*Odno*
Esta noche en Gotham un banco es aterrado por el Joker que tiene a los empleados de rehenes, ha instalado dentro y fuera del banco bombas, mientras atormentaba a las personas a su alrededor; había asesinado a una mujer por no obedecer sus órdenes, que eran bastante sencillas:
Que se mantuvieran en silencio y no se movieran.
Esté tan solo blandía el arma con el cual había asesinado aquella mujer mientras se reía por lo sucedido, amenazando a los demás que si no obedecían les sucedería lo mismo.
— ¿Quieres saber por qué utilizo un cuchillo? — Todos los rehenes se encontraban temerosos, no queriendo responder nada—Las pistolas son demasiado rápidas, no te dejan saborear todas esas pequeñas emociones.
Este sonríe perturbando a los presentes.
Al llegar Batman lo primeros que se encontró fue con el cadáver de aquella mujer, la ira y la rabia lo envolvió comenzó a avanzar en búsqueda de aquel criminal, encontrándose en el vestíbulo con los demás rehenes completamente temerosos por el criminal frente suyo.
—¡Joker!
Este se volteo con su característica sonrisa enfermiza.
—¡Batman! justamente estábamos esperando por ti.
El murciélago se lanzó sobre este, comenzando una pelea. Batman les dijo a los rehenes que salieran mientras él tenía en el piso al Joker, quien se encontraba reía como un maníaco. El héroe no nota el momento en el que el payaso sacó de su cinturón una nueva navaja y se la clavó en el costado, recibiendo un puñetazo en la mandíbula. El criminal se tambaleó por un instante mientras se levantaba, Batman mientras apretaba su mandíbula se quitó el arma blanca de su abdomen, la sangre comenzaba a chorrear por el traje, cayendo al piso para volver a retomar la pelea y nuevamente otra nueva navaja es sostenida en la mano del Joker que apenas podía blandir ya que su cuerpo se sentía adolorido por tantos golpes que había recibido, pero un nuevo puñetazo en el rostro hizo que cayera aturdido, detonando accidentalmente las bombas a su alrededor haciendo temblar el banco, las paredes cedieron y comenzaron a caer.
El Joker, con su visión afectada, permaneció en el suelo sin inmutarse. Batman intentó salvarlo, pero antes que siquiera acercarse al menor este le cayó encima una parte del concreto, es aquí cuando sintió el verdadero temor, Bruce, y quitando encima los escombros, cuando lo había desenterrado, encontró al Joker con el costado de su cabeza expuesta con borbotones de sangre, identificó esto como un TEC abierto, tomó en brazos al payaso yéndose rápidamente a su vehículo mientras marcaba en el Batmóvil el número del comisario Gordon para que en Arkham estuvieran preparados para recibirlos pues no iba a dejar que su némesis muriera de esta forma.
Cuando llegaron fue recibido inmediatamente por los paramédicos para llevarse a su enemigo al pabellón, después de unas horas de las cuales se ocuparon para drenar hematomas, extraer segmentos de hueso e instalar catéteres de drenaje y vendar la cabeza, pero aun así se la cambiaban de vez en cuando ya que se mancharon con sangre.
Después de tres semanas intensas al fin despertaba el Joker, se encontraba desorientado, este miró el suero que se encontraba conectado en su brazo. Cuando vio a una enfermera y este le habló, pero sentía su garganta seca.
—Disculpe... — Se aclaró la garganta— Disculpe, señorita ¿En dónde me encuentro?
—Oh, espere avisare que ya se ha despertado. —La señorita se fue dejándolo solo en este cuarto blanco, ese blanco tan enfermizo.
Entraron al cuarto apresuradamente la comisaría Bárbara y Gordon su padre, mirando al Joker.
—¡Joker! Despertaste —ambos dijeron sorprendidos, padre e hija.
—Disculpen — se ríe este— Ese no es mi nombre, me llamo Jack... Jack Napier. —Mira a ambos que alzaron las cejas. Comenzaron a murmurar entre ellos y la enfermera de recién, le trajo un vaso de agua, este asintió con la cabeza para darle gracias de forma silenciosa para beber del vaso y luego aclararse la garganta para llamar su atención— Disculpen ¿Pero en donde estoy y que hago en una camilla?
—¿Acaso no recuerdas? —Pregunto Barbara.
—¿Recordar, que? —Arqueo una ceja Jack y dejó el vaso en velador que se encontraba aun lado de la cama.
—Discúlpanos tendremos que llamar al Doctor para que te haga una revisión. —Dijo esta vez Gordon.
Después de que ambos oficiales salieran, llamaron a Batman para que viniese ya que el Joker había despertado. Pasaron unas cuantas horas donde habían estado chequeando al Joker, pero este seguía diciendo que no recordaba nada y ya se estaba estresando con todo esto, dándole un dolor agudo en la cabeza. El Doctor salió y les dijo que el menor efectivamente tenía amnesia y que no recordaba nada de su vida como criminal... Dicho esto, ambos padre e hija pensaron que era lo mejor ya que el hombre que estaba dentro del cuarto es muy peligroso y sin él en las calles no habría tantos crímenes, pero primero tenía que ir a rehabilitación para ver si estaba bien que saliera a las calles como un ciudadano común.
El caballero de la noche fue quien noto la diferencia del Joker no había signos de locura o algo que lo delatara como si esto fuera una farsa y que solo estaba fingiendo, para nada, esto era totalmente real y con solo mirar la cicatriz que había dejado por la cirugía... la culpa lo envolvía al igual que mirar su rostro sin rastros de maquillaje mostrando así los hematomas en su rostro.
A los pocos días cuando se vio mucho mejor fue enviado para que lo chequeara un psiquiatra que al poco tiempo le dieron de alta, pero dándole unas pastillas para calmar los dolores de su cabeza dejándolo en la entrada de Arkham como un hombre nuevo.
Pero Bruce que había estudiado por años a aquel hombre y que había mirado fijamente los oscuros y embrujados ojos del Joker hasta que memorizó su forma y cada matiz, sorprendido de que la pintura no lo hubiera corrompido lo suficiente como para manchar su rostro permanentemente. Aquí había un hombre como cualquier otro, declarado cuerdo por un papel, dado al fin su verdadero nombre y enviado al mundo con una palmada en la espalda como si todo lo que había hecho hasta ahora hubiera sido un breve lapso en juicio.
Después de meses en donde Batman había vigilado a Joker. Notó que su vida progresaba, este consiguió trabajo; tiene ahora un departamento que había postulado al gobierno. Estaba en realidad impresionado que realmente el Joker estuviera sano y aunque los demás villanos atacan aun así no tenían tanta repercusión como lo hacían los antiguos ataques del Joker donde corrían muchas más muertes, ni siquiera Banner podía llegarles a los pies al antiguo Joker y su gran tasa de muertes.
