11. Un nuevo amigo.

Era su primer día. Después de aquella decepcionante entrevista, lo habían llamado para darle la noticia de que se había quedado con el puesto, TaeHyung lo agradecía, sin embargo el problema era que su nuevo horario de trabajo chocaba con su horario de clases. Y obviamente la decisión que necesitaba tomar no esperó por mucho. TaeHyung estaba necesitado.

Llegaba a tiempo. Uno de los consejos que más escuchó decir a sus profesores, era:"si la cita es a las doce y llegas a las doce en punto, entonces estás llegando diez minutos tarde".

Con lo poco que había en su alacena, dejo hecho el pequeño desayuno para su madre. Avisó en un mensaje a Jin de que lo disculpara con los profesores pero su primo no contestó. Entonces salió de casa.

Llegó faltando diez para las diez, que era el horario de meriendas y desayuno que el restaurante ofrecía. Entró por la puerta trasera, a como se le había indicado con anterioridad y se empezó a alistar en los lockers vacíos donde debía guardar su ropa.

Un chico moreno, de bajita estatura y el cabello color oro se le acercó saludándolo con un alegre hola. TaeHyung contestó agitando su cabeza, como ya lo venía haciendo gracias a s timidez. El chico regresó a lo suyo.

Cuando TaeHyung terminó de ajustarse el corbatín el chico le sonrió a la misma vez que levantaba sus pulgares, como si aprobara como lucía TaeHyung.

Tae sólo sonrió. Al parecer iban a ser compañeros de trabajo.

.....

TaeHyung se estaba dando cuenta de que en este trabajo estaba más perdido que perro en procesión. No lograba entender el orden en que estaban enumeradas las mesas y a quién preguntarle.

El señor que se estaba encargando de los meseros solo daba ordenes y el resto de personas las acataba al pie de la letra. Él por su parte no sabía para donde moverse, por lo tanto, cuando miraba lugares vacíos —donde no estuviera atendiendo alguno de los otros meseros—él se movía hasta el lugar para hacer su trabajo.

Todo era un caos, sin embargo algo que le salía de maravilla era recomendar que tomar, comer, incluso recomendaba los postres.

—Entonces dices que el Salmón asado sabe mejor que el filete...—Le dijo la mujer con sombrero raro.

—No. Yo solo le estoy recomendando el platillo más delicioso que este lugar ofrece.—TaeHyung le respondió sonriendo con suficiencia.

Él no era ningún chico sin experiencia en ese rubro.

—Bueno, siendo así espero que sea buena la comida. Tráeme dos platillos de ese delicioso salmón.

TaeHyung se había lucido con sus recomendaciones, tanto que el pequeño con cabellos color oro se le acercó a felicitarlo.

—Veo que alguien va a quitarme a mis clientes, morenito.

TaeHyung giró su mirada hasta dar con su compañero.

—No lo creo, he visto que tienes a muchos clientes comiendo de tu mano, sin ofender.

El chico se carcajeó bajito, todavía había gente por lo tanto no podían hacer tanto ruido.

—No me ofendo, se sintió más como un halago. Y yo amo los halagos, no te imaginas cuanto.—El chico paso una mano por su cabello, luciendo coqueto y de paso mordió su labio.—Me llamo BaekHyun ¿Y tú?

TaeHyung le extendió la mano—Me llamo TaeHyung.

BaekHyun extendió sus manos pero no para presentarse. Sus manos llegaron hasta el cuello con el corbatín que portaba el uniforme. TaeHyung no se había dado cuenta antes pero miró que su compañero no portaba el corbatín que según escuchó, deberían usarlo durante toda la jornada.

—Quítate eso.—Le dijo arrebatando el corbatín rojo—El color de esta cosa te queda de puta madre pero es mejor así...—Entonces el chico soltó los dos primeros botones de la camisa de TaeHyung.

—No creo que sea lo ideal. El jefe nos va a regañar.—Aseguró.

