Capítulo XXXIX: Army Dreamers -Kate Brush.

El ruido del grupo de motociclistas por las calles rodando por toda la central de la transcurrida Tokio parecía ser cosa de todas las noches, esparciéndose cómo plagas rugiendo de poder y llenos de desobediencia en sus corazones, un grupo de uniformes rojos y caras siniestras de los miembros del temido Tenjiku. Los adultos que regresaban de otra larga jornada de insufribles horas de trabajo los veían llenos de sentimientos que iban desde la desaprobación, el desinterés, el miedo, y algunos envidiando esa juventud desenfrenada y despreocupada que alguna vez tuvieron, y de algún modo, se esfumó tan pronto cómo la realidad atravesó sus corazones.

Salomé Bernabela Del Castillo Martínez, era una de aquellas que recordaba con nostalgia esa vida de la mala muerte que llevo en Tokyo, aunque se lo comparaba con Colombia y la guerrilla, al menos ella era libre de decir que prefería las calles de Japón antes de volver a su país en ese tiempo. No debería extrañar algo así, después de todo no necesariamente fue tan malo, había hecho muchos amigos, formó su propia familia luego que la suya la dejará atrás, había vivido cómo quiso por mucho tiempo.

Y luego, todo desapareció. Las peleas, el dinero fácil, la fiesta que se sentía eterna y la juventud tan efímera. Tarot su pandilla de ese tiempo había hecho desastres y puesto el mundo bajo de cabeza, ella, una mujer extranjera, había sido el terror de los peores rincones de ese bello país.

Pero se embarazó y ese sueño se rompió tan pronto cómo su vientre creció y creció hasta reventar cómo un globo en alguna clínica clandestina que ni Dios conocía, recuerda muy vívidamente como si todo de ella fuera a reventar, que la vida se le iba de las manos. La silueta del hombre que la había acompañado en su desenfreno.

Vino más y más dolor, y entre ellos el llanto del mayor desafío que tendría por el resto de su vida. Cuando la dieron creyó que la vida se habría acabado, que todo estaba arruinado y aunque Masanori le prometía incansablemente que él siempre las cuidaría, Salome le tenía miedo a las responsabilidades.

Sintió miedo cuándo tuvo a Masao en sus brazos.

Tenía miedo de odiarla.

Ahora que estaba sola, sabe lo muy equivocada que estaba ante esa idea. En su orgullo que siempre fue un defecto, pensó que Masao volvería tarde o temprano disculpándose, que sería inteligente y sabría la mala vida que le esperaba con el maldito de su ex.

Pero cuándo revisaba su teléfono, no veía ningún mensaje o siquiera una llamada de su hija. No miraba ni una pizca de arrepentimiento en lo que hizo. Y eso al principio la molesto mucho, hasta que la fecha fue cambiando y de verdad pensó que Masao ya no quería verla nunca más.

¿Fue muy dura con ella? ¿O quizá fue porque no fue lo suficientemente estricta?

¿Había hecho algo mal?

Pensaba en todas esas cosas mientras cruzaba la calle junto a los demás transeúntes, oyendo de lejos el sonido de las motocicletas saliéndose de control, todo era una secuencia de ruidos y sensaciones que de algún modo, la estaban haciendo pensar a más profundidad lo que había pasado para sentir esa distancia. Miró una última vez en dirección a la calle donde esos pandilleros se dirigían, preocupándose que si Masao habría estado actuando así.

Cómo toda madre quería ignorar los efectos evidentes de su propia sangre, se dijo a sí misma en un tono que hasta ella admitía estar dudosa pero pretendiendo firmeza.

━━ No, ella no andaría en esas cosas. Además, ni siquiera sabe conducir una motocicleta.

Menos mal madre e hija no se habían dado cuenta de que habrían pasado por la misma calle, contrarío deberían buscar un agujero donde meter sus caras llenas de vergüenza.

