VII. Veredicto

—Tranquilo, yo estaré aquí —había dicho Hyunjin antes de que el azabache se levantara de su asiento y caminara hacia el estrado al pasar el plazo de los diez minutos de receso.

Caminó lento y temeroso de lo que pudiera ocurrir. No estaba seguro de qué pasaba, aunque sus hermanos lo veían con esa típica sonrisa de maldad; es decir, entendía el motivo de la cita, pero era injusto que lo adelantaran sin avisar, o eso había dicho Hyunjin. Las preguntas lo habían perturbado y no estaba seguro de cómo afrontar su propio temor a ser diferente.

Estaba jodidamente nervioso y ansioso.

—Mr. Lee, el jurado y la corte están listos para proceder. Si las evaluaciones de su capacidad cognitiva resultan socialmente viables, se le permitirá obtener la dirección de su compañía junto con la tutoría legal de Hyunjin Hwang, de lo contrario, sus hermanos tendrán la decisión final. ¿Comprende lo que digo? —planteó el abogado Malekith para dar inicio a la segunda parte del juicio.

—Bueno, antes que nada, buen día —respondió cortés. —Y sí, abogado Malekith, comprendo la situación.

—Bien, en ese caso, señoría, llamo a la Dra. Rachel para su interrogatorio.

La doctora Rachel había sido llamada días antes para dar su opinión profesional, se le entregó el expediente de Felix y comenzó a hacer notas mentales.

Era una psiquiatra radical, llena de frialdad y calculadora, como la describían sus pacientes. A pesar de esa fama, tenía la cualidad de ser imparcial en cuanto al dinero. Sí que le habían ofrecido un soborno por diagnosticar a Felix como "no apto", pero ella se había negado rotundamente, no por el típico juramento hipocrático de su profesión, sino porque consideraba un insulto a su intelecto inmiscuirse en conflictos familiares. Sabía mejor que nadie que los problemas financieros entre consanguíneos tenían una raíz desde la infancia con el favoritismo parental.

Optaba por ser objetiva y analítica.

Se dirigió al estrado para iniciar su interrogatorio.

Que los dioses lo ampararan.

—Felix... Soy la Dra. Rachel, soy psiquiatra y me gustaría preguntarte algunas cosas sobre tu autopercepción y lo que te gusta hacer, ¿vale?

El azabache solo asintió. No le daba confianza aquella mujer, sus ojos lo observaban de la misma forma que lo hacían sus hermanos.

—Bien, esto es una charla entre nosotros. No hagas caso al resto de la corte, solo vamos a platicar un poco —dijo para hacer entrar a Felix en una zona de confort. —Me dijeron que tienes una compañía de perfumes. ¿Cómo es eso? ¿Te gusta?

—Es la compañía de mis padres, ellos decían que yo podía trabajar ahí porque conozco las fórmulas para las esencias. Almizcle, citronela, chocolate, geranio, hierbabuena, magnolia, nardo, vainilla, ylang-ylang. Todos son mis favoritos y me gusta mezclarlos. Hyunjin me ayuda a decidir los perfumes nuevos para la distribución en las tiendas.

—Entiendo que necesitas asesoría en la dirección de la compañía

— ¿Quién no la necesita? No es fácil revisar catálogos y números todo el día, me duele la cabeza después

Rachel hizo un par de anotaciones y prosiguió. — ¿Dirías que tienes la capacidad de continuar con las expectativas que tenían tus padres sobre ti?

Hyunjin estaba a punto de levantarse a protestar, pero Chris lo detuvo. Aquello era una pregunta capciosa.

El ojiverde parpadeó y se limpió el sudor de sus manos en su pantalón.

—Mis padres decían que preferían dejar la compañía a mi cargo porque yo inventé 50 fragancias y conozco las 150 fórmulas para hacer "subir los números". Querían que tuviera un tutor que supiera cómo trabajar en equipo conmigo. Hyunjin dice que las ganancias que tenemos es gracias a las predicciones que hago, así que supongo que estoy a la altura de las expectativas

—Ya que mencionas a Hyunjin, él es tu novio, ¿cierto? Pero también es tu tutor. Se supone que debía enseñarte a ser autosuficiente en la cuestión laboral —Rachel hizo una pausa. —Seguro te ha dicho que cualquier empresario debe tener habilidades sociales específicas si quiere crecer económicamente, aliarse con otros negocios y expandir el alcance de su producto. Lo cierto es que alguien con síndrome de Savant tiene nulas habilidades en ese campo. ¿Han hablado sobre cómo compensar eso?

