Cap. 15: Último intento

Weiss se encontraba junto a Shirou, interceptando a Ruby y a Blake.

—¿Tanto odias a los «faunus»? —preguntó Blake.

—Qué tontería —respondió Weiss—. Son los «faunus» que odian a los humanos.

—Alejaré a «Nega-Weiss» —susurró Blake a Ruby—. Yang y tú vayan a buscar al «Nightmare».

Ambas desenfundaron sus armas.

—Aléjate de Ruby —dijo Weiss—. No engañarás a mis queridos súbditos.

Las palabras sorprendieron a Ruby.

—¿A quiénes encerraste? —dijo Blake de manera retadora.

Weiss se enojó y lanzó un ataque de hielo. Blake lo aprovechó y se fue corriendo.

—¡Shirou! Ve tras Ruby, yo me encargaré de Blake.

Ruby activó su «semblanza» y se fue por el pasillo, abrió una de las puertas y entró para esconderse de Weiss. Sacó una moneda y apareció una puerta, la abrió y vio Yang en la habitación que la dejaron.

—¡Oh! ¡Regresaste! —dijo Yang sorprendida—. ¿Y Blake?

—Está distrayendo a Weiss. Mientras nosotras vamos por el «Grimm».

Ambas se fueron de la habitación, pero frente a ellas estaba Shirou.

—¡Yang!

—¡Lista! —dijo preparando su arma, «Ember Celica».

Pasillo del Castillo – Imperio Schnee

Blake y Weiss continuaban con su pelea.

—No conocí a nadie tan impertinente como tú. Te echo una y otra vez y no haces más seguir apareciendo. Eres una molestia.

—Tan desesperada estás por darme caza —dijo Blake—. ¿O no solo es por mí y es con cualquier «fauno»?

—Los «faunus» no pueden entrar aquí. ¡Esa es la ley! No necesito esperar el juicio de mi hermana, te echaré para siempre.

La peliblanca levantó su estoque, varios «glifos» aparecieron, y de ellos, parecieron varios «Grimms», pero estos eran de color blanco.

—¿«Grimms»? —dijo Blake—. ¿También puede hacer eso?

Empezó a escapar. Usó dos monedas para crear señuelos. Weiss y los «Grimms» que invocó no lograron atrapar a la Blake original.

—Tenemos problemas, hermana —dijo el murciélago—. Ruby y Yang escaparon de la habitación.

Ruby y Yang estaban peleando con Shirou. El pelirrojo demostraba mayor poder. El sonido de acero contra acero resonaba por los corredores del castillo. Shirou Emiya, empuñando sus icónicas espadas «Kanshou» y «Bakuya», se movía con una destreza inigualable. Frente a él, Ruby Rose y Yang Xiao Long luchaban con determinación, pero la brecha en habilidad era palpable.

—¡No podemos seguir así! —gritó Ruby, haciendo girar su guadaña con una velocidad impresionante, intentando crear una apertura en la defensa de Shirou. Sin embargo, cada ataque era predicho y contrarrestado con una facilidad desconcertante.

Yang, por su parte, lanzaba una salva tras otra de sus potentes bombas desde los guanteletes, pero Shirou las desviaba o las destruía en el aire con una precisión milimétrica.

—¡Maldición, es como si supiera exactamente lo que vamos a hacer!

Shirou, sin dejar de moverse, replicó.

—Sus intenciones son claras, pero no pueden escapar. No sin enfrentar las consecuencias.

Ruby, desesperada, intentó otra táctica.

—¡Shirou, escucha! No estamos aquí para luchar contigo. ¡Weiss necesita nuestra ayuda!

Por un momento, la resolución en los ojos de Shirou pareció vacilar.

—¿Weiss? ¿De qué estás hablando?

—Está en peligro —insistió Ruby, aprovechando la pausa para tomar aliento—. Si no actuamos rápido, la perderemos.

Yang asintió vehementemente.

—¡Es verdad, Shirou! No podemos dejar a Weiss atrás, no cuando sabemos que está en problemas.

