Escribo romances cotidianos, de esos que te cuentan tus conocidos, gente que madruga y sale a laburar, que tiene mil mambos en la cabeza y a esos mambos se les suma el del enamoramiento.

Escribo romances de gente real, con kilos de más, romances que invento entre dos pasajeros que viajan conmigo en el bondi todos los días y los shippeo porque me aburro en una hora de viaje al trabajo.

Escribo romances frustrados de mis amigas, del pasado.

Escribo romances imposibles y posibles.

Escribo romances pegajosos porque yo lo odio para mí misma, porque no puedo escribir cosas reales, sino no sería ficción, sería no ficción, y escribir no ficción no me sale.

En síntesis: escribo romance porque quiero. Y porque puedo.

Esto que ven arriba, es un comentario que escribí hace poco en un post de Wattpad Latino, en Facebook. Recuerdo que alguien preguntó por qué escribíamos romance y esta fue mi respuesta.

Y se me hizo bonita, y la guardé en mi archivo de notas sueltas... 😊