Harley se intentaba acercarse al ex payaso con Ivy, su pareja... y aunque ella seguía teniendo un profundo cariño entendió que él no la recordaba y que debía presentarse nuevamente con él. Al principio no fue fácil, no fue muy bien recibido de parte de Jack, pero su insistencia hizo ceder al otro aceptando la amistad de la rubia y aunque lo visitaban cada vez que lograban escapar de Arkham para poder hablar con él de cosas tan triviales como un ''como te fue en su trabajo'' o ''como ellas realmente salieron.''
(...)
Ahora mismo Jack se encontraba sentado en una banca alejado de la ciudad enfrente de un lago dándoles de comer a los peces migas de pan.
Había encontrado este lugar cuando caminaba para su departamento, este lugar tan silencioso y tranquilo, aunque hubiera mosquitos y moscas en ocasiones haciéndolo maldecir moviendo su mano para darles manotazos en el aire para alejarlas.
Vestido elegante con un bonito traje blanco y una flor en su bolsillo cortesía de Harley, hoy se presenta en un bar para contar algunos chistes... Siempre deseo ser comediante, pero uno de los mejores y aunque fuera muy ambiciosa su propuesta, él quería sacarle una sonrisa a todo Gotham y que todos reirán, pero había un pequeño problema, y era que él se colocaba demasiado nervioso, le sudaban las manos así que decidió que ocuparía guantes blancos para darle más de glamour, pero además él tartamudea que eso es lo peor de todo porque no había forma de evitar que él hiciera eso.
Jack había practicado con Harley e Ivy y le salía bastante bien pero cuando era un gran público numeroso no podía evitar su nerviosismo. Dio un gran suspiro para olvidarse de esas cosas, pero nada funcionaba cuando ya se vio que no había más pan se despidió de los peces y aunque estaba en ocasiones de tantos insectos igualmente venía a darles de comer los peces y con esto último en la cabeza se encaminó al bar, ''el gato negro'' así se llamaba el bar de esta noche.
Cuando entró con los nervios a flor de piel comenzaron a atormentarlo al ver a tantos hombres robustos mirándolo caminar hasta la barra tan solo para pedir una margarita, se tomó su trago con manos temblorosas y cuando lo llamaron agradece que lograra tragar todo, pago su trago y se acomodó la corbata nervioso, Jack se sube sobre el pequeño escenario. Toco el micrófono para ver si estaba encendido escuchandose un estridente chirrido, sonrojado de la vergüenza se ríe.
— Eh... Buenas noches a todos —Se escuchó una tos desde el fondo— bueno... ¿Qué pasa si tiras un pato al agua? —Sonríe nervioso— Nada —Se ríe Jack, pero nadie ni una sonrisa saca del público— ¿Saben qué le pasa a Santa cuando pierde un reno? — Él se aclara la garganta al sentirla seca— Sufre de insuficiencia renal —se ríe, pero nuevamente nada.
Los hombres dentro del bar comienzan a pifiar y antes de que le lanzaran una lata es que se bajó del mini escenario volviendo completamente apenado a su departamento encontrándose a Harley y Ivy jugando con sus cartas en el piso aun lado de su cama con un pack de cervezas.
—Hola señor J ¿Como te fue esta noche? —Sonríe grande la rubia. Ivy noto que este estaba bastante mal así que se ahorró su comentario.
— Hola Harley... Mal, nadie se rio... ¿tan malo soy? —Dice totalmente angustiado, pero antes de seguir hablando de lo mal que estuvo su acto en el bar se sorprendió y parpadeo cuando vio frente a su rostro una botella de cerveza de la marca que más le gustaba, Sol.
—Bebé y así pasara. —Dice Ivy que le sonríe levemente.
El ex payaso la tomó y bebió, jugaron hasta tarde las cartas después de esto se quedó dormido en su pequeño sofá y al amanecer noto que las chicas se habían ido tan solo estaba cubierto con una manta mientras se encontraba aún en el sofá, un dolor de cabeza de esos tan doloroso que apenas puedes mantener los ojos abiertos tomo a tientas su teléfono celular para marcar a su jefe y llamarle para decirle que se sentía pésimo de mal para pedirle un día libre, el hombre accedió ya que no necesitaba a un enfermo en su trabajo así pudo estar todo el día en cama y topado en medicamentos para la terrible resaca que tenía.
Pero aquí no termina esto ya que él siguió intentando persistentemente presentándose en distintos bares, pero todo terminaba de la misma forma, en nada. Siempre era igual.
Su nerviosismo lo traicionaba y nadie se reía de sus chistes desilusionado tanto a Jack quien comenzó a pensar que su sueño era demasiado ambicioso, pasaron días donde él se encontraba llorando en la banca del parque y él sabía que llora no conseguiría nada pero de esta forma se sentía mucho más aliviado pero luego comenzó a tener pensamientos insanos donde se sentía como basura y en el momento menos esperado es cuando noto que escuchaba voces y una molesta risa enfermiza que le daba órdenes y aunque Jack hacía lo posible para no tomar atención a lo que decía ya que en un principio era solo murmullos pero todo empeoro cuando se transformaron en gritos luego era pesadillas donde se encontraba atado a una silla en un cuarto con poca iluminación y frente suyo se encontraba un hombre casi igual a él pero a diferencia que su rostro se encontraba maquillado y con una sonrisa burlona, Jack no comprendía porque se sentía tan desesperado él tenerlo cerca de él y aunque el hombre frente suyo no hacía nada que solo mirándolo y sonriéndole no entendía porque al despertar se sentía tan temeroso, dudando y con la respiración agitada, no supo cuando fue cuando comenzó a ver en el reflejo del espejo a aquel hombre de ojos tan verdes, piel blanca como la nieve, ese cabello verde y esa estúpida sonrisa torcida pintada de rojo, ya harto Napier era horrorizado al solo verse cada mañana y aunque él cubrió ese espejo ya no recordaba cuándo fue la última vez que se vio en un espejo tranquilo sin tener miedo de encontrarse aquel personaje que tanto lo atormentaba.
Cuando las voces eran tan fuertes tomaba sus medicamentos, dos pastillas de clozapina que su psiquiatra le recomendó y aunque su doc. Le dijo que solo era una sola... no podía no era suficiente porque era la única forma que lograba acallar esa maldita voz después cuando se sentía menos confundido y noto que esto estaba empeorando en su vida ya no estaba tan feliz como en un comienzo, las ilusiones y deseos ya no tenían el mismo valor era como sentirse casi vacío si no fuera por las personas a su alrededor...
Su Psiquiatra le dijo que lo más probable que esté presentando una depresión pero que debía ser fuerte para salir adelante. Harley y Ivy le daban apoyo para mantener bien, pero de todas formas Jack se compró un revólver en la tienda de armería, no fue tan difícil como él había imaginado logró pasar el test psicológico muy bien y eso es decir mucho ya que él mismo ya se encontraba al borde de la locura.