Una lucha interna se reflejaba en los ojos de Shirou. Había algo en la sinceridad de Ruby que no podía ignorar.

—¿Y si es una trampa? ¿Qué ganáis con esto?

—¡Nada! —exclamó Ruby—. Solo queremos salvar a nuestra amiga. ¡Por favor, Shirou, tienes que creernos!

El silencio que siguió fue tenso. Shirou bajó lentamente sus espadas, la duda claramente impresa en su rostro. Miró fijamente a Ruby y Yang, tratando de descifrar sus verdaderas intenciones.

Finalmente, con un suspiro resignado, dio un paso atrás.

—No puedo creer que esté haciendo esto... pero si Weiss realmente está en peligro, entonces...

—¡Gracias, Shirou! —Ruby prácticamente saltó de alivio, su guadaña ya olvidada a su lado.

Yang sonrió ampliamente.

—No te arrepentirás, prometo que haremos todo lo posible por Weiss.

Shirou asintió, aún con una sombra de duda en su mirada.

—Voy a confiar en ustedes por ahora, pero si esto es un engaño...

—No lo es —interrumpió Ruby rápidamente—. Vamos a salvar a Weiss, juntos.

Con una tensión palpable todavía flotando en el aire, Shirou se fue de la pelea.

El sonido de sus pasos se perdía en el pasillo, un eco de la incertidumbre y la esperanza que los impulsaba hacia adelante.

Ruby y Yang habían llegado a una plaza. La plaza estaba rodeada de muchas enredaderas con espinas.

—Debemos estar cerca —dijo Ruby—. Es hora de usar la reliquia.

Sacó la pieza en forma de caballo, las enredaderas se alejaban cuando la pieza estaba cerca.

Llegaron a una puerta que estaba rodeada de espinas. Yanga sacó una moneda para crear un marcador y llamó a Blake.

—Veo que lo encontraron —dijo Blake cruzando la puerta.

Con ayuda de la reliquia lograron hacer retroceder las espinas que estaban cubriendo la puerta. Cuando entraron vieron que adentro parecía ser un teatro. En el medio del teatro, vieron al «Grimm». Las tres chicas estaban listas para atacar, pero un muro de hielo se los impidió.

«Nega-Weiss» llegó.

—¿Cómo se atreven a pisar este lugar sagrado?

De un salto llegó a estar frente al «Grimm».

—¿Qué haces protegiendo al «Grimm»? —dijo Yang—. ¿No te das cuenta que estamos para ayudarte?

—Deja las tonterías —dijo la peliblanca—. ¡Márchense ahora!

—¡Weiss, abre los ojos! —dijo Ruby.

—Que decepcionante —dijo Weiss—. Yang, ella es así por tu culpa. La consientes... tu egoísmo le quitó la oportunidad de madurar.

—¡¿Oh?! —dijo enojada—. Te gusta hablar sin saber, ¿no?

—¡Suficiente! —levantó su arma y de los «glifos» aparecieron «Grimms».

La pelea fue unilateral. Weiss logró vencer a las tres. Sin más opciones usaron su última moneda para poder salir del sueño.

Salón 3-B – Beacon

Shion las sacó les sueño rápidamente. Se notaba su cansancio, su «aura» estaba casi agotada.

—Todos los marcadores fueron eliminados.

—A empezar desde cero —dijo Blake decaída.

—El paisaje y las reglas del sueño de Weiss no cambiaran mucho. Usen lo aprendido para una nueva estrategia. Necesitaré tiempo para recuperarme. Si fallan una vez más, la vida de Weiss correrá peligro.

Ruby, Yang y Blake salieron del salón desanimadas. Cada una se fue por su lado para pensar que era lo que harían en su última oportunidad.

Blake estuvo caminando sola en los jardines de Beacon. De pronto, Shirou la encontró.

—Blake...

—Shirou, veo que solucionaste las cosas con Rin.

—¡Oh! Sí... —el rostro del pelirrojo obtuvo un gran sonrojo—. ¿Qué hay de ustedes? ¿Algún avance con Weiss?