Felix apretó la boca, mirando hacia el rubio. Todo aquello de socializar y empatizar era un reto, pero ¿cuál era la terquedad de exigir que él fuera igual? No lo entendía.

—No lo puedo compensar —respondió. —Tengo un IQ menor que el promedio. Creo que, si alguien tiene menos habilidades que el resto, toma mayor tiempo para aprender, eso dice Hyunjin. Yo no pregunto si el perfume vende o no, mi objetivo es que las personas que lo usen, les guste lo que huelan. Por eso invento los aromas. "Haz feliz a tu nariz". Intento hacer felices a las narices de los clientes.

—Entonces es complejo ser un director, aunque tienes más pasatiempos que solo hacer perfumes. Me han dicho que eres un excelente pianista y eres políglota; también puedes retener una cantidad extraordinaria de información y aplicas las matemáticas avanzadas a todo sin dificultades.

—S-Sí

Rachel volteó hacia el público, inspeccionando con la mirada a todos. Giró hacia el juez, extendiendo sus brazos para proseguir:

—Creo, su señoría, que el señor Lee tiene iniciativa de aprender a dirigir su compañía, pero estará dependiendo del señor Hwang la mayoría del tiempo. Desconozco los términos que la corte impone sobre una relación sentimental. ¿Debería ahondar más en ese aspecto?

El juez solo asintió.

—Bien, Felix —llamó la psiquiatra. —Hyunjin es tu novio. ¿Quieres decirme cómo es su relación?

—No —respondió tajante el azabache.

— ¿Por qué?

—Si digo porqué lo quiero, todos van a quererlo como novio. No me gusta compartirlo.

—Hyunjin no es un juguete, Felix

—Pero es mi novio y lo quiero... Mucho.

—Claro. Estoy segura que él también te quiere mucho, solo que tu familia piensa que te está distrayendo de las responsabilidades con tu empresa y están preocupados de que no estés comprendiendo al 100% lo que significa una relación. —aclaró Rachel. —Quiero ser honesta contigo, Felix. Una relación amorosa confunde mucho. Según la experiencia que tengo y lo que nos ha mostrado la evidencia del abogado Malekith es que sociabilizar es extremadamente complicado, ni hablar de establecer un vínculo afectivo que sea funcional, lo cual, si lo intentas hacer, terminarás con ataques de ansiedad y lastimando a otros. La corte quiere saber qué garantiza que no lo harás.

El ojiverde miró en dirección al noruego, luego a sus hermanos, a la psiquiatra y finalmente a sus manos. A decir verdad, él nunca haría daño a propósito a quienes apreciaba; la idea de que podía ser agresivo venía de varias peleas en años anteriores en las que su modo de defenderse era golpeando, rasguñando o mordiendo.

Ahora mismo no comprendía el motivo para ser cuestionado o señalado en cuanto a la relación con el rubio. ¿Pero qué podía decir él? Estaba tan asustado y acorralado que todo lo que deseaba en ese momento era pedir con amabilidad y cortesía, como le había dicho mamá, que no lo atormentaran con más preguntas, que lo dejaran ir a los brazos de Hyunjin a sentirse seguro.

Quería que sus hermanos lo dejaran en paz y que el juicio se terminara. La ansiedad lo estaba invadiendo demasiado rápido, sus manos temblaban y apretaba la tela de su pantalón. Es que... ¿Por qué? Si él solo deseaba ser feliz.

Sintió que sus dientes mordían muy fuerte y su pecho hiperventilaba. No, no, no, ahora no. Otro ataque de pánico sería polvo para dinamita sobre lo que John y Andrew intentaban demostrar: que no era más que el discapacitado mental que sobraba, nacido por equivocación en una familia orgullosa que debía cargar con la desgracia de criarlo, ser anormal, diferente, una peste.

-o-o-o-o-

Flashback.

Durante uno de los tantos ocasos en la residencia Lee, Hyunjin y Felix estaban acurrucados en el sofá principal mirando una película.

Fantasía, el clásico animado de Disney con una banda sonora exquisita era una de las favoritas del azabache. El fragmento de la sinfonía n° 6 de Beethoven, representado la sinfonía pastoral en una secuencia dentro de un entorno de la mitología greco-romana, era el que llamaba más la atención del ojiverde. En particular, el cortejo amoroso entre los centauros machos y hembras.

— ¿Por qué ella huye de él? —preguntó el azabache a mitad de la secuencia.

—Bueno, quizá ella es algo tímida —respondió el rubio. —Pero, mira, está aceptando las flores que él recogió para ella.

—Ahora deben casarse.

Hyunjin soltó una pequeña risa por el comentario y continuó mirando la película.