Así que Jack se dirigió al parque y se sentó en aquella banca porque ya era suficiente se sentía completamente confundido, aunque ya no había mosquitos o moscas molestas al fin... su mente comenzó a divagar sobre quien alimentaria los peces después que él muriera... Nadie esa fue la respuesta que recibió de esa voz en su mente, si... era lo más probable. El ex criminal sostenía entre sus manos el arma el cual colocó en su boca saboreando el metal y cuando apretó el gatillo nada sucedió al igual cuando lo coloco debajo de mi mandíbula mientras cerraba los ojos puesto que no había cargado, con el pulgar tiró el martillo para cargar el arma posicionando el revólver en su sien estando a punto de tirar del gatillo cuando es desviado la mano de Jack dando la bala en la lámpara del farol de luz que se encontraba a su lado.
—Detente —Demandó una voz gruesa.
—Ba... Bat... Batman —murmuró Jack.
Quien se encontraba a su lado era el mismísimo Batman que en muchas ocasiones Napier había visto hablar de él en las noticias... era tal cual como lo describen las chicas; grande y varonil. Pero el nerviosismo se apoderó de su voz.
— ¡Lo siento...! Esto es... eso... Batman, eres tú... ¿Has venido a castigarme? Es eso... Con este objetivo...
— Pasaba por aquí y te veía con un arma apuntando a tu propia cabeza. —Argumento él— Termina con el negocio humorístico. —Se volteo a mirar a Jack— Lamento molestarte.
—''Negocio humorístico'' ¿No es ese un camino más? —Respondo Napier quien se hinco para recoger el arma que había caído en el pasto a un lado de la banca, él se quedó mirándola unos segundos.
—¿Qué? —Preguntó el justiciero nocturno.
—Ciertamente... Debería haberse detenido... en ese momento... ''Ya no podemos volver''
—¿De qué estás hablando? Usted está...
—¿''Quien'' otra vez? —Sonrió nervioso y se lo quedó mirando, las voces se habían hecho tan fuertes en ese momento— No lo sé... sólo ¿''Quién ''era yo? y también tú... —Jack no entendía porque repetía lo que sus voces decían.
—¿Qué dijiste...?
—Lo siento, estoy tan confundido... Todo está bien. No usaré la pistola. No esta noche... Todavía no. —Sabía que intentaría probar nuevamente el metal dentro de su propia boca... Pero este lugar era intocable tan tranquilo que con un disparo en el aire no sería lo suficiente.
-Maestro Bruce- se escuchó del auricular de Batman.
—Lo tengo. Voy de inmediato.
—Te llamaron. ¿eh? En esta ciudad hay mucha gente que depende de ti para rescatarlos. —Las voces se callaron repentinamente sintiéndose completamente solo.
—Igualmente ¿No es así...?
—...Por favor, Continúe. —Cuando se ve en completa soledad aun lado de la banca Jack comenzó a reír, reírse al aire, su mano que llegó hasta su boca y cuando su risa había cesado las lágrimas lo traicionaron mientras caían y se escurren en sus mejillas. Las palabras de la reciente conversación comienzan a darle vueltas.
''En esta ciudad hay mucha gente que depende de ti para rescatarlos''
''Igualmente ¿no es así?
Él no lo sabe ¿Está esperando realmente la salvación? O, ¿el ''Alguien'' que era antes?
Después de ese incidente no fue la primera vez que se colocó en aquella banca el arma en la boca pero aún se decía a sí mismo que aún no era su momento y aunque Jack lo hacía a veces solo para sentir el sabor del metal en su boca para que no llegase a olvidará el sabor era algo que lo atormentaba, había pasado un año donde las voces ya no estaban y como llegaron se fueron sintiéndose en soledad e intentaba hablar con ella, aquella voz no respondía se mantenían en silencio hasta que se dio por vencido y se sintió realmente liberado de ella ya no lo despertaba con extrañas órdenes de matar gente o que él mismo se hiciese daño, no, ya no más de aquella risa que lo enloquecía a media noche por fin era libre.
(...)
Después de bastante tiempo Jack fue con pan para los peces encontrándose así a un hombre sentado en su banca, realmente esto había sorprendido al castaño ya que hacía tiempo que nadie venía por aquí, en todo el tiempo que venía jamás había visto a alguien que no fuera el mismo o en aquella noche que se encontró con Batman.
Se sentó junto al hombre, dándole un vistazo rápido y disimulado. Era apuesto, realmente varonil con aquella barba tan negra como el ébano es de hombros anchos y bastante formado es hay cuando una preguntaba se le pasó por la cabeza al ex criminal y era el ¿cómo sería debajo de toda esa ropa? Oh, pero que vergonzosas cosas pensaba él, se dijo a sí mismo Napier.
—¿Bruce Wayne? —recién reconoció Jack al verlo algo más detenido con aquella barba cuando iba a descubrirlo.
El hombre era despampanante en televisión y Jack debía admitir que se sentía realmente hechizado por aquel hombre, pero ahora con aquel look tan varonil hacía estremecerse el cuerpo del menor de tanto mirarlo así que opto por sacar las migas de pan de su bolsa de papel para dárselas a los peces.
—¿Nos conocemos?
—Oh, no para nada —Dice avergonzado Jack.
Este mira por unos momentos las acciones del menor, el castaño trago saliva siguió alimentando los peces para distraerse de aquellos ojos azules que lo impresionaba.
— Esta bien, si soy Bruce, un gusto... y ¿qué haces aquí?
— Solo alimento a los peces.
— ¿Cómo dijiste que te... —Pero fue cortado por el menor.
— Shh. Shh. Shh. Mira esto. —El joven de blanco le lanza otra miga de pan a los peces— ¿Lo viste? Se mueren de hambre... Sabes, este lugar, solía estar infectados de insectos. Tal vez por culpa de algún villano de Gotham, quizás era simplemente natural, nadie lo sabe. pero era una pesadilla, mosquitos, moscas negras... Una gran variedad, a decir verdad.
El mayor tan solo se quedaba escuchándolo.
— Y... ¿Tan solo tú los alimenta?
— ¿Quien más? me siento comprometidos con ellos... No tienen a nadie.
Era una conversación tranquila y aunque esto al menor lo hizo consciente de que se sentía en soledad aun a pesar de que se sentía feliz con su vida actual había cosas que lo mantenían parecer un extraño.
— ¿Tienes a alguien que cuide de ti? Disculpa que pregunte estas clases de cosas.
— Algún problema con la señorita Madison, Disculpe. Veo demasiada televisión de farándula — Ambos se ríen— Y sobre su pregunta... Bueno, no. —Les lanza otra miga a los peces.