—Weiss... —dijo decaída—. Ella me quiere lejos. Es igual que en la realidad, los humanos quieren lejos a los «faunus».

Blake empezó a contarle todo lo vivido en el sueño de Weiss y también la actitud que tenía «Nega-Weiss».

—Pero, según me cuentas, Weiss no para de pensar en ti —las palabras del pelirrojo sorprendieron a Blake—. Dices que ella mencionó que no paras de aparecer, a pesar que te echa. ¿No significa que en su interior piensa en ti? Estás cambiando a Weiss. Recuerda que ella estaba en contra de los «faunus», pero ahora te está aceptando.

—Cambiar... —dijo con nostalgia—. Esa era la base del «White Fang», cambiar el mundo y que nos acepten. Pero tras ser rechazados, una y otra vez, solo quedó la violencia.

Los ojos de Blake obtuvieron determinación.

—Me niego a abandonar a Weiss —dijo Blake—. Seguiré intentando que nos acepten. Que Weiss me acepte. Gracias, Shirou.

—Ayudarse para cambiar y mejorar mutuamente es la base de la amistad —dijo viendo el cielo y recordando a la chica a la que se le declaró durante «La Guerra del Santo Grial».

—Por cierto...

—Lo sé, quieren saber porque mi versión en el sueño de Weiss puede copiar armas, ¿no?

Blake asintió.

—Bien, lo mejor será ir con el resto de tu equipo.

Cafetería – Beacon

Blake y Shirou fueron a la cafetería para reunir al equipo «RWBY». Cuando llegaron, vieron a Ruby y Yang hablando muy animadamente.

—Debemos esperar a Blake para que les diga mi plan —dijo Ruby.

—Siento llegar tarde —dijo Blake.

—Yo recién llegué —dijo Yang—. ¿Tienes alguna idea?

—Creo que más bien sé qué tengo que hacer. Además, tengo la ayuda que necesitábamos —dijo jalando a Shirou de su brazo.

—¡Oh! Shirou —dijo Yang—. Es bueno tenerte con nosotras, nos diste muchos problemas en el sueño de Weiss.

La rubia lo jaló y empezó a molestarlo desordenando su cabello.

—Tengo una idea.

Salón 3-B – Beacon

El equipo «RWBY», «JNPR» y «SJRI» fueron al salón donde estaba Weiss. Shirou decidió que era momento de decirles cómo funcionaban sus poderes.

—Bien, para resumirlo soy capaz de copiar armas y también ver su historia —para dar el ejemplo hizo aparecer a Milo—. Armas que posean filo y se acerquen al concepto de espada.

Todos los presentes se sorprendieron por sus palabras.

—Eso es increíble —dijo Ruby—. ¿Puedes copiar a Crescent Rose?

Un segundo después apareció el arma de Ruby en las manos del pelirrojo.

—¡Increíble!

—La única persona que sabía sobre esto era Weiss, estábamos entrenando por meses.

—No me sorprende que sea tan fuerte en su sueño —dijo Yang.

—¿A qué te refieres con su historia? —preguntó Pyrrha.

—Bueno, puedo saber en qué peleas estuvo el arma y también puedo ver la técnica que usa el usuario.

—¿Cuántas armas tienes? —preguntó Jeanne.

—No estoy seguro, creo que solo rasgué el principio.

—Le preguntaré al profesor Shion si puede meterte en el sueño —dijo Ruby—. Ya que tendremos que iniciar de nuevo, el Shirou del sueño no nos ayudará, así que puedes encargarte de él.

—Me temo que no se podrá —dijo Shion apareciendo en la puerta—. Su amigo tiene mucha... «aura», sería muy difícil para mí llevarlo al sueño.

—Oh... —Ruby se deprimió—. Bueno... había que intentarlo.

La líder del equipo se recuperó y escuchó las ideas de Yang y Blake, con la información de las habilidades de Shirou, creó un plan nuevo.

