13.JungKook.
TaeHyung no estaba consciente de lo que decía y todo lo que estaba hablando eran locuras. Jimin sabía lo que estaba pasando por la cabeza de TaeHyung más no lo iba a corregir, de él iba a ser el beneficio.
Porque más allá de la ayuda en la economía que podía tener TaeHyung, y el bono en joyas que este obtendría de parte de JungKook, era una lección. Una donde por supuesto, le abriría la mente, cambiaría la perspectiva de TaeHyung hacia ese tipo de trabajo. El castaño dejaría atrás todo tipo de pensamientos denigrantes y quizás y empezaría a defender a ese tipo de trabajadores.
Porque eso es lo que era. No se trataba más que de un trabajo.
Existían reglas y normas que cumplir, necesitabas ser inteligente, cuidar de tu belleza externa como la interna, ser educado, gracial, responsable, comprometido y otro sin número de puntos que ayudaban a obtener un buen contrato.
—Entonces... ¿Armo la cita ahora mismo?—Cuestionó el bajito.
TaeHyung tenía su mirada ida y los ojos llenos de lágrimas. De verdad que la noticia le había pegado duro, tanto como para no poder recuperarse de inmediato.
Antes de poder responderle, su celular empezó a vibrar en el bolsillo, atendió sin ver quíen era el remitente.
—¡TaeHyung! ¿Dónde estás, chico? El jefe está furioso y le he dicho que estabas en el baño por una emergencia, necesitas aparecer ya...—Casi se escuchó gritar por parte de BaekHyun. Él era el que llamaba...
TaeHyung de repente reaccionó a lo que el de cabellos de oro le decía.
—Ahm... Dile que ya voy, es que estoy pasando por un momento difícil porque...
TaeHyung no terminó de hablar porque al fondo, de la llamada, se escuchó a un hombre diciendo palabras que no podía reconocer.
—¡EH, TaeHyung! Quédate descansando niño mal agradecido, estás despedido.
Los ojos de TaeHyung se abrieron, casi saliéndose.
Lo acababan de despedir en el peor de los momentos, ni siquiera había sido por vago.
La llamada se había acabado.
Estaba sin trabajo, aún cuando necesitaba el dinero puesto que todavía no aceptaba en su totalidad el trabajo ofrecido por Jimin.
—¡Kim TaeHyung!—Una doctora con traje rojo vino salía en su búsqueda.
TaeHyung llegó hasta la mujer que lo buscaba, no se trataba de otra que la doctora que atendía a su madre.
—Dígame...—habló en un susurro.
La doctora suspiró antes de contestar.—TaeHyung, voy a ser sincera. A mi no me dio tiempo de preguntarte ahora que hablamos, pero necesito hacerte unas preguntas... ¿Está bien?—TaeHyung asintió y la doctora sacó un formulario.—Entiendo que estés joven... ¿Cuántos años tienes?
—Diecinueve años, doctora.
La mujer asintió comprendiendo el asunto.
—Tu madre lleva el apellido de tu padre ¿o me equivoco?—El castaño asintió con su cabeza, sorbiendo y mordiendo su labio inferior para evitar llorar—Entonces ¿dónde está tu padre?
Fue inevitable no llorar al recordar la traición de su padre. Qué se supone que iba a hacer si ni siquiera sabía donde carajos estaba su propio padre.
—Mira, TaeHyung. Las cosas son así; necesito que busques a tu padre porque tu madre lo necesita. Incluso medio inconsciente lo llama a él y a ti también. Los necesita a ambos a su lado, en especial ahora que está pasando por un momento tan difícil.—Suspiró antes de continuar—Y no solamente eso, las quimioterapias no son fáciles. Tu madre va a pasar por muchos cambios hormonales como consecuencia de esto. Ella necesita a alguien a su lado todo el tiempo posible ¿Entiendes?.—Cuando la mujer de traje rojo miró la cara de confusión del menor no tuvo de otra que explicarle—.Es decir, mientras tu padre trabaja tú puedes estar todo el día con tu madre en casa y acompañarla en todo el proceso de curación ¿Entiendes, cariño? Ahora ve y llama a tu padre.
TaeHyung se verdad que quería llorar. Odiaba darle razones a la gente acerca de su vida porque le parecía que sería juzgado. Odiaba que lo vieran con lástima, en especial ahora que los rumores iban a volar. Un hijo que no estudia ni trabaja, un padre ladrón que prefirió irse a vivir con otra mujer y una madre enferma.
Estaba harto de todo eso.