— Y porque eso. Usted se ve bien parecido. —El menor arquea una ceja y lo mira algo incrédulo como si este le hubiesen salido orejas. — ¿Qué?
— No, nada... Solo que no he encontrado al apropiado y aunque tengo una vida muy buena, trabajo en una carnicería y tengo un departamento no puedo cumplir aun mi mayor sueño...
— ¿Y ese cuál es? —Bruce arqueo una ceja.
— Quiero ser el mejor comediante y créame que me esfuerzo, pero me coloco muy nervioso cuando estoy con un gran público. — Jack suspiró ruidosamente.
Bruce queda desconcertado con la respuesta del ex criminal, no por el trabajo en la carnicería ni por el querer ser un comediante de alto calibre, si no por el hecho que mencionara los nervios ante una gran público ¿Sería cierto? él, quien decía y deshacía a la vez, ¿El Joker nervioso? eso si era nuevo para él y antes de que lograra decir algo la Batiseñal se encendió.
— Bueno, fue un gusto hablar contigo... ¿Cómo dijiste que te llama?
Esta vez no podía evitar no decir su nombre, pensó Jack.
— Jack... Jack Napier, un gusto haber hablado con usted, señor Wayne.
Cuando el mayor se fue dejando solo Jack, quien se quedó mirando la bolsa de papel que se encontraba en su regazo y miró su interior que se encontraba el arma, pero un pensamiento veloz paso por su cabeza ''Esta noche no''... Pero al menos conoció a quien ama secretamente, aunque su amor es como el amor de una fan no podía negar que se sentía como colegiala. Se ríe ligeramente con su nuevo y vertiginosa sensación que comenzaba a florecer en su estómago, se levantó de la banca y se encaminó a su departamento anhelando un nuevo reencuentro con ese hombre.
¡De nuevo! Rogaba Jack al cielo. Se ha llenado de aquel hombre aun sabiendo de las escasas posibilidades de encontrarse nuevamente con él, rememoraba una y otra vez que el volviera a encontrarse con él en esa banca para que cambiara sus días cotidianos ya que Bruce había tocado su alma deprimida y sabía que él ni siquiera rozó la suya. Aún que Jack se preguntaba si algún día volverá a escuchar su voz tan viril ya que noto que ha enfermado de él... Y dudaba profundamente que se pudiera recuperar.
Y no le tomó tantos días ya que después se lo encontró en el bar que daría su show, tanto que había anhelado Jack encontrarse con Bruce que no se dio cuenta cuando fue que se sentó a un lado de su taburete.
— Hola —Saludo el castaño.
Bruce se volteo a mirar y le dedicó una sonrisa sencilla.
— Hola, Jack. No me digas te presentaras en este bar. — No era una pregunta era una afirmación y sólo consiguió un asentimiento con la cabeza de Jack.
— Si... — Le temblaban las manos cuando pidió al cantinero una margarita.
De los chistes que tenía en mente Napier todos se le olvidaron de tan solo mirar al hombre a su lado, solo se le ocurrían chistes verdes negó mentalmente este.
— No estés nervioso, estarás bien — Dijo Bruce que le dio una palmada en el hombro.
— Gracias — Jack recibió su Margarita para beberla, el tacto del mayor lo tranquilizaba.
Había música suave en el bar, mientras Napier bebía de su trago miraba como el mayor tomaba de su cerveza y se entre lamia los labios por la espuma de esta haciéndolo sentir seco por el contrario del héroe vigilante de la ciudad de Gotham. Se sentía agotado y aunque el con suerte se encontraba para salir algunas noches para disfrutar...
Se sentía terrible por tener un día completo de insomnio como Batman esta fue la décima noche consecutiva con menos de una hora de descanso juntas. Bruce Wayne había comenzado a desarrollar círculos azules, casi negros, debajo de los ojos por la falta de sueño a pesar de que Bruce había intentado ocultarlo.
Jack le echó un vistazo a Bruce, Napier nunca pudo negar que el hombre es encantador uno pensaría que tendría aires de grandeza por ser un multimillonario, pero nadie podría imaginar tener la dicha que tiene Jack al estar sentado nuevamente con este hombre, pero estaba preocupado ... su tendencia a enamorarse demasiado rápido probablemente pasaría ya estaba teniendo un amor platónico con el hombre a su lado, era innegable.
— Jack. Te están llamando — Jack fue arrancado de sus pensamientos por Bruce.
— Disculpa, no estaba tomando atención... — Se levantó, pero los nervios volvieron a él.
— Hey, todo saldrá bien — Había tomado la mano de Jack para darle ánimos.
Este tomo aire y le dio una pequeña sonrisa y fue al pequeño escenario, se sentía realmente más tranquilo.
— Hola buenas noches a todos, ¿Qué tal su noche?, la mía muy bien. Les contare que los gatos tienen muchas vidas, pero había una vez un gato que tenía dieciséis vidas vino una camioneta 4x4 y lo mató. — Debían estar muy borrachos todos o drogados porque Jack se sorprendió al escucharlos reír. — Bien les gusta los gatos, a mi igual, pero como se dice: el gato se cayó al agua en inglés. —Jack tomó un momento mirando a su público que lo escuchaba atento. — the cat is cataplum in the wather glu glu no mor miau miau —Nuevamente el bar se llenó de risas y este sonrió, al fin un show donde le salía bien quería colocarse a llorar de la alegría que lo invadía.
Después de terminar su show se acercó sonriente a Bruce.
— Eres mágico, dime que sí, porque en todo un año que no me salía bien un show humorístico.
— No, no soy mágico — Dice algo divertido por la actitud de su ex némesis, era algo infantil pero esa sonrisa que le brindaba podía valer la pena— Sabía que te tranquilizaras, no eres mal humorista solo debes estar tranquilo.
Sin esperarse Jack abrazo al mayor sorprendiéndolo demasiado, no estaba acostumbrado a este tipo de cosas a excepción de Julie, su novia... Bruce solo le dio unas palmaditas en la espalda al Joker mirando algo incómodo. Cuando vio que este se alejó y mirar esos ojos tan verdes con lagrimillas algo se ablando en su pecho.
— Gracias Bruce... — Jack apretaba los labios intentando sonreír igual que antes.
El mayor le sonrió a medias, pero no evitó que este se fuera.
Pasó un tiempo más cuando volvieron a reencontrarse y así fue hasta que se les hizo tan común y Wayne comenzaba a sufrir cambio que lo dejan desconcertado o confundido porque quería descubrir cada expresión nueva del menor, pero de algo que estaba seguro era esa maldita molestia y la ausencia de éste en las calles era una sensación agridulce por razones que ni siquiera podía precisar. ¿Lo extrañaba? a lo mejor esas batallas épicas... Aunque los ciudadanos de Gotham estaban más que alegres de no saber nada del payaso, los entendía... Ya no había tanto temor en las calles. Ahora mismo se encontraban en el parque sentados uno al lado del otro frente al lago mientras Jack les daba de comer a los peces.
