-Sugar love-

Notas: Ningún personaje me pertenece, todo es obra de Funamusea. El fan art de la portada fue elaborada por Eli también (?).

Advertencia: Pareja homosexual. Shotacon (insinuación). Headcanons.

-Sugar Love-

El amor puede ser dulce, eso fue algo que aprendió hace poco y de una manera sumamente inusual.

Aún lo recordaba como algo especial en su corazón, aunque muchos lo dudaban.

.

..

...

Aquel día, había ido a Flame World a visitar a cierto hijo de dos diablos que llevaba conociendo hace un buen tiempo luego de una visita a Glasses: Licorice, el medio hermano menor del anterior mencionado. Ya había escuchado de éste antes por parte de sus madres alguna vez, pero no recordaba demasiado.

No debió prestarles mucha atención en aquel entonces, pero ese detalle no influyó mucho cuando trató con el pequeño por primera vez.

.

–¡Licorice, ven aquí un momento! -Había llamado Glasses desde la puerta que daba al jardín del Castillo.

Al parecer su hermanito se encontraba recolectando algunas flores.

–¿Uh? ¿Qué sucede, hermano? -Apenas volteó, notó que el azabache no venía solo; un desconocido joven de cabellos oliva y mirada muerta en carmín lo acompañaba.

También traía una especie de cráneo adornando su cabeza como un sobrero y llegó a vislumbrar unas esqueléticas manos al darle un vistazo completo mientras se acercaba.

–¿Quién es el que te acompaña? -Nunca antes lo había visto.

–Fue por eso que te llamé, quiero presentarte a un amigo. Es hijo de la diablesa de otro mundo, se llama Mors. -Habló tranquilo mientras miraba al aludido.- Mors, te presento a Licorice, mi hermano del que te estado hablando.

–Es... Un gusto. -Habló forzosamente.

Nunca había tenido que tratar con niños y eso se le notaba.

–Uhn...

Mors no pasó por alto la curiosa mirada recibida, por lo que se tentó fugazmente a decirle a Glasses que esto no era necesario. Después de todo solo visitaba al de gafas de paso y no quería molestar tanto, ya sabía que su aspecto y mirada pudo haber inquietado al niño.

Sin embargo, las acciones del infante se adelantaron a sus presunciones.

–¡Hola! Soy Licorice. -Saludó con una sonrisa amable, pasando por alto la sorpresa que su reacción provocada.- Así que eres un amigo de Glasses ¡Genial! ¿Podemos ser amigos también?

.

El niño era bastante más joven que él mismo o el propio Glasses, al parecer producto de una tensa situación extra marital y nada amorosa por parte del diablo de Pitch Black. No conocía a fondo los detalles, pero el demonio de gafas insistió en que lo mejor era no ahondar demasiado en el tema; especialmente cerca del infante. Respondía al nombre de Licorice, algo que consideraría irónico una vez descubriera que el pequeño no disfrutaba del sabor del dichoso dulce al cual aludía.

Éste último, no poseía completamente la apariencia oscura de los habitantes de aquel mundo nocturno como bien lo hacía Glasses; más bien podía describírselo como una buena mezcla entre sus dos progenitores, en especial por el hermoso par de orbes de sol que adornaban su rostro.

Desde el primer instante en el que los vio sintió que sería capaz de perderse por completo en la calidez e inocencia que emanaban; unas gemas matizadas entre un dorado y naranja tan natural y primigenio como el solo visto en un atardecer.

Fue como si ello hiciera latir por primera vez en años, no supo ni cómo explicarlo ni tuvo oportunidad de hacerlo esa primera vez. Tan solo se trató de un encuentro casual con apenas algunos intercambios de palabras, terminando por ser gratamente recibido por el trato amable del infante.

Para el hijo de Reficul eso fue nuevo e interesante, no era común conocer demonios tan amables en mundos no pacíficos, por lo que podía decir que Licorice era como un milagro entre pocos.

Uno que valía la pena conocer y cuidar.

.

Entonces... ¿Vas a ser mi nuevo amigo ahora, Mors? -Volvió a insistir, sin borrar la calma ante el silencio ajeno.

El demonio de huesos asintió un poco.

Glasses no podía creerlo ¿Eso era una sonrisa en Mors?

–...Claro, será un placer, Licorice.

.

Luego de aquel primer encuentro, estos comenzaron a repetirse esporádicamente hasta que sin notarlo, fueron formando parte de su rutina.

Ya no se enfocaba solo en visitar Pitch Black para ver a Glasses, sino también al menor; llegando incluso a comenzar a frecuentarlo en su otro mundo natal, Flame World.

No sabría explicar cómo fue el nacimiento de aquella inesperada costumbre, solo que duró algunos meses en desarrollarse por completo.

.

–¡Viniste, Mors! -Festajaba mientras corría a la puerta a recibir a su invitado.- Como te estabas tardando creí que cancelarías.

Había esperado con ansias su llegada.

Ese día su madre había llevado a un dentista a su hermana junto a algunos subordinados mientras el resto lo cuidaban, pero estaban tan ocupados que no podían cuidar de él.

Estaba muriendo de aburrimiento hasta que el mayor llegó.

–Oh, no podría faltar. -Correspondió al saludo de quien se abrazaba a su cintura con una palmada suave a su cabeza.-Me debes la revancha en nuestra ultima partida ¿Recuerdas?

El pequeño rió.

–¡Hah, ni creas que vencerás al rey de las damas!

.

A pesar de su edad, el joven diablo era capaz de adaptarse a lo que sea y hacer cualquier momento a su lado ameno, incluso manteniendo conversaciones interesantes de variados temas que Mors nunca imaginó poder debatir a gusto con otra persona.

.

Así que Ivlis salió con su subordinada a un día de campo... -Comentó mientras esperaba al  siguiente movimiento del menor.

Estaban en un importante duelo de ajedrez desde hacía un par de horas, pero ello no les impedía hablar.

El niño era más talentoso de lo imaginado.

–Sí, bueno. No me sorprende, lo hacen mucho desde que Rieta volvió. -Se encogió de hombros al respecto mientras tomaba un caballo entre sus dedos. Ya esta a a punto de decidir cómo seguir.- Supongo que ella desea conocer la dulzura de mamá, o eso parece.

–¿Dulzura?

Arqueó una ceja dudoso. Eso no lo había entendido, aunque el niño no tardó en darle su simple y tierna explicación.

Claro, Mors. El amor es dulce después de todo ¿No?

No había mayor sentido que eso.

.

Licorice se había transformado en una pieza especial en su vida, mucho más rápido de lo que jamas adivinó.

Y adoraba eso.

...

..

.

El amor puede ser dulce, eso fue algo que un adorable regaliz le enseñó una vez, e incluso ahora, cuando lo recordaba en medio de alguna jornada laboral aburrida, empalagaba tiernamente su corazón.

Licorice...

Esperaba visitarlo de nuevo pronto, ya lo estaba echando de menos.

Notas finales: Holi~

Hace tiempo que no subía un One-shot y un día tan especial como hoy me pareció una buena idea~

Regalito especial para una linda amiga con su OTP :3 ¡Dísfrutalo, Eli!

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top