empezaban a retumbar, escuchando luego con claridad lo que temía luego de tanta pelea: "¡Un buscador al fin atrapó la snitch dorada...! ¡150 puntos para Slytherin! ¡Fin del juego!".
Ya no existía posibilidad de remontar nada, ya todo había terminado por hoy.
—¡Muy bien chicos, lo conseguimos!
—¿Ven? Les dije que el nuevo chico lo conseguiría.
—¡Sí! ¡Siempre tienes la razón, capitán!
—¡Mírenlo! Ante ustedes el mejor cazador que verán a partir de ahora y en su propio debut no hace más que demostrarlo: Oh SeHun —el capitán alzo su voz, mostrando al joven ante todos y las ovaciones no se hicieron esperar.
¿Oh SeHun?
Asco, rechazo, ira.
No existía nada más en el pecho de Park ChanYeol al verle, solamente aquello.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top