— Hoy ha sido horrible — Dice Bruce mientras se frotaba el rostro con las manos, Jack solo le brindo una mirada.
— Solo se necesita un mal día para arruinar el resto, ¿no es así? — Jack suspiró, poniéndose más triste que enojado porque esa frase era del Joker y a veces Bruce se preguntaba si Jack recordaba. Sin embargo, la expresión de Jack se iluminó rápidamente. Él aplaudió. — Pero, eso es en el pasado ahora. Veamos si podemos hacer algo distinto. — Sonrió el menor.
— Que tienes en mente — Bruce alzó la vista deteniéndose en esos ojos tan llamativos.
— Juguemos a preguntas y respuestas así nos conoceremos más — Sonríe Jack y les lanza a los peces más pan, dentro de la bolsa de papel ya no se encontraba el arma hacía tiempo que no la traía y ya no recordaba cuándo sucedió eso.
Después de varias preguntas que ambos responden sin ni un problema, Bruce se dijo que no había problema de alguna forma tenía razón Jack sobre que se conocerán mucho mejor de esta forma supo que si le gustaban los niños, los gatos, que es friolento con un gusto sencillo y su gusto por el color verde y morado cosa que Wayne ya lo sabía, pero no esperaba que el menor le gustara el arte renacentista.
Por otra parte, Jack no espero que Bruce Wayne el hombre a su lado haya estudiado en Cambridge y la Sorbonne, que sepa artes marciales, que es más de perros que gatos y si sabía por obviedad que el hombre trabaja en Empresas Wayne, es multimillonario y que tiene cuatro hijos y que a los dos mayores no los ve muy seguido. Oh, Jack casi olvidaba algo y era que Bruce tiene pareja; Julie Madison... Sabía que Bruce era un Playboy pero que decepción se decía Napier para sí mismo.
Paso tiempo donde ambos se sentían cómodos, Bruce se dijo que solo lo que sentía era una gran amistad por Jack, su antiguo némesis, pero Julie se sentía molesta porque sabía que su pareja tenía que salir para las Empresas Wayne y que tenía una vida nocturna a pesar de que Bruce solo decía que eran problemas de la empresa... Pero su relación estaba decayendo porque cada vez que el multimillonario tenía un poco de tiempo este salía con su nuevo amigo.
Fue de esperarse cuando su relación terminó y aunque ambos quedaron en buenos términos, quedando como amigos saliendo de vez en cuando a cenar a veces intentaba invitar a cenar a Jack, pero este siempre se negaba.
Hoy irían al departamento de Jack a comer habían pasado a comprar comida Taiwanesa y se fueron caminando hasta donde vivía el comediante, encontrándose a Harley y Ivy. Jack tragó saliva nerviosa que iba a pensar Bruce ahora de él si sabía que era amigo de dos criminales.
— Eh... Yo... Yo... Bruce — Dijo atropelladamente Jack.
Bruce sabía que ellas dos pasaban tiempo con el comediante, pero lo que le molestó más fue cuando Harley se lanzó a los brazos del menor.
— ¡Puddin! que bien que llegaste... — La rubia mira al multimillonario, estaba sorprendida— Oh... Disculpa no sabíamos que tendrías un invitado — Sonríe ella.
— Eh, sí. No te molesta ¿cierto? — Jack lo mira unos segundos de forma suplicante.
— No, no me molesta, es tu hogar. — Dice de forma cortés Bruce como de costumbre, aunque una parte de él si le molestaba.
— Puddin te estaba esperando, no sabes cuánto me estaba aburriendo —Dijo la rubia sin soltar al menor En ese mismo instante Bruce cambio su rostro a uno totalmente inexpresivo, claro como era de costumbre, pero esta vez se podía notar su incomodidad a pesar de esconderla tras una máscara.
En eso salió hasta el umbral de la puerta Poison Ivy.
— Cariño no molestes a los tórtolos— Sonríe Ivy— Hola Jack — Arqueo una ceja al encontrarse al niño rico de Gotham— Hola. — Dijo secamente, Bruce solo asintió con la cabeza en forma de saludo.
Al multimillonario sabía que la rubia estaba loca por el ex maniático, pero nunca pensó que estaría emparejada con Poison, pero una parte de él se sentía aliviado de saber esto y aunque no supo el porqué de esto.
— Nosotras también trajimos comida — Dice contenta Harley y entra dentro del departamento con su pareja.
Jack se volteo a mirar a Bruce, encontrándose con el mayor demasiado serio... esto le pareció extraño.
— ¿Por qué tan serio?— Pregunto el castaño.
Bruce dirigió su mirada a este, esa frase, cuántas veces se la había hecho le ex maniaco... ya no recordaba cuantas, pero su pregunta parecía tan sencilla y a la vez tan memorable.
— No es nada. — Lo tranquilizó cuando posó una mano sobre el hombre y le dedicó una simple sonrisa.
Comieron y compartieron un pollo a la naranja con arroz árabe demasiado delicioso y Bruce se decía a sí mismo que lo perdonara Alfred, después de entretenerse en jugar cartas, Bruce pensó que era un buen ambiente para Jack divertirse así de vez en cuando con las dos criminales ya que ambas afirmaron que siempre hacen esto cuando escapaban.
Ahora Bruce admitía realmente que sentía una atracción por Jack, lo conocía, conoció a su pasado y al actual, al principio le costó, pero cuando se encontró delineando la silueta del ex criminal o tocándolo sin razón alguna, pero todo lo avivó cuando Jack admitió que le gustaba.
Una noche ambos se juntaron en el bar donde Jack se presentaría, el menor lo había invitado para que viera su presentación ya que este se sentía más seguro de sí mismo cuando el mayor lo acompañaba y aunque había ocasiones donde el ex criminal se sentía como alguien demasiado dependiente del multimillonario, cuando Bruce supo que este pensaba de ese modo lo tranquilizó al decirle que a él no le importaba.
— Bruce — Llamó desde la barra Jack al mayor.
— Hola, disculpa por llegar tarde. — Bruce miró que este no estaba bebiendo lo usual. — ¿probando cosas nuevas? — Arqueo una ceja.
— ¡Oh! Esto, regalo de la casa — Jack sonrió.
Esto se le hizo inusual y comenzó a mirar a su alrededor y ahí se encontraba una mesera que saludó a Napier como una sonrisa. Bruce frunció el ceño y arrugó la nariz en desaprobación.
— Ya veo, si esta noche sale bien que eso espero — Le sonríe haciendo reír levemente a Jack y ver esas mejillas teñidas de rojo.
— Espero lo mismo — Traía un nuevo traje de color verde y morado, era elegante y pulcro.
El traje se le hizo conocido a Bruce era el antiguo traje del Joker y se preguntó de dónde lo habría sacado.