—No porque el jefe no está. Hoy es nuestro día. Gánate a todos esos clientes, mas propinas son buenas.

BaekHyun se fue, una mesa estaba pidiendo su cuenta. Él solo le tiró un beso con la mano a TaeHyung.

Un mesero cercano le dio una seña para que fuera a atender a la mesa de la derecha, la que estaba oculta. TaeHyung sacó su libreta, una pluma y dos menús para tomar alegre la orden.

Llevaba la mirada abajo que no se dio cuenta que ya estaba en el lugar que tenía que atender, una risa estruendosa lo sacó de sus pensamientos y antes que si quiera dijera una sola palabra, a sus oídos llegó la voz de quien no esperaba ver.

—¡No me lo puedo creer! Miren nada más a quien tenemos aquí. Nada más y nada menos que al grandioso y trabajador TaeHyung.

El castaño mordió su labio por no decir nada, no debía si no quería perder su trabajo.

—Buenas noches. Aquí está el menú.—Los abrió y los puso frente a las dos personas que estaban en la mesa.—¿Les puedo traer algo para tomar?

—¿Es en serio, TaeHyung? ¿Por qué estás trabajando aquí?

—Porque tengo necesidades, Jimin.—Susurro—Entonces... ¿Alguna bebida?

—A mi tráeme un cosmopolitan y para Jimin jugo de arándanos por favor.

TaeHyung llevó la mirada hacia el hombre que ahora lucía un cabello grisáceo.

—Bien.

TaeHyung iba a partir, sin embargo los planes de Jimin eran diferentes. Lo sostuvo de la manga de la camisa, sin dejarlo ir.

—TaeHyung, tú no tienes porque hacer esto.

TaeHyung quería creer que eso era preocupación, de verdad. Pero Jimin no hacía cosas que no fueran para su beneficio personal. 

—Ahora agradezco a YoonGi que me rogara para venir aquí.—Presumió—TaeHyung, yo puedo hacer cualquier cosa para que tú y tu madre no tengan que pasar por malas situaciones. Recuérdalo.

TaeHyung se encaminó hasta llegar a la cocina, le pediría el favor a BaekHyun de atender su mesa. No soportaría atenderlos.

BaekHyun ya llegaba con una bandeja de platos vacíos y lo vio.

—TaeHyung ¿estás bien?

Tae asintió con su cabeza sin dejar de mirar a la nada.

—No, no estás bien. ¿Es por Jimin?—Baek llevó su mirada hasta la mesa con poca luz.

Tae levantó su mirada hasta dar con el rostro preocupado de Baek.

—¿Cómo lo conoces?—Preguntó arrugando su entrecejo.

El rubio suspiró antes de responder.—Porque yo empecé con él en el negocio de los babys.

TaeHyung lo miró expectante, no entendía el por qué tan de repente todos conocían y ejercían con ese... trabajo, si es que se le podía llamar así.
—Y no, no te permito que me veas con esos ojos TaeTae. Yo no era ni soy una puta, no se trata de eso.

TaeHyung iba a hablar, sin embargo el hombre que tenía por nombre YoonGi, le hizo una seña con la cabeza, quizás para ordenar. El castañito no tuvo de otra que ir, después le pediría el favor a Baek.

TaeHyung no le bajaba la mirada a ese hombre, que sin importarle que tenía a Jimin a su lado, no dejaba de verlo. Además tenía una mirada tan penetrante que quizás lo estaba empezando a irritar un poco. 

—¿Ya eligieron que comer?—Preguntó TaeHyung amable mientras se preparaba para escribir.

¡Y Dios mio! TaeHyung juraba, pero re juraba que vio al hombre hacer una mueca con la boca donde claramente vio un "a ti". Claro, la mirada del hombre ya no estaba directamente sobre él, estaba en el menú.

—Para mi está bien el salmón asado y para él un filete en salsa de calabaza. Ah, también tráenos vino en lugar de nuestro anterior pedido. 

—En seguida regreso.