Masao conducía la moto de Shion, con él detrás de ella como copiloto agarrándose con fuerza de cualquier espacio posible para no caerse, Masao, sin embargo, mostraba sus pocos conocimientos en la moto con una confianza que rebasaba el ego, constantemente elevando la moto y saltando del asiento con Shion a nada de un desmayo. Habiendo deseado haber sido noqueado por su líder cuándo este le dijo que dejará a Masao conducir, le hubiera gustado haberse negado más, pero el miedo a Izana fue más fuerte que su supervivencia.

━━¡Tienes que poner tu maldito culo en el jodido asiento! ¡Deja de estar poniéndolo en mi cara! -Exclamó Madarame al borde de un colapso por tantas emociones juntas en un solo problema, cansado de sentir cómo estaba al borde de la muerte cada vez que ella aceleraba de golpe. Sin casco que protegieran sus cabezas era una muerte bien asegurada, a menos que la cabeza inflada de esa perra fuera un amortiguador.- ━━¡¿Por qué demonios tuviste que venir en mi motocicleta?!. 

━━¡Cierra la boca, Madarame! ¡Lo tengo perfectamente controlado!. 

Había llegado a un acuerdo justo con Taiju, únicamente tenía que darle una mentira piadosa a su padre diciendo que se había hecho amiga de la hermanita de ese idiota y pidió permiso para llegar tarde para pasar el rato con ella, y claro ella que a ojos de su padre era una marginada social, la idea le pareció excelente. 

Así que debía aprovechar y sacar todo ahí mismo. Este maldito resentimiento, que empezaba a crecer desde sus adentros, fácilmente se podría convertir en una bomba de tiempo que no dudaría en explotar, de allí el salvajismo con el que conducía. 

Ya estaba decidido, quería grandes cosas, debía jugar con los más grandes. E Izana era un tipo prometedor aunque con cierto toque siniestro, estaba apostando su cabeza contra alguien que sus ojos parecía ser un tipo de dos caras, y por el momento obtuvo su cara buena. Entonces, si fingía lo que él creía que Masao era, las cosas podrían ser más sencillas. Más, sin embargo, no estaba del todo convencida que era lo que Izana creía de su persona.

Por otra parte, esa noche quería llegar al fondo del asunto de una vez.

Llegaron a otro terreno baldío uno que le hizo recordar El sangriento Halloween de hace unos meses, la basura junta más basura, mirando a todos esos sujetos de uniformes rojos, comparado con su brillante chaqueta roja ellos no eran nada, Masao sabía destacar, tanto en presencia y actitud, miraba a todas partes con un ojo de halcón impecable, muchos parecían hablarse entre sí en voz baja, lentamente formando un círculo a su alrededor, Masao buscaba y buscaba a Kurokawa entre todos esos tipos, ¿Cómo se le perdía un moreno de pelo blanco? Es estúpido.

Sus sentidos rápidamente se encendieron cuándo el bullicio termino, eso era una mala señal desde cualquier punto, el círculo a su alrededor se formó cerrando cualquier línea de escape, como si lo tuviera o las intenciones de escapar fueran obvias, aún le subestimaban esos tontos o de verdad era un punto para intimidar bastante pobre.

Izana se hizo entre la multitud con todos sus subordinados haciendo las típicas reverencias, y lo habitual era ver a Kakucho detrás de él con ese rostro siniestro marcado por esa cicatriz en su ojo, las manos de Izana se mantenían detrás de su espalda, una acción deliberada o indicativo que no buscaba pelea alguna, peor su fiel seguidor las mantenía a los costados, Masao lo notaba, pero el ambiente se sentía diferente.

¿Sería este su rito de iniciación? Tal vez la harían golpear a alguien para mostrar su valía o el compromiso por la pandilla. En el peor de los casos, iba a tener que aguantar una paliza. El enigma de no saber qué pasaría le deja en espera. Hasta que finalmente, el Rey se dignó a abrir la boca.

