#13

Súper Maratón 4:

Así es como los días pasaron a ser semanas y yo simplemente no me sentía capaz de salir de mi habitación. Daba las gracias al manager que nos había conseguido dos semanas de vacaciones, pero no las estaba disfrutando como era debido, porque necesitaba estar junto a Yoongi y él había comenzado absolutamente a ignorarme. Me siento terriblemente mal y creo que él sólo busca devolverme lo que le he hecho yo.

-Hey, Kookie ¿Sabes qué le pasa a Jiminie? -escuché desde la puerta de mi habitación, había decidido por fin salir a buscar un vaso de leche pero me detuve al oír pasos, no es como si estuviese ocultándome, pero prevenía que no se tratase de Yoongi.

-Emm...

-Si lo sabes -sentenció emocionado, tragué saliva aún detrás de la puerta, tenía el pomo entre mis manos y en cualquier momento podría salir a darles la cara a los dos menores del grupo.

-Sí, bueno... pero es algo personal, perdona hyung -Jungkook lamentaba mientras yo mordía mi labio inferior.

-¿Por qué a ti sí te cuentas sus cosas? No es justo, nosotros solíamos ser amigos incluso antes que tú -fruncí el entrecejo y bajé la cabeza a la espera de alguna otra respuesta, pero el silencio se hizo y unos pasos se alejaron con fuerza por el pasillo, abrí lentamente la puerta y me encontré al Maknae cabizbajo haciendo un puchero y resistiendo el impulso de llorar.

-¿Kookie? -me acerqué y lo sujeté por el brazo atrayéndolo a mi habitación.

-Jimin, Tae hyung a sido malo conmigo... ¿Por qué me han dolido sus palabras? 

-¿Qué te ha dicho? -fingí no saber, él esnifó con sus ojos acuosos ya.

-Yo sé que no es mi culpa que ustedes ya no sean tan amigos, pero de todas formas me ha abofeteado con sus palabras... Jimin, no lo comprendo -alzó la mirada y pude apreciar como caía la primera lágrima, me dediqué a secarla con el pulgar y le sonreí.

-Tengo una teoría, pero no te la puedo decir -susurré abrazándolo con delicadeza y cerrando los ojos.

La puerta se abrió y abrí los ojos para saber quien osaba entrar en mi habitación sin aviso previo. La blanca cabeza de Yoongi era la que se asomaba y su rostro que al inicio tenía una linda expresión de ilusión ahora hacía una incómoda mueca y desviaba los ojos.

-Lamento interrumpirlos, pueden seguir... con lo que sea que estén haciendo -se disculpó y desapareció puerta afuera, me quedé con la boca abierta, a punto de decir su nombre y Jungkook se separó de mí secando sus lágrimas.

-Lo siento mucho hyung, creo que deberías ir tras él -fingió sonreír y me dolió tener que dejar a mi mejor amigo ahí, solo en su soledad, porque puede que aquella frase no cobre sentido para muchos, pero era la verdad, Jungkook en el fondo era un niño que se sentía completamente solo. Asentí con un nudo en la garganta y caminé hasta la puerta.

-Más tarde resolveremos tu caos hormonal -bromeé logrando sacarle una pequeña sonrisa, asintió en silencio y salí rápidamente de mi habitación.

-¡Suga hyung!

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