—Se puede cambiar qué ocurre en un sueño —dijo Shion—. Pero solo si el cambio es bueno, si es un cambio a peor Weiss lo rechazará.

—Quiero que Weiss sepa que el cambio no es malo —dijo Blake.

—Estoy segura que Weiss sabrá que lo que haremos es algo bueno.

—Pero la idea de Ruby no será posible —dijo Shion—. Si se desea que el «Nightmare» ignore a alguien sería necesario que la persona haya sido atacada por un «Nightmare» en el pasado.

Ruby se desilusionó, tenía la esperanza de llevar a Jaune para que usara su gran cantidad de «aura» para curar a Weiss desde adentro.

—Pero si hay alguien que fue atacada por un «Nightmare» —dijo Rin.

—¿En serio? —preguntó Ruby animada.

—Yo fui atacada por uno hace años.

—¿Tú? —dijo Yang—. No tienes la apariencia de ser alguien con dudas.

—Hace años fui atacada y mi hermana murió por salvarme —dijo Rin—. Me disculpo por mi actitud malcriada en el inicio. Por eso... ¡Por favor, permítanme ayudarles!

—Así que era eso... —dijo Jeanne—. Fui muy tonta por dejar sola a un miembro de mi equipo.

—No sabía nada —dijo Ruby—. Creí que por ser la líder solo yo debía hacerlo.

—No te culpo Ruby —dijo Rin—. Te preocupas mucho por Weiss, ella encontró una buena amiga en ti.

Ruby le dio una sonrisa.

—Bien, prepárense.

Las cuatro chicas asintieron y se prepararon para entrar al sueño de Weiss. Antes de quedar dormida, Rin le dedicó una sonrisa a Shirou. El pelirrojo le devolvió la sonrisa y levantó la mano para darle un pulgar arriba.

El rostro de Rin se sonrojó. Pyrrha vio ese comportamiento y no pudo evitar tener celos. Las palabras de Illya aún resonaban en su mente.

«¿Rendirme con Shirou?», pensó. «No, aún no me rindo.»

Nevado – Sueño de Weiss

Despertaron una vez más en el mismo lugar. Como ya era costumbre, Rin tenía ropa distinta.

—Ya saben el plan —dijo Ruby.

El tren llegó, las chicas vieron como el «White Fang» lo atacaba.

—Bien —dijo Ruby—. ¡Vamos, deprisa!

—Entendido —dijeron Rin, Yang y Blake.

Las cuatro chicas saltaron sobre el tren y empezaron a luchar contra los asaltantes.

—Nunca imaginé que algún día protegería este tren —dijo Blake—. El tren solía detenerse aquí.

—¡Sigamos adelante!

Centro de la ciudad – Imperio Schnee

Weiss entró a la sala para recibir información de la ciudad.

—Klein —llamó.

—El tren está en camino —respondió —. Contuvieron a los del «White Fang» que controlaban el valle.

—¡¿Qué dijiste?! —sorprendida —. ¿Qué está pasando? ¿De verdad es un tren de la compañía?

—El tren llegará en breve. ¿Quiere ordenar que abran las puertas?

Un holograma de Jacques Schnee apareció, le repetía a Weiss que su responsabilidad es enorme.

—A este paso el tren se estrellará con el muro —dijo Klein.

Weiss estaba dudosa de si dejar entrar al muro, pensando que podría ser una trampa. Finalmente, Weiss decidió abrir la puerta.

—¡Abran la puerta! —gritó.

Los muros se abrieron y varias vías de tren aparecieron. El ten siguió su curso hasta llegar a una estación que se asemejaba a un festival.

—¡Por fin! ¡Por fin recibimos un tren, señorita!

«Blake protegió el tren», pensó Weiss. «Rin... ¿Qué haces ahí?»

—Eh... —dijo el murciélago—. ¿Ahora dejas pasar «faunus»?

—¿Eres una digna heredera de los Schnee, Weiss? —dijo Jacques.