Pasaron unos minutos más hasta que sintió la cabeza de Felix recargarse sobre su hombro, y al mirar hacia abajo, notó que se había quedado dormido. Sonrió para sí mismo y con cuidado, lo cargó para llevarlo hasta su cama, besando su frente después de acomodarlo entre las cobijas y apagar la linterna.

Se llevó una sorpresa al sentir su mano siendo retenida al momento que se disponía a irse a su propia habitación.

—No quiero dormir solo —dijo Felix adormilado.

A pesar de que compartían algunos días cama, Hyunjin trataba de darle su espacio para no incomodar al azabache. El tema del contacto físico seguía siendo recurrente y ambos trataban de sobrellevarlo y adaptarlo a su relación, así que fue una grata noticia que Felix estuviera tomando iniciativa.

Hyunjin asintió ante su petición y se acomodó para poder dormir a lado suyo, pasando su brazo encima de la cintura del menor para cucharearlo.

— ¿Hyunjin?

—Uhm...

— ¿Crees que sería más sencillo vivir en el Olimpo? Ya sabes, ahí hay tantas criaturas diferentes y eso lo consideran genial. Aquí en Londres no les gusta eso. ¿Qué tal si termina no gustándote a ti el hecho que yo no sea normal?

El rubio abrió los ojos, acomodándose para que el ojiverde lo encarara.

— ¿Qué te ha dado esa idea?

—Todos los programas de citas que miraba mi mamá decían lo mismo: "Para agradarle a un hombre, es necesario mostrar un amplio sentido del humor, belleza, cultura, finura, elegancia y mantener una postura de perfección", pero yo no tengo nada de eso.

Hyunjin negó con la cabeza, peinando uno de los mechones negros hacia atrás. —Tienes todo eso y algo mejor.

— ¿Algo mejor? —preguntó el ojiverde.

—Eres sincero conmigo. No tratas de ocultar tus sentimientos y confías en mí —respondió. —Además todo tu eres hermoso. Si te preocupa que cambie de opinión, no lo haré. Apenas estoy compensando todos los años que has estado enamorado de mí y quiero igualar la cantidad de afecto que has guardado por tanto tiempo.

—Pero no cumplo con las medidas matemáticas para el estándar de perfección.

—Yo tampoco, y aun así nos gustamos.

Hyunjin se mordió el labio. Estaba feliz, aunque sabía que era un tema serio para su pareja, pero la gracia de hablarlo era que Felix podía desahogarse y él podía ser su apoyo en esos momentos.

—No lo pienses demasiado, Felix. Hay una brecha de desconocimiento sobre el porqué el amor fluye, pero ¿sabes qué? Quiero disfrutar cada momento de nuestra relación y quiero que sepas que cuentas conmigo para lo que necesites. No te limites ni te calles conmigo, porque quiero saber todo de ti

El azabache entreabrió los labios, tomando la camiseta de Hyunjin con su mano libre y acercándolo para poder besarlo.

En medio del beso, el rubio pudo percibir la agitación del otro en su respiración rápida, la fuerza con la que se aferraba a su espalda y el calor inundando sus poros. Dioses, era tanta dulzura y pasión a la vez que no podía evitar sentirse afortunado de poder abrazar a un ángel. Veía en Felix amor puro, sin máscaras ni restricciones, y eso lo hacía extremadamente alegre.

— ¿Me quieres? —preguntó el ojiverde al acabar el beso.

—Claro que te quiero, Felix —confirmó el nórdico, mientras le devolvía un segundo beso, esta vez con más movimiento en sus labios.

Estaba seguro que, poco a poco, tendrían tiempo de descubrir ese lado sexual que asomaba conforme ambos compartían más contacto. Por ahora, un beso y un par de roces de cuerpo bastaban.

Ya tendrían su momento.

-o-o-o-o-

Felix recordó las palabras de Hyunjin y su calidez en esa ocasión. También recordó la amistad de Emily y Chris, los momentos que lo hacían sonreír genuinamente, pero sobre todas las cosas, la forma única que el nórdico lo miraba. Sus esmeraldas bajaron hacia las bancas donde estaba su amor, el hombre que tanto adoraba y que jamás lo dejaría solo; lo miró desesperado pero confiado al mismo tiempo.

"Te quiero, Felix."

No sabía exactamente cómo saldrían las cosas, pero nadie ni nada impediría que estuviera junto a Hyunjin. Aún faltaba que le enseñara muchas cosas, quería aprender a ser cariñoso, a celebrar San Valentín, a caminar de la mano a plena luz del día, a prepararle su postre favorito y perderle miedo a tocar y ser tocado.

Amado.