¿Qué salidas existían ahora? Ya estaba sin trabajo y necesitaba todo el dinero posible para cubrir los gastos de su madre y suyos. Su padre no iba a aparecer ni porque le rogara, además TaeHyung no le iba a rogar. Odiaba ser orgulloso pero ahora mismo era lo que estaba siendo. No quería ver a su padre por mucho que su madre lo necesitara.
No tenía título en nada y con la corta experiencia que contaba, difícilmente le darían un puesto donde ganara millonadas.
Iba a aceptar.
—Hagamos esa cita hoy mismo, Jimin.
El hombresito sonrió feliz. Esta vez TaeHyung lucía decidido, su mirada delataba el miedo pero su voz era segura.
[…]
T
aeHyung vistió sus mejores prendas, gracias a Dios su padre no había recordado los trajes de marca que alguna vez le dio en su cumpleaños.
Quizás le quedaba un poco—demasiado— pegado, en especial en las piernas pero eso era lo de menos. De todos modos hablaría con el hombre con tal de obtener todo a su conveniencia porque si iba a aceptar el trato lo iba a hacer bien. De hecho ya tenía pensado algunas cosas que exigir, no podía portarse como un tonto ahora que necesitaba ser listo.
—Listo...—Susurró bajando del taxi y pagando.
Estaba nervioso, su corazón repiqueteaba demasiado, podía sentir sus manos con un ligero temblor y sus pies se sentían débiles. Sin embargo y a pesar de su miedo sabía que tenía que hacerlo porque era para ayudar a la mujer que le dio la vida. Era un hijo agradecido que sabía que no contaba con tiempo como para sacar a relucir su orgullo.
Si este hombre iba a pagar por él entonces no habría problemas. Jimin le había asegurado que le iba a gustar demasiado, que era joven y muy guapo, además que contaba con el dinero suficiente para pagar quizás el tratamiento completo de su madre.
Esas palabras lo habían alentado a estar ahora parado en esa puerta del restaurante donde fue recientemente despedido.
—Buenas noches...—Esa noche no estaba el señor que lo atendió la primera vez que pisó las puertas de ese lugar.—¿Tiene reservación?
—No, están esperando por mi.
La mujer le quedó viendo. TaeHyung se sintió juzgado. En su cabeza pensaba que la mujer le estaba dando una mirada cargada de reproches y culpa, aunque esta solo le sonriera amable.
—Entonces puedes pasar...
TaeHyung pasó, en ese instante recordó que Jimin le había dicho algo así como que el hombre que quería pagar por su compañía iba a llegar vestido de saco oscuro pero para que lo reconociera iba a portar una rosa roja. TaeHyung pensó que sería fácil sin embargo el restaurante ese día estaba llena de parejas cargando rosas, y cómo no si la llegada del mes del amor estaba en pleno apogeo.
TaeHyung avanzó despacio viendo a todos lados pero vio a tantos con rosas que no sabía hacia que dirección ir. Cansado de buscar al hombre decidió tomar asiento en una mesa vacía. Tomó del agua que tenía la jarra del centro y se tranquilizó internamente pensando en que quizás el hombre se había arrepentido.
Sintió la mesa tambalearse y una sombra que reconoció como el padre de su enamorado. Era JungKook.
¿Lo abra visto por casualidad? Necesitaba sacarlo de ahí antes que llegara el hombre del contrato. No quería mas chismes.
—¿Esperas a alguien?—Dijo JungKook como muestra de saludo sentándose incluso si no estaba invitado.
Vete maldito JungKook. Solo vete.
—¿Yo?—cuestionó pensativo—No, yo... Estoy esperando a mi primo Jin, vamos a cenar con su familia.
JungKook se rio, ofreciéndole una mirada cargada de reproche. Su TaeHyung era todo un pequeño mentiroso.
—¿Y cómo has estado, JungKook? ¿Estás aquí con tu esposa?—TaeHyung habló rápido, antes que al azabache se le ocurriera decir algo.
JungKook suspiró antes de responder. Le tomó la mano pero TaeHyung se soltó de inmediato. ¿Que iba a pensar el hombre cuando viera que otro le coqueteaba?
—Estoy aquí para hacer negocios a cambio de un poco de placer...—La voz de JungKook sonaba seria.
Una prostituta. Pensó TaeHyung.
—Uhm... Bueno creo voy a ir afuera a llamar a mi primo.
TaeHyung se levantó pero cuando pasó por el lado de JungKook este lo detuvo posando un brazo alrededor de la cintura de TaeHyung.
Era incómodo, TaeHyung iba a soltarse pero JungKook habló.
—Estoy aquí por ti, TaeHyung. Por y solo para ti.
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¿Alguien puede darme buenos tips para hacerme un excelente manicure?
Lo necesito urgente.
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