TaeHyung se llevó los menús y regresó a la cocina, donde ya se encontraba esperándolo BaekHyun.

—Mira, yo no soy experto leyendo miradas pero cualquiera puede ver las ganas que YoonGi te trae.—Baek se apuró en ayudar a TaeHyung con los menús.

—Claro que no. Él está con Jimin.

Baek sonrió.—Es solo una relación de Sugar babys y Sugar daddys. No es como que fueran pareja, además para mi que él te tiene más ganas a ti de lo que le pudo tener a alguno de sus otros babys.

TaeHyung se extrañó.—Pero qué dices. ¿Cuántos babys pueden tener?

—Todo depende de cuanto dinero y cuanta exclusiva cuentes.

—Pero no entiendo...o sea, ¿Cuántos Sugar daddys pueden tener?

—¡Oh! Eso es exclusivo. Existen contratos donde exigen claramente la exclusividad. No es como que andes con uno y con otro.

TaeHyung asintió.

—Por otra parte he escuchado que Jimin y YoonGi tienen mas de siete años juntos. Unos rumoran que son pareja y otros que YoonGi no tiene solamente a Jimin.

La comida estaba lista pero TaeHyung no quería ir. Con tan solo el hecho de ver a Jimin con esa sonrisa de suficiencia le causaba nervios, no sabía porqué pero tampoco quería averiguar.

—Baek. ¿podrías atender su mesa por mi?

El rubio negó con la cabeza.—Lo siento pero me toca despedir a aquellos...—Los señaló—.¿Pero qué es lo que te molesta?

—Jimin siempre me mira como que se quiere burlar, de hecho me intimida mucho. Claro, sin dejar atrás las ganas de golpearlo por esa sonrisa tonta que siempre carga.

BaekHyun se carcajeó tomando una bandeja con la comida que tenía que llevarse TaeHyung.

—¡Ay, querido! Existe otra manera de golpearlo sin tocarlo. Yo que empecé con él puedo decirte que para Jimin no hay peor golpe que el que va directo a su ego, un golpe a su ya conocido buen gusto. Ve y coqueteale sutilmente. Que solo YoonGi pueda ver y ya luego verás la magia.

TaeHyung asintió aunque no lo fuera a hacer.

Claro, él se sentiría mal si a su pareja le estuviera coqueteando un mesero, o cualquier otra persona. No era algo lindo de hacer y por supuesto que sus valores estaban primero. No toques lo que no es tuyo le aconsejaba su madre desde niño. 

Claro, todo eso se esfumó cuando recibió un flashazo por parte del celular de Jimin. No hizo falta la seña que hizo con su boca, lo que entendió como Es solo para recuerdo.

TaeHyung ya cansado de la situación infló su pecho, le valía verga si Jimin se daba cuenta o no.

Él lo haría.

Entonces aún con la bandeja en la mano se tambaleó hasta subirse el pantalón, que aunque le quedara tallado lo anda un poco caído. Ahora sí, su trasero estaba levantado y sumándole la camisa abierta que su nuevo amigo le puso, lucía caliente.

Camino paso por paso, meneando sus caderas con su caminar y su sonrisa —antes angelical— ahora estaba convertida en una diabólica, de esas con la que sabes que vas a perder hagas lo que hagas.

YoonGi lo notó, el lamer de su lengua con sus labios, los ojos matadores que no le apartaban la mirada, esos con los que retaba. Además sus pasos seguros, uno detrás de otro. Y qué decir del bamboleo coqueto de sus caderas. YoonGi lo deseaba, era carne nueva. Carne fresca.

—Aquí está su comida—Dijo TaeHyung sin dejar el contacto visual con YoonGi.—Si se le ofrece algo más no duden en llamarme. No lo olviden cualquier cosa.

YoonGi aprovechó a Jimin distraído para sonreírle y darle una tarjeta de presentación.

Todo iba a ser una maravilla...




































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Aquí el otro...

Nos leemos después

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