━━ Ma-Chan, he estado esperando una respuesta de ti desde que nos conocimos. Y... Aunque me diste tu palabra de que serás fiel a mi. No puedo tomar riesgos contigo, no con el tipo de fama con la que se te relaciona en las calles. —Sus ojos violetas buscaban una pizca de duda en los ojos de aquella pequeña mujer que se paraba con una firmeza y valentía que ningún hombre hubiera hecho. Necesitaba una excusa para desconfiar, y no dejarse llevar por la nostalgia.— ━━¿Tienes una manera de justificarlo?.

El silencio de Masao dejaba la ansiedad de todos hasta las nubes, no porque hubieras dudas en su situación, sino por la molestia que le dio las palabras de Izana, él había escuchado, ¿Escuchado qué? qué, en cuestión? La arrogancia era insufrible. Y los secretismos eran esa sal en la herida.

━━¿Justificar? Eso es de cobardes, no tengo miedo de admitir que hice cosas que, honestamente, no me arrepiento de nada. Todas esas personas, simplemente eran muy tontas para pensar que alguien cómo yo, se uniría a ellos. Pandilleros menores sin ninguna ambición por delante más que ser pequeñas ratas. Yo quiero ser más que un delincuente menor. 

Una respuesta que aparentaba sinceridad, los demás podían comprender el sentimiento mientras otros solo estaban allí porque era mejor que estar solos, otros por temor, evidentemente Masao estaba allí por un sentido de querer pertenecer a algo grande.

Mínimo, eso quería aparentar, y le había salido bien.

Sus palabras llegaron a Kurokawa Izana justo cómo quería, su cara llena de satisfacción era sutil, pero por las dudas y no dejar ningún espacio dentro de su cerebro sin tocar, debía matarlo con alguna cursilería. Solo para que él confiara más en ella.

Masao había visto detrás de la fachada cínica y aterradora de Izana, era un mocoso lleno de complejos, la necesidad de sentirse unido a algo, algo que no pudiera escapar de él, que siempre estaría a su lado.

━━ Kurokawa-San vio potencial en mí y has sido el único que vio más allá de mi género, y me respeto por un igual. No voy a desaprovechar esta oportunidad, quiero mostrar mi gratitud correctamente.

Claro que no iba a desaprovechar una oportunidad que se le estaba dando en bandeja de plata, maldita sea finalmente un idiota que miraba su talento impecable, justo cómo ella, pobre tonto si se dejaba llevar por sentimentalismos.

━━ Ma-Chan. Es lo más honesto que has expresado, sin embargo. Aún quiero cerciorarme de un último asunto antes. —Izana empezó a caminar a su alrededor, su sonrisa no había desaparecido, pero el cambio en su tono decía, por mucho, que el interrogatorio no había terminado.— ━━ Verás, sigue molestándome que no eres del todo honesta conmigo.

Su mano fue directa a su cuello, alertando a Masao quién abrió los ojos con sorpresa, pero no pudiendo reaccionar a tiempo, no hacía presión más allá de tenerla inmóvil. Su mente comenzó a formular diferentes motivos por el cual era esta acción, y todas siempre daban los mismos problemas en un símbolo políticamente problemático.

Tokyo Manji Gang.

━━ Tengo a alguien que me dijo, que tu principal objetivo siempre fue Manjiro, intentaste unirte a él no únicamente en una ocasión, peleaste dos veces por él. Y eso Ma-Chan me cabrea. -Lentamente, sus dedos empezaron a apretar, Masao, sin embargo, se mantuvo inmóvil sin mostrar alguna culpa. No obstante, ¿Qué importaba eso ahora? Ahora estaba de su lado, ¿Qué tipo de obsesión tan enfermiza tenía este hombre con Manjiro para que lo pusiera tan mal?.— ━━ Dímelo, ¿Por qué buscas tanto acercarte a él?

Por dominio territorial, porque es una de las pandillas con mayor relevancia y poder, hasta ahora, desde el ingreso de Kisaki Tetta las cosas dentro de la ToMan estaban tomando un rumbo directo a la destrucción. Y ella no estaría con los perdedores cuándo la diversión se esfumará.