— Y ¿ese traje? — Lo escaneo con la mirada— te queda bien.
— Me lo regalo Harley junto a Ivy — Jack bebió otro trago de su bebida.
— Creo que solo falta esto — abrió su chaqueta y del bolsillo interior sacó una flor y se la acomodo en el bolsillo del saco.
— Que hermosa, gracias, Bruce — Se acercó tímidamente y besó su mejilla.
A Bruce ya no le incomodaba esa acción en un principio si pero a medida que pasaba el tiempo ya se acostumbró e incluso anhelaba internamente que besara otro lugar con esos labios tan suaves ya que nunca imaginó que un hombre pudiera tener labios tan finos, suaves y cálidos como los de Jack.
Después de la presentación del Joker, todos habían reído junto a él pero la misma mesera que le había dado el trago a Jack se colocó enfrente del menor por interno de la barra para seguir sirviendo tragos a los demás para así preguntarle si estaba libre después de su turno a lo que Napier solo dijo que si estaba ocupado ya que se encontraba con su amigo.
— Te veo molesto, ¿sucede algo? —Jack miró a Bruce que estaba muy serio.
— No es nada — Dijo Bruce ocultando su molestia con aquella chica que le coqueteaba a su... a su... ¿Amigo?
Hacía tiempo que Bruce dejó de ver a Jack como un simple amigo... desde el momento que este le dijo que se sentía atraído por él.
— Dime que sucede, para ver cómo lo puedo solucionar — Sonrió amable.
— Bien, acompáñame al baño — Dicho esto Bruce tomó por el codo a Jack y se lo llevó.
Camino hasta el baño llevando a Jack, observó con disimulo que nadie los mirara. Cuando abrió la puerta del solitario baño de hombres y no lo dudo, se acercaron a uno de los cubículos y lo empujó dentro a Jack y murmuró:
— Me deseas. Esto es parte de nuestra fantasía y no me vas a decir que no.
El castaño, sorprendido, sonrió dulce y lo tomó por el cuello para besarlo. Aquel hombre pelinegro era varonil y sensual, dispuesto a disfrutar de lo que estaba ofreciendo, y más tras saber que nadie en especial estaba ya con el multimillonario, el mayor paso sus labios lujuriosos por su cuello pálido y Jack susurró:
— Ni te imaginas cuánto deseaba hacerlo.
Contento al ver que lo aceptaba, Jack volvió a besarlo. Le gusto notar su sedosa lengua jugando con la suya dentro de su boca, y su sabor, unido a su devoción, lo enloqueció. Bruce no sólo lo besaba; con la boca le estaba haciendo saber lo mucho que lo deseaba y lo bien que lo iban a pasar juntos.
Encantado, y sin pensar que podrían pillarlos haciendo algo inusual en los aseos del bar, Bruce llevó con urgencia los dedos hasta el cinturón y la cremallera del pantalón de él y comenzó a desabrocharlo. Tras hacerlo, introdujo las manos en el interior del calzoncillo de lunares y, cuando oyó el gemido de satisfacción de aquél, murmuró repitiendo sus mismas palabras.
— Ni te imaginas cuánto deseaba hacerlo.
Jack sonrió. Lo volvía loco aquel descaro en el multimillonario, y más en aquel pelinegro de ojos azules tan claros que lo miraban con deseo. Posó una de sus pequeñas manos sobre el pecho del hombre para sentir su acelerado corazón lleno de lujuria.
Sin embargo, estaban en un sitio publico y no podían eternizarse. Deben ser rápidos en satisfacer sus deseos. Alguien podía entrar al baño y pillarlos, por nada del mundo querían dejar aquello que habían comenzado a medias. Así pues, Bruce sacó rápidamente de la billetera un preservativo, se lo puso con maestría mientras besaba a aquel tentador castaño y, una vez terminó, le dio la vuelta, le bajo lo que restaba del pantalón y tirando de los calzoncillos hacia abajo untó sus dedos húmedos con el lubricante del condón en él, Jack comenzó a gemir, pero los ahogaba al colocar su muñeca en la boca. Le preguntó al oído en un tono lleno de sensualidad:
— ¿Estás seguro... Jack?
Con la adrenalina a tope por lo que estaba sucediendo, Jack asintió, y Bruce, encantado con aquello y separando las piernas, murmuró mientras le introducía el duro y caliente miembro en su dilatado sexo.
— Hacerlo en un baño público es peligroso y excitante.
Jack gimió al sentir su enorme y terso pene dentro de él, y Bruce dándole un pequeño azote posesivo, comenzó a entrar y a salir de su interior con ferocidad al tiempo que susurraba en su oído.
— Tan lindo.
A Jack le dio escalofríos y le encantó oírlo hablar con esa voz tan gruesa. Disfrutaba de aquello más de lo que en un principio podría haber imaginado, y Bruce prosiguió mientras su cuerpo temblaba de goce.
— Tenemos que ser rápidos, Jack, aunque me encantaría...
No pudo finalizar la frase. El placer era intenso, muy intenso y Jack ronroneo abriéndose dichoso para él.
— Lo sé... Lo sé...
Como había imaginado, el multimillonario estaba muy bien dotado y, sobre todo, sabía moverse en un momento así. Su movimiento de caderas al penetrarlo era maravilloso y Jack estaba dispuesto a disfrutar de todo aquello sin importarle las consecuencias, así que suplicó posando una de sus manos en las piernas de él y su otra mano se masturbaba.
— No pares y dámelo todo.
Excitado por cómo él había ido en su búsqueda de placer y por estar haciéndolo en un sitio inadecuado, Bruce se lo dio todo entrando y saliendo rítmicamente de él sin descanso. Tras un grito ahogado de sumo placer por parte de Jack y un gruñido de parte de Bruce que hizo saber que el clímax había llegado, aquello acabó antes de lo que habrían deseado.
— Hermoso — Musito Bruce besándolo en el cuello.
Aquella simple palabra, dicha de la forma en que lo había dicho, excito a Jack. Lo ocurrido había sido una locura, pero le encantaba hacer disfrutado de él.
Una vez que él se retiró de su interior y se dirigió a un cubículo ahora quitar el preservativo y limpiarse con papel higiénico al igual que lo hizo Jack, el semen goteaba de su pene flácido, él se subió los pantalones al igual que el mayor, primero salió el castaño del cubículo de baño. Allí, se miró en el espejo, y al ver su cara roja y congestionada por lo ocurrido, murmuró cerrando los ojos.
— Joder — Segundos después, los abrió y, mirándose de nuevo en el espejo, añadió con cierta indiferencia— Pero ha estado fenomenal.
Dicho esto, sonrió, abrió el grifo y se echó agua en la cara. Cuando saco un poco de papel higiénico para secarse el rostro Bruce salió del cubículo, lo imitó para cuando se acercó a este.