Levantó el rostro, tardando unos momentos en volver a contener su respiración para contestar lo más pacífico posible:

—Lo que hago es controlar los impulsos que tengo. He trabajado mucho en no caer en pánico cuando estoy en situaciones incómodas o desafiantes. Ya sabe, tengo días buenos y días malos como todos... Si-Siempre tengo pensamientos cruzados y recibo un exceso de estímulos que me asustan porque no sé controlarlos, mi cerebro recibe información sin filtros y es... Es extremadamente molesto que haya personas que no entiendan eso. No soy violento, ni quiero serlo... Y cuando alguien me grita o me insulta, solo quiero que se detenga, ¿sabe? Porque mi cerebro comienza a maximizar cada palabra y termino lastimándome a mí mismo.

Felix se detuvo unos instantes, no quería perder el control. Limpió su frente con su manga y prosiguió:

—Socializar crea ansiedad y yo tengo el infortunio de no contar con mecanismos de defensa para combatir eso, pero he mejorado bastante desde que Hyunjin... Él fue amable conmigo desde el inicio; no hablo de hace unos meses, hablo desde que lo conocí durante mi infancia. Con él pude sentir el amor romántico de Shakespeare sin filtros, lo que intensifica mucho las emociones dentro de nuestra relación. Me transmite mucha calma poder sentirlo así de fuerte... Si la corte quiere que prometa que seré "normal", eso no pasará, no quiero suprimir el amor que tengo... Al final del día, creo que me gusta ir a mi ritmo.

La psiquiatra y el resto del público asistente guardaron silencio. Era evidente que la declaración de Felix era un equivalente a rechazar adaptarse a los estándares de comportamiento para una industria, o eso interpretó el jurado.

—No tengo más preguntas —respondió Rachel. —Puedes regresar a tu asiento.

—Solo antes de terminar tengo una declaración extra oficial que me gustaría decir —adelantó el azabache.

— ¿Cuál es?

—Hyunjin Hwang nunca, jamás, ni por un segundo, abusó de mí. Yo estuve de acuerdo en todo momento porque somos novios. Me pidió formalmente tener una relación sentimental

El estrado volvió a quedar callado, meditando las palabras que acababan de escuchar. El juez tomó nota mental y apuntó por lo bajo en su libreta personal no condenar al nórdico por cargos levantados de forma injustificada en su contra.

Felix bajó de su silla, yendo directo hacia Hyunjin.

Sin reparar en formalismos, el rubio lo recibió con un afectuoso abrazo, acariciando el cabello de su nuca para calmarlo. El interrogatorio claramente lo había dejado mentalmente exhausto.

—Estoy orgulloso de ti —susurró antes de que ambos tomaran asiento.

Justo entonces, el juez determinó que había sido suficiente tiempo en la corte y el jurado estaba listo para deliberar si Felix Lee podía ser catalogado como un miembro socialmente apto y capacitado para la independencia financiera.

Visto de esa forma, parecería cruel imponer una responsabilidad enorme, pensó Chris cruzándose de brazos. A pesar de apelar a mucha evidencia favorable para el joven, él sabía en el fondo que los ojos justicieros no se tocan el corazón, ni creen en el poder del amor sincero, y a pesar de los esfuerzos constantes por parte de Hyunjin, él estaba preparado para escuchar una sentencia no tan favorable.

Por supuesto se ahorró comentarios al respecto cuando Emily pidió su opinión al respecto.

-o-o-o-o-

Transcurridos treinta largos minutos, el séquito del jurado apareció en el estrado. Por lo visto, habían deliberado bastante en llegar a un consenso, pues sus expresiones denotaban cierta apatía y cansancio.

El juez pidió silencio en tanto la representante del grupo tomaba una hoja.

— ¿Han llegado a un veredicto, Ms. Hudson?

—Sí, su señoría. Tenemos el veredicto final. —respondió la mujer, quien procedió a la lectura de la determinación: —De acuerdo a la evidencia recabada y los diversos puntos de vista de las evaluaciones psiquiátricas, se determina que Felix Lee no posee, autosuficiencia para manejar las finanzas de la compañía Lee. Como jurado, consideramos que incluso con la presencia de un tutor no sería viable para él cumplir con una dirección adecuada, sin embargo, reconocemos como indispensable la compañía del señor Hwang para con el joven Felix Lee, por lo que pedimos una prórroga de su VISA para su estadía en Londres.

Chris miró a Emily y luego a Hyunjin. ¿Y ahora qué podían hacer?

Era obvio, el abogado dijo con la mirada: rogar por que John y Andrew, par de arpías venenosas, no echaran a Felix de su propia casa.

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Todos los créditos a la autora original @CentauroZafiro

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