Pero también estaba el resentimiento a Mikey. Eso encabezaba la lista. 

Y otra parte era por su amigo Takemichi, si, ahora podría considerarlo un amigo. Oh más un tipo de hámster que Masao debía cuidar. 

━━ Es porque el chico que me gusta estaba en la pandilla. Quería estar a su lado, incluso en las peleas, era mío después de todo, desde el instante que lo vi. —La seriedad con la que había dicho esas palabras era admirable. Por supuesto que ese no era el verdadero motivo, ¿Ellos podrían probar que era mentira? Para nada.

La respuesta le quitó un poco la tensión que los rodeaba, cualquier rastro de la tensión se esfumó tan pronto sus palabras se posaron en oídos de muchos, dando un ambiente cómico, Izana parpadeo incrédulo, soltando lentamente su agarre, quitando su mano de su cuello, pero sin poder bajarla, con mucha dificultad, Izana respondió aún con más dudas.

━━¿Eh?... N-no entiendo ¿Un enamoramiento?...

━━ Sí, ¿Hay algo malo con eso? —Dio justo la reacción que quería, puro desconcierto. Se felicitaba mientras destensaba sus hombros.

━━¡Claro que lo hay! —De repente se había puesto más alterada, Kakucho, en cambio, estaba debatiéndose si en reírse o simplemente perderse en el propio abismo de su mente, porque ese motivo era muy vergonzoso aparte que insignificante. Izana llevo su mano a su frente.— ━━¿Por qué demonios te unirías a una pandilla solo por eso? Nada de lo que me dices tiene sentido para mí.

Kakucho casi se descompone por esa respuesta, tapándose su boca para no reírse de tal cosa absurda, Masao era alguien única, la franqueza con la que decía las cosas, le agradaba. Mientras Shion bufaba con desinterés diciendo "Mujeres...todas unas locas."

━━¿Debería? Querías sinceridad y la obtuviste, si esperabas algo más profundo, lamento decepcionarte. —Cerró los ojos un momento antes de reabrirlos con una vista dura y desafiante. La mentira estaba saliendo mejor de lo que pensó, seguía siendo una chica de secundaria, los novios y tontear se supone que es algo típico de ellas.— ━━ Sin embargo, durante un problema en el que resulto que ya no pudiera verlo más, solo me dejo en claro una cosa. Sano Manjiro es un líder ineficiente, dejar que los suyos se salgan de control y hagan lo que quieran, no es material para dirigir una pandilla. Eso me abrió los ojos a reconsiderar mis acciones. 

Los varones podían ser muy ingenuos o tontos, cuándo se trataba de esos temas, sus cerebros se desconectaban completamente de la realidad. En palabras no tan lindas, le tenían miedo al contacto femenino.

Una historia que contenía la verdad que ÉL necesitaba escuchar, y otra que cubría las partes blancas con ficción sacados de un drama Shoujo para taparlo.

━━¿Ineficiente dices?. -Esa palabras dichas con resentimiento, provocaban en el una sonrisa genuina en su rostro, sabía que ella lo entendería mejor que nadie. En su cabeza, él y Masao eran iguales, ambos compartían un odio mutuo por Mikey. -- ━━¿Abrirte los ojos? Mn, veo que tuviste una gran decepción. 

Aunque sus acciones eran tan contradictorias a lo que ella decía, parece que ni eso la detenía de odiarlo. Izana estaba genuinamente impresionado por el compromiso de Masao. Su motivo para estar en la ToMan era risible y absurdo, desde que la vio hubo algo en ella que le cautivo, mucho pero mucho tiempo atrás, donde ni siquiera su existencia era reconocida. 

━━ Entonces, sí yo te lo pidiera ¿Matarías a Mikey por mi?. 

Qué pregunta tan perversa, si pudiera acabar con Mikey, Masao lo hubiera hecho hace un tiempo atrás, cuándo la rechazó. ¿Qué esperaba este tipo que hiciera? O tal vez era una especie de fetichismo. 