— Siento hacerte abordado así, pero...
No pudo decir más, Jack se colocó de puntas y lo beso. Introdujo la lengua en aquella boca tentadora y, cuando acabó, aclaró.
— Hazlo siempre que quieras.
Bruce sonrió y él, cogiéndolo con fuerza de fuerza de la mano, dijo mientras comenzaba a caminar.
— Vayamos a beber algo, luego nos vamos a la mansión.
A partir de ese instante, su relación cambió. Ahora actuaban como una pareja, con intimidad. Lo ocurrido en aquel bar les había hecho darse cuenta de que la vida se compone de momentos y, sin duda, aquel era el suyo.
(...)
Esa noche, cuando llegaron al restaurante donde habían quedado con Richard el hijo mayor de Bruce, que conocía la relación de su padre con el ex criminal y Slade, Ambos se sentaron muy felices. Habían pasado una estupenda tarde solos, sin que nadie los molestara, haciendo lo que más les gustaba: jugar póker, hablar de mil cosas y hacer el amor.
Bruce era el vicio, el amor, su perdición y su vida. Y lo mejor de todo es que Jack también lo era para él y aunque Jack nunca pensó que una felicidad como la que vivía con aquel hombre pudiera ser posible, pero sí, la felicidad total existe y Bruce lo es para él.
Cuando ven a Dick y Slade, se acercaron a ellos y se sentaron. Slade sin duda está en su salsa. Este lujo le gustaba y, por primera vez, Bruce no se queja del mercenario.
Bebieron champán y brindaron por un más que bonito futuro para Bruce y Jack. El mayor beso a Jack y este recibió el beso gustoso. Eran tan felices, en un principio cuando su relación renunció al público todos los acosaron por el extraño y repentino cambio en el multimillonario, Jack que en un principio se mostraba tímido delante de las cámaras no tomo tanto tiempo para soltarse delante de ellas, pero todos podían notar algo en ellos dos cuando se miraban a los ojos y todos estaban seguro de que la felicidad era para ambos.
La comida estaba excelente y Jack se ríe cuando Bruce le pide al camarero que les trajera una botella de agua de diseño. Les sirvieron a todos y, levantando la copa, preguntó mirando al castaño.
— ¿Brindamos?
Jack sonríe, niega con la cabeza y dice:
— Da mala suerte.
Bruce sonríe también. Finalmente, olvidándose de las supersticiones de Jack, brindaron con agua. Nada puede salir mal eso se decía el castaño. Todo es mágico y, cuando se iba a volver a besar, oyeron a sus espaldas.
— Bruce ¿eres tú?
Al oír la voz se voltearon y la sonrisa de Jack de pronto languidece. La reconoció en décimas de segundos. Es Julie, La ex de Bruce.
— Pero, bueno, ¡qué casualidad! — Exclamó Jack.
Sin duda alguna, Jack comenzó a pensar y maldecir por brindar con agua. Con la cantidad de sitios que debe de haber en Gotham y se la encontraron allí justo la primera noche.
Bruce, al verla, se quita la servilleta que tiene sobre las piernas, se levanta y la abraza encantado. El abrazo dura algo más de lo normal y Jack intenta entenderlo. Fue su novia y compartieron muchas cosas. Dick la saluda también y después Slade. Cuando ha saludado a todos los de la mesa, Julie me mira y Bruce, cogiendo de la mano a Jack los presenta.
—Julie, él es Jack, mi prometido —Sin perder su sonrisa, la mujer de ojos celestes y cabello pelirrojo lo mira. Lo escanea con total descaro, cuando se da por satisfecha, se acercó a Jack que le da dos besos y dice:
—Encantada de conocerte.
—Lo mismo digo —Jack respondió con amabilidad.
Acto seguido de presentar a su acompañante. Un hombre más joven que ella y bastante guapo, que noto que se siente algo descolocado, pero sonríe. Una vez acaban los saludos, Bruce los invita a que se sienten con ellos. Madison acepta sin contar con su acompañante y los camareros colocan dos servicios más y traen dos sillas para ellos. Dick mira a Jack. Sin duda piensa lo mismo que el castaño, pero ambos callaron. Jack sabía que debía ser cortés. Pero cuando volvieran a la mansión, le iba a decir cuatro cositas sobre esto.
Una cosa es conocer a su ex en persona, la famosa Julie Madison, saludarla o sonreírle y otra tener que cenar con ella. ¡Menudo mal rollo! pensaba Jack. Pero durante la cena, cambió de opinión: Julie es encantadora y divertida. Hablo con ella y le costaba entender que tuviera treinta y es que adora su trabajo, que es el arte. Jack comenta que trabaja en una carnicería y eso le llama la atención, preguntando así porque el castaño aun trabaja si sale con un multimillonario y este le contesta que le gusta donde trabaja, así de simple su respuesta. Durante la cena hablaron de mil cosas y cuando vio el anillo que llevaba Jack en el dedo, lo reconoce ya que ese anillo era de la familia Wayne, con una agradable sonrisa, dice:
—Es precioso, ¿verdad? —añade tras el asentimiento de Jack — Me alegra saber que Bruce encontró a quién dárselo. Sin duda alguna te quiere.
Sonrío y el ex criminal agradeció sus palabras y cuando termina la cena, la idea que tenía de ella al principio de la noche ha cambiado totalmente. Esta mujer no lo mira como un rival ni hace nada inapropiado para que Jack se sienta incómodo. por el contrario, sus ojos se han dulcificado y parece encantada por su relación. Cuando terminaron de cenar, decidieron ir juntos a tomar algo.
Julie le propone a Joe y Jack se quedó sorprendido cuando su acompañante se niega. Sin Duda alguna no le hace gracia la compañía. Alejándose unos pasos, Julie habla con él. Intenta convencerlo y finalmente lo hace. Cada pareja se dirige al local en su coche. Bruce está tan contento de que no digo nada. Jack ya hablara en otro momento con él sobre este asunto. Al fin y al cabo, Julie le ha demostrado ser una chica encantadora y civilizada.
Cuando llegaron al Cheers, Bruce se encuentra con algunos colegas. Varios empresarios los saludan y se alegran al saber que Bruce tiene nuevos planes para Empresas Wayne. Todos brindan con ellos por su próspera relación y él, levantando en sus brazos a modo de trofeo a Jack que lo hace reír. Su alegría es tal que hasta baila con el castaño en la pista una preciosa balada y, enamorados, se besan mientras Wayne le dice las cosas más románticas y bellas que cualquiera querría escuchar. Lo pasaron muy bien y se siento totalmente integrado hablando con sus amigos y con su ex. Eran encantadores. En un momento dado, Julie y Jack fueron por un trago, Julie miró nuevamente el anillo.
