24. Dejarte Ir
Cuántas veces estuve cometiendo el mismo error, sintiéndome cada vez peor, para todavía continuar contigo. Me rompía hasta los huesos tratando de comprender estos espacios entre nosotros. Mi corazón conformado a tu amor escondido, no tenía nada más y aun así no te dejaba, estabas haciéndome daño, y te necesitaba. Fuiste mi talón de Aquiles, la perdición, una maldición sin antídoto. Cuántas noches me dormía llorando esperando a tenerte conmigo. Nunca entendía tus juegos, tomabas mi corazón y lo rompías solo para ver como sufría y de amor por ti moría. No sé si fue amor o solo placer, pero cuando llamabas siempre me ponías de pie, y cuando te perdías quedaba de rodillas rezando en la espera después tu partida. Ingenuo fui al pensar si en verdad me querías, miles de veces
terminaba enredado en tu telaraña de mentiras. Siempre te creía, detrás de ti siempre iba, no quería entender cuánto daños me hacías.
Regresabas, no sabías lo que sentías mientras mentías; miraba al espejo y me lo advertía, dejarte ir era la mejor salida. Intenté resolver este acertijo, me perdí siguiendo tu camino,casi arrojo mi destino en tu precipicio por construir un futuro incierto contigo. Te ibas, me derrumbaba, mi alma te buscaba por la casa, se enfermaba y la curiosidad me desarmaba; quedaba rodeado por fantasmas los cuales infectaban mi cabeza de dudas por tus errores y falsas esperanzas. Muchas veces te perdoné, creyendo no poder encontrar a alguien como
tú que me pudiese querer; y ese fue mi error en toda esta locura. Fui ciego al dejarte entrar más de veintinueve veces por esa puerta, no quería abrir los ojos por miedo a perderme sin ti, pero pude sobrevivir. Ahora te dejo ir, no sigo tu hilo, se cortó por culpa de tu orgullo y todos tus desastres conmigo.
De sol a sol me siento libre, puedo aprender más de mí, puedo estar solo; no siempre se necesita estar atado a alguien para encontrar nuestro
camino, o al menos si tienes a alguien pues debería quererte cómo siempre te has querido. No me pidas otra oportunidad, es mejor dejarlo todo como estás, no es sano regresar el tiempo atrás, rompernos y
volvernos a quebrar. No me detengas más, cierra esos ojos los cuales me invitan a pecar, no quiero volverme a equivocar. Tú nunca tienes nada que perder, yo
siempre entrego todo hasta el final. Un cortocircuito de masoquismo, regresar al error y cometer el mismo delito. Bajemos las armas, esta vez no habrá tregua, vamos directo a la rendición, alejemos los impulsos, no dejemos más restos entre nosotros dos. No regresaré por tu amor, no vuelvas por mí, no lo hagas más difícil, tengo que dejarte ir.
** ¿Y si nunca se apagan las luces de la ciudad? **
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top