━━ Una orden es una orden. -Dijo con desinterés. Llevando sus manos a los bolsillos de su chaqueta.-- ━━ El rey tiene la última palabra.

Ahí se sello el trato, con un apretón de manos fuerte, testigo delante de muchos cómo ellos, otros peores que unos, Kakucho mantuvo el silencio por mucho tiempo durante la conversación, igual que los demás. Se acercó a Masao cuándo Izana se apartó, dirigiendo su mirada a ella y su pequeña estatura, pensando que su altura la intimidaría, al contraria, Masao lo miro sin expectativas.

━━ Ya no tienes oportunidad de retractarte, ¿Lo sabes? -- Dijo él en advertencia, quería saber si ella tenía en claro las condiciones que tendría.  Una rebelde sin causa. Masao respondió con un simple "lo sé". -- ━━ Sera interesante tener aquí, Ma-Chan. No me decepciones. -Kakucho coloco su mano en su cabello, desordenándolo frenéticamente entre risas, poniendo su brazo alrededor de su cuello. --  ━━ Bienvenida a Tenjiku. 

Masao iba preparada para cualquier cosa que estos tipos tuvieran en mente, parecía que no iban con las mismas tonterías que los sujetos de Valhalla, daba crédito a esa acción, aunque siendo honestos se quedo con las ganas de golpear a alguien.

La tensión de antes se iba con el viento helado de inicios del invierno, anunciando su llegada con brisas heladas que, en lo personal, calmaban el temperamento de Masao, pero también era su llamado a la fecha límite. Por un instante pensó en dejarlo pasar, y para suerte o infortunio, antes de que su cerebro volviera a arremeter contra ella, voces familiares salieron del público, voces que Masao conocía malditamente bien.

Cómo en el panel de un manga, dónde se enfoca las gotas de sudor del personaje mientras lentamente ve detrás suyo con una mezcla de incredulidad y molestia. Cara que no paso ni por un segundo desapercibido por Kakucho, quién levantó la vista al momento que oyó un apodo particular. 

━━¡Yahoo, Halfu-San!. 

Masao ni lo pensó dos veces antes de que su pierna se levantara con una patada asesina en dirección a la persona detrás de ella, siendo detenida en el aire por el chico que la llamaba por ese jodido apodo, uno que no escuchaba desde niña, y el inconfundible sonido de esa voz.

Masao giró su cabeza igual a la de un demonio, uno encendido por las llamas del odio que siempre estaba con ella, imposible de olvidar a esos dos idiotas, a quiénes ya había visto en el Bloody Halloween de hace apenas unos meses atrás, con aires de suficiencia, el sujeto que atrapó su patada sin problema la miro con diversión, obligándola a estirar más y más su piernas hasta quedar en una postura, que a primera vista, era una tortura hacer.

━━ Ha pasado mucho tiempo, Halfu-San. -Su saludo, que se arrastraba por la malicia y la burla, sujetando con fuerza su pierna elevada en el aire, a tal punto que sus tendones estaban a un tirón de romperse, pero Masao, digna y firme se mantuvo en la misma posición, observando la nada con una expresión perturbadora.-- ━━ Veo que no has cambiado ni un poquito, siempre tan seria hasta para saludar a tus queridos amigos de la infancia. 

━━¿Quién los recuerda a ustedes dos, Hermanos Pesadilla?. -Escupió ante la mención de ese par, soltándose violentamente del agarre del chico rubio con mechas azules, el dolor era punzante, pero gratificante saber lo mucho que había mejorado su flexibilidad. Sin embargo, no se permitió alabarse por mucho.

━━ Ohh, realmente estás hiriendo nuestros sentimientos. Nosotros si que te recordamos con mucho cariño, Halfu-San. --Decía con burla el mayor, sus trenzas moviéndose por la risa contenida mirando fijamente a la chica de suéter rojo con una diversión perversa.-- ━━ Cuánto haz crecido, ahora si te ves cómo una mujer de verdad. 