—Solo yo puedo continuar con el legado de orgullo de los Schnee —respondió—. Y cumplir con la voluntad de «Big Nicholas»

Estación de tren – Imperio Schnee

Las cuatro chicas se escondían de los robots vigías. Usaron una moneda para dejar un marcador y desde una azotea evaluaban su situación.

—Siguiente parte del plan —dijo Ruby—. Rin.

—Entendido —respondió.

Bajó de la azotea y empezó a caminar entre los puestos. Hasta que un robot se cruzó en su camino. Rin tenía entre sus dedos dos cristales de «dust» lista para pelear en caso no funcionara. Pero el robot solo continuó con su camino, ignorándola.

—Sí —dijo Ruby.

—Funcionó —dijo Yang sorprendida.

—No esperaba que funcionara —dijo Blake.

—¡No digan esas cosas! —gritó enojada por ser tratada como un experimento.

Rin empezó a caminar hasta que escuchó una voz que la llamaba. Era la puerta que tenía un rostro.

—Soy Dopey Klein, uno de los siete mayordomos. Aquí vigilo a los ton... ¡Oh! Señorita Rin, ¿Qué hace aquí? Está muy lejos del castillo.

—¡Miau! —fue el gritó que vino desde adentro de la celda.

—¡¿Pero qué?! —sorprendida vio al equipo «JNPR»—. Así que tontos, ¿no?

—Hola, Dopey Klein, ¿puedo pasar adentro? —preguntó con educación.

—Pero usted no es una tonta —respondió.

—Solo es curiosidad, saldré en unos minutos.

—Bien —abrió la puerta.

Rin pasó, pero dejó un cristal de «dust» para evitar que la puerta se cierre. Lo que vio adentro le sorprendió, tenía varios puestos de comida y el frío que se sentía en el exterior desapareció para dar paso a un ambiente cálido. Además, ya adentro, logró ver a Jeanne e Illya, Jeanne estaba muy ocupada comiendo en los puestos de comida e Illya estaba a un lado abrazando un peluche de oso polar diciéndole «Shirou, mi Shirou».

Rin caminó hasta llegar a un lugar donde encontró una pieza con la forma de la reliquia del equipo «RWBY».

—Ruby, dijo que necesitaban esto —se dijo Rin.

Cuando la agarró el sonido de una alarma se escuchó, un cartel que decía «Go» apareció y el lugar se inundó de versiones pequeñas de Weiss. Sin esperar, estás pequeñas Weiss salieron de aquella celda.

—¡Quiero salir por ahí! —gritaron—. ¡Vivan los festivales! ¡Elógiame! ¡Consiénteme! ¡Quiero jugar!

—¿Esa es Weiss de pequeña? —preguntó Yang.

—¿Contenía sus sentimientos de cuando era niña? —dijo Blake.

—¿Eso hacías Weiss?

Las niñas empezaron a correr por todo el lugar hasta que Shirou y varios robots vigilantes llegaron.

—¡Suficiente! —gritó Shirou—. No permitiré que el caos gobierne está ciudad.

Sin ningún miedo, las pequeñas Weiss, corrieron hacia él y el ejército de robots. Con sus estoques hicieron que los robots se descompusieran y dieran gritos de «¡Quiero ser libre!», «¡Denme dulces!» o «¡Me dan igual mis modales!». Shirou, por otro lado, esquivó los ataques, pero desde atrás una Weiss logró tocarlo con su estoque. El pelirrojo empezó a decir «¡Weiss, quiero estar con Weiss!»

A unos metros Rin le daba la reliquia que encontró a Ruby.

—¿Estás segura que esto debe pasar? —dijo Rin viendo todo el caos que se daba.

—Sí —dijo Ruby—. Los sentimientos que reprimía ahora son libres. Todo el mundo quiere ser libre. No puedes reprimir las cosas que sientes por siempre.

Otro grupo de robots llegó.

—¡Libertad! —gritaron Ren y Nora.

Junto a las pequeñas Weiss fueron a pelear contra los robots. Para darle tiempo a Ruby, Yang y Blake a buscar al «Grimm».