— Es la llave de su corazón, ¿verdad? — Jack asintió con una sonrisa y tocó el anillo. Ella, con una candorosa sonrisa, murmura en tono bajo, para que sólo él lo escuchara. — Si algo me ha gustado siempre de él es lo apasionado que es para todo. Romántico, caballeroso y ardiente. Ése es mi Bruce.
El comentario le toca las narices a Jack y la mira preguntándose a sí mismo.
¿Qué es eso de «su» Bruce?
El gesto molesto y desafiante de Jack debe de ser muy elocuente, porque añade con una sonrisita que no le gustó nada al menor
— Por supuesto, ahora tuyo.
De repente, Julie se da la vuelta y se distancia de la barra. Él respiró y se tranquilizó, mientras que por su cabeza pasan las palabras: «sabandija», «marrana», «rastrera», «parásita», «alimaña», «maraca», «perra»,«zorra» y no sigue porque si no iba a explotar. Él ya sabía que entre ellos hubo algo, la televisión se lo dijo y también Bruce, pero no le parece de buen gusto su comentario. Con una fría y enfadada sonrisa asintió cuando le trajeron su trago y decide no decir nada o como abre la boca y salga todo lo que tiene dentro, la pone fina porque de algo le ayudo estar con Harley & Ivy y fue el saber defenderse cuando algo realmente le molesta. Pero media hora más tarde su nivel de enfado sube, sube y sube cuando la muy cerda, porque no tiene otro nombre, comienza a comentar ante los amigos del grupo detalles de cómo eligieron con Bruce y ella la encimera plateada de la cocina de la mansión, por qué decidieron el color almendra para las paredes del salón o el estreno que hicieron del colchón de la habitación principal. El gesto ya no es candoroso y todos se dan cuenta menos ella. Sus anécdotas fuera de lugar ya lo tienen harto y, una de dos: o él se iba de allí, o la lía gorda, gorda, ¡gordísima! Jack miró a Bruce, que habla con sus compañeros junto a Slade y su hijo Dick, sonríe ajeno a lo que Julie cuenta. Pero cuando sus miradas se cruzan, sabe que ocurre algo. Bruce se acerca a él, lo coge por los hombros para acercarlo y le pregunta al oído
— ¿Qué ocurre, Jack?
El ex criminal volteo hacia él para que nadie los oyera y respondió.
— Quiero irme de aquí ya y cuando digo ya, es ya Bruce.
Sin preguntar nada, asiente. Se despidieron de los demás que los rodeaban y Dick con su pareja aprovechan y se marchan con ellos. Es tarde y están cansados. Jack tan solo se volteo a mirar hacia la pista y la mirada de Julie y la suya se cruzan. ¡Menuda alimaña! piensa Jack con enojo, agarrado de la mano de Bruce se van sin despedirse de ella.
Al salir del local, caminaron un par de metros y se despidieron del hijo de Bruce, viendo como ellos cruzan al otro lado de la calle para acercarse a un deportivo oscuro, Jack alza las cejas sorprendido no sabía en qué trabajaba la pareja de Dick, pero al parecer era un buen trabajo, mientras ellos dos se dirigieron al suyo, pero volvió a sentirse nuevamente molesto al salir de su impresión.
—Maldita bruja.
Bruce, que no sabe qué le pasa, lo mira y dice.
— De acuerdo, Jack, ¿qué ha ocurrido?
Enfadado, Jack se detiene y sisea.
— Tu ex, esa sabandija con cara de angelito ha tenido la poca vergüenza de decirme, para sacarme de mis casillas, que «su» Brucy es romántico, caballeroso y apasionado. Y por si eso fuera poco, no ha perdido ocasión de contarme a mí y a todos tus amigos por qué eligieron la encimera plateada de la cocina, el porqué del color almendra de las paredes, y para rematar, la muy asquerosa se ha pasado tres pueblos insinuando que el día que cuando les llegó el colchón de la cama principal le dieron un buen estreno.
Bruce se ha puesto serio.
— ¿Ha comentado eso?
—Sí —afirmó el castaño— lo ha hecho. No sé a qué quiere jugar esa rata, pero que tenga cuidado conmigo.
Bruce está desconcertado por sus palabras, recordando al antiguo Joker y murmura.
— Vale, Jack. Tranquilízate.
—Me tranquilizo. Claro que me tranquilizo —gruño—. Pero ¿qué te parecería que un "ex" esposa, delante de un grupo de amigos, presumiera de lo bien que lo ha pasado conmigo en la cama delante de ti? Sin duda te molestaría.
Sólo hay que ver cómo se desencaja cuando lo dijo y aunque Bruce sabía que la esposa de Jack falleció y el menor pidió disculpas mentalmente por ella por hablar así de ella.
— Vamos, acompáñame. —Dijo molesto Bruce.
— ¿Adónde vamos?
Con gesto más que enfadado, Bruce sisea.
— A hablar con Julie. —Jack se suelta de la mano, protesto.
— No. No quiero verle la cara o te juro que al final terminará muy mal. —Él insiste.
— Acompáñame. Es tarde y no quiero dejarte solo en la calle, Gotham es peligroso de noche, ven.
Jack sonrió ante su instinto protector.
— Tranquilo que nadie me va a hacer nada. O se irá peor de cómo llegó.
Bruce sonríe ante sus palabras, le guiña un ojo y murmuró, dirigiéndose al pub.
—Tardaré dos minutos. No te muevas de aquí.
Lo miro entrar en el local. ¡Maldita perra! Por su mente comienzan a pasar los peores improperios que una persona puede decir.
— Jack. — Al oír la voz de Dick, Jack miró al otro lado de la acera y los ve a ambos en el coche.
— ¿Qué haces aquí solo? —Slade pregunto arqueando una ceja.
Sin querer contarle la verdad de lo ocurrido al hijo de su pareja solo sonrío y contesto.
— Brucy se ha olvidado algo en el pub. Saldrá en seguida.
Slade para el motor, se baja del coche junto a Dick y dice.
—Esperaremos contigo. No queremos que te suceda algo. — Dice serio Slade.
Richard sonrió, esa es la galantería de Wilson.
Jack comenzó a cruzar la calle para acercarse a ellos mientras sonríe. De pronto, un coche enciende las luces a unos metros de él. Este lo miro y prosigue con su camino, pero el sonido de un estridente acelerón lo hace volver a mirarlo y se detiene. Los pies se le quedan pegados y el coche se acerca. El miedo lo paraliza y en ese momento ve a Bruce salir del local.
Sus miradas se encuentran y lo oye gritar desesperado.
— ¡Jack!
Continuará...
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Привет (hola) a todos, aquí con mi nuevo fic digamos que siempre me gusto este ship y se que no están acostumbrados a que divida un oneshot... pero es que ya llevaba 8966 palabras y pensé que era suficiente como para ser la primera parte así que eso espero que les guste y dejen sus comentarios y sus ⭐️
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