Masao sintió una punzada en el estómago, retrocediendo lentamente hasta que sin querer retrocedió golpeó a Kakucho, quién bendito sea le sujeto de los hombros, sintió los hombros de Masao tensarse al instante que notó su tacto, Masao estaba temblando, pero no por miedo cómo muchos pensarían, de lo contrario no estaría con las venas de su frente a punto de reventar cómo dos globos. 

━━¿Los conoces?. -Preguntó Kakucho sin expresión aparentemente, apretando los hombros de Masao cómo una forma de decirle que pensara bien las cosas, oh quizá, una manera de decirle que se tranquilizara. Tal vez preocupado por la última declaración de parte de Ran.

Antes que Masao pudiera responder, fue Ran quién respondió con su voz despreocupada una sonrisa que, a decir verdad, daba algo de mala espina mientras sus ojos estaban clavados en el nuevo miembro de Tenjiku.

━━ Claro que si, Halfu-San Rindou y yo solíamos ser muy buenos amigos cuándo éramos niños, ¿Verdad, Halfu-San?. -Sus ojos perezosos al igual que el timbre de su voz se desplazaba por sus oídos en un molesto zumbido, comparado al de una maldita mosca, molesto.

Masao le sacó el dedo de en medio casi al instante que dejo de parlotear, provocando el el chico de las trenzas una fuerte risa mientras llevaba una mano a su frente, Rindou quién hasta ese momento se mantuvo imperturbable, analítico, se acerco a Masao tocando una hebra de su cabello, viéndola directamente a esos ojos cavernosos que lo miraban con deseo, pero un deseo de arrancarle la oreja con sus dientes.

━━ Come mierda, tú y tu estúpido hermano. No somos amigos para nada. -Su voz era áspera cómo la lengua de un gato, una respuesta filosa y amarga viniendo de una cara que aparentaba seriedad, aunque ahora mismo, se estaba conteniendo de decir más cosas.

¿Por qué estaban allí? De todos los lugares donde espero jamás encontrase con ese dúo, tenía que meterse en la pandilla donde, aparentemente, ellos estaban involucrados. Más sin embargo, no pensó que el mundo fuera tan pequeño. 

Ran paso su brazo, sin reparo, sin temor, por los tensos hombros de la chica vestida de rojo. Recostándose a su costado, indiferente a la mirada que Masao estaba dándole, una señal de que tenía 2 segundos para quitarse de ella. 

El chico de anteojos pensó que estaba temblando por miedo, habían pasado años sin verse, seguro aún tenía la imagen de una mocosa asustada de su entorno. Provocando una pequeña risa entre él y su hermano, bajo los penetrantes ojos de Izana que miraba en silencio ese rencuentro. 

Si, que engreído de su parte.

━━ Ow, eso de verdad lastima nuestro sentimientos  Half-

Ya tuvo suficiente, le dio oportunidad y le valió. Así que nadie debía molestarse con ella por estrellarle el puño contra esa maldita careta de imbécil, el sonido de la mandíbula de Ran fue melodía para Masao, bajo la mirada inquieta y peligrosa de Rin. Ran había puesto los ojos en blanco un momentos antes de recobrar la consciencia a tiempo, limpiándose la boca por el golpe, saboreando un poco de la sangre saliendo de su labio.

━━¡Suficiente, ustedes dos! -Gritó Kakucho, interponiéndose entre los hermanos Haitani y Masao, viendo que ninguno iba a retroceder, especialmente Rndou quien ya tenía su vista fijada en Masao. Y viceversa. 

━━ Ahora tienes agallas, veremos que tan ruda te crees, maldita mitad-mitad. -El desdén en los ojos de Rin era palpable, por el simple hecho que una mujer se haya atrevido a golpear a su hermano con esa arrogancia. Alguien necesitaba bajarla de su nube.- ━━ Ahora sientes que puedes contra todos, por una estúpida pelea en un depósito de chatarra. -La sonrisa arrogante de Rin era el encendedor que Masao necesitaba, una buena excusa para iniciar una pelea.