—Está vez derrotaremos al «Grimm» y despertaremos a Weiss —dijo Ruby.

Yang y Blake asintieron.

Sin embargo, la pelea contra los robots era un caos total. Los edificios caían y los robots disparaban hacía todos los lados. Rin estaba dudando si continuar con la pelea.

Una sombra gigante la cubrió, cuando levantó la mirada vio que una de las pequeñas versiones de Weiss había crecido de manera descomunal.

—¡Quiero jugar! —dijo la Weiss gigante—. ¡Quiero que me mimen!

Ren y Nora estaban rodeados por las enredaderas del «Grimm» y ahora la iban a atacar.

—Debe ser una broma —dijo Rin—. Vienes conmigo.

Rin se llevó a Pyrrha cuando vio que ella no había sido afectada.

Un pilar de luz que llegaba hasta las nubes apareció. El clima cambió de manera repentina. La estatua de «Big Nicholas» cambió y ahora tenía brazos.

—En nombre de «Big Nicholas» y la gran familia Schnee —dijo Weiss—. ¡Todos los tontos serán juzgados!

La estatua levantó un brazo y atrajo a las pequeñas Weiss y a las Weiss gigantes.

Caminando entre las calles, Weiss encontró una estatua de Jacques gritando «¡Quiero divertirme hablando con papá y mamá!», le apuntó con su estoque y una armadura blanca empezó a rodearlo.

La estatua de «Big Nicholas» regresó a la normalidad a las versiones de Weiss que se hicieron gigantes y con un «glifo» las regreso con Dopey Klein. La estatua con armadura hizo lo mismo con Ren y Nora.

Por otro lado, Rin se escondía con Pyrrha.

—Bien, vamos —dijo Rin—. Haré lo que haga falta para despertarla.

—Tú... —dijo Weiss cuando la encontró—. ¿Acaso piensas traicionarme, Rin? Se buena y ven conmigo.

—Ordenando a las personas —dijo Rin—. ¿Cuándo te volviste así? Como tu amiga... no permitiré que sigas con esto, «Ice Queen».

Rin sacó varios cristales de «dust».

Estatua de «Big Nicholas» – Imperio Schnee

Ruby, Yang y Blake eran atacadas por la estatua.

—¿Debemos pelear contra una estatua? —dijo Yang.

—Si logramos entrar no nos atacará —dijo Blake.

—Si podemos entrar —respondió Yang.

—Entraré yo —dijo Ruby—. Usaré mi «semblanza» para entrar y cuando esté ahí dejaré un marcador para que entren.

—Muy bien —dijo Blake—. Nosotros lo distraeremos.

—Bien, vamos allá —dijo Yang.

Blake y Yang fueron a atraer la atención de la estatua y Ruby usó su «semblanza» para superar los obstáculos. Al final, consiguió entrar y con un disparo avisó a sus compañeras que estaba adentro. Blake y Yang retrocedieron para poder usar el marcador.

Calles del Imperio Schnee

Rin estaba cansada luego de la pelea contra Weiss.

—Es todo —dijo Weiss.

—Me la pagarás cuando despiertes.

Con un «glifo» envió a Rin y Pyrrha con Dopey Klein.

—Una moneda —la moneda se convirtió en un teléfono—. Soy Rin, el sueño se salió de control.

—Si los cambios son muy grandes, el corazón se resiste —respondió Shion—. El «Nightmare» se aprovecha de la resistencia del corazón de Weiss. No hay marcha atrás. Si no consiguen que deje de resistirse, Weiss no podrá despertarse jamás.

—Entiendo —dijo Rin y colgó—. Es más fácil decirlo que hacerlo. ¡¿Eh?!

Las enredaderas del «Grimm» aparecieron sobre la puerta.

—¡Huyan! —gritó a todos—. ¿Cómo entró el «Grimm»?

Intentando escapar encontró el lugar de donde sacó la reliquia y vio que también está cubierta de enredaderas.

—La reliquia lo mantenía alejado. No es una prisión.

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