No era ni su primera noche cómo un miembro oficial, y ya tenía a tres enemigos dentro de la pandilla. Era todo un caso. Rin y Masao estaban listos para empezar una pelea física en esos momentos, pero se vieron obligados a detenerse antes que el primer golpe estallara, inmóviles ante las palabras de su nuevo líder, Masao misma no podía creer que se hubiera detenido sólo por escuchar el tono de voz de Izana. 

Sus perturbadores ojos violetas los remataban con una sola mirada, una mezcla de incomodidad profunda y fascinación por ellos se planto en el cerebro de Masao, se estaba dejando llevar por el tonto de Haitani Rindou y su petulante hermano mayor, su mandíbula se tensó al instante, conteniendo las ganas de protestar, sabiendo que cualquier altanería no sería bienvenida, este tipo...No era cómo los demás. 

━━¿Qué son sordos ustedes dos? Kakucho les dijo que se detuvieran que se detuvieran. -El tono de su voz era afilado cómo el de una daga, ni siquiera tenía que girar del todo su cabeza para poner el orden en sus subordinados, Masao encontró eso impresionante, no pudo evitar comparar a Izana con Mikey. Ambos eran iguales, pero sin embargo, muy diferentes en ciertos aspectos.

Izana dirigió sus ojos a Masao, analizándola de pies a cabeza. 

━━ Ma-Chan, ven. 

Masao se sorprendió que de repente se lo pidiera, sin pensarlo dos veces movió sus piernas en dirección a Izana mientras el también se alejaba. 


En algún lado de Tokio, había un chico, no cualquier chico con una motocicleta, él era uno muy especial. Sus ojos negros mirando al horizonte de la ciudad, contemplando las luces de la conflictiva y hermosa Tokio, un mar de  posibilidades y enfrentamientos. El silencio que su mente le perturbaba, comenzaba a llenarse de pensamientos intrusivos y recuerdos vagos de su niñez, saben, cuándo todo se sentía eterno, la alegría que duro por muy poco tiempo antes del desastre, los amigos que hizo, la familia y todas esas cosas. Mikey parecía un cabeza hueca y testarudo de frente, un chico aterrador por su increíble fuerza y liderazgo.

Mikey seguía siendo un adolescente cómo todos, un muchacho con serios y profundos problemas que no tardarían salir a la luz.

Ya casi era navidad. 

Mikey nunca mostraba ese lado suyo ni siquiera sus amigos más cercanos, había tantas cosas que pasaron en tan poco tiempo, debía sentirse agradecido de lo que tenía, y sin embargo, la sensación de un vacío profundo, permanecía pegada en su corazón. 

Las perdidas sin embargo, lo hacían olvidar todo lo bueno que obtuvo. 

Amigos, familia, formar una pandilla, encontrarse caras conocidas. 

Iría a rezar a la tumba de su hermano, mantener viva esa tradición era su mayor misión ahora. Junto a su hermanita, a quién Mikey quería mucho aunque fuese mandona, Emma había hecho muchos por él. También debería ir a ver a Shinichiro. Quería que su hermano viera lo mucho que su hermana menor había crecido, contarle que estaba enamorada, que tenía amigas. 

Que Emma era genuinamente feliz, aunque era muy regañona todo el tiempo, cuidaba tanto de él cómo su abuelo. De su enamoramiento  por su mejor amigo, y cómo este era un tonto por hacerse el tipo rudo.

Había tantas cosas que Mikey quería decirle, y solo podría hacerlo en su tumba. Con la esperanza que sus palabras llegaran a él. Donde quiera que este. 

Pero Mikey tenía un deseo más, quería contarle a Shinichiro que había encontrado a Masao.

━━ Ha cambiado mucho... No esperaba que él, no..., ella fuera tan diferente a lo que imaginé. Ma-kun y yo somos amigos, pero, no se siente igual cuando éramos niños.-- Una sonrisa triste y resignada se poso en sus labios, un gesto de resiliencia también.-- ━━ Ella me odia.

Mikey era consciente de eso, solo fingía no saberlo para no afrontarlo, y a decir verdad era un poco doloroso. Ma-kun lo ocultaba muy bien, más no podía desaparecerlo por completo, tal vez sus expresiones eran limitadas, nulas, pero sus ojos hablaban por ella. 

━━ Quiero pensar que no me recuerda bien. Ma-kun nunca tuvo buena memoria, quizá por eso había olvidado a Baji también... -Su mirada volvió a las luces de la ciudad, preguntándose donde estaba ahora, ¿Qué era de ella? Si estaba por algún lado ocultándose o si estaba en problemas.- ━━ Lo siento, pero no creo que sea capaz de mantener mi dos promesas al mismo tiempo. 

¿Podría elegir entre dos cosas tan importantes para él? Mejor dicho, ¿Podría alguien mantener dos promesas al mismo tiempo si estas chocan? Él no, El Gran Mikey no podría hacerlo, así que, debía elegir una de ellas.

No fue una decisión fácil, pero sería la que su hermano hubiera querido. 

Tomo de nuevo su motocicleta, encendiendo el motor con una fuerza que representaba sus emociones caóticas luchando entre ellas, como si Mikey quisiera huir de sus problemas para no ser alcanzado, ser alcanzado por una profunda oscuridad que sabía que lo estaba esperando. 

Aunque era una pena que no tuviera la fuerza necesaria para vencerla, temía que en algún momento las cosas se salieran de control, habiendo pasado por mucho, desde que Baji murió, esa cosa en su corazón parecía estarse asentando cada vez más. 

 ━━ Si Ma-kun sale lastimada, nunca me lo perdonaría. Salome-San tampoco lo haría...

La sola imagen de ese día en el depósito ponía en pánico la mente de Mikey, ese día no pudo solo perder a Baji, también pudo perder a Masao de la misma forma tan horrible. Los sentimientos, la sensación del cuerpo helado de Masao mientras la sacaban de allí apenas consiente seguía siendo fresca en sus manos.

La desesperación de sentir que la vida de sus seres queridos escapaba rápidamente de sus manos. 

Apretó sus manos ante ese recuerdo. 

 ━━ Si hubiera muerto también, le habría fallado a ella. 

La imagen lejana de un chico asustadizo se acentuaba en sus ojos, cómo una ilusión lejana de un pasado más práctico y sencillo, antes que todo se fuera al demonio, de que las cosas malas pasarán, antes de ToMan. Mikey recuerda la primera vez que Shinichiro lo trajo a casa, tanto Mikey cómo Emma estaban confundidos de oír a un niño llorar, de un momento a otro, el abuelo de Mikey había estado buscando la ropa vieja que prestarle al niño intruso que ahora estaba en su sala siendo consolado por su hermano mayor. 

Habla el japonés de una forma muy torpe, que el cerebro infantil de Mikey simplemente no podía entender porque hablaba cómo un tonto a esa edad, empezaba a decir frases sin sentido para él. Sin embargo, su hermano no lo soltó en ningún momento, hasta que el chico cayó dormido en los brazos de su hermano. 

Tampoco recuerda muy bien la plática que Shinichiro y el Abuelo Sano estaban teniendo en la cocina, Emma se había ido a dormir, y le sugirió a Mikey hacer lo mismo, ya que se miraba que eso era un asunto de los mayores. Pero Mikey estaba muy curioso de porque su hermano trajo a ese niño que hora estaba durmiendo en su sala cómo si nada. 

Cuándo despertó y se fue a la escuela, el niño ya se había ido. De metiche en la conversación que tenían su abuelo y Shinichiro, Mikey preguntó a su hermano quién era el niño que había estado en su casa tan tarde. 

Esa vez, fue la interacción de dos personas que estaban destinadas a ser amigos, pero la vida tenía planes más complejos, que harían que lo que inició cómo una amistad de verano, se transformara en un